En el mes de abril de 2012, un jubilado griego de 77 años se suicidaba en plena plaza Syntagma de Atenas frente al parlamento. El farmacéutico jubilado había dejado una nota: su pensión se había reducido hasta convertirse en una miseria y no quería verse obligado a buscar en los cubos de basura sus medios de subsistencia. Su gesto se ha convertido en el símbolo de la explosión de suicidios en ese país. ¡En solo un año los suicidios han aumentado en 40%! ¿Este incremento de suicidios podría atribuirse a los planes de austeridad, a la bajada de salarios y al paro?
“Una subida de la tasa del paro de más del 3% en un periodo de tiempo relativamente corto está asociado a un aumento de más o menos 5% de la tasa de suicidio y de heridas auto-infligidas” estima, con frialdad, el último informe de la Organización mundial de la salud (OMS), publicado a principios del mes de marzo y dedicado a Europa (1). En Grecia, el paro aumentó en 10% en solo dos años, para alcanzar el 26,4% a finales de 2012…
No solo se trata de suicidios. En su informe “Crisis financiera, austeridad y salud en Europa”, publicado el 27 de marzo, la revista médica británica The Lancet (2), describe un panorama alarmante: la salud de los europeos se deteriora, en particular en los países donde las políticas de austeridad son aplicadas intensamente. Y confirma el aumento general de suicidios en el conjunto de la Unión europea, cuya curva se dispara desde 2007 después de siete años consecutivos de descenso.
En Grecia: suicidios, sida, malaria y dengue.
Según los datos del Lancet, las nuevas infecciones por el VIH entre los consumidores de drogas por vía intravenosa también se han incrementado espectacularmente en Grecia estos dos últimos años. Antes de la austeridad, entre los años 2007 – 2010, en el país se contaba de 10 a 15 nuevas infecciones anuales en este tipo de población. El número ha pasado a 256 infecciones en 2011 y a 314 en los ocho primeros meses de 2012 (3). ¡Lo que significa unas veinte veces más!
Eso se debe al retroceso de las medidas de prevención, como por ejemplo el acabar con el programa para repartir jeringas limpias entre los drogadictos desde 2008. El director del informe llevado por The Lancet, Martin Mac Kee (4), señala incluso “la reaparición de la malaria y de la aparición del dengue en Grecia”.
En España: la salud de los niños está amenazada.
Estas medidas de austeridad impuestas por la Comisión europea en Grecia, Portugal, España e Irlanda han golpeado de lleno los sistemas sanitarios. El coste soportado por los pacientes griegos ha aumentado de 3 a 5 euros por consulta. El país suprimió 2000 camas en los hospitales públicos. “En Grecia, la troika (Comisión europea, Fondo monetario internacional, Banco central europeo, ndlr) ha pedido que los gastos en sanidad no sobrepasen el 6% del PIB, señalan los autores del informe, creando de esta manera un precedente en la UE de toma de control en el sistema de salud nacional en un Estado miembro.”
En España el gobierno ha adoptado en 2012 un plan de reducción de gastos en sanidad de 7 mil millones de euros en dos años. De esta forma el país ha excluido a los sin papeles del sistema sanitario, salvo las urgencias. Ha cerrado o privatizado decenas de hospitales y centros de salud. Los niños tampoco escapan a estas medidas: la proporción de niños que viven en familias sin empleo se multiplicó por tres en Cataluña (5), con consecuencias sobre su salud.
Portugal e Irlanda: reducción de la cobertura sanitaria.
En Portugal, el acuerdo ultimado en 2011 entre Lisboa y la troika prevé un recorte de 670 millones de euros en sanidad. El resto de costes soportado por los pacientes dobló – de 2,25 a 5 euros – para una consulta en la ciudad y de hasta 20 euros para las urgencias. Solo los pacientes con bajos recursos, los enfermos crónicos – si la visita corresponde con la dolencia – y las personas con discapacidad se libran. En Irlanda, la cobertura en sanidad se ha reducido para los mayores de más de 70 años e incluso los de rentas bajas deben ahora pagar un cheque moderador.
Otros países han aprovechado la crisis para reducir sus gastos sanitarios. Además de Grecia y Portugal, Letonia, Eslovenia y Dinamarca han acelerado la restructuración del sector hospitalario. Y los profesionales de la salud han sufrido una bajada de salario no solo en Grecia, Portugal, Irlanda pero también en Lituania y en Rumania.
Islandia: en mejor forma.
“Sin embargo tales repercusiones debidas a la crisis sobre la salud no son inevitables”, advierte la publicación británica, que señala Islandia como excepción a la regla. El primer país afectado por la crisis financiera “rechazó la ortodoxia económica que enarbola la bandera de la austeridad, se negó a tener en cuenta la irresponsabilidad de algunos banqueros e invirtió en su pueblo”, y ha podido mantener su política de salud.
En otros sitios allí donde los servicios públicos son sacrificados en aras de las economías presupuestarias, la verdadera amplitud de las consecuencias sobre la salud de los ciudadanos solo serán visibles dentro de unos años. Aunque los datos financieros se actualizan cada semana, se necesita más o menos dos años para obtener datos sanitarios de los pueblos, sobretodo el seguimiento de las tasas de mortalidad. Debido a esto, “el análisis de los efectos inmediatos de la crisis sobre la salud” es “imposible”, subraya los autores del artículo.
“Los ministros de Sanidad se mantienen en silencio”
Según sus puntos de vista, “las voces de los responsables de la salud pública permanecieron inaudibles en el debate sobre la respuesta que se debe dar a la crisis. Un buen número de ministros de Sanidad se han mantenido en silencio. El director general responsable de la salud y de la protección del consumidor en la Comisión Europea tiene la obligación legal de examinar las consecuencias de las políticas europeas sobre la salud. No lo ha hecho para la política de austeridad de la troika. En vez de eso, se limitó a aconsejar a los diferentes ministerios de sanidad de los países miembros de cómo podían recortar sus presupuestos”. Mientras tanto, los gobiernos tienen sus ojos fijos en el más mínimo punto de crecimiento.
“Un rayo de esperanza proviene de las organizaciones de la sociedad civil europea, cuyos profesionales sanitarios, que se pronunciaron sobre los efectos nefastos de los recortes presupuestarios en materia de salud y de los gastos sociales. La cuestión es la siguiente: ¿alguien los escucha?”. Concluye el informe. El presidente del grupo socialista y de los socio-demócratas en el Parlamento europeo, el Austriaco Hannes Swoboda, reaccionó rápidamente al estudio británico. “Todos los informes de la Comisión deberían llevar la etiqueta “La austeridad mata”, declaró el 27 de marzo. ¿Lo escucharan?.
Fuente: http://www.casmadrid.org/index.php?idsecc=noticias&id=4073&titulo=NOTICIAS
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