martes, 31 de agosto de 2021

“La lucha del futuro será entre sistemas orientados a la dominación o a la asociación”

Riane Eisler en una imagen reciente. Don Eddy

Riane Eisler (Viena, 1937) es esa profesora a la que recuerdas con cariño. Sonríe todo el rato, hace preguntas, dialoga. Que sea, también, una de las voces más autorizadas en el campo de la antropología y la sociología solo aumenta el disfrute de la conversación, claro...

En 1987 Riane publicó El Cáliz y la Espada, que ha sido traducido recientemente por la editorial Capitán Swing. “El libro más importante desde El origen de las especies de Darwin”, en palabras del antropólogo Ashley Montagu. Ya ven, casi nada. La tesis que Eisler sostiene allí, fundada con evidencias arqueológicas, es atractiva. ¿En resumen? Que no siempre hemos estado a la gresca con la guerra de sexos. Que no siempre hubo dominación. Que ni siquiera es necesaria esa dominación. Que, hace mucho, existió otra forma de entender el mundo. Más colaborativa, más coordinada, más pacífica. Ella agrupa todas esas ideas bajo un componente común: el culto a eso que denomina “la Diosa”. Deidad femenina, una y todas. Concepto que Riane desarrolla para mejor comprensión.

Pero eso es después. Como no todos los días tiene uno la posibilidad de conversar con una antropóloga de talla mundial empiezo por algo que me es cercano. La covada, nada menos, esa tradición según la cual el hombre reproducía los dolores del parto tendido junto a la mujer y más tarde era él quien se quedaba cuidando del recién nacido. Ya ven, costumbres raras que tenemos aquí, por el norte. Riane asiente y comienza la charla. Una clase erudita y divertida. Como el libro. No se lo pierdan.

No me resisto a empezar hablando de la covada...

Ah, sí la conozco. Sé vagamente de la institución, y sus orígenes. Cerca de los vascos, ¿no?

Sí, donde yo vivo, en Cantabria, tenemos constancia de ello a través de textos clásicos. 

Una zona más orientada a la asociación, y no al patriarcado o matriarcado. Tendemos a pensar que es una cosa u otra, y no necesariamente. Creo que la covada sobrevivió hasta épocas tardías, un remanente de la cultura anterior. Me encantaría saber más cosas sobre ello.

Hasta el siglo XIX se conserva en algunos sitios.

Sí, hasta los tiempos de Napoleón, creo...

Aquí tenemos una especie de matriarcado histórico del cual nos sentimos muy orgullosos. Es falso, pero aun así nos sentimos muy orgullosos...

¿En qué sentido? Me interesa mucho lo de la covada porque cuando los hombres se involucran más con los bebés está demostrado que su respuesta neuronal cambia. 

Bueno, hay pervivencias similares hasta época muy cercana, que tienen cierto aire. En el Valle de Soba, por ejemplo. La obligatoriedad de no mudarse la ropa durante la semana posterior al parto. Tiene en común ese momento trascendente...

Quizá era algo sagrado, algo que no se quería cambiar. Es una especulación. La existencia de sacerdotisas además de sacerdotes y todo eso en la zona, ¿no? 

Y, en tu opinión, ¿por qué se pierde esa matrilinealidad?

Bueno, creo que se perdió porque las culturas cercanas también cambiaron mucho. Incluso si hablas con algunas personas mayores puede que aún recuerden cómo se produjo ese cambio. Ahora estamos moviéndonos hacia un espacio más tendente a la asociación gracias al feminismo, y llevamos un montón de equipaje mental. De alguna manera los hombres (y algunas mujeres) piensan que las mujeres van a tomar el control, pero no se trata de eso, sino de ser compañeros.

Históricamente podríamos hablar mejor, en estas tierras, de matrilinealidad, y no matriarcado.

Sí, es distinto. Uso esa palabra, matriarcado, porque estoy tratando de explicarme con las categorías que nuestro lenguaje nos da. Ya sabes, sería hacer el juego al patriarcado usar las dos versiones de eliminación, de oposición. Hacer el juego a la derecha. Otras reglas, otros peligros. En cuanto a la matrilinealidad…, hablamos de una transmisión de la propiedad, pero es algo ficticio, porque el padre o marido era quien gestionaba esa propiedad. Seguía siendo parte de la familia. 

Eso que planteas sobre no usar las versiones de la eliminación es una idea potente, aún extraña para nuestra mentalidad de hoy. Normalmente vemos el mundo como un enfrentamiento, siempre a la contra. 

Claro, pero si miras el arte…, el arte no es “contra”..., el arte trata la interconexión. Animales, vegetales, hombres y mujeres. Es una visión diferente del mundo.

Pero hay autores que niegan esto... que defienden un arte, usando sus palabras, “contra”, lejos de la conectividad. Su libro es muy heterodoxo en este sentido.

Bueno, ya sabes, puedes ver por ejemplo las llamadas figuritas de Venus. Embarazadas, grandes pechos, la vulva claramente marcada. No es pornografía, no hay dominio sino una representación de algún tipo de sistema de creencias, un sistema de creencias que es distinto. Creo que para entender la interconexión lo primero que debemos hacer es comprenderla como un sistema de pensamiento, cambiar nuestra conciencia y darnos cuenta de que nuestras únicas alternativas no son dominar o ser dominado. Existe también la asociación. Es un gran salto mental. 

Precisamente sobre lo que menciona en relación a las Venus y su significado... Recientemente hubo en España una polémica con cierta exposición temporal en el Museo de El Prado que buscaba explicar algunas pinturas clásicas desde un nuevo punto de vista. O, mejor aún, recuperar la intención inicial de los artistas. Dicho de otra forma, recalcar que una “Venus” de Velázquez es una figura mitológica con significación detrás, sí, pero también una mujer desnuda, y que se pintaba así precisamente para satisfacer un gusto erótico. ¿Qué piensa sobre esto?

Bueno, hay claras diferencias entre lo erótico y lo pornográfico, claro. Y luego, una cosa es una Venus de Tiziano saliendo de las aguas, y otra las escenas que muestran violaciones, por ejemplo. Creo que estos últimos cuadros recogen imágenes claramente orientadas a la dominación. Las feministas hablan de una mirada masculina. Y sí, estamos tan acostumbradas al macho como norma que es un buen primer paso que estemos examinando de nuevo todos estos asuntos.

Siguiendo con las creencias... en su libro habla sobre la ‘Diosa’, y comenta que es una figura al mismo tiempo monoteísta y politeísta...

Sí, son figuras distintas. Hay diosas serpientes que aparecen en diferentes sitios como icono central, aunque asociadas a otras divinidades. Pero, en cierto sentido, su figura es también monoteísta, porque venera el poder de dar y nutrir la vida. Eso es lo que realmente son las figurillas de Venus. Pero la arqueología decidió, tras abandonar la idea meramente pornográfica, que eran figuritas sin mayor trascendencia. Es una negación de la realidad. Solo si tienes esta visión de dibujo animado sobre el hombre de las cavernas, con sus barbas y su cachiporra... lo interpretas de esa manera.

 

En el fondo, ese sincretismo monoteísta / politeísta aparece en otros sitios, ¿no? En la propia Biblia, por ejemplo, donde se puede leer sobre dioses y Dios, con minúsculas y mayúsculas...

Es plural, y la gente lo entendía así. La parte menos conocida de la Biblia es muy interesante, y he trabajado mucho sobre ella. Las dos historias de la creación de la Humanidad, por ejemplo. La de Adán y Eva es más tardía que la de los elohim. Muy interesante. Nos falta cambiar nuestra concepción mitológica ahí.

Sí, diferentes tradiciones en un libro de libros como es la Biblia…

Es que es muy sugestivo, y llama mucho la atención. Jeremías, por ejemplo. Allí lees a Jehová regañando, afeando que las mujeres horneen pasteles en honor de la Reina del Cielo. La Reina del Cielo, fíjate. Y ellas responden: ¿por qué habríamos de dejar estos sacrificios? Hay más paz y prosperidad si los hacemos. Está ahí, en la Biblia. Antes no me había percatado de ello, porque no estaba buscándolo. Pero está ahí. No lo veía porque no encajaba.

Claro, la Biblia es tan grande que siempre puedes encontrar cosas inesperadas. Es fascinante, pero...

Pero un poco peligroso, sí. Mira, otro ejemplo... el Cantar de los Cantares. Es totalmente erótico. Todo eso lo toco en El cáliz y la espada.

Vayamos a este libro, entonces. Escribe muchas veces sobre la “Vieja Europa”, tomándola como base para sus teorías. ¿Se pueden trasladar a otros lugares esas conclusiones? Si vamos a Asia, a Oceanía, ¿encontramos movimientos análogos a los descritos aquí?

Sí, claro. Mira el ejemplo del Japón... allí el emperador, para convertirse en ello, debía mantener relaciones sexuales y luego dormir con una sacerdotisa de la Diosa. Lo que no encaja con nuestra visión de la cultura japonesa, ¿no?, muy dominada por los hombres. Entonces... creo que podemos encontrar pistas aquí y allá. Me concentro principalmente en el área alrededor del Mediterráneo, porque es donde se encontraban la mayoría de excavaciones arqueológicas hasta hace poco tiempo. 

En nuestros días aún existen sociedades que se encuentran en el neolítico (estoy siendo deliberadamente simplificador, pero creo que entendemos a lo que me refiero). ¿Se han mantenido allí estas ideas sobre la Diosa?

Bueno, algunos lo hicieron. Mira los minangkabau (un grupo étnico de Indonesia). Aunque fueron conquistados por los musulmanes aún veneran las montañas, todas con nombres femeninos. Y es una cultura matrilineal. Hay más casos. Pero es muy claro que hubo un cambio en cierto momento, y eso aparece perfectamente plasmado en el Arte. Aparecen escenas violentas, con gobernantes (también dioses) que son diez veces más grandes que sus súbditos, gente situada en un espacio inferior. Ya no están todos de pie al mismo nivel y con idéntico tamaño, como ocurría cuando se representaba a la Diosa, sino que algunos tienen los brazos levantados en signo de adoración. Si abrimos los ojos podemos ver que el lenguaje es diferente, nos están vendiendo una forma diferente de ver el poder, una forma diferente de ver a las mujeres y a los hombres. Tenemos que ir investigando pistas como Sherlock Holmes, despojarnos de nociones preconcebidas. Volvemos a la Biblia. Las mujeres hacen una cosa maravillosa, que es dar vida. Pero este acto se considera sucio, dado que la mujer que da a luz debe ser purificada más tarde por un sacerdote masculino. Es una locura ¿no? No tiene ningún sentido. Hablamos de traer una vida al mundo. 

Es una visión un poco pesimista, parece. Es como si toda nuestra evolución cultural hubiese sido trenzada para alejarnos de la Diosa y lo que representa. 

Bueno, pero también hay tendencias actuales en otra dirección. Piensa en el movimiento Black Lives Matter, por ejemplo. De hecho, si miro la Historia Moderna mi teoría es que es en períodos de desequilibrio, como el cambio que estamos viviendo desde que se puso en marcha la Revolución Industrial hace 300 años, surgen movimientos sociales progresistas que desafían lo preestablecido, ya sea el derecho divino a reinar, o el derecho divino a que los hombres estén por encima de mujeres y niños, o el derecho divino a que exista una raza superior. Hasta podemos hablar aquí del movimiento ecologista, que desafía nuestra, antaño idealizada, conquista y dominación de la naturaleza. Que no es sostenible, por supuesto. Creo que si examinamos lo que está sucediendo hoy, cuando cambiamos muy rápidamente, es una oportunidad ideal para acelerar estos movimientos. El Centro de Estudios de Asociaciones (entidad con base en California, de la cual Riane es presidenta) está promoviendo una campaña para que el asociacionismo se convierta en la corriente principal de nuestros días. Sé que no es fácil porque la gente está atrapada en... En fin, Trump dijo que todo trata sobre la dominación, ¿no?, y si te dominan eres débil. Para él no hay una alternativa de asociación. Pero una de las contribuciones de este libro es mostrar que una configuración social diferente es posible. Con todo, debemos ser holísticos, mirar a mujeres y niños no solo en la llamada esfera pública. En mi último libro, publicado por Oxford University Press, cito estudios demostrando que hay personas criadas en la dominación. Y uno de los rasgos que compartían esas personas era un verdadero malestar y disgusto por las mujeres que son más asertivas fuera del rol convencional. Otro estudio, que no aparece en el libro porque no lo descubrí hasta más tarde, trataba sobre cómo criaban esas personas a sus propios hijos. Primaba para ellos la obediencia, el castigo, no tanto el desarrollo humano. Se ponían muy nerviosos cuando sus hijos mostraban conductas independientes.

Es un cambio de paradigma, general.

Lo es. Tenemos un sistema oculto de valores que incluye siempre el dinero como eje central. Piensa en la cárcel... La capacidad económica es un denominador punitivo. Y siempre hay dinero para investigación armamentística. Pero, de alguna manera, no existen suficientes fondos para las personas delicadas, femeninas, que cuidan de la naturaleza. Así que, para mí, la lucha del futuro no será entre derecha e izquierda, religiosa y secular, oriental y occidental, porque las categorías son realmente distracciones. La lucha será entre sistemas orientados a la dominación y a la asociación. Entonces podremos tener una esperanza, sí.

Volvamos al arte prehistórico. Muy cerca de donde estoy ahora se encuentra el Monte Castillo. Allí hay muchas manos fijadas “en negativo” sobre los muros. Manos grandes y manos más pequeñas. Tradicionalmente estas últimas eran consideradas como manos de niño, fueron muy pocos los autores que dijeran, oye, igual es una mano femenina...

Es una falta de reflexión, claro. Ahora ya no se podría dar, porque sabemos que hay diferencias entre los dedos del hombre y de la mujer. Tiende a haberlas, mejor dicho, así que se puede establecer a quién perteneció esa mano. Conocí una vez un profesor universitario que se dio cuenta de esto. “Dios mío, esto son manos de mujer”. Sucede que no escribió el artículo donde plasmaba tal descubrimiento hasta después de abandonar la Academia... Esto es interesante, porque muestra cómo el mundillo académico está aún muy atascado en ideas previas. A eso hay que añadir que tenemos normalmente un enfoque disciplinario (también yo), pero si queremos conectar los puntos debemos observar varias disciplinas. No podemos centrarnos solo en una u otra, hay que descubrir juntos...

Existe una teoría reciente que habla sobre la posibilidad, solo la posibilidad, de que las pinturas de Altamira estuvieran hechas por mujeres. Únicamente eso, la idea... y ya es suficientemente polémica. 

Sí, puede ser el comienzo de algún cambio, y esto es importante. Pero es muy, muy lento. Y a veces arrastras problemas mentales. También yo, claro, todos hemos sido adoctrinados. Pienso en David F. Noble, el historiador de la Ciencia. Escribió un libro titulado A world without women, donde señalaba que la ciencia moderna occidental, que comenzó hace 600 o 700 años, surge en un entorno clerical totalmente masculino. Ahí comienza esta cultura. Esta visión, un reconocimiento como el que hace Noble, tiene solo medio siglo, así que quienes lo sostienen son, aún, tipos marginales. 

Y, con todo, cada vez se pueden leer a más mujeres dentro del campo de los estudios prehistóricos...

Bien, veamos entonces cuántas de estas mujeres pueden liberarse de todo lo que les han enseñado. Esa es la cuestión. Junto con otra: ¿cuántos hombres pueden liberarse de eso mismo? Creo que tienes razón en que, al menos en teoría, los estudios de hoy están más motivados para encontrar pruebas que no solo marginen o ignoren a las mujeres. Pero sigue habiendo vehículos que permiten encajar todo en la vieja visión, claro...

Una última pregunta... publicó El cáliz y la espada en 1987...

Sí, lo escribí en 1986, y con motivo del treinta aniversario añadí un nuevo epílogo...

¿Cree que ha cambiado algo? Desde que apareció el libro...

Yo creo que sí. Lo que comentábamos antes sobre las manos, por ejemplo, es un símbolo de algo que ciertamente ha cambiado. Las evidencias que manejamos hoy en día sobre el hecho de que había diferentes culturas son muy, muy fuertes. En otras palabras, la arqueología muestra que nuestra relación con la guerra tiene cinco o diez mil años de antigüedad, no más, y eso es algo para reflexionar. En fin, Pinker aún no acepta esto, ya sabes, hay personas que simplemente están ancladas en su visión. Él se aferra a su idea de que somos inherentemente belicosos, somos inherentemente malos. Algunos se enganchan a sus viejas enseñanzas. Pero hay cambios...

Fuente: https://ctxt.es/es/20210801/Politica/36888/#.YSgERUlmsPo.twitter 

sábado, 28 de agosto de 2021

Monkey Man with Charlie Watts


 

Algas y perezosos, un matrimonio de veinte millones de años

Un perezoso
Un perezoso. Foto: Roy Luck. (CC)

A veces, cuando pensamos en la evolución de las especies mediante selección natural, podemos olvidar que las especies no se limitan a evolucionar en competición con otras. De hecho, la colaboración ha tenido un papel más importante. Y esa colaboración puede producirse entre seres vivos que, a primera vista, jamás pensaríamos que están tan estrechamente relacionados como para haber evolucionado juntos durante decenas de millones de años. Un ejemplo tan bello como estrambótico es el matrimonio entre los perezosos que habitan los árboles y las algas que habitan el agua.

Y no, no es una relación basada en que los perezosos se acerquen a un río y se coman las algas que hay en él. La evolución natural puede tomar caminos mucho más retorcidos y misteriosos que escapan a la intuición. Los seres humanos estamos acostumbrados a concebir la relación amistosa entre especies como algo similar a la que nosotros mantenemos con ciertos animales o plantas. Y muchas veces así es: nos maravilla saber que las hormigas cultivan hongos y crían manadas de pulgones para su propio beneficio, pero en realidad son mecanismos que conocemos bien porque nosotros también somos agricultores y ganaderos. De hecho, somos muy hábiles seleccionando criaturas y haciéndolas evolucionar para que cumplan propósitos determinados. Un chiste visual en torno a la evolución de los cánidos muestra a un lobo observando a un grupo de humanos prehistóricos mientras piensa: «No creo que pase nada malo por acercarme a ellos para ver si me dan algo de comida». Decenas de miles años después, vemos al lobo transformado en un caniche con lacito. 

El perro, el gato y muchos otros animales han pasado milenios evolucionando de acuerdo a las necesidades de los grupos humanos. Algunos animales, tras ser domesticados, se han convertido en especies nuevas creadas por nosotros. En estos casos de selección artificial podemos señalar con precisión el origen y la intencionalidad, pues nosotros fuimos los seleccionadores. No nos sorprende que perros y gatos sean cariñosos, o que vacas y ovejas sean mansas y obedientes, pues fuimos nosotros quienes los hicimos evolucionar en esa dirección. Lo mismo ha sucedido con las frutas y hortalizas que cultivamos, que cada vez han sido más grandes, sabrosas y ajustadas a nuestros gustos. 

La selección natural, por el contrario, carece de una mente pensante capaz de decidir qué dirección ha de seguir la evolución de cada especie. Es verdad que cuando hablamos de evolución por selección natural solemos usar un lenguaje que sugiere intencionalidad, pero lo hacemos porque es el lenguaje que mejor explica cómo funciona, no porque pensemos que tal intencionalidad existe. Sabemos que lo que «dirige» la evolución es el inconsciente resultado de un proceso numérico: la mayor probabilidad de reproducción de unos individuos frente a otros. Pero hay especies que han evolucionado juntas a lo largo de millones de años manteniendo una relación de conveniencia más sorprendente que la de los humanos con aquellos animales que hemos ido remodelando según nuestros intereses. Tanto, que puede producir una irreal pero hipnótica ilusión de verdadera intencionalidad. 

Es el caso de los perezosos verdes. Todos conocemos al llamado oso perezoso, ese simpático animal de sonrisa perenne, pariente del oso hormiguero y del armadillo, que vive colgado de los árboles y se mueve con gran lentitud. Por genética, el pelaje de todas las variedades de perezosos es de un color marrón claro que en ocasiones puede tender al gris. Sin embargo, existen perezosos cuyo pelaje es verde, lo cual les proporciona un magnífico camuflaje al ayudarlos a confundirse con la hojarasca de los árboles, cosa particularmente útil frente al ataque de aves rapaces o depredadores capaces de trepar. El color verde es una indudable ventaja evolutiva que ciertas variedades de perezosos adquirieron hace muchísimo tiempo, pero no es una ventaja innata, pese a que han conseguido mantenerla durante decenas de millones de años.

Los perezosos verdes nacen con el pelaje pardo como dicta su ADN. Semanas después del nacimiento, heredan el color verde de sus madres. Este peculiar fenómeno se debe a un espectacular caso de simbiosis evolutiva entre el perezoso y el alga microscópica Trichophilus welckeri, que habita en su pelo y es la responsable de teñirlo. Las crías de perezoso heredan el verde de sus madres no por vía genética, sino por «contagio». Esto sugiere varias preguntas. La primera: ¿cómo demonios se las arregla un alga para vivir en la piel de un mamífero arborícola? Obviamente, los perezosos habitan zonas húmedas, pero no tan húmedas para que las algas sobrevivan fuera del agua. El truco está en que los pelos del perezoso no son lisos, sino que tienen grietas que ayudan a capturar y conservar las gotas de lluvia. Dicho de otro modo: el pelaje del perezoso ha evolucionado hasta especializarse en la conservación de suficiente humedad como para permitir que la Trichophilus sobreviva lejos de ríos y lagos. Lo más llamativo es que también el alga ha evolucionado junto al perezoso. Se sabe porque no se ha encontrado esta alga en otro entorno que no sea la piel de este animal, y parece que solo existe como organismo simbionte. Esto indica que ambas especies llevan millones de años viviendo juntas y que el alga antecesora de la Trichophilus ya no existe. El origen de esa simbiosis, sin embargo, no es tan extraño como su funcionamiento. Los perezosos, de necesitarlo, son unos nadadores decentes. Y aún mejores nadadores fueron sus antepasados, perezosos de mayor tamaño que frecuentaban ríos, lagos y mares, donde empezaron a relacionarse con los microscópicos vegetales acuáticos. 

El alga del perezoso, pues, podría llevar toda su existencia como especie evolucionando junto a su huésped. Y el perezoso no solo se beneficia por el camuflaje, sino también porque parece capaz de absorber nutrientes del alga por vía cutánea. Los perezosos se clasifican en dos grandes grupos según el número de dedos que tienen en cada garra: los didáctilos y los tridáctilos. Estos dos grupos también difieren en su dieta: los didáctilos son omnívoros, y los tridáctilos estrictamente herbívoros, pero en ambos casos las hojas de los árboles constituyen la base de la alimentación. Pues bien, a igual peso, el alga aporta a sus huéspedes el mismo porcentaje de proteínas y carbohidratos que su follaje predilecto, pero más del triple de materias grasas. 

Otra consecuencia de la presencia del alga es que origina un pobladísimo ecosistema en el pelaje del mamífero. En todos los animales grandes existen ecosistemas cutáneos invisibles, incluso sobre la piel de los seres humanos, pese a nuestra tendencia a lavarnos de continuo. Pero la piel del perezoso es, en sí misma, como una pequeña jungla. Al igual que sucede en ámbitos acuáticos, el alga conlleva la presencia de diminutos artrópodos que se alimentan de ella. Hay que sumar los típicos parásitos que se alimentan de la piel o la sangre del propio perezoso, que también son abundantes: en una ocasión se encontraron casi mil diminutos escarabajos viviendo sobre un solo individuo. Todo un trepidante microcosmos de criaturas que se alimentan del perezoso o del alga. Pero ¿de qué se alimenta el alga? 

Como cualquier vegetal, necesita un buen fertilizante para sobrevivir. Y un buen fertilizante contiene mucho nitrógeno que proviene de la descomposición de materia orgánica. Los seres humanos lo sabemos bien porque, tradicionalmente, en nuestros cultivos hemos empleado excrementos animales como abono de calidad. Pero no, el perezoso no se frota con su propio excremento para fertilizar el vegetal acuático que lo tiñe de verde. Eso podría arruinar la humedad del pelaje, además de que un exceso de nitrógeno sería contraproducente. El ecosistema de su piel no toleraría una gran cantidad de excremento, lo cual, entre otros motivos obvios relacionados con las infecciones, iría en perjuicio del propio animal.

La manera en que el perezoso fertiliza su pelaje es bastante más rebuscada y está relacionada con una variedad de polillas que, como la propia alga, también se caracteriza por habitar únicamente en la piel de este mamífero. La polilla parece ser responsable de la extrañísima costumbre que los perezosos verdes practican a despecho de su propia seguridad: bajar de los árboles para defecar. El animal, con su característica lentitud, desciende por el tronco, cava un pequeño hoyo, deposita sus excrementos y después los cubre con una capa superficial de tierra. Al finalizar este procedimiento, vuelve a ascender trabajosamente hasta la relativa seguridad de las ramas. 

A primera vista, semejante ceremonial no parece tener ningún sentido evolutivo en un animal que es tan vulnerable cuando está en el suelo. De hecho, en las variedades más proclives a esta costumbre, más de la mitad de las muertes son debidas al ataque de los depredadores durante la trabajosa defecación. Y esta no es la única desventaja. El acto de bajar del árbol, cavar el hoyito y después volver a subir supone un tremendo desgaste energético, pues el perezoso despilfarra nada menos que una décima parte de sus calorías diarias en el inexplicable empeño de defecar en tierra. Entonces, ¿por qué lo hace? Un animal cuyo principal mecanismo de defensa es vivir en los árboles debería, según la lógica, limitarse a dejar que el excremento caiga. Así, el perezoso ahorraría energía y, desde luego, viviría más años sin ser cazado. Pero debe de existir una ventaja evolutiva que ha favorecido que esta costumbre se mantenga.

La respuesta reside en la necesidad de asegurar la reproducción de las polillas que conviven con él. Ellas depositan sus huevos en los excrementos que hay en tierra, y allí crecen sus larvas. Por ello, el perezoso se preocupa de que sus deposiciones no caigan en cualquier sitio. Y las polillas, cuando terminan de poner los huevos y regresan al pelaje del perezoso, están manchadas de excremento rico en nitrógeno, el potente fertilizante para las algas verdes, pero en pequeñas cantidades que no sobrecargan al vegetal ni perjudican al perezoso. Como ganancia extra, la descomposición de las polillas muertas entre el pelaje también produce nitrógeno. Evolutivamente, pues, el perezoso verde ha equilibrado el delicadísimo balance entre jugarse la vida durante la defecación y obtener los beneficios del camuflaje proporcionado por el alga. 

Esta simbiosis es tan antigua que los protagonistas, aun teniendo la capacidad de escribir crónicas históricas, no serían capaces de recordar su origen. Cuando el perezoso verde se separó de otras variedades aún no existían los seres humanos y faltaban centenares de miles de siglos —de siglos— para la aparición del Homo habilis. Ciertamente, la selección artificial que practicamos los seres humanos es poderosa y muy eficaz, pero ni el ingeniero más imaginativo podría haber diseñado una simbiosis tan enrevesada como la de un diminuto vegetal acuático que abandonó el agua para vivir sobre un animal arborícola capaz de defecar jugándose la vida con tal de que su pequeña amiguita verde pueda sobrevivir. La vieja frase, por muy metafórica y repetida, no deja de ser cierta: la naturaleza es sabia. Y en la naturaleza el amor puede ser extravagante, pero nunca es ciego.

Fuente: https://www.jotdown.es/2021/08/algas-perezosos-matrimonio-20-millones-anos/

viernes, 27 de agosto de 2021

Reyes del mar: cómo la pandemia convirtió a Maersk en la empresa de la que todo el mundo depende

 Desde el inicio de la pandemia, los precios del transporte marítimo se han multiplicado por cinco. Como consecuencia, decenas de productos se han encarecido en diversos puntos del planeta. Mientras las economías familiares se resienten, los inversores de Maersk, líder del transporte marítimo durante la crisis del covid-19, llenan sus bolsillos. 


Puerto de Barcelona. No CC. Álvaro Minguito

  “A veces me pregunto cómo lo hace la gente para sobrevivir”, dice Awa, estudiante de un máster de contabilidad en Dakar, la capital de Senegal. “Este debe de ser uno de los lugares más caros del mundo”, protesta. Y empieza a hacer cuentas. Ella y su hermano tienen un presupuesto mensual que no llega a los 200 euros, y los precios de la comida se han disparado. La carne, el arroz, el pescado, los huevos o el azúcar son algunos de los productos cuyo precio repasa, con índices de aumento que van desde el 5% hasta el 50%. Todo ello sin contar el alquiler, que en algunas zonas de Dakar supera el salario mínimo de 114 euros. Para redondearlo, el agua y la luz se comen 40 euros mensuales. Awa, que supera la treintena, dejó atrás a su familia en Kédougou, una región al sureste del país. Allí las cosas van peor: “Eso es el infierno en la tierra: ya no pueden comer pescado”, dice.

La preocupación de Awa es común en otros lugares con bolsillos y poderes adquisitivos muy distintos. Los precios de decenas de productos están subiendo como consecuencia de los problemas en la cadena de suministro. La escasez de semiconductores ha frenado la producción de coches en Europa, brotes de coronavirus han parado durante días a varios puertos chinos, y la aceleración de la variante delta en Vietnam ha generado fricciones en Nike y Adidas. Si los trabajadores vietnamitas no pueden coser los nuevos modelos de zapatillas deportivas, las ventas no llegarán a producirse. Estantes vacíos, precios subiendo, cotizaciones bursátiles en alerta, niños sin regalos de Navidad, gente comiendo un plato de arroz todos los días. Dependiendo de la ubicación geográfica, la consecuencia es distinta pero la causa es la misma: desde el inicio de la pandemia, los precios del transporte marítimo se han multiplicado por cinco.

Poca gente ha ganado tanto como los inversores de Maersk, la líder del transporte marítimo, durante la pandemia. En agosto de 2020, el mundo seguía sin una vacuna para la covid-19 y la enfermedad azotaba a decenas de países. Si usted hubiera tenido un millón de euros ociosos y los hubiera invertido en Maersk, hoy tendría unos 2 millones de euros. En marzo de 2020, cada día, cientos de personas morían de covid 19 en España, y millones estaban encerrados en sus casas. Eran días extraños, donde la única oportunidad de salir del hogar era ir a hacer la compra. Muchos hombres andaban perdidos por los supermercados, con dificultades para encontrar en qué pasillo estaba el papel de váter. Era su primera vez. Si usted hubiera invertido un millón de euros en Maersk, sus acciones hoy valdrían casi 3,5 millones de euros. Todo ello sin contar con los dividendos para los accionistas

Maersk es una empresa danesa que controla más del 15% del mercado del transporte marítimo. El 90% del transporte de mercancías mundial se hace por mar. La industria exige inversiones millonarias en la construcción de barcos cada vez más grandes, para transportar más mercancías en menos tiempo a un coste menor que la competencia. En algunas ocasiones, las inversiones no son rentables de inmediato: cuando las grandes empresas de transporte deciden hacer estas inversiones simultáneamente, hay más barcos que encargos y los precios de las rutas caen. Son años de travesía, donde las empresas aguantan pérdidas millonarias y venden activos, hasta que algunas quiebran o se fusionan con la competencia. Casi nadie osa intentar desbancar a las que están en el top 5. Solo intentar competir requiere demasiado dinero, y la inversión no garantiza nada.

Cuando Pfizer anunció que tenía una vacuna, en noviembre de 2020, el gran parón económico dio a luz a un nuevo escenario: había que proveer a los consumidores de cara a la recuperación económica. Cuando la gente volviera a la normalidad, sería necesario que todas las tiendas estuvieran llenas de productos. Sin embargo, las cadenas de producción ya habían sufrido el primer shock pandémico: les habían cancelado millones de encargos en marzo. Con la vacuna sufrirían el segundo: ahora, todos a la vez, les pedían millones de productos para recuperar el tiempo perdido. Y el límite fue físico: no había suficientes barcos para transportar tantas bicicletas, semiconductores, petróleo, piezas para coches, ordenadores, zapatillas u osos de peluche. He ahí la oportunidad de Maersk y las grandes empresas del sector: dada la necesidad de las grandes empresas, el precio a pagar por tener un contenedor dentro del barco oportuno se disparó. En agosto de 2020, la ruta desde China hasta la costa oriental de Estados Unidos tenía un coste de unos 4.000 dólares por contenedor. Un año después, el precio por la misma ruta superaba los 20.000 dólares.

Es el mercado, amigo

Hace pocas semanas, Maersk anunció sus resultados trimestrales a sus inversores. Sus ingresos aumentaron un 60% durante el segundo trimestre, y sus beneficios se multiplicaron por tres: “Las perspectivas para el tercer trimestre son sólidas, y esperamos que la situación actual continúe así en el cuarto”, dijo el CEO de la empresa, Soren Skou. En total, Maersk ha tenido un beneficio de 6500 millones de dólares en lo que llevamos de 2021. Skou también comentó la nueva dirección de las inversiones de la compañía: ante la necesidad de transportar mercancías por tierra, mar y aire, Maersk expandiría su influencia. De momento ya han comprado a dos empresas especializadas en comercio electrónico, valoradas en unos 1.000 millones de euros: “No tardaremos en tener un negocio de logística con unos ingresos (anuales) de 10.000 millones de dólares con estas dos adquisiciones”, declaró Skou. En el futuro, Maersk espera adquirir pequeñas y medianas empresas para transportar, almacenar y distribuir productos por toda Europa y América Latina. Son momentos de grandes cifras en todo el sector: el grupo alemán Hapag-Lloyd ganó más en los últimos seis meses que en los diez años anteriores.

El encarecimiento de las rutas ha generado un cambio geográfico. Si las empresas ganaban más con la ruta China-Estados Unidos o la ruta China-Europa, no había incentivos económicos para destinar sus barcos a la ruta China-África oriental o China-África occidental. Mediterranean Shipping Co (MSC), la segunda compañía con más cuota de mercado, ha retirado muchos de sus barcos para hacer esta transición: de abastecer a los mercados africanos a los americanos. El resultado es que la capacidad destinada a África es hoy un 6,5% menor que hace un año. Eso son toneladas y toneladas de productos que no llegan. O que, si llegan, lo hacen a un precio mayor.

En los países africanos sin salida al mar, la situación es más grave: al retraso en la entrega y al sobrecoste hay que añadirle el transporte por carretera. “Los precios de la comida se han doblado desde 2019”, apunta una trabajadora del sector energético en Zambia. El mal estado de la kwacha, la moneda local, respecto al dólar ha disparado el precio de las importaciones, como la maquinaria necesaria para que las instalaciones sigan funcionando. Esta espiral hace que los precios acaben llegando al consumidor. En una pequeña empresa energética que opera en el país, el aumento de precios del transporte marítimo solo deja tres opciones: subir las tarifas –algo que el regulador zambiano no quiere aceptar-, recortar en personal o disminuir la rentabilidad del proyecto –entrando en problemas con sus financiadores. Cualquier subida se encontraría con un contexto delicado. En Zambia, el salario medio solo da para cubrir un tercio de las necesidades básicas, y el 58% del país vive con menos de dos dólares diarios.

La tormenta perfecta

En 2006, Maersk anunció una noticia que cambiaría para siempre el transporte marítimo. Tal y como recuerda el economista Marc Levinson en su libro Outside the Box, el lanzamiento del Emma Mersk, un barco de 145 millones de dólares, prometía revolucionar el sector. Podía transportar más carga que nadie y ser ecológicamente más sostenible.

Solo había un problema. Muchos de los puertos no estaban adaptados al tamaño del barco. Aunque la crisis de 2008 fue un bache para el comercio global, el resto de competidores imitaron a Maersk para no quedarse atrás. Y los puertos —los países— no tuvieron más remedio que adaptarse si querían mantener los puestos de trabajo relacionados con la carga, la descarga y el transporte de mercancías. Sudáfrica gastó 500 millones de dólares en Durban para hacer muelles más profundos. Egipto gastó 8.000 millones de dólares para adaptar el Canal de Suez a los barcos gigantes, una cifra insuficiente al parecer, tal y como demostró el bloqueo del Ever Given el marzo pasado. En Hamburgo, el gobierno ganó una larguísima batalla contra los ecologistas y gastó 700 millones de dólares en aumentar la capacidad del puerto. Gotemburgo gastó 400 millones; Génova, 1.000; Miami, 205.

Los gobiernos vendían bonos a treinta años y se endeudaban para atraer a los barcos, y la libre circulación de los transportistas les hacía más vulnerables: para pagar la deuda, necesitaban las tasas e impuestos que pagaban los cargueros. Los cargueros, a su vez, no tenían ninguna obligación respecto a los puertos y podían ir donde quisieran. Está jugada, según Levinson, terminó “eliminando los beneficios prometidos de las costosas inversiones del sector público. Esto perjudicó a las finanzas de los gobiernos regionales y locales y dio a las compañías navieras un poder aún mayor para exigir mejores instalaciones portuarias, menores costes, o ambas cosas”. La sobreoferta de barcos hizo caer a muchos competidores, hasta el punto que el sector se convirtió en un oligopolio: hoy, las cinco grandes empresas de transporte marítimo controlan el 65% del mercado. Las dos primeras, Maersk y Mediterranean Shipping Company, el 32%.

El efecto contagio

El auge de los precios del transporte marítimo funciona como un virus. El portador del aumento de precios, al inicio, es solamente un barco. Más tarde, el barco contagia a todas las mercancías que lleva a bordo. El resultado final es que el aumento de esas mercancías y esas materias primas llega hasta las empresas que las necesitan, cuyos márgenes de beneficio se reducen por el aumento general de los costes. La gasolina, la sangre del sistema económico, es más cara si transportarla es más caro, si hay bloqueos en las cadenas de suministro o si tarda más días en llegar a su destino. Durante los últimos meses, todo esto ha ocurrido a la vez. Por eso, todos los sectores que necesiten gasolina deberán pagar más dinero. Y aquello que transporten, en consecuencia, deberá venderse más caro. Las empresas que no puedan soportar el aumento de costes deberán cerrar, reforzando el oligopolio de aquellas que sobrevivan. Solo quien pueda pagar sobrevivirá, y la concentración que vemos en el mercado del transporte marítimo se trasladará a otros sectores.

Para recuperar la estabilidad anterior al alza de los precios, está prevista la construcción de más barcos. De esta manera, habría más capacidad de trasladar mercancías a un precio menor. De hecho, se estima que las nuevas embarcaciones podrían representar alrededor del 20% de la capacidad actual, pero no estarían disponibles en menos de dos años. Con la demanda disparada, no habrá más oferta disponible hasta el 2023.

Los costes climáticos

Mientras los gobiernos recomiendan a los ciudadanos que tomen medidas para combatir el cambio climático, el transporte marítimo representa el 3% de todas las emisiones que lo provocan. No hay previstos grandes cambios. Sin transporte marítimo la globalización tal y como la conocemos dejaría de existir. Ya en 2009, The Guardian advertía sobre los efectos nocivos de las embarcaciones gigantes de mercancías: un solo barco provoca los mismos químicos relacionados con el cáncer que 50 millones de coches. “15 barcos, lo mismo que los 760 millones de coches que hay en el planeta”, apuntaba el periódico británico.

Un estudio danés calculaba que la contaminación relacionada con el transporte marítimo le generaba un sobrecoste de más de 5.000 millones de dólares al sistema sanitario danés: 1.000 daneses morían de forma prematura por culpa de la polución. Maersk es la empresa más grande de Dinamarca, con 83.000 empleados repartidos por todo el mundo. Recientemente, el gobierno danés se ha movilizado para velar por la seguridad de Maersk en las costas del Golfo de Guinea, donde muchos viajeros temen las acciones de los piratas nigerianos. Aunque Dinamarca sea uno de los países más decididos en la lucha contra el cambio climático, su empresa más exitosa depende considerablemente de remar en la dirección contraria.

El alza de precios ha creado escasez en múltiples sectores de la economía, hasta el punto que la escasez ha llegado a los propios contenedores. No hay suficientes contenedores para almacenar tantas mercancías. Un contenedor de 40 pies (29 toneladas) ha pasado de valer unos 2.400 dólares a rozar los 6.000, según The Wall Street Journal. Esto, a su vez, genera un nuevo interés por el material con el que se hacen los contenedores y los barcos: el acero. China es líder en la producción del acero, hasta el punto que su cotización en el mercado mundial se hace en yuanes, la moneda china. Ningún contenedor se podría hacer sin la materia prima con la que se fabrica el acero: el hierro

Todos los cálculos de eficiencia económica serían estériles si no hubiera hierro con el que hacer los contenedores, gracias a los cuales todo el engranaje del transporte marítimo funciona. Sin hierro, sin contenedores, sin barcos, todos los millones de Maersk servirían para poco. Nike no podría deslocalizar su producción y que le saliera a cuenta. La globalización sería una entelequia lejana. Sin hierro, nada. Con hierro, todo. En Kédougou, Senegal, la región donde vive la familia de Awa, hubo una mina de hierro operativa durante veinte años. En el lugar no quedó ninguna riqueza, y hoy sus habitantes no pueden comer pescado: en un engranaje capaz de recorrer el mundo en días, sus platos siguen estando demasiado lejos. 


miércoles, 25 de agosto de 2021

Autunnale barocco

 Imagen

 

 

 

 

Alejarme volando de mí mismo
como una ave migratoria
lejos de este zarzal, de este malestar,
de este perenne dolor

 Angelo Maria Ripellino

 

 

 

 

 

Vía : https://www.letraslibres.com/mexico/literatura/escribir-poesia-significa-atreverse-desvergonzadamente-conversacion-valerio-magrelli.Imagen :https://twitter.com/withnomoney?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Eauthor

Los mitos como protociencia

Apolo, Zeus y Hera. Fuente: Wikimedia Commons

Los mitos son una expresión de la existencia de la especie, un espejo en constante cambio de las percepciones de la condición humana. Los mitos se basan en un pasado real impreciso en el tiempo, una realidad del comportamiento humano que trasciende un tiempo y un lugar determinados. La ciencia también tiene estos atributos. La estrecha asociación entre el mito y la ciencia se ve claramente cuando se considera la ciencia antigua. Los antiguos lucharon por explicar el entorno natural y su propia humanidad con respecto a lo divino. Las explicaciones iniciales incorporaron dioses y héroes, sucesos fantásticos y acontecimientos dignos de ser recordados. Debajo de lo fantástico y lo extraordinario de la tradición oral, los poemas cantados por el antiguo bardo, existía un verdadero intento de comprender y describir la naturaleza y al propio ser humano.

La antigua civilización sumeria fue el resultado de la organización, el trabajo y la ingeniería de los diques y canales que controlaban los ríos Tigris y el Éufrates, muy propensos a las inundaciones, y que irrigaban la tierra reseca durante la estación seca. La cultura sumeria se basa en última instancia en al agua y sus usos. La epopeya sumeria de la creación, Enûma Elish, describe a Apsu, la personificación deificada de las aguas originales de la creación; a Adad, la de las tormentas; a Ea, la de las aguas; a Ennugi, la del riego; Ningirsu, la de la fertilidad del suelo regado; a Ninurta, la de los de pozos de agua dulce.

Los sumerios está clero que pensaban mucho en el agua. La lluvia y el agua del río daban lugar a abundantes cosechas, vigiladas por Nisaba, la diosa de las cosechas. Ninhursag, la diosa madre, también supervisaba todas las plantas y animales o, lo que es equivalente, a todos los alimentos. Una vez que se recogían las cosechas, Shulpae se encargaba del éxito de los banquetes; Siduri aportaba lo suyo, como diosa del vino que era. Los milagros del agua, la comida, la abundancia, la bebida, los banquetes y los estómagos llenos tenían que ser explicados, y no era concebible otra que no fuese por la benevolencia de los dioses.

Los egipcios, igualmente, dependían del clima, como todas las civilizaciones, pero especialmente del Nilo y sus inundaciones anuales, y del Sol siempre presente. El Sol era tan importante que se necesitaban varios dioses para compartir su poder: Amón, Ra (el sol al mediodía), Atón (el sol al mediodía), Atón (el disco solar), Jepri (el sol en el este), Atum (el sol en el oeste). También se necesitaban varias deidades para el Nilo, gobernando varias regiones de Egipto según la ubicación del propio Nilo (alto o bajo Egipto). Los dioses y diosas de la fertilidad se asociaban con frecuencia con el Nilo: Happi era el dios de las inundaciones del Nilo durante el verano. Nun y Nefertum eran deicaciones de las aguas del abismo que estuvieron presentes en la creación. Sobek, el dios cocodrilo, era el dios del pantano.

Los egipcios, dedicados a comprender la naturaleza de la que tanto dependían, adoraban a los dioses de la ciencia y el saber. Imhotep, quien supuestamente fue un constructor durante la era de las pirámides en el tercer milenio a. e. c., evolucionó hasta ser un dios de la curación y la magia. Serket era su contraparte femenina, la diosa de la curación. Seshat y Thoth eran las deidades de la erudición, de los escribas y de la sabiduría.

Grecia es un paisaje de profundos valles, enormes crestas, bosques ocultos y montañas infranqueables. Los dioses de Grecia eran, por tanto, los de las montañas, los bosques, los ríos, la costa rocosa y las islas del Egeo y el Adriático. Se cree que antes de la llegada al poder de los griegos micénicos, los primeros griegos y la gente de Creta y las islas adoraban a las deidades de la naturaleza dominadas por las diosas de la fertilidad. Atenea, Afrodita, Hera, Artemisa, Hestia, Deméter y Rea fueron una vez, en el pasado mítico, los principales objetos de culto entre los griegos.

En un momento dado, el hijo de Rea, Zeus, dio un golpe de estado divino ocupando el lugar de su padre Cronos y llevando al poder también a sus hermanos Poseidón y Hades. Zeus gobernaba a través de la fuerza, a través del terrible rayo, que solo él controlaba, y que inspiraba terror tanto a dioses como a humanos. Poseidón personificó el mar; Hades se identificó tanto con su cometido que terminó convirtiéndose en él, el inframundo. Las diosas de la fertilidad perdieron poder o cambiaron de forma; por ejemplo, Atenea se convirtió en una virgen con apariencia de hombre; Hera se convirtió en una diosa malhumorada e impotente, siempre regañando a su hermano y esposo Zeus; Afrodita pasó a ser una diosa casquivana del amor que siempre metía a dioses y humanos en líos con la lujuria y el adulterio como fatores comunes; Deméter conservó su papel de diosa de la fertilidad del grano y de la agricultura.

Los poemas de Homero y de Hesíodo ilustran cómo los antiguos bardos personificaban los fenómenos naturales y humanos por medio de los dioses y diosas. Hesíodo explicó la presencia del mal mediante Pandora y su estúpido esposo Epimeteo, quien poseía el don de la retrospectiva pero no el de la previsión, que era la especialidad de su hermano Prometeo. Las mentiras y los robos se explican por la presencia de Hermes, experto en juegos de manos. Hesíodo, creyente en el recurrente concepto a través de los tiempos de que vivía en una época que encarnaba el declive de la cultura de «los buenos tiempos», argumentó que su época era una Edad de Hierro de maldad y desesperación, a diferencia de las edades anteriores de la humanidad: la Edad de Oro de los hombres que eran como dioses; la Edad de Plata, cuando Zeus castigó la arrogancia humana; la Edad del Bronce, cuando los humanos eran gigantes; y la Era Heroica, cuando existían héroes, descendiente de los dioses, pero destruida por la Guerra de Troya.

Los himnos homéricos y la Ilíada y la Odisea describen una cosmovisión totalmente antropomórfica. Los dioses y diosas se mezclan constantemente con los humanos, tanto que los humanos nunca están completamente seguros de quién es dios y quién es mortal. Quizás el extraño en la puerta sea un ser divino enviado para probar al ser mortal, une duda y preocupación recurrentes en los personajes de la Ilíada y la Odisea. Los dioses simbolizan la mente consciente y lo que hoy llamaríamos el subconsciente, por ejemplo, cuando Aquiles quiere destruir a Agamenón en el Libro 1 de la Ilíada, es la diosa Atenea la que interviene personalmente para calmar su ira y proporcionándole razón y paciencia.

La Odisea describe la dicotomía de civilización (el pensamiento, personificado por Ulises) y salvajismo (el cíclope). Ulises utiliza repetidamente su ingenio, artimañas, engaños y, en fin, el pensamiento analítico para salir de apuros. Ulises tiene sabiduría, es decir, ejerce la razón sobre las pasiones, tiene previsión y retrospectiva, tiene paciencia cuando los demás son impulsivos. Las divinidades de la sabiduría, el pensamiento y el ingenio lógicamente ayudan a Ulises. Atenea lo cuida, al igual que Hermes (después de todo era su bisnieto).

De hecho, encontramos en la mitología griega un énfasis en las deidades que personifican el pensamiento humano de una forma u otra. Además de Atenea, Apolo es un dios de la sabiduría, de la lira, de los sueños, de la profecía, de los videntes. Prometeo enseña a los humanos la creatividad, el pensamiento analítico, la inventiva y la curación. 

Fuente: https://culturacientifica.com/2021/08/24/los-mitos-como-protociencia/

martes, 24 de agosto de 2021

Estado de gracia

Juan Gatti
 
 ...Sé de un hombre a quien una simple ventana de escalera, abierta de par en par sobre el cielo vacío, pone en estado de gracia. ¿Acaso hubo en su vida más ventanas de escalera que en otra?¿Por qué, de todas las posibles figuras de infinito, eligió precisamente ésta? Cada cual es sensible a la idea de infinito, pero, ¿por qué una ventana en vez de una fuga de árboles o el perfil de una balaustrada sobre el mar?.¿Cuánto, en la constitución de uno de estos descubrimientos-recuerdo nuestros, juega el influjo de la poesía, la escuela de la lectura, de la audición, de la contemplación? ¿Por cuáles de estos símbolos somos deudores de los poetas que nos han excavado en el corazón su impronta?[...]
...Los símbolos, los descubrimientos-recuerdo de nuestra sustancia, son una cuestión de gusto, sí, pero de gusto activo, son la respuesta de nuestro instinto a las instancias de la cultura. Puede darse que la escalera-ventana fuese la de la escuela donde se han pasado los primeros años y frecuentado, aunque sea con impaciencia, a los poetas, pero lo que en ella importaba e importa aún es el cielo vacío e inmemorial.
 
 
Cesare Pavese

Operación Ciclón: qué papel jugó Estados Unidos en el origen de los talibanes

Reagan, con muyahidines afganos.
Reagan recibió a líderes muyahedines. Getty Images

 En Estados Unidos se les llegó a llamar "combatientes de la libertad".

Pero llamarlos guerrilleros fundamentalistas islámicos hubiera sido más apropiado

Grupos guerrilleros locales resistieron durante años la invasión soviética de Afganistán con el apoyo de Washington, que les suministró armas y dinero para entorpecer los objetivos de la URSS, la superpotencia rival.

Según revelaron documentos desclasificados, investigaciones periodísticas y testimonios de los protagonistas años después, los estrategas de Washington buscaban que la Unión Soviética se viera atrapada en Afganistán en un "lodazal" que consumiera vidas, dinero y recursos como el que Estados Unidos había sufrido años antes en la guerra de Vietnam.

En 1996, solo 8 años después del inicio de la retirada de las tropas soviéticas, los talibanes conquistaban Kabul e imponían en Afganistán un régimen integrista islámico condenado a nivel mundial por sus violaciones de los derechos humanos.

¿Contribuyó la ayuda de Estados Unidos a su victoria?

Cómo empezó todo

En la primavera de 1979, más de 30.000 efectivos militares de la URSS, apoyados por aviones y carros de combate, comenzaron su despliegue en Afganistán en apoyo al gobierno "revolucionario" de Kabul.

Un año antes, la llamada Revolución de Saur había instaurado en Afganistán un estado socialista que se enfrentaba a una creciente resistencia de milicias islamistas locales, formadas por muyahidines, como se llama según la tradición islámica a quienes combaten en la "guerra santa".

Moscú quería apuntalar al Estado socialista afgano y al gobierno prosoviético del presidente Babrak Karmal, que enfrentaba una cada vez más virulenta resistencia armada de los muyahidines.

Robert Crews, historiador especializado en Afganistán de la Universidad de Stanford, le dijo a BBC Mundo que "a Estados Unidos le sorprendió con la guardia baja, pese a que llevaba compitiendo con la URSS por proyectos de construcción e infraestructuras en suelo afgano desde la década de 1950".

En ese contexto, Zbigniew Brzezinski, consejero de Seguridad Nacional, y otros asesores persuadieron al presidente Jimmy Carter de que una operación encubierta para equipar y armar a la insurgencia afgana era buena idea.

Guerrilleros afganos.

Fuente de la imagen, Getty Images

Los guerrilleros afganos recibieron armas de Estados Unidos y otros países.

Empezó así uno de los conflictos típicos de la Guerra Fría, en la que Estados Unidos y la Unión Soviética compitieron por el dominio del mundo, pero nunca se enfrentaron directamente en el campo de batalla, sino mediante el apoyo a algunos de los contendientes en guerras en terceros países. En inglés se conoce como "proxy wars".

Murad Shishani, experto en milicias yihadistas de la BBC, explica que en la de Afganistán "Estados Unidos apoyó la yihad para derrotar al enemigo soviético".

Cómo se llevó a cabo la Operación Ciclón

Al principio, la Operación Ciclón solo suministró a los rebeldes viejo armamento de fabricación soviética, como fusiles AK-47, y se limitó a reclutar combatientes voluntarios y aportaciones económicas en diversos países árabes.

"De esa manera, Washington podía negar su participación", señala Crews.

Arabia Saudita fue uno de los más activos, aunque el Egipto de Anwar el-Sadat y otros contribuyeron al esfuerzo en pro de los muyahidines.

El plan requirió de la colaboración de los servicios de inteligencia de Pakistán, desde donde actuaban muchos de los grupos yihadistas.

Un ejemplo de cómo operaba lo dio el congresista estadounidense Hub R. Reese, que reveló en 1988 que había entregado 700 mulas de Tennessee en una base militar en Kentucky para ser enviadas a Pakistán.

El apoyo estadounidense se hizo más decidido y abierto con Ronald Reagan en la Casa Blanca.

Un lobby cada vez más poderoso en Washington reclamaba intensificar la ayuda a los muyahidines, cuyos líderes se quejaban de que las armas entregadas no bastaban para frenar a los soviéticos.

En 1984 el Congreso aprobó una resolución sobre Afganistán que afirmaba que "sería indefendible proveer a los combatientes de la libertad con la ayuda suficiente solo para luchar y morir, y no para impulsar la causa de la libertad".

Reagan llegó a recibir a una delegación de líderes yihadistas en el Despacho Oval y en su discurso sobre el Estado de la Unión de 1986 lanzó un mensaje a los rebeldes afganos: "No están solos, combatientes de la libertad. Estados Unidos los apoyará".

Pero Reagan hizo algo mucho más importante. Aprobó la entrega a los guerrilleros de unidades del lanzamisiles portátil Stinger, una decisión que se revelaría clave.

Guerrilero afgano con un lanzamisiles.

Fuente de la imagen, Getty Images

El lanzamisiles Stinger permitió a los afganos derribar helicópteros soviéticos.

Ocultos en las escarpadas montañas afganas, los muyahidines pudieron entonces derribar los helicópteros soviéticos y el equilibrio de fuerzas en el terreno cambió rápidamente.

El senador demócrata Charles Wilson, uno de los que más activamente abogaban por una mayor implicación de Washington en Afganistán, declaró que los congresistas estaban "asombrados por el éxito del Stinger".

En septiembre de 1988, después de 9 años de intervención, el premier soviético, Mijaíl Gorbachov, ordenó la retirada de las fuerzas soviéticas de Afganistán, que quedó sumida en una guerra civil entre las diversas facciones del país y un gobierno que, sin el apoyo de la URSS, no tardó en caer.

Tanques soviéticos abandonan Afganistán.

Fuente de la imagen, Getty Images

La URSS inició su retirada de Afganistán en 1988.

¿Se beneficiaron los talibanes del apoyo de Estados Unidos?

"Existe una teoría de la conspiración que afirma que Estados Unidos apoyó al movimiento talibán para beneficiarse de lo que vino después", señala Murad Shishani. "Pero ese no es el caso"

En realidad, los talibanes no aparecieron hasta 1994 en la ciudad sureña de Kandahar, donde pronto ganaron popularidad presentándose como una suerte de estudiantes-guerreros cuyas filas se nutrían de jóvenes de la etnia pastún que fueron formados en escuelas coránicas.

"Cuando surge el talibán ya había caído la URSS, pero es cierto que algunos de los líderes que lo fundaron estuvieron entre los señores de la guerra que recibieron la ayuda estadounidense en la guerra contra la URSS", dice Shishani.

Vencer a la URSS era el gran objetivo de Estados Unido entonces, y como recuerda Shishani, "el término yihadista no tenía las connotaciones negativas que ha adquirido después", por la sangrienta acción de grupos como al-Qaeda y Estado Islámico.

"Estados Unidos metía armas en Afganistán, pero en realidad muchos países lo hacían", subraya.

Talibanes en Afganistán.

Fuente de la imagen, Getty Images

Los talibanes se presentaron en Kandahar como un movimiento de renovación.

Robert Crews recuerda que cuando el talibán apareció en Kandahar se presentó como "una fuerza nueva y pura que quería combatir todo lo anterior" e indica que sus líderes originales no estuvieron entre los principales beneficiarios de la ayuda estadounidense.

Sin embargo, el éxito del talibán se basó en parte en sus promesas de restablecer el orden e instaurar un islam limpio y tradicional, y se beneficiaron de un clima en el que, en palabras de Crews, "la ayuda de Estados Unidos y la victoria contra la URSS habían contribuido a crear una especie de utopía yihadista".

Qué balance se hace en Estados Unidos

La retirada de Afganistán fue vista como el preámbulo a la caída de la URSS y el fin de la Guerra Fría, y en la década de 1990 Estados Unidos vivió el apogeo de su poder como gran potencia indiscutida hasta la emergencia posterior de China.

Robert Gates, ex secretario de Defensa de EE.UU. y funcionario de la CIA cuando se concibió la Operación Ciclón, escribió años después un libro sobre los presidentes que "ganaron la Guerra Fría".

Pero si la Guerra Fría había terminado, la guerra civil afgana siguió llenando de muertos un país ahora lejos de las prioridades de los estrategas estadounidenses.

"En la Guerra Civil afgana Washington optó por el silencio, también en lo que se refería a las violaciones de los derechos humanos de algunos de los grupos de muyahidines a los que había apoyado", indica Crews.

El experto compara el apoyo a la resistencia antisoviética en Afganistán con el que se dio a otros movimientos armados que lucharon contra gobiernos declarados de izquierda en otros países en la misma época, como la Contra que luchó contra el Frente Sandinista en Nicaragua.

A su juicio, esta política revela que "para las élites de Washington las poblaciones de otros países son solo recursos para la consecución de sus intereses".

Quienes diseñaron la Operación Ciclón nunca dieron muestras de arrepentirse. El ex consejero Brzezinski lo dejó claro en una entrevista al semanario francés "Le Nouvel Observateur".

Cuando le preguntaron si se arrepentía del apoyo a los yihadistas respondió con otra pregunta: "¿Qué es más importante en la historia universal? ¿El talibán o el colapso del imperio soviético?".

sábado, 21 de agosto de 2021

La debacle afgana

 El vigésimo aniversario de la ‘Guerra contra el Terrorismo’ ha terminado en una derrota predecible para los EE.UU. y sus aliados. Protección internacional y asilo es lo mínimo que debe Occidente a la población de Afganistán

Afghan militiamen join Afghan defense and security forces during a gathering in Kabul, Afghanistan, Wednesday, June 23, 2021. (AP Photo/Rahmat Gul)
Afghan militiamen join Afghan defense and security forces during a gathering in Kabul, Afghanistan, Wednesday, June 23, 2021. (AP Photo/Rahmat Gul)

 La caída de Kabul ante los talibanes el 15 de agosto de 2021 es una gran derrota política e ideológica para el Imperio estadounidense. Los atestados helicópteros que transportaban al personal de la embajada estadounidense al aeropuerto de Kabul recordaban sorprendentemente las escenas de Saigón, ahora Ciudad Ho Chi Minh, en abril de 1975. La velocidad con la que las fuerzas talibanes han asaltado el país fue asombrosa; su perspicacia estratégica notable. La ofensiva de una semana terminó triunfalmente en Kabul. El ejército afgano de 300.000 efectivos se derrumbó. Muchos se negaron a pelear. De hecho, miles de ellos se pasaron a los talibanes, quienes inmediatamente exigieron la rendición incondicional del gobierno títere. El presidente Ashraf Ghani, favorito de los medios estadounidenses, ha huido del país y buscado refugio en Omán. La bandera del Emirato renacido ondea ahora sobre su palacio presidencial. En cierto sentido, la analogía más cercana no es Saigón, sino el Sudán del siglo XIX, cuando las fuerzas del Mahdi invadieron Jartum y martirizaron al general Gordon. William Morris celebró la victoria del Mahdi como un revés para el Imperio Británico. Sin embargo, mientras los insurgentes sudaneses mataron a toda la guarnición, Kabul cambió de manos con poco derramamiento de sangre. Los talibanes ni siquiera intentaron tomar la embajada de Estados Unidos, y mucho menos atacar al personal estadounidense. 

El vigésimo aniversario de la ‘Guerra contra el Terrorismo’ ha terminado así en una derrota predecible y prevista para los EE.UU., la OTAN y otros que se subieron al tren. Independientemente de qué se opine de las políticas de los talibanes –he sido un crítico severo de ellas durante muchos años–, no se puede negar su éxito. En un período en el que Estados Unidos ha destruido un país árabe tras otro, nunca surgió ninguna resistencia que pudiera desafiar a los ocupantes. Esta derrota bien puede ser un punto de inflexión. Por eso los políticos europeos se quejan. Respaldaron incondicionalmente a Estados Unidos en Afganistán, y ellos también han sufrido la humillación, especialmente Gran Bretaña.

Biden se quedó sin otra opción. Estados Unidos había anunciado que se retiraría de Afganistán en septiembre de 2021 sin cumplir ninguno de sus objetivos ‘liberacionistas’: libertad y democracia, igualdad de derechos para las mujeres y la destrucción de los talibanes. Aunque no hayan sido derrotados militarmente, las lágrimas que derraman los liberales amargados confirman el alcance más profundo de su pérdida. La mayoría de ellos –Frederick Kagan en el NYT , Gideon Rachman en el FT– creen que la retirada de tropas debería haberse retrasado para mantener a raya a los talibanes. Pero Biden simplemente estaba ratificando el proceso de paz iniciado por Trump, con el respaldo del Pentágono, que vio un acuerdo alcanzado en febrero de 2020 en presencia de Estados Unidos, los talibanes, India, China y Pakistán. El aparato de seguridad estadounidense sabía que la invasión había fracasado: los talibanes no podían ser sometidos por mucho tiempo que permanecieran en Afganistán. La idea de que la apresurada retirada de Biden ha fortalecido de alguna manera a los talibanes es una tontería.

El hecho es que durante veinte años, Estados Unidos no ha logrado construir nada que pueda redimir su misión. La Zona Verde brillantemente iluminada siempre estaba rodeada por una oscuridad que los “Zoners” no podían comprender. En uno de los países más pobres del mundo, se gastaron miles de millones anualmente en aire acondicionado para los cuarteles que albergaban a los soldados y oficiales estadounidenses, mientras que la comida y la ropa se transportaban regularmente desde bases en Qatar, Arabia Saudí y Kuwait. No fue una sorpresa que un enorme barrio de chabolas creciera en las afueras de Kabul y que los pobres se organizaran para buscar los restos en los cubos de basura. Los bajos salarios pagados a los servicios de seguridad afganos no pudieron convencerlos de luchar contra sus compatriotas. El ejército, construido a lo largo de dos décadas, había sido infiltrado casi desde el comienzo por partidarios de los Talibán, quienes recibieron entrenamiento gratuito en el uso de equipo militar moderno y actuaron como espías de la resistencia afgana.

Ésta era la miserable realidad de la “intervención humanitaria”. Aunque haya que reconocer los méritos: el país ha sido testigo de un enorme aumento de las exportaciones. Durante los años de los talibanes, la producción de opio se supervisó estrictamente. Desde la invasión estadounidense, ha aumentado drásticamente y representa el 90% del mercado mundial de heroína, lo que hace que uno se pregunte si este prolongado conflicto no debería verse, al menos en parte, como una nueva guerra del opio. Se han obtenido billones de beneficios y se han compartido entre los sectores afganos que sirvieron a la ocupación. A los oficiales occidentales se les pagó generosamente para permitir el comercio. Uno de cada diez jóvenes afganos es ahora adicto al opio. Las cifras entre las fuerzas de la OTAN no están disponibles.

En cuanto a la situación de la mujer, no ha cambiado mucho. Ha habido poco progreso social fuera de la Zona Verde infestada de ONG. Una de las principales feministas del país en el exilio comentó que las mujeres afganas tenían tres enemigos: la ocupación occidental, los talibanes y la Alianza del Norte. Con la salida de Estados Unidos, dijo, tendrán dos. (En el momento de redactar este artículo, tal vez se pueda enmendar por uno, ya que los avances de los talibanes en el norte acabaron con facciones clave de la Alianza antes de que Kabul fuera capturada). A pesar de las reiteradas solicitudes de periodistas y activistas, no se han publicado cifras fiables sobre la industria del trabajo sexual que creció para servir a los ejércitos ocupantes. Tampoco hay estadísticas creíbles sobre violaciones, aunque los soldados estadounidenses con frecuencia utilizaron la violencia sexual contra ‘sospechosos de terrorismo’, violaron a civiles afganos y dieron luz verde al abuso infantil por parte de las milicias aliadas. Durante la guerra civil yugoslava, la prostitución se multiplicó y la región se convirtió en un centro de tráfico sexual. La participación de la ONU en este negocio rentable estaba bien documentada. En Afganistán, aún no se conocen todos los detalles.

Más de 775.000 soldados estadounidenses han combatido en Afganistán desde 2001. De ellos, 2.448 murieron, junto con casi 4.000 contratistas estadounidenses. Aproximadamente 20.589 resultaron heridos en combate según el Departamento de Defensa. Las cifras de víctimas afganas son difíciles de calcular, ya que no se cuentan las “muertes de enemigos” que incluyan a civiles. Carl Conetta, del Proyecto sobre Alternativas de Defensa, estimó que al menos 4.200-4.500 civiles murieron a mediados de enero de 2002 como consecuencia del asalto estadounidense, tanto directamente como víctimas de la campaña de bombardeos aéreos como indirectamente en la crisis humanitaria que siguió. Para 2021, Associated Press informaba que 47.245 civiles habían muerto a causa de la ocupación. Los activistas de derechos civiles afganos dieron un total más alto, insistiendo en que 100.000 afganos (muchos de ellos no combatientes) habían muerto y tres veces ese número había resultado herido.

En 2019, el Washington Post publicó un informe interno de 2.000 páginas encargado por el gobierno federal de Estados Unidos para analizar los fracasos de su guerra más larga: ‘The Afghanistan Papers’. Se basó en una serie de entrevistas con generales estadounidenses (jubilados y en activo), asesores políticos, diplomáticos, trabajadores humanitarios, etc. Su evaluación combinada fue condenatoria. El general Douglas Lute, el ‘zar de la guerra afgana’ bajo Bush y Obama, confesó que “carecíamos de una comprensión profunda de Afganistán, no sabíamos lo que estábamos haciendo... No teníamos la más remota noción de lo que estábamos haciendo(...) Si el pueblo estadounidense supiera la magnitud de esta incoherencia…”. Otro testigo, Jeffrey Eggers, un Navy Seal retirado y miembro del personal de la Casa Blanca bajo Bush y Obama, destacó el enorme desperdicio de recursos: “¿Qué obtuvimos por este esfuerzo de un billón de dólares? ¿Valió la pena gastar ese billón? (…) Después del asesinato de Osama bin Laden, dije que Osama probablemente se estaba riendo en su tumba de agua considerando cuánto hemos gastado en Afganistán”. Podría haber añadido: ‘Y seguimos despilfarrando’.

¿Quién era el enemigo? ¿Los talibanes, Pakistán, todos los afganos? Un viejo soldado estadounidense estaba convencido de que al menos un tercio de la policía afgana era adicta a las drogas y otra parte considerable eran partidarios de los talibanes. Esto planteó un problema importante para los soldados estadounidenses, como testificó un jefe anónimo de las Fuerzas Especiales en 2017: “Pensaron que iba a ir a ellos con un mapa para mostrarles dónde viven los buenos y los malos ... Costó varias conversaciones entender que yo no tenía esa información en mis manos. Al principio, seguían preguntando: ‘¿Pero quiénes son los malos, dónde están?’”.

Donald Rumsfeld expresó el mismo sentimiento en 2003. “No tengo visibilidad de quiénes son los malos en Afganistán o Irak”, escribió. “Leí toda la información de la comunidad de inteligencia, y parece que sabemos mucho, pero de hecho, en cuanto presionas, descubres que no tenemos nada que sea procesable. Somos lamentablemente deficientes en inteligencia humana”. La incapacidad de distinguir entre un amigo y un enemigo es un problema grave, no solo a nivel schmittiano, sino práctico. Si no se puede distinguir entre aliados y adversarios después de un ataque con bombas improvisadas en un mercado de la ciudad abarrotado, se responde atacando a todos y creando más enemigos en el proceso.

El coronel Christopher Kolenda, asesor de tres generales en servicio, señaló otro problema con la misión estadounidense: la corrupción fue desenfrenada desde el principio; el gobierno de Karzai se “autoorganizó como una cleptocracia”. Eso socavó la estrategia posterior a 2002 de construir un Estado que pudiera sobrevivir a la ocupación. “La corrupción menor es como el cáncer de piel, hay formas de lidiar con ella y probablemente estarás bien. La corrupción dentro de los ministerios, nivel superior, es como el cáncer de colon; es peor, pero si lo detecta a tiempo, probablemente se controlará. La cleptocracia, sin embargo, es como un cáncer de cerebro; es fatal”, dijo. Por supuesto, el Estado paquistaní, donde la cleptocracia está incrustada en todos los niveles, ha sobrevivido durante décadas. Pero las cosas no fueron tan fáciles en Afganistán, donde los esfuerzos de construcción de la nación fueron dirigidos por un ejército de ocupación y el gobierno central tuvo escaso apoyo popular.

¿Qué hay de los informes falsos en los que se decía que los talibanes fueron derrotados para no volver nunca? Una figura de alto rango del Consejo de Seguridad Nacional reflexionó sobre las mentiras difundidas por sus colegas: “Fueron sus explicaciones. Por ejemplo, ¿los ataques [de los talibanes] están empeorando? Eso es porque hay más objetivos a los que disparar, por lo que el que haya más ataques es un indicador falso de inestabilidad. Entonces, tres meses después, ¿los ataques siguen empeorando? Es porque los talibanes están desesperados, así que en realidad es un indicador de que estamos ganando” (...) “Y esto siguió y siguió por dos razones: para que todos los involucrados no perdieran la cara y para que pareciera que las tropas y los recursos tuvieran tal efecto que eliminarlos haría que el país se deteriorara”, explicó.

Todo esto era un secreto a voces en las cancillerías y ministerios de defensa de la OTAN en Europa. En octubre de 2014, el secretario de Defensa británico, Michael Fallon, admitió que “se cometieron errores militarmente, los políticos en ese momento cometieron errores y esto se remonta a 10, 13 años atrás (...) No vamos a enviar tropas de combate a Afganistán, bajo ninguna circunstancia”. Cuatro años más tarde, la primera ministra Theresa May reasignó tropas británicas a Afganistán, duplicando sus combatientes “para ayudar a abordar la frágil situación de seguridad”. Ahora, los medios de comunicación del Reino Unido se hacen eco del Ministerio de Relaciones Exteriores y critican a Biden por haber hecho un movimiento equivocado en el momento equivocado, con el jefe de las fuerzas armadas británicas, Sir Nick Carter, sugiriendo que podría ser necesaria una nueva invasión. Los partidarios conservadores, los nostálgicos coloniales, los periodistas títeres y los sapos de Blair hacen fila para pedir una presencia británica permanente en el Estado devastado por la guerra.

Lo sorprendente es que ni el general Carter ni sus relevos parecen haber reconocido el alcance de la crisis a la que se enfrentaba la maquinaria de guerra estadounidense, como se expone en ‘The Afghanistan Papers’. Mientras que los planificadores militares estadounidenses han ido despertando lentamente, sus homólogos británicos todavía se aferran a una imagen de fantasía de Afganistán. Algunos argumentan que la retirada pondrá en riesgo la seguridad de Europa, ya que al-Qaeda se reagrupará en el nuevo Emirato Islámico. Pero estos pronósticos son falsos. Estados Unidos y el Reino Unido han pasado años armando y ayudando a al-Qaeda en Siria, como lo hicieron en Bosnia y Libia. Tal alarmismo solo puede ser creído en un pantano de ignorancia. El público británico, al menos, no parece habérselo tragado. La historia a veces impulsa verdades urgentes en un país a través de una vívida demostración de hechos o de la pérdida de credibilidad de las élites. Es probable que la retirada actual sea uno de esos momentos. Los británicos, ya hostiles a la “Guerra contra el Terrorismo”, podrían endurecer su oposición a futuras aventuras militares. 

¿Qué deparará el futuro? Replicando el modelo desarrollado para Irak y Siria, Estados Unidos ha anunciado que una unidad militar especial permanente, compuesta por 2.500 soldados, estará estacionada en una base kuwaití, lista para volar a Afganistán y bombardear, matar y mutilar si fuera necesario. Mientras tanto, una delegación talibán de alto nivel visitó China en julio pasado, prometiendo que su país nunca volvería a ser utilizado como plataforma de ataques contra otros Estados. Mantuvieron conversaciones cordiales con el Ministro de Relaciones Exteriores de China, que supuestamente abarcaron los lazos comerciales y económicos. La cumbre recordó reuniones similares entre muyahidines afganos y líderes occidentales durante la década de 1980: los primeros aparecieron con sus trajes wahabíes y cortes de barba reglamentarios en el espectacular telón de fondo de la Casa Blanca o el número 10 de Downing Street. Pero ahora, con la OTAN en retirada, los actores clave son China, Rusia, Irán y Pakistán (que sin duda han brindado asistencia estratégica a los talibanes y para quienes este es un gran triunfo político-militar). Ninguno de ellos quiere una nueva guerra civil, al contrario que Estados Unidos y sus aliados después de la retirada soviética. Las estrechas relaciones de China con Teherán y Moscú podrían permitir trabajar para asegurar una paz frágil para los ciudadanos de este país traumatizado, con la ayuda de la continua influencia rusa en el norte.

Se ha puesto mucho énfasis en la edad promedio en Afganistán: 18 años, en una población de 40 millones. Por sí solo, esto no significa nada. Pero existe la esperanza de que los jóvenes afganos luchen por una vida mejor después de cuarenta años de conflicto. Para las mujeres afganas, la lucha no ha terminado, incluso si solo queda un enemigo. En Gran Bretaña y en otros lugares, todos aquellos que quieran seguir luchando deben centrarse en los refugiados que pronto llamarán a las puertas de la OTAN. El refugio es lo menos que Occidente les debe: una pequeña reparación por una guerra innecesaria.

Fuente: https://ctxt.es/es/20210801/Firmas/36958/#.YSAWI0qk62w.twitter