Esta ley, que entrará en vigor el 1 de enero de 2020, propone hacer
ilegal el aborto una vez que se escuchen los latidos del corazón del
feto. Disney ha rodado en este estado taquillazos como 'Black Panther' y
'Vengadores: Endgame'.
Chadwick Boseman (centro) en el rodaje de 'Black Panther', uno de los taquillazos que se han grabado en Georgia.
El consejero delegado de Walt Disney Co, Bob
Iger, ha asegurado a Reuters el miércoles que sería "muy difícil" que la
empresa continuara rodando en el estado de Georgia (EEUU) si entra en
vigor la nueva ley del aborto porque muchas personas no querrían
trabajar en dicho estado.
Disney ha firmado grandes éxitos de taquilla en Georgia como Black Panther y Vengadores: Endgame,
y sería un gran revés para los esfuerzos del estado por crear puestos
de producción si el gigante del entretenimiento dejara de rodar allí.
Cuando se le preguntó si Disney continuaría filmando
en Georgia, Iger dijo que sería "muy difícil hacerlo" si la ley del
aborto entra en vigor.
"Dudo que lo hagamos", dijo Iger en una
entrevista antes de dedicar una nueva sección a Star Wars en Disneyland.
"Creo que muchas personas que trabajan para nosotros no querrán
trabajar allí, y tendremos que prestar atención a sus deseos en ese
sentido. En este momento lo estamos observando con mucha atención". Si
la ley se aplica: "No veo que sea práctico para nosotros continuar rodando allí", agregó.
Netflix ha sido otra gran compañía que ha anunciado que podría dejar de rodar en Georgia.
Ted Sarandos, el director de contenidos, anunció en un comunicado que
trabajará junto con la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) para
luchar contra la regulación de esta ley. Sarandos asegura que
continuará rodando en Georgia mientras no entre en vigor. Sin embargo,
aseguró que la empresa reflexionaría su inversión en el estado si se
aprueba. La plataforma filma en este estado series como Stranger Things y Ozark.
Georgia ofrece créditos fiscales que han atraído
muchas producciones de cine y televisión. La industria es responsable de
más de 92.000 puestos en Georgia, según la Asociación de Películas de
America (MPAA), y unas 455 producciones se rodaron en Georgia en 2018,
según el estado.
Una eurodiputada electa y una diputada elegida para el Parlamento Flamenco del partido de extrema derecha Vlaams Belang han presentado su renuncia antes de ocupar sus escaños Se trata de una estrategia del partido para sortear el requisito de las listas cremallera. Las mujeres ocupaban la segunda posición en sus listas "Un tercer escaño no estaba asegurado y una mujer tenía que ir en segundo lugar, así que me eligieron a mí y a él le hicieron primer sustituto", cuenta una de las mujeres que ha presentado su renuncia antes de ocupar el cargo
El líder del partido Vlaams Belang de Bélgica, Tom van Grieken (i),
camina junto a Geert Wilders, líder ultraderechista holandés.
EFE
El partido de extrema derecha belga Vlaams Belang (interés flamenco) ha
sustituido por hombres a dos mujeres que ocupaban el segundo puesto en
las listas a Europa y al Parlamento flamenco en las elecciones del
pasado domingo. Se trata de una estrategia para esquivar los requisitos
legales de paridad, tal y como ha reconocido el partido y según ha publicado la agencia Belga.
Pasty Vatlet, número dos de la formación ultra para el
Parlamento Europeo, y Lut Defroche-Degroote, que iba a representar a la
provincia de Flandes Occidental en el Parlamento flamenco, han
presentado su dimisión antes incluso de ocupar sus escaños.
Un portavoz de la formación ha explicado a la agencia que
Vatlet es la tesorera del partido y no puede perder esa posición, lo
que significa que su candidatura nunca fue real y que su lugar en la
lista era una pretensión para cumplir el principio de paridad. Los
partidos en Bélgica están obligados a formar listas cremallera: si el
cabeza de lista es un hombre, la segunda posición debe estar ocupada por
una mujer.
La otra candidata, Deforche-Degroote,
dueña de una cafetería en Roeselare, acordó desde un principio que su
candidatura era una farsa diseñada únicamente para garantizar el escaño a
otro hombre. Los hombres que ocuparán sus puestos son Tom Vandendriessche para el Parlamento Europeo e Immanuel De Reuse para el flamenco.
"Esto
estaba acordado de antemano. A Roeselare (municipio belga) le ha ido
bien en las elecciones locales y a nivel nacional tenía derecho a un
escaño. Yo soy el líder del partido en Roeselare y son quien manda
aquí", ha afirmado De Reuse.
El político explica que
tanto él como Deforche-Degroote, la mujer a la que va a sustituir, están
concentrados en políticas sociales, pero que el partido había sido
obligado a buscar una mujer para el segundo puesto en la lista. "Lut
quería hacer esto por mí", ha afirmado.
Entrevistada
por De Morgen, Deforche-Degroote, la mujer que ha presentado su
renuncia, afirma: "Tengo sentimientos encontrados, pero vale, lo
superaremos". "Soy una mujer de palabra. Todo el mundo sabe que Immanuel
es muy ambicioso. Pero un tercer escaño no estaba asegurado y una mujer
tenía que ir en segundo lugar, así que me eligieron a mí y a él le
hicieron primer sustituto", añade.
"Por supuesto que
no me esperaba salir elegida, pero mantendré mi promesa por el bien del
partido", explica la candidata reemplazada. Vlaams Belang ha obtenido
tres escaños en el Parlamento flamenco en Flandes Occidental y otros tres en la Eurocámara.
Son elementos imprescindibles para la fabricación de productos tecnológicos Es un grupo de 17 químicos -escandio, itrio y 15 elementos más- Se trata de la última baza de Pekín para hacer frente a EEUU tras el veto a Huawei
Imagen: Reuters.
El periódico del Partido Comunista de China ha advertido este
miércoles a EEUU de que su país está listo para devolverle el último
golpe en esta guerra comercial en la que están inmersas ambas potencias.
China amenaza de nuevo con las tierras raras y su última expresión es así de contundente: "No digáis que no os lo advertimos", recoge Reuters.
¿Qué son las tierras raras y por qué son tan importantes para EEUU?
Se trata de un grupo de 17 elementos químicos con numerosas
aplicaciones, desde la electrónica de consumo hasta los equipos
militares. Por eso, la perspectiva de que su valor pudiera dispararse
como resultado de la guerra comercial provocó fuertes subidas en los
precios de las acciones de los productores, incluida la empresa visitada
por el presidente Xi Jinping la semana pasada.
Aunque
China no ha dicho hasta ahora oficialmente que vaya a restringir las
ventas de tierras raras a Estados Unidos, los medios de comunicación del
país asiático han dado a entender que esto sucederá, incluyendo los
comentarios del editor del influyente periódico Global Times en
Twitter a última hora de este martes. "Según me consta, China está
considerando seriamente restringir las exportaciones de tierras raras a
EEUU. China también puede tomar otras contramedidas en el futuro",
escribió.
Por su parte, un alto cargo de la Comisión Nacional de Desarrollo y
Reforma, dijo que China dará prioridad a la demanda interna, pero que
también está dispuesta a satisfacer en una medida razonable la demanda
de tierras raras de otros países. China: "No digáis que no os lo advertimos" En
un comentario titulado 'Estados Unidos, no subestimes la capacidad de
China para contraatacar', el periódico oficial del Partido Comunista
chino señalaba la "incómoda" dependencia de Estados Unidos de las tierras raras de China.
"¿Se convertirán las tierras raras en un arma de contraataque para
que China devuelva el golpe a Estados Unidos por la presión ejercida sin
razón alguna? La respuesta no es ningún misterio", dijo. "Sin duda,
EEUU quiere utilizar los productos fabricados con lastierras rarasexportadas por China para contrarrestar y suprimir el desarrollo de China. El pueblo chino nunca aceptará esto", agregó.
La cadena industrial entre China y Estados Unidos está altamente
integrada y es sumamente complementaria, no puede haber ganadores en una
guerra comercial, señaló el periódico. "Aconsejamos a Estados Unidos
que no subestime la capacidad de China para salvaguardar su derechos a
desarrollarse y sus intereses. No digáis que no os lo advertimos".
La expresión "no digáis que no os lo advertimos" sólo ha sido
utilizada por los medios de comunicación oficiales chinos para advertir a
sus rivales sobre puntos de desacuerdo fundamentales, como por ejemplo
durante la disputa fronteriza con la India en 2017, o antes de que China
invadiera Vietnam, en 1978.
China, que ha utilizado las ventas de tierras raras para
ejercer presión en disputas diplomáticas pasadas, fue el origen del 80%
de estos elementos químicos importados por EEUU entre 2014 y 2017.
Las tierras raras, en detalleEste es un listado de los diecisiete elementos que se consideran tierras raras:
- GADOLINIO: se utiliza para desarrollar los micrófonos de
móviles y aparatos de transmisión de sonido sofisticados y, según el
experto del CSIC, "se puede crear un sistema operativo alternativo pero
sin el gadolinio no se pueden fabricar teléfonos".
- ESCANDIO: Es un metal que se utiliza para fabricar piezas de
aviones y que también está presente en las lámparas fluorescentes y en
televisiones.
- ITRIO: Se utiliza también en televisores, en lentes de cámaras o incluso para la fabricación de láseres.
- LANTANO: También tiene entre sus usos la producción de vidrios ópticos, como los de las cámaras o los de los telescopios.
- CERIO: Esta es una de las tierras raras más abundantes en el
planeta, y se utiliza fundamentalmente para elaborar pantallas de
dispositivos electrónicos.
- PRASEODIMIO: Se usa como componente en aleaciones de alta
resistencia útiles para crear por ejemplo motores de aviones. Además, se
utiliza para la fabricación de proyectores e incluso se agrega a los
cables de fibra óptica para amplificar la señal.
- NEODIMIO y DISPROSIO: Se utilizan para fabricar auriculares, micrófonos, discos duros para ordenadores e infrarrojos.
- PROMETIO: Se genera únicamente de forma artificial en
reactores nucleares y, una vez separado de sus sustancias naturales, se
utiliza incluso para desarrollar relojes nucleares o hasta marcapasos.
- SAMARIO: Las luces de los proyectores o los infrarrojos, tal y como se fabrican hoy en día en todo el mundo, necesitan de este metal.
-EUROPIO: Después de haber sido vita para impulsar la
televisión en color, en la actualidad es muy común también utilizarlo
para detectar billetes falsos.
- TERBIO: Es uno de los principales colorantes de rayos X y se
utiliza por ejemplo en la construcción de tubos fluorescentes, aunque
sus reservas están empezando a escasear en todo el mundo.
- TULIO e ITERBIO: Ambos metales se utilizan también para
dispositivos portátiles de rayos X. El primero de ellos es una de las
tierras raras más escasas del planeta.
- HOLMIO: Tiene capacidad para crear campos magnéticos
tremendamente potentes, y es uno de los componentes de los microondas.
Con este elemento, IBM anunció ya en 2017 que había sido capaz de crear
un disco duro del tamaño de un átomo.
- ERBIO: Se utiliza para amplificar las señales ópticas y se incluye en los cables de fibra óptica.
- LUTECIO: Sirve para fabricar memorias de almacenamiento e
incluso para el proceso de fractura hidráulica (fracking) en la
extracción de petróleo.
Al llegar al kilómetro 37 del maratón de Londres, los corredores
pudieron refrescarse de una forma inesperada. Unas pequeñas cápsulas
llamadas Ooho llenas
de Lucozade Sport –una bebida a base de electrolitos– fueron entregadas
a los maratonistas como una alternativa ecológica a las botellas de
plástico. Las cápsulas de Ooho están hechas a base de algas y se
probaron por primera vez en el maratón de Londres de 2017.
El maratón de 2019 ha sido el evento más grande de Ooho hasta la
fecha, y su éxito demuestra que las alternativas al plástico pueden ser
tanto ecológicas como funcionales. Ooho ha crecido exponencialmente
desde su creación en 2013. El producto fue creado por Skipping Rocks
Lab, un proyecto de dos estudiantes de ingeniería de diseño en Imperial
College London y el Royal College of Art en el Reino Unido.
Después de probar su producto en carreras y festivales, la compañía
empezó a expandir y mejorar su tecnología de producción. Ahora, Ooho
está a punto de volverse global. Su participación en el maratón de
Londres fue parte del objetivo de la organización de reducir el número
de botellas de plástico utilizadas el año pasado de 760,000 a 215,000 en
2019. Ooho fue sólo una parte de la solución, ya que también se
repartieron vasos compostables en diferentes estaciones de bebidas.
Y ¿de qué está hecho Ooho? Skipping Rocks Lab bautizó la sustancia
que crearon como NOTPLA.
Está hecha de algas pardas—una planta marina
que crece casi un metro al día, no compite con cultivos alimenticios y
contrarresta la acidificación del océano. Esta substancia también se
biodegrada en un periodo de entre 4 y 6 semanas y no contiene
microplásticos.
A medida que la empresa continúa expandiéndose, ya están pensando más
allá de las cápsulas de Ooho y han comenzado a desarrollar otros
productos. Redes, láminas termosellables y bolsas son sólo algunos de
los objetos que piensan producir en un futuro próximo.
#28M ¡Que sea ley! Somos miles, somos masives exigiendo aborto legal, seguro y gratuito en todo el país, seguimos haciendo historia.
Por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpxs
#SeraLey#Congresoverde#QueSeaLey
La marea verde pro legalización del aborto volvió este martes al Congreso de Argentina
dispuesta a dar batalla en este año electoral. Miles de personas, en su
mayoría mujeres y jóvenes, se concentraron pot la tarde en la plaza y
calles cercanas al edificio legislativo para acompañar por octava vez la
presentación de un proyecto de interrupción voluntaria del embarazo.
"Aborto legal en el hospital", coreaba la multitud con los pañuelos
verdes al aire, entre pancartas con consignas como "saquen sus rosarios
de nuestros ovarios" y "Niñas, no madres". En 2018 el Senado votó en contra, pero la Campaña por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito
-que aglutina a más de 500 organizaciones- ha decidido mover ficha de
nuevo y obligar así a los candidatos presidenciales a posicionarse sobre
un tema que divide al país.
"Este año que tenemos campaña electoral el aborto tiene que
estar en la agenda política y los candidatos y candidatas tienen que
referirse. Queremos que no se pueda votar sin saber su posición", dice
la psicoanalista Martha Rosenberg, una de las referentes de la Campaña a
favor del aborto legal. La iniciativa legislativa legaliza el aborto en
las primeras 14 semanas de gestación y extiende el plazo en casos de
violación y de riesgo para la vida y/o salud de la madre. Estas
excepciones en el proyecto de ley de plazos son actualmente los únicos
dos supuestos en los que es legal interrumpir voluntariamente un
embarazo.
En Argentina, como en gran parte de América Latina,
abortar es un crimen. Es además uno de los más populares, cometido por
cerca de mil mujeres cada día, aunque conlleva penas de cárcel de entre
uno y cuatro años. La criminalización no las disuade, pero las obliga a
abortar en la clandestinidad y pone en riesgo miles de vidas, ya sea por
recurrir a métodos inseguros o por retrasar la búsqueda de ayuda médica
si surge algún problema ante el temor de quedar detenidas. En este país
sudamericano unas 50.000 mujeres son hospitalizadas cada año por
complicaciones derivadas de un aborto. En 2016, último año con datos
oficiales, 43 murieron por esta causa.
Partidarias de la legalización del aborto, este martes frente al Congreso argentino.AFP
Victoria Donda, la primera diputada firmante del proyecto
legislativo, sostiene que es "un pedido de la sociedad que el Congreso
vuelva a debatir el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo,
más allá de cuestiones electorales o numéricas". En una multitudinaria
rueda de prensa en el Congreso, Donda pidió a los legisladores que
decidan si quieren una sociedad donde las argentinas sigan abortando en
la clandestinidad o si van a reconocer por fin "esta deuda que la
democracia tiene con las mujeres".
Los antiabortistas, en cambio, consideran que el nuevo intento de
reabrir el debate "desoye la opinión ya expresada del Parlamento" y
critican que se anuncie "como un derecho la eliminación de personas
hasta las 14 semanas de gestación". Arropadas con banderas y pañuelos
celestes, una veintena de personas se acercaron hasta la Plaza de los
Dos Congresos para mostrar su rechazo al proyecto. "Yo y mis amigos
sentíamos la necesidad de estar hoy acá representando la vida", responde
Nélida Rodríguez, integrante de Amigos por la vida. Rodríguez posa con
el muñeco de un feto en miniatura junto a otros compañeros frente a un
cartel que reza "Con aborto no te voto".
"Hoy en Argentina acceder a un aborto seguro depende de si tenés
plata y de donde vivís. Si tenés plata no sólo tenés garantizada la
salud sino también el secreto", opina Carla López, estudiante de
secundario que este año votará por primera vez. "Mi voto dependerá de la
postura sobre el aborto, espero que el de mis amigas también", señala
esta adolescente con corazones y rayas dibujadas con brillantina verde
en la cara. "No tenemos tiempo para esperar porque siguen muriendo
mujeres", coincide su compañera Jimena. La última víctima fue una mujer
de 32 años, madre de tres hijos, que falleció hace tres días en un
hospital del noreste del Gran Buenos Aires tras haberse practicado un
aborto inseguro.
Partidarios del aborto legal levantan una virgen con el pañuelo verde, color que identifica la campaña a favor del Sí.AFP
La división social e interpartidaria que provoca el aborto legal le
juega en contra para que se reabra el debate en pleno año electoral.
Faltan sólo tres meses para la primera gran cita nacional, las primarias
simultáneas para todos los partidos. Sin embargo, Argentina se ha
ganado a pulso su fama de imprevisible, por lo que nadie da por cerrada
del todo la puerta.
"La presentación tiene que ver con que siempre exista un proyecto
vigente para que cuando haya oportunidad se debata", señala la diputada
macrista Silvia Lospennato, favorable a la legalización del aborto.
"Creo que este año tenemos la misma composición y por ende la
posibilidad de que el resultado sea el mismo", agrega Lospennato,
partidaria de esperar hasta la siguiente legislatura.
En las elecciones de 2015,
el aborto quedó fuera de la agenda en discusión, aunque los dos
candidatos que se enfrentaron en segunda vuelta, el conservador Mauricio Macri y el peronista Daniel Scioli, rechazaban legalizarlo.
Ya como presidente, Macri mantuvo su postura. Se declara "a favor de
la vida", lo que debe leerse como en contra del aborto legal. Sin
embargo, fue el primer jefe de Estado argentino que habilitó el debate
legislativo y anticipó que no vetaría la ley en caso de ser aprobada por
los legisladores.
El peronista Alberto Fernández,
principal rival de Macri en la carrera presidencial, apuesta por la vía
intermedia que goza de mayor consenso social, la despenalización. "Por
lo pronto me parece que no debe ser un delito y que eso podríamos
empezar a trabajar sin necesidad de avanzar tan rápidamente en la
legalización, porque la legalización es un tema que divide a los
argentinos", dijo la semana pasada en su primera aparición como
candidato de una fórmula en la que lo acompaña como vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Entre los demás postulantes presidenciales las posturas difieren. El peronista Sergio Massa está a favor de la despenalización del aborto, al igual que el exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Por el contrario, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna
se declara "personalmente en contra", pero propone una consulta
popular. Nicolás del Caño, candidato del Partido de los Trabajadores
Socialistas, es el único que defiende sin rodeos la legalización.
La discusión argentina es seguida fuera de sus fronteras por su
potencial impacto regional en el continente más restrictivo del mundo.
Hasta ahora, sólo países pequeños como Cuba, Uruguay y Guayana tienen
leyes de plazos similiares a la presentada en Argentina. Sea este año o
bajo el mandato del próximo presidente, todo apunta a que el debate se
reabrirá.
Los pasajeros de vuelos domésticos cayeron un 3% en Suecia mientras el tren sigue creciendo
La activista contra el cambio climático Greta Thunberg (Michael Campanella / Getty)
“He dejado de viajar en avión por convicción, porque no quiero decir una cosa y actuar de otra manera”. Fue lo que dijo la activista sueca Greta Thunberg a su llegada al Foro Económico Mundial de Davos en enero, tras un viaje de 32 horas en tren desde Estocolmo.
Esta joven de 16 años ha puesto cara y voz al movimiento de lucha contra el cambio climático,
empezando con sus huelgas escolares ante el Parlamento sueco el verano
pasado –el más caluroso de la historia de Suecia– y lanzando un mensaje
amenazador a los líderes políticos y empresariales. “No quiero que
tengáis esperanza, quiero que sintáis pánico”, dijo en Davos,
donde reprochó la hipocresía de los asistentes: “Me parece increíble que
las personas que están aquí para hablar del cambio climático lleguen en
jets privados”.
Esta preocupación por el elevado nivel de emisiones
contaminantes que acarrean los viajes en avión va en aumento en los
países nórdicos. En Suecia se ha acuñado el término flygskam (vergüenza de volar), acompañado de otros conceptos relacionados, como smygflyga, que se podría traducir como volar en secreto, y tågskryt, que se refiere al hecho de presumir de viajar en tren.
Según una encuesta de World Wildlife Fund, el 23% de los
suecos se abstuvo de coger el avión el año pasado para reducir su
impacto climático, seis puntos porcentuales más que el año anterior, y
alrededor del 18% escogió el tren en vez del avión. Y las cifras lo
ratifican. El año pasado fue el primero desde que estalló la crisis
económica en el 2008 en que el crecimiento de pasajeros se estancó en el
país escandinavo, y los primeros meses de este año ya dejan ver una
caída.
Miles de estudiantes participan en una manifestación contra el cambio climático
(Jean-christophe Bott / Efe)
Durante casi diez años, los viajeros habían aumentado de forma
constante, pero en el 2018 esta tendencia se estancó. Mientras que en
años anteriores el crecimiento era de entre el 5% y el 9%, el año pasado
fue del 2%, y los pasajeros de vuelos nacionales disminuyeron en más
del 3%. Y en el primer trimestre de este año se confirma la propensión a
la baja: el número de pasajeros de los aeropuertos suecos ha disminuido
un 4,5% en comparación con el mismo periodo del año pasado (378.000
menos), con especial impacto en el aeropuerto de Arlanda (Estocolmo),
por el que han pasado 200.000 pasajeros menos, según cifras de la
Agencia Sueca de Transporte.
Este estancamiento coincide con las cifras récord de la compañía estatal
de transporte ferroviario, SJ, que llegó a la cifra histórica de 32
millones de viajeros el año pasado –los pasajeros de los aeropuertos
suecos se situaron en 39,3 millones–. Según la compañía, en los últimos
cinco años la tendencia al alza se ha acelerado, y en el primer
trimestre del 2019 se ha registrado un crecimiento del 10% respecto a
los tres primeros meses del año pasado.
“Creemos que el cambio climático tiene un efecto importante, pero
también pensamos que cada vez más gente está descubriendo que el tren es
una alternativa muy competitiva en medias distancias”, explica a La Vanguardia un
portavoz de SJ, que resalta que recientemente se ha disparado la
demanda por los trayectos internacionales, ante lo que la empresa está
estudiando la posibilidad de ofrecer una solución digital para poder
comprar billetes para viajar fuera de Escandinavia –con SJ sólo se puede
viajar dentro de Suecia, con excepción de Copenhague (Dinamarca) y Oslo
(Noruega)–.
“Creemos que el cambio climático tiene un efecto importante, pero
también pensamos que cada vez más gente está descubriendo que el tren es
una alternativa muy competitiva en medias distancias”, explica a La Vanguardia un
portavoz de SJ, que resalta que recientemente se ha disparado la
demanda por los trayectos internacionales, ante lo que la empresa está
estudiando la posibilidad de ofrecer una solución digital para poder
comprar billetes para viajar fuera de Escandinavia –con SJ sólo se puede
viajar dentro de Suecia, con excepción de Copenhague (Dinamarca) y Oslo
(Noruega)–.
Este fenómeno está extendido también en el resto de los países nórdicos. En Finlandia, por ejemplo, existe el término lentohapea para
referirse a la vergüenza de volar, y en Dinamarca es uno de los temas
candentes en la campaña para las elecciones del próximo 5 de junio.
Por primera vez, las
cuestiones climáticas se sitúan como la primera preocupación de los
daneses, pero también salen voces que critican una excesiva
demonización. “No vueles. No comas carne. Esta no es mi forma de verlo”,
decía el primer ministro danés, Lars Løkke Rasmussen, al periódico Politiken,
subrayando la necesidad de avanzar hacia soluciones tecnológicas que
reduzcan la contaminación y no hacia prohibiciones. Y zanjaba: “No es
ningún crimen llevar a tu familia a Gran Canaria durante las vacaciones
de Semana Santa”.
Unos 400.000 africanos lucharon en las guerras europeas del siglo XX. Entre ellos, los 'tirailleurs', los tiradores de infantería senegaleses. Pocos sobreviven. Hablamos con tres de ellos, que se debaten entre el orgullo de haber combatido con Francia en contiendas como la II Guerra Mundial y el dolor por el trato recibido
Moussa
Bitteye, `tirailleur' o soldado de infantería, que combatió en
Indochina y Argelia, aún sueña con la guerra y los cadáveres que recogía
en el campo de batalla.ALFREDO CÁLIZ
A Sadio Coulibaly le crujen los huesos cuando se levanta del sillón.
Apoyado en su bastón de madera, da unos pasitos y busca el apoyo
cómplice de su esposa. A sus 96 años, es uno de los últimos tirailleurs (tiradores) vivos que lucharon en la II Guerra Mundial,
Argelia e Indochina, soldados africanos reclutados por Francia para dar
su vida por la metrópoli, enviados al frente como carne de cañón y
discriminados a la hora de los reconocimientos, las pensiones y los
premios, incluso represaliados por exigir un trato igualitario. “En
Hanoi las balas no distinguían entre blancos y negros”, asegura
Coulibaly con amargura, “para ir a la guerra no nos pidieron visado”
En su modesta casa del barrio de Ndolofenne, en Saint Louis,
Coulibaly conserva sus ajadas medallas y un certificado de la Orden del
León que le concedió el presidente de Senegal hace tres años. Pese a su
avanzada edad y a fuerza de repetirlo, recita con detalle lugares y
fechas como una letanía. “Del campo de Kayes fuimos a Tambacounda,
Kaolack, Thies y Rufisque. Luego salimos en barco hacia Marsella. Siete
días tardamos en llegar y había chicos de todas partes, de Senegal,
Malí, Guinea y Mauritania”, asegura.
A partir de aquí su relato es confuso y enmarañado, salta de una
guerra a la otra, de la liberación de París al puerto de Tourane, del
barro de Indochina al desierto de Argelia. Pero algunos detalles están
clavados en su memoria. “Nos llevó hasta Saigón el barco SS Pasteur.
La guerra allí fue durísima, nos mandaban a la selva y pasabas días y
días sin dormir, el enemigo salía de la nada de repente, había cadáveres
por todos lados”, explica. Al frente de un destacamento de 140 tirailleurs, el sargento Coulibaly se empachó de muerte. Luego vendría Argelia, donde resultó herido, y lo mandaron de vuelta a casa.
Tras 18 años en el Ejército llegó el momento del retiro. “A los tirailleurs
nos pagan una pensión que es la cuarta parte de lo que reciben los
veteranos blancos. ¿Por qué? Las balas en Hanoi no sabían si eras
europeo o negro, en la guerra de Europa muchos hermanos africanos murieron bajo las bombas.
También nos prometieron la nacionalidad y nunca lo cumplieron, eso fue
una traición. Ya no tengo edad para viajar, pero mis hijos podrían haber
ido a Europa a trabajar y buscarse la vida. Si quisiera ir de visita a
Francia, país por el que lo di todo, tendría que sacarme un visado, pero
para ir a la guerra no me lo pidieron”, asegura con dolor.
Los tirailleurs senegaleses integraban el cuerpo colonial de
infantería y fueron reclutados a lo largo y ancho del territorio
africano bajo dominio francés. Recibieron el apelativo de senegaleses
porque de esta antigua colonia procedían los primeros, pero con el paso
de los años llegaban de Guinea, Malí, Chad, Níger e incluso del Magreb, a
los que denominaron argelinos o turcos. Tras su creación en 1857
participaron por reclutamiento o de forma voluntaria sobre todo en las dos guerras mundiales (al menos 400.000) y en los conflictos de descolonización, como los citados de Argelia e Indochina.
En Gandiol, a una decena de kilómetros de Saint Louis, Moussa Bitteye
pasa casi todo el día acostado en la cama. Escucha con dificultad y le
cuesta reconocer a sus propios nietos. También tiene 96 años y hay
noches que sueña con aquello y se revuelve inquieto en la cama. A veces
se despierta gritando. “Pasábamos cuatro o cinco días en la selva
recogiendo a los heridos, a muchos los cargué sobre mis hombros, eran
hermanos negros, malienses y senegaleses sobre todo”, explica con
dificultad. Su nieto Masseck completa el relato: “Se siente orgulloso de
haber sido militar, pero luego tuvo que volver. Era hijo único y su
padre lo reclamó. Su vida la pasó entre el campo y el mar, como
agricultor y capitán de pesca”.
Uno de los episodios más trágicos de la historia de los tirailleurs
no tuvo lugar en una guerra lejana, sino de vuelta a casa. Ocurrió el 1
de diciembre de 1944 cuando un nutrido grupo de ellos que había sufrido
prisión y trabajos forzados en Europa fue trasladado a Thiaroye (Senegal) tras la liberación de Francia.
Decenas de ellos se rebelaron contra el incumplimiento del pago de sus
primas de desmovilización y fueron reprimidos con brutal violencia por
sus propios compañeros a las órdenes del general francés Dagnan. La
historia oficial habla de 35 muertos, pero se cree que pudieron fallecer
al menos 70. El cineasta Ousmane Sembène recogió estos hechos en su
película Camp de Thiaroye (1988).
A escasos metros de Bitteye, en la misma Gandiol, vive Issoupha Diop,
nacido en 1937, quien estuvo dos años luchando en Argelia. “No tengo
ningún recuerdo bueno de ese tiempo, lo más que me marcó fue la muerte
de un amigo del mismo batallón. Se adentró en el desierto persiguiendo a
un rebelde y luego apareció su cadáver”. El viejo Diop pasa las horas
sobre una alfombra en la entrada de su casa, ya jubilado. Fue militar
hasta 1972 y llegó a caporal jefe. “Pero nada se parece a la guerra, no
es un juego ni una película, es durísima”, dice.
Un puñado de antiguos tirailleurs senegaleses, entre los que
se encontraba Sadio Coulibaly, héroes de guerra que se sienten
maltratados por Francia, trasladaron al presidente Macron en su última
visita a este país africano su malestar por el trato recibido. “Se
comprometió a darnos la nacionalidad”, asegura el militar retirado,
“pero aún no ha cumplido”. Cada vez quedan menos con vida, pero siguen
siendo una herida abierta de una época no tan lejana.
Hombre o mujer, querría decirte cuánto te quiero, pero no puedo, Y querría decirte lo que hay en mí o en ti, pero no puedo, Y querría decirte la congoja que siento, la que día y noche me acosa. Sepan que no doy conferencias ni limosnas, Cuando doy, me doy a mí mismo....
Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère! (Charles Baudelaire, Les fleurs du mal)
El silencio de los corderos, 1991. Imagen: Orion Pictures.
Una de las imágenes más potentes y desazonadoras del cine de las últimas décadas es la de Hannibal Lecter/Anthony Hopkins
con sus ojos de hielo clavados en los del espectador y los dientes
apretados tras su bozal de caníbal cautivo. Y en las listas de los
personajes de ficción más terroríficos el doctor Lecter suele ocupar el
primer puesto. ¿Por qué? Porque Aníbal el Caníbal somos nosotros —o para
ser más preciso, somos una versión menuda y vergonzante del gran
caníbal arquetípico, el superhombre nietzscheano extrapolable a partir
del tipo de bestia humana predominante en nuestra sociedad—, y nada nos
horroriza tanto como el monstruo que llevamos dentro. Lecter se come a
los animales humanos que lo agreden o incomodan, y acaba con ellos de
forma personal y expeditiva; más falsos y cobardes, sus mezquinos
epígonos, cautivos de —y cautivados por— una cultura de la depredación,
se comen a los animales no humanos que otros han torturado y sacrificado
en las cloacas del sistema. La mezcla de horror y fascinación que
sentimos al mirarnos en los ojos helados de Aníbal el Caníbal es una
punzada de reprimida autoconsciencia, hipócrita lector/lecter, mon semblable, mon frère!
Los derechos de los animales
Tienen
razón, en última instancia, quienes dicen que los animales no humanos no
tienen derechos; pero se olvidan de decir que los humanos tampoco.
Nadie tiene
derechos como algo intrínseco o consustancial: los derechos de cada
cual no son sino aquellas reglas del juego social que lo protegen y
benefician, y son el resultado de un acuerdo colectivo. Quienes invocan
una supuesta «ley natural» o una «moral natural», apelan vanamente a esa
«fusión de contrarios» que solo tiene cabida en los delirios y en los
sueños; por definición, la ley y la moral son constructos culturales que
añadimos a la naturaleza precisamente porque en ella no existen.
Esto no
significa que los derechos no tengan una base natural, y mucho menos que
sean contrarios a la naturaleza, sino que no se derivan o deducen de
ella de forma necesaria y unívoca. De hecho, llevamos cientos de miles
de años en nuestro actual estadio evolutivo y nuestra visión de los
derechos humanos ha variado considerablemente de unas épocas a otras, e
incluso de unos lugares a otros en una misma época.
A lo
largo de la historia, hemos excluido total o parcialmente de los
derechos que hoy consideramos fundamentales a los extranjeros, los
esclavos, los plebeyos, las mujeres, los negros, los homosexuales… Y
aunque la xenofobia, la explotación, el clasismo, la misoginia, el
racismo y la homofobia estén lejos de haber sido superados, al menos hay
un amplio consenso teórico sobre la necesidad de superarlos. ¿Por qué
no ocurre lo mismo con el especismo, impugnado solo por una exigua
minoría de la humanidad? ¿Por qué nuestra capacidad de compasión por el
sufrimiento ajeno suele detenerse en seco en el umbral de las mascotas y
ni siquiera nos asomamos más allá? ¿Por qué se considera que abandonar o
apalear a un perro es una crueldad inadmisible, a la vez que se aceptan
atrocidades como la matanza del cerdo o «fiestas» como los sanfermines?
La suspensión de las creencias
Cuando
leemos una novela o vemos una película, a menudo se produce el fenómeno
conocido como «suspensión de la incredulidad»: sabemos que la historia
que nos están contando no es real, y acaso ni siquiera verosímil, pero
nos sumergimos en ella y nos emociona como si fuese verdadera. Y no solo
reaccionamos así ante la ficción propiamente dicha, sino también ante
mensajes claramente engañosos, como los publicitarios. Nadie en su sano
juicio cree que la publicidad refleje las auténticas cualidades de los
productos promocionados, y sin embargo nos predispone a consumirlos como
si de verdad fueran tan maravillosos como los pintan. Y lo que es más
grave, otro tanto ocurre con las noticias falsas, tergiversadas o
tendenciosas con las que los grandes medios de comunicación nos
bombardean sin cesar.
Y esta
paradójica suspensión de la incredulidad tiene su reverso y complemento
en lo que podríamos denominar «suspensión de las creencias». El
cristianismo propugna la igualdad y la fraternidad universales, así como
el desprecio de los bienes materiales; pero muchos supuestos cristianos
parecen «olvidarse» diariamente de estas convicciones para asumir sin
reservas la lógica capitalista de la competencia insolidaria y el
enriquecimiento personal. Y aunque los ateos no crean que Dios creara al
hombre a su imagen y semejanza, muchos de ellos se comportan como si
los humanos fuéramos los «reyes de la creación» y los demás animales
estuvieran a nuestro servicio, como afirma la Biblia.
En
nuestra «civilizada» relación con nuestros parientes no humanos,
sorprende la aparente facilidad con que coexisten el supuesto «amor a
los animales» con su explotación más despiadada y cruenta. La mayoría de
las personas rechazan —o dicen rechazar— el denominado «maltrato
animal», pero comen carne a sabiendas de que el carnivorismo implica no
solo el sacrificio, sino también la tortura sistemática y prolongada de
millones de animales cuya capacidad de sufrimiento es del todo similar a
la nuestra. ¿Cómo se explica tal grado de disonancia cognitiva?
La desestructuración de la realidad
Al igual
que las antiguas mitologías, nuestra visión del mundo se concreta en un
ciclo narrativo, es decir, un conjunto de relatos complementarios e
interrelacionados, más o menos coherentes y operativos, que intentan
explicar la realidad. Estos relatos internalizados se basan, en parte,
en nuestras propias experiencias e interpretaciones; pero esa parte es
mucho menor de lo que solemos creer, puesto que de manera inconsciente
incorporamos sin cesar, desde la más tierna infancia (sobre todo en la
más tierna infancia), los relatos ajenos: la familia y demás personas de
nuestro entorno, la escuela, los libros y los medios de comunicación
nos cuentan una colección de historias y nos suministran una serie de
datos que vamos integrando en una descripción/interpretación del mundo
más o menos satisfactoria, que es a la vez un espejo en el que mirarse y
un manual de instrucciones.
A partir
de los seis o siete años de edad empezamos a adoptar una actitud
crítica con respecto a ese «gran relato» que es la visión del mundo
inculcada por nuestra cultura; nos damos cuenta de que los adultos, los
libros y la televisión —por no hablar de internet— incurren en continuas
contradicciones y no siempre dicen la verdad, y empezamos a sacar
conclusiones propias a partir de nuestras experiencias personales.
Para
quienes han recibido una educación religiosa, es especialmente difícil
cuestionar las creencias que les han sido presentadas como verdades
absolutas; pero hay otros dogmas tan resistentes a la crítica como los
religiosos y de los que a menudo ni siquiera somos conscientes. El
hambre, la libido y el miedo son las pulsiones básicas de todos los
animales, incluidos los humanos, y nada caracteriza mejor a una
determinada sociedad que sus hábitos alimentarios, amorosos y
defensivos, hábitos que tendemos a considerar «naturales» y que rara vez
sometemos a un análisis crítico.
Del
mismo modo que consideramos normal enamorarse, emparejarse y formar una
familia nuclear (un «hogar» protegido del exterior por unas paredes
infranqueables y una puerta cerrada con llave), a la mayoría de la gente
le parece normal comer carne: todo el mundo lo hace, siempre se ha
hecho y no hay ninguna razón para dejar de hacerlo. Pero no es verdad:
no todos lo hacen, no siempre se ha hecho y hay muy buenas razones para
dejar de hacerlo. Un 8 % de la población mundial es vegetariana, y en
los últimos años el vegetarianismo se ha difundido con creciente
rapidez; y no solo hay razones éticas para abrazarlo, sino también
dietéticas, económicas, ecológicas y sanitarias. Según un reciente
informe de la ONU, la producción de carne y lácteos supone el 70 % del
consumo mundial de agua dulce, el 38 % de la explotación total de la
tierra y el 19 % de las emisiones mundiales de gases de efecto
invernadero, por no hablar de la relación del consumo de carne con el
cáncer de colon. Estos datos, por sí solos, deberían sacudir las
conciencias más laxas. ¿Por qué no lo hacen?
La
respuesta hay que buscarla, al menos en parte, en una sistemática —y
sistémica— desestructuración de la realidad. Estamos tan acostumbrados a
recibir informaciones contradictorias, falaces, tendenciosas o
tergiversadas, que nuestra visión del mundo ha dejado de ser —si alguna
vez lo fue— un «gran relato» coherente o un ciclo de relatos compatibles
y complementarios, para convertirse en un proceloso mar de fragmentos
dispersos en el que, como náufragos a la deriva, intentamos mantenernos a
flote aferrándonos a alguna convicción engañosamente tranquilizadora.
Como la de que somos los «reyes de la creación» y los demás animales son
nuestros esclavos y nuestra comida.
El supremacismo humano
Muchos
hombres se creen superiores a las mujeres, muchos blancos se creen
superiores a los negros, muchas personas cultas se creen superiores a
las menos cultas… Y muchos humanos se creen superiores a los demás
animales. ¿Por qué? ¿Cuál es el concepto de superioridad que subyace a
estas creencias?
Los
hombres suelen ser más corpulentos y fornidos que las mujeres, y su
supremacía empezó basándose en la fuerza bruta, que, directa o
indirectamente, sigue siendo la base del machismo. Los blancos, por
diversas razones geográficas e históricas, desarrollaron civilizaciones
tecnológicamente más avanzadas —es decir, más poderosas— y sometieron a
los negros hasta el extremo de convertirlos en esclavos, también
mediante la fuerza. Las personas con más acceso a la cultura suelen ser
las que pertenecen a las clases sociales que someten a las demás, de
nuevo mediante la fuerza (del dinero y de las armas). En última
instancia, quienes se creen superiores proclaman implícitamente que su
supuesta superioridad dimana de la fuerza, por más que intenten
presentarla como superioridad intelectual. Y además de demostradamente
falsos, los argumentos supremacistas son éticamente irrelevantes; pues,
aunque los varones blancos y ricos fueran más listos que las demás
personas, ¿estarían justificados el sexismo, el racismo y el clasismo?
Supongamos
que existiera una especie de homínidos físicamente iguales a nosotros,
pero con un desarrollo intelectual similar al de los simios. ¿Los
encerraríamos en los parques zoológicos, los torturaríamos en los
laboratorios, nos los comeríamos? No, no lo haríamos, pues de hecho no
nos comemos ni explotamos a los discapacitados mentales, ni nos sentimos
superiores, sino solo mejor dotados para determinadas tareas.
¿En qué
se basa, pues, la supuesta superioridad ontológica de los humanos?
Aunque nos resistamos a verla, la respuesta es obvia: en el fetichismo
del cuerpo y de su imagen (un fetichismo tan arraigado que se hace
extensivo a los cadáveres). Al igual que el racismo, el especismo se
basa en que los «otros» tienen un aspecto diferente.
Te
propongo el siguiente experimento mental: en un remoto planeta, una
cucaracha gigante, tan horrible como inofensiva e inteligente, está
siendo atacada por un hermoso alienígena con un cerebro equiparable al
de un mandril, pero cuyo aspecto físico recuerda vivamente a los
angelotes de Rafael. ¿Dispararías contra el bello
angelote para salvar a la monstruosa cucaracha? ¿Te lo comerías luego
asado, en compañía del insecto gigante?
No se trata de un test con las
respuestas a la vuelta de la página, querido lector/lecter, sino de una
cordial invitación a la reflexión y a la autocrítica.
Ninguno de los miembros de la familia Stanev olvidará jamás el día en que el doctor Amil Khalil les quitó los osos.
Es junio de 2007. En la calle del Geranio de la pequeña aldea de Getsovo en el norte de Bulgaria el verde de los árboles hiere los ojos. Desde primera hora de la mañana no dejan de llegar coches y coches a una casa pareada,con las paredes grises sin revocar. Periodistas, defensores de animales, policías, empleados de la administración, curiosos, vecinos y, además, un montón de niños que andan correteando entre los adultos, tirando palos a los coches, jugueteando. Todos quieren ver cómo acaba -según dirán los medios de comunicación al día siguiente- la bárbara tradición de los osos bailarines. En unos instantes, tendrá lugar un hecho histórico con H mayúscula. Los curiosos irán a contárselo después a los vecinos, y los periodistas, a los espectadores de todo el mundo.
En la mitad derecha del pareado viven Dimitr Satanev, hombre de muy buena planta, con bigote, y su mujer, Maryka.
En la izquierda, dos de sus hijos, con sus mujeres y niños.
Cada uno de esos tres matrimonios tiene su propio oso. Es lo que suele pasar, que los adiestradores de osos vivan unos al lado de otros y estén emparentados entre sí; forman familias multigeneracionales que se dividen el país en pequeñas regiones para no invadir el terreno de otros y no quitarse clientes mutuamente.
O más bien es lo que solía pasar, porque los Stanev son los últimos adiestradores de osos de Bulgaria y los últimos de la Unión Europea. Por eso hay tantos curiosos y tantos periodistas. Hay algo que está tocando a su fin irremediablemente. A la gente le gusta eso de los finales irremediables.
Dimitr, en sus sesenta años de vida, nunca se ha dedicado a nada que no fuera el adiestramiento de osos. Acudían a él adiestradores de toda Bulgaria para que les enseñara los trucos del oficio y,a veces, también para que les ayudara a comprar un osezno. Es perro viejo, listo como él solo, dicen que iba únicamente a lo suyo, pero también tenía mucho encanto personal. Y además de lo suyo sabe lo que no sabe nadie. Siempre tenía a mano un buen consejo y sabía en cada momento quién podía tener un oso para vender.
También su hermano, Pencho Stanev, bigotudo, con un eterno cigarrillo pegado a la comisura de los labios, es una leyenda. Cuando el director de uno de los zoológicos le pidió un dineral por un osezno, atrapó él mismo un oso en el bosque. Los adiestradores contaban historias parecidas de sus abuelos y de sus bisabuelos, pero dónde se ha visto que alguien en el siglo XX atrapara un oso en el bosque. Esas cosas ya no sucedían. Los gitanos de los Balcanes llevaban años comprándoselos a los directores de los zoológicos o a los cazadores. Eso de atrapar un oso era algo que conocían solo por las leyendas, así que Pencho se ganó inmediatamente el respeto de todo el gremio.
Unas semanas antes los Stanev habían firmado ante notario que finalmente, tras siete años de batallas, entregarían sus osos a la fundación Cuatro Patas.
-Los animales de los Stanev son los últimos osos bailarines en la parte civilizada del mundo -dice la gente de Cuatro Patas. Y el jefe del proyecto, el veterinario austriaco Amir Khalil, sonríe de oreja a oreja.
Los cámaras buscan el mejor sitio posible para filmar. No es fácil: todo sucederá en el estrecho paso que separa la casa de los gitanos y la valla de su vecino búlgaro. "¿Para qué encuadre me preparo?", se preguntan los cámaras. Y andan dándole vueltas a si ponerse sobre el techo del coche, o meterse cámara al hombro, o incluso subirse a un árbol.
-Era un tema que se vendía solo -me dirá años más tarde una periodista búlgara que estuvo aquel día en Getsovo-. Tienes a unos gitanos que secuestran o que compran ilegalmente crías de osos. Les insertan un aro en la nariz que se llama jolka. Los osos tienen una nariz extremadamente sensible. Meterles algo en la nariz es como si a un hombre le clavaras en el pene un clavo oxidado. Y después se pasan toda la vida tirando de ese aro para obligar a los osos a bailar. Era una imagen muy triste. Estaba claro que los animales sufrían. Aquel día me sentí orgullosa de que la gente de Cuatro Patas consiguiera solucionar ese asunto de una vez por todas.
Todo el mundo se ha preparado a conciencia para la entrega de los osos.
La policía está preparada en caso de resistencia. La familia de los Stanev siempre ha intentado llevarse bien con las autoridades. Pero toda la gente del lugar sabe que los osos son lo más importante para ellos y que han hecho lo imposible por no tener que entregarlos.
La administración está preparada para celebrar un éxito. Es difícil imaginarse una publicidad mejor para toda la región: entre los periodistas presentes están los de los mejores periódicos europeos.
Los curiosos están preparados para ver un espectáculo.
Si hay alguien que no está preparado, ese alguien son los osos que andan agitados y nerviosos y no acaban de entender el repentino jaleo.
La familia Stanev espera encerrada en su casa. Está el viejo Dimitr. Están sus dos hijos, su mujer y un tropel de nietos.
Y están los protagonistas del día.
Misho, de diecinueve años; Svetla, de diecisiete; Mima, de seis. Están en casa, junto a la familia, con sus jolkas de metal en la nariz y unas cadena de hierro enganchadas a esas jolkas. Misho ha estado toda la mañana posando para las fotos y los reporteros se lo han recompensado con chocolate y barras de Snickers. Veselin Stanev, uno de los hijos de Dimitr, para demostrar la íntima relación que su familia tiene con los osos, le ha llegado a meter en la boca a Misho la pierna de su hijo, que apenas si tiene unos meses. El oso ha lamido la pierna. Para Veselin se trata de una demostración del inmenso apego que el oso le tiene a su familia, porque un oso salvaje devoraría primero al bebé, después a Veselin Stanev y, para acabar, a los periodistas y sus cámaras. Pero Misho no era un oso salvaje. Era -subraya Veselin- un miembro más de la familia Stanev. Un miembro de pleno derecho.
A las diez, llama a la puerta de los Stanev el doctor Khalil para convertir la vida de los osos en un sueño como sacado de un folleto turístico, con su bosque de pinos, su piscina y vistas a las montañas de Rila.
¿Qué dice exactamente el doctor Khalil? Probablemente, lo que suele decir en esas ocasiones: "Buenos días, tal como acordamos, hemos venido a por sus osos".
O simplemente: "Ya saben ustedes a qué hemos venido".
Es más importante lo que Khalil les va a decir a los periodistas mientras los Stanev estén metiendo a los osos en las jaulas que han preparado antes.
Dice:"Señoras y señores, el 14 de junio de 2007 se pone fin en Bulgaria a la tradición de los osos bailarines".
Los osos que bailan Historias reales de gente que añora vivir bajo la tiranía
Ostrów Mazowiecka
Activistas por el derecho al aborto frente a la Corte Suprema de los EEUU | REUTERS/ Kevin Lamarque
Miles de personas se citaron este martes en más de 400
ciudades de EEUU para defender el derecho al aborto, en un gesto masivo
de rechazo a una ola de leyes estatales diseñadas para forzar al
Tribunal Supremo a replantearse la decisión que en 1973 legalizó la interrupción del embarazo en todo el país.
La escalinata del Supremo, en Washington, se
convirtió en el escenario principal de la jornada de protestas
organizada en respuesta a las leyes aprobadas este año en ocho estados
de EEUU, y en particular a la firmada la semana pasada en Alabama,
que prohíbe el aborto en prácticamente todos los casos. "Esto es algo
que el Supremo decidió en los años 70 y que no debería estar ahora bajo
ataque", opinó Mary Tablante, una joven de 27 años que protestaba en
Washington.
El veto al aborto en Alabama, que no contempla excepciones ni siquiera en casos de violación o incesto y amenaza con la cadena perpetua a los médicos
que practiquen interrupciones del embarazo, desafía abiertamente la
decisión adoptada por el Supremo hace 46 años, llamada "Roe versus
Wade". Sus promotores redactaron la ley con el objetivo expreso de
provocar un litigio y obligar al máximo tribunal del país a pronunciarse
sobre el tema, con la esperanza de que la mayoría conservadora en la
corte erosione el precedente de 1973.
Aunque ninguna ha entrado aún en vigor, a la medida
de Alabama se suman otras leyes aprobadas en Kentucky, Misisipi, Ohio o
Georgia, que impedirán abortar una vez que se detecte el latido del corazón del feto, algo que puede suceder cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas.
Las preguntas "¿de verdad?" y "¿todavía?", inscritas
en una de las pancartas agitadas ante el Supremo, hablaban por muchas de
las asistentes, indignadas por tener que defender un derecho que se les garantizó hace casi medio siglo. "Llevamos haciendo esto desde que íbamos al instituto, y todavía estamos en la misma lucha", dijo Martha Lehman, de 76 años.
Lehman y su amiga Lois Jacob, de la misma edad,
recuerdan bien el triunfo que supuso para el movimiento feminista la
legalización del aborto a nivel nacional, y creen que algunos
republicanos siguen atacando ese derecho porque les funciona como "arma
política". "Tenemos hijas, y nietas, y quiero que vivan en un mundo
mejor", explicó Lehman, quien advirtió de que las leyes estatales
perjudican especialmente a las mujeres con menos recursos.
La presidenta de Planned Parenthood, Dra. Leana Wen, habla en una
protesta contra la legislación contra el aborto en la Corte Suprema de
los EEUU (Washington) | REUTERS/ James Lawler Duggan
A unos metros de distancia, Sara Flores-Shannon recordó que los hispanos
"son el grupo que más está creciendo en estados como Alabama y
Misisipi", y que muchas latinas se enfrentan a barreras económicas
y de idioma de los servicios de salud reproductiva. "Sabemos que esas
reglas o leyes nuevas van a impactar a nuestra comunidad muchísimo",
señaló la joven, que trabaja en Virginia para el Instituto Nacional de
Latinas por la Salud Reproductiva.
Debido a las medidas estatales aprobadas en los
últimos años, el acceso a servicios reproductivos asequibles ha
disminuido drásticamente, y en seis estados -Kentucky, Misisipi, Misuri, Virginia Occidental, Dakota del Norte y Dakota del Sur- ya solo queda una clínica donde se practiquen abortos.
Por la protesta en Washington pasaron varios aspirantes demócratas a la Presidencia en las elecciones de 2020 -Bernie Sanders, Pete Buttigieg, Amy Klobuchar, Kirsten Gillibrand y Cory Booker-, que lo convirtieron en un tema de campaña. "Esto es algo que el presidente (Donald) Trump ha desatado", denunció Gillibrand.
Trump recordó este fin de semana que apoya el aborto
solo en casos de violación, incesto o peligro para la vida de la madre,
lo que implica que se opone a la ley de Alabama pero no a otras medidas
estatales, cuyos impulsores se han visto envalentonados por el discurso
antiaborto del mandatario y su vicepresidente, Mike Pence.
"Esto es exactamente lo que Trump, Pence y su ejército
de políticos antimujeres llevan planeando todo este tiempo. Tienen un
plan particular en mente, un plan distópico", advirtió en una entrevista
la presidenta de la red de clínicas Planned Parenthood, Leana Wen.
La empresa canadiense Tilray abre en Portugal un gran centro de cultivo de esta planta con fines medicinales para abastecer a la UE
Bendita 'maría'. Es lo que piensan millones de personas en todo el
mundo que soportan sus males de una forma más llevadera gracias al
cannabis; empleado de la manera adecuada lo mismo ayuda a sobrellevar
efectos secundarios de la quimioterapia, como las náuseas, que alivia la
esclerosis múltiple, reduce el impacto de la epilepsia y el dolor
crónico o contribuye a luchar contra la anorexia y afecciones
psiquiátricas, entre otros usos medicinales. Lo certifica la Asociación
Internacional para los Cannabinoides Medicinales (IACM).
A
cultivarlo de manera industrial se dedica la empresa canadiense Tilray,
que acaba de inaugurar una gran planta en Cantanhede, al norte de
Portugal, con miras a abastecer el mercado europeo. En el país vecino,
el cannabis medicinal es legal desde que el año pasado lo aprobara el
Parlamento. «Con orgullo de ser pioneros -dicen en la empresa-, somos el
primer productor de cannabis medicinal que suministra flores de esta
hierba y productos derivados a decenas de miles de pacientes, médicos,
farmacias, hospitales, gobiernos e investigadores de los cinco
continentes». Sus productos se venden en dos formatos primarios:
extractos y flores secas, tanto enteras como molidas, «que pueden ser
administrados o consumido a través de una variedad de métodos».
El
año pasado, la empresa ya consiguió con éxito la primera cosecha al
aire libre, y a principios de este año llegó la plantada en su
invernadero de más de dos hectáreas. Han invertido 20 millones de euros
en la instalación. Emplea actualmente a un centenar de personas y
esperan duplicar este número para finales de 2019. Quieren llegar a
producir 60 toneladas al año. Brendan Kennedy, consejero delegado de
Tilray, asegura que toda esta apuesta de expansión empresarial precede
al cambio que están experimentando los países europeos al autorizar el
uso de cannabis con este objetivo. Alemania es su principal destino,
allí se legalizó en 2017. En Gran Bretaña, el año pasado. La empresa
vende ya en Canadá, EE UU, Australia, Nueva Zelanda, Chile, Argentina,
Sudáfrica, Chipre, República Checa y Croacia. En Portugal aún no se
comercializa porque no hay ninguna farmacéutica que lo haya solicitado. «Perplejidad» en España En
nuestro país, el Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM)
-integrado por médicos, investigadores y asociaciones de pacientes-
muestra su «absoluta perplejidad» por que el cannabis medicinal siga
siendo una quimera que solo se dispensa a un puñado de pacientes -en su
mayor parte, enfermos de esclerosis- con receta médica hospitalaria, es
decir, el 'Sativex' que se consigue solo en las farmacias de los
hospitales. «Ni siquiera llega al 1% de las 300.000 personas que lo
necesitan en nuestro país y que lo están usando gracias a una de las
tres vías por las que se puede conseguir: el mercado negro, los clubes
de cannabis o el autoconsumo», explica su presidenta y usuaria, Carola
Pérez. Denuncia la «vergüenza» que supone que España se esté quedando
rezagada en este sentido, «alegando que no existe evidencia científica, y
que aboquen a tanta gente a automedicarse con sustancias de las que no
conocen su procedencia, la variedad de la planta, la dosis...
Efectivamente, hacen falta muchos más estudios, pero ahí está la
experiencia de países como Canadá o Israel, con programas de
dispensación, controlada por el gobierno, con un cannabis trazado,
analizado y recetado bajo supervisión médica».
La legalización
del cannabis medicinal en Portugal y el desembarco allí de Tilray es
para muchos usuarios españoles como ponerle a un niño un caramelo en la
boca y no acabar de dárselo. De todos modos, recuerda Pérez que en
nuestro país hay dos empresas que cultivan cannabis para exportar a
otros países con licencia de la Agencia Española del Medicamento,
Alcaliber y Linneo Health. «Una contradicción, puedes plantarlo aquí
pero para los de fuera, alemanes, israelíes, italianos... ¿El cáncer y
el dolor son diferentes allí? ¿Aquí no existen evidencias y allí sí?».
El Gran Kilo, el prototipo utilizado durante 130 años para calcular el peso, pasó a la historia a partir de este 20 de mayo.
Los
científicos alertaron hace algunos años de que el kilogramo original,
el gran referente para todas las mediciones de masa, había cambiado y pesaba menos de un kilo
Concretamente,
unos 50 microgramos menos, el equivalente a un pequeño grano de arena,
imperceptible para la vida cotidiana pero problemático para el mundo de
la ciencia.
En una conferencia celebrada en noviembre de 2018, el Comité Internacional de Pesos y Medidas decidió que el estándar del peso ya no será un objeto físico sino que se redefinirá mediante una constante matemática altamente precisa. Cómo funciona el nuevo sistema de mediciónEl
nuevo peso del kilogramo se medirá con electroimanes. Existe una
relación directa entre la electricidad y el peso, ya que la fuerza que
ejerce un electroimán es proporcional a la corriente eléctrica que pasa
por sus bobinas.
Por lo tanto, se puede calcular un peso, en este caso el del kilogramo,
midiendo la cantidad de electricidad necesaria para contrarrestar su
fuerza.
La constante de Planck relaciona el peso con la corriente eléctrica.
Para calcularla se usa la balanza de Watt, un conjunto de escalas
superpreciso.
La balanza de Watt tiene un electroimán que tira de
un lado de la balanza y un peso (en este caso sería un kilo) en el otro
lado.
La corriente que pasa por el electroimán aumenta hasta que
los dos lados de la balanza están perfectamente equilibrados. Esa
corriente se puede medir con una precisión del 0,000001%. Adiós al Gran KiloEl
kilo original, establecido en 1889, es un molde en forma de cilindro,
del tamaño de un huevo, compuesto por un 90% de platino y un 10% de
iridio, del que se hicieron seis copias repartidas por todo el mundo.
En tanto que objeto físico, puede fluctuar, lo que supone un problema para la precisión con la que se trabaja en el ámbito científico.
Este prototipo internacional se guarda en Sèvres, cerca de París, protegido por tres campanas de cristal en una caja fuerte.
Para
abrir la caja se necesitan tres llaves, que están en manos de solo tres
personas que deben estar presentes simultáneamente.
En la reunión el Comité Internacional de Pesos y Medidas revisó también otras unidades básicas
como el amperio (unidad de corriente eléctrica), el mol (unidad de la
cantidad de la materia) y el kelvin (una unidad de temperatura). Los
cambios entraron en vigor oficialmente el 20 de mayo de 2019.
Getty ImagesImagen
de archivo de una manifestación en Chile para conmemorar el fin de la
dictadura y pedir justicia para las víctimas. En primer plano, un
manifestante porta un cartel con el rostro de Salvador Allende.
Cada vez que los líderes del tercer mundo se propusieron nacionalizar
los recursos naturales de sus países, se los acusó de “vende patrias” y
de pretender “introducir ideas foráneas”, como si existiese alguna idea
que no tuviese algo de foráneo.
Las dos acusaciones han
sido, por generaciones, dos clásicos de la cultura popular cuyos
orígenes no son difíciles de rastrear siguiendo los rastros del interés
económico internacional. Cuatro casos archiconocidos fueron cuatro
presidentes electos democráticamente y depuestos por similares golpes
militares precedidos por similares estrategias de desestabilización y
seguidos de similares dictaduras: Jacobo Arbenz, cuando intentó
nacionalizar una pequeña fracción de tierras en Guatemala en manos de la
United Fruit Company; Mohammad Mossadegh, cuando intentó cumplir su
promesa electoral de nacionalizar el petróleo en manos de British
Petroleum en Irán; Patrice Lumumba, cuando intentó conservar los
recursos minerales de Katanga en el Congo en manos de las empresas
belgas; y Salvador Allende, cuando intentó nacionalizar el cobre y la
banca en Chile en manos de empresas estadounidenses (alguno de estas
terribles políticas, como la redistribución de tierras, ya habían
comenzado con el presidente anterior, el conservador moderado y rival de
Allende, Eduardo Frei Montalva).
Otros ejemplos abundan, pero
casi todos hundidos en el generoso olvido de los pueblos. Todos fueron
acusados, por las potencias coloniales de su momento, de querer entregar
sus países al poder extranjero y de promover ideas extranjeras. Como
solución a sus planes de nacionalización, primero la propaganda y luego
las armas lograron devolver los recursos nacionales a manos de empresas
privadas extranjeras con la obvia asistencia de gobiernos extranjeros
que en todos los casos, y de forma documentada, actuaron como extensión
de los negocios privados en nombre del interés general.
Esta operación de subasta de países se llevó a cabo o se consolidó
con la imposición de “ideas extranjeras”, para nada espontaneas ni
producto de ningún debate democrático, sino como parte de un plan
deliberado por parte de las potencias extranjeras.
Por ejemplo,
cuando en los años 50s se hizo evidente el sostenido crecimiento de la
izquierda en Chile, se comenzó el envío de estudiantes de economía de la
Pontificia Universidad Católica de Chile a/y desde la Universidad de
Chicago. No a cualquier departamento sino a estudiar bajo el directo
tutelaje de Milton Friedman y Arnold Harberger, los ideólogos de la
reacción contra la corriente iniciada por el cuatro veces presidente de
Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, por la cual la superpotencia
volvió, por unas décadas, a políticas sociales (New Deal, Nuevo
Acuerdo). En 1958 Jorge Alessandri le había ganado a Allende por una
mínima diferencia de votos y en 1964 la CIA financió exitosamente la
campaña electoral de Frei contra Allende. En 1970 el dinero no fue tan
efectivo y Allende terminó ganándole a Jorge Alessandri, por lo cual la
MIMO (Mafia Internacional de Millonarios Organizados) recurrió al mismo
Plan B de todos los casos anteriores: golpe de Estado y dictadura
militar para “salvar al país” de alguna amenaza de moda contra la
libertad.
Gracias a esta dictadura y a
otras en América Latina, los Chicago Boys, los economistas entrenados
en la ideología de Friedman, tuvieron carta libre para actuar en Chile y
en otros países. Este grupo, sus ideólogos y sus apologistas, centraron
y centran hoy sus elogios en la idea de que son ellos quienes han
promovido el “libre mercado” y las “libertades individuales”.
Ambos,
libre mercado y libertades individuales son ideas muy nobles y
positivas. Si no fuese por la hipocresía con la que se las ha aplicado
sistemáticamente. No hubo y nunca habrá libre mercado bajo el tutelaje
neocolonial y neo imperialista sino lo contrario. Mucho menos hubo
libertades individuales, ya que estas políticas necesitaron múltiples
dictaduras militares primero y más tarde dictaduras bancarias sobre
países arruinados y endeudados por las dictaduras anteriores. El libre
mercado y las libertades individuales significaron, bajo estas
políticas, libertad de algunos mercados para imponer sus condiciones e
intereses sobre otros, y libertad de algunos, de unos pocos individuos
para decidir sobre otros individuos, sin excepciones una abrumadora
mayoría. Este discurso, esta efectiva manipulación ideoléxica, es
semejante al mito que celebra la independencia de Texas de México
aduciendo que fue para gozar de “mayores libertades políticas” sin
aclarar que se trataba de “mayores libertades de unos a esclavizar a
otros”, ya que el gobierno mexicano había regalado tierra a los
inmigrantes anglosajones sin haber legalizado la esclavitud, verdadera
fuente del “milagro económico” del sur estadounidense.
Pinochet no
solo no fue acosado económicamente por Nixon, como lo fuera Allende,
sino que además recibió todos los beneficios posibles (morales,
ideológicos, militares y económicos) de la superpotencia. Pese a todo,
la pobreza y el desempleo no solo continuó creciendo en el llamado
“Milagro económico chileno” (mito propagado y diseminado por la poderosa
ultraconservadora Heritage Foundation, fundada por Paul
Weyrich, Edwin Feulner y Joseph Coors) sino que además, en los 80s, el
país se sumergió en una dolorosa crisis económica que ocurrió
simultáneamente en otras dictaduras menos exitosas del continente.
Quienes
entregaron al país y sus recursos naturales tan codiciados por las
exitosas compañías occidentales a fuerza de una dictadura sangrienta, no
se los llamó “vende patrias” sino “salvadores de la libertad”. Las
ideas indoctrinadas como un dogma incuestionable (cuestionado en todas
las universidades de Estados Unidos, menos en el departamento de
Friedman) por una simple decisión estratégica de las agencias de Estados
Unidos, no se las llamó “ideas extranjeras”.
Fue una operación perfecta, o casi perfecta. Otro típico caso de
“ideología reversa”. La mafia neoliberal (a través de sus voceros más
pobres, es decir fanáticos) se encargó siempre de acusar a cualquier
grupo universitario o de activistas sociales o de intelectuales críticos
de practicar las ideas del teórico marxista italiano Antonio Gramsci.
Sin embargo, si bien la izquierda tradicional fue gramsciana por su
análisis de la realidad y por su natural resistencia crítica al poder
(que se expresa y consolida por el sentido común prefabricado), la
derecha internacional fue siempre gramsciana en la aplicación del poder a
través de las ideas colonizadas.
Se puede ocupar un país, se
puede imponerle un gobierno títere por un tiempo limitado, pero si el
objetivo es permanecer, la única forma posible es colonizar las ideas de
un pueblo hasta inocularlas con un interés parasitario que con el
tiempo terminarán adoptando como propias. Tan propias que cualquier cosa
que suene diferente, como la recuperación soberana de sus recursos,
será aplastada con calificativos como “ideas foráneas” ―y sus
propulsores “vende patrias”.
Pero a toda esta ingeniería de las
ideas que define nuestro mundo hay que sumarle un aliado fundamental:
ese miedo que es parte de la condición humana, ese miedo de un mendigo
que es capaz de matar y morir por conservar las pocas pero sonantes
monedas que le tiró un buen señor a la salida de la iglesia y que le
costó todo el día ganar.
El 19 de mayo de 2019, en Morehouse
College de Atlanta, el multimillonario invitado a dar el típico discurso
moralizador de graduados, Robert F. Smith prometió pagar la deuda de
los estudiantes por haber estudiado. La audiencia estalló en llanto. Un
gesto noble, sin dudas. Con sus viejas trampas, por lo expuesto desde
hace veinte años...