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"Este año que tenemos campaña electoral el aborto tiene que estar en la agenda política y los candidatos y candidatas tienen que referirse. Queremos que no se pueda votar sin saber su posición", dice la psicoanalista Martha Rosenberg, una de las referentes de la Campaña a favor del aborto legal. La iniciativa legislativa legaliza el aborto en las primeras 14 semanas de gestación y extiende el plazo en casos de violación y de riesgo para la vida y/o salud de la madre. Estas excepciones en el proyecto de ley de plazos son actualmente los únicos dos supuestos en los que es legal interrumpir voluntariamente un embarazo.
En Argentina, como en gran parte de América Latina, abortar es un crimen. Es además uno de los más populares, cometido por cerca de mil mujeres cada día, aunque conlleva penas de cárcel de entre uno y cuatro años. La criminalización no las disuade, pero las obliga a abortar en la clandestinidad y pone en riesgo miles de vidas, ya sea por recurrir a métodos inseguros o por retrasar la búsqueda de ayuda médica si surge algún problema ante el temor de quedar detenidas. En este país sudamericano unas 50.000 mujeres son hospitalizadas cada año por complicaciones derivadas de un aborto. En 2016, último año con datos oficiales, 43 murieron por esta causa.
Los antiabortistas, en cambio, consideran que el nuevo intento de reabrir el debate "desoye la opinión ya expresada del Parlamento" y critican que se anuncie "como un derecho la eliminación de personas hasta las 14 semanas de gestación". Arropadas con banderas y pañuelos celestes, una veintena de personas se acercaron hasta la Plaza de los Dos Congresos para mostrar su rechazo al proyecto. "Yo y mis amigos sentíamos la necesidad de estar hoy acá representando la vida", responde Nélida Rodríguez, integrante de Amigos por la vida. Rodríguez posa con el muñeco de un feto en miniatura junto a otros compañeros frente a un cartel que reza "Con aborto no te voto".
"Hoy en Argentina acceder a un aborto seguro depende de si tenés plata y de donde vivís. Si tenés plata no sólo tenés garantizada la salud sino también el secreto", opina Carla López, estudiante de secundario que este año votará por primera vez. "Mi voto dependerá de la postura sobre el aborto, espero que el de mis amigas también", señala esta adolescente con corazones y rayas dibujadas con brillantina verde en la cara. "No tenemos tiempo para esperar porque siguen muriendo mujeres", coincide su compañera Jimena. La última víctima fue una mujer de 32 años, madre de tres hijos, que falleció hace tres días en un hospital del noreste del Gran Buenos Aires tras haberse practicado un aborto inseguro.
"La presentación tiene que ver con que siempre exista un proyecto vigente para que cuando haya oportunidad se debata", señala la diputada macrista Silvia Lospennato, favorable a la legalización del aborto. "Creo que este año tenemos la misma composición y por ende la posibilidad de que el resultado sea el mismo", agrega Lospennato, partidaria de esperar hasta la siguiente legislatura.
En las elecciones de 2015, el aborto quedó fuera de la agenda en discusión, aunque los dos candidatos que se enfrentaron en segunda vuelta, el conservador Mauricio Macri y el peronista Daniel Scioli, rechazaban legalizarlo.
Ya como presidente, Macri mantuvo su postura. Se declara "a favor de la vida", lo que debe leerse como en contra del aborto legal. Sin embargo, fue el primer jefe de Estado argentino que habilitó el debate legislativo y anticipó que no vetaría la ley en caso de ser aprobada por los legisladores.
El peronista Alberto Fernández, principal rival de Macri en la carrera presidencial, apuesta por la vía intermedia que goza de mayor consenso social, la despenalización. "Por lo pronto me parece que no debe ser un delito y que eso podríamos empezar a trabajar sin necesidad de avanzar tan rápidamente en la legalización, porque la legalización es un tema que divide a los argentinos", dijo la semana pasada en su primera aparición como candidato de una fórmula en la que lo acompaña como vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Entre los demás postulantes presidenciales las posturas difieren. El peronista Sergio Massa está a favor de la despenalización del aborto, al igual que el exgobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey. Por el contrario, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna se declara "personalmente en contra", pero propone una consulta popular. Nicolás del Caño, candidato del Partido de los Trabajadores Socialistas, es el único que defiende sin rodeos la legalización.
La discusión argentina es seguida fuera de sus fronteras por su potencial impacto regional en el continente más restrictivo del mundo. Hasta ahora, sólo países pequeños como Cuba, Uruguay y Guayana tienen leyes de plazos similiares a la presentada en Argentina. Sea este año o bajo el mandato del próximo presidente, todo apunta a que el debate se reabrirá.
Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/05/28/actualidad/1559062371_230742.html
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