sábado, 31 de diciembre de 2011

En la "City lights bookstore"

Cerca de la confluencia del Barrio Chino e Italiano, en San Francisco, hay una librería mítica: la "City lights bookstore", punto de encuentro, en su momento, para los integrantes de la llamada "Generación Beat" y sus allegados






"City lights bookstore": http://www.citylights.com/
"The beat page": http://www.rooknet.net/beatpage/index.html

M.C. Escher

(Reptiles)
"Únicamente quienes se
atreven con lo absurdo
alcanzan lo imposible. Creo
que lo tengo en el sótano...
ahora mismo subo al primer
piso y lo compruebo."

(Encuentro)

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Los libros prohibidos del Opus

 Fuente:  http://yometiroalmonte.blogspot.com/2011/12/los-libros-prohibidos-del-opus.html

La censura no se crea ni se destruye, solamente se transforma. Igual que el acceso a los medios queda reservado para aquellos individuos que se mantienen dentro de la espiral sistémica, son muchas las publicaciones que aún padecen el ostracismo de la sin razón, razón de más para acercarse a sus páginas y dilucidar el porqué de tal necedad.

Un mundo feliz, el clásico de Huxley, no cae demasiado bien en los EEUU. Además de ser el tercer libro más censurado en sus bibliotecas, hay colegios que lo deben considerar peligroso, al bastar la queja de una madre para retirarlo de sus estanterías. Y claro que es peligroso: que no les de por pensar a los alumnos sobre la sociedad que aparece en la novela y en la que ellos viven, por aquello de que no busquen las semejanzas y diferencias...

En esta línea, Orwell debe ser una especie de maldición. Además de tener problemas con 1984, el autor también se las tuvo que ver con los censores por Rebelión en la granja. Ambas novelas, prohibidas aquí y allá, describen un mundo, y además se preguntan el porqué de ese mundo. O sea, más peligro. En cuanto a los seguidores de K. Dick, siempre nos quedará el consuelo de que es considerado una especie de tarado politoxicómano sin mucha idea de lo que escribía. Sí, amigos censores: este escritor es la pura inocencia. Que sigan traduciéndole y haciéndole películas, si total...

Pero si quisiéramos actualizar nuestra lista a este mismo año que termina, son los muchachos del Opus Dei los que se llevan la palma. Aunque permitan cosas como Los hermanos Grimm o Heidi, la tienen tomada con un largo número de autores. Desde Benito Pérez Galdós a Dan Brown, pasando por Juan Rulfo o García Lorca... Recordemos La casa de Bernarda Alba, un drama inquietante, duro, inconmensurable y sin compasión con una sociedad raída por la carcoma. Veamos qué nos dice el director espiritual:
Casi todo lo que sucede es triste, sórdido, cruel y amargo, y pretende ser una caricatura de la vida en los pueblos de pocos vecinos sometidos al convencionalismo. La psicología de las mujeres, considerada desde una perspectiva naturalista, resulta forzada y artificial.

¡Alegría! Si es que donde este Disney, que se quiten los dramones rurales. Por eso, García Márquez tampoco es santo de su devoción. Esto, sobre Cien años de soledad:

La novela aparece salpicada, frecuente y extensamente, de escenas eróticas relatadas con crudeza y a veces con minuciosidad. Raras veces aparece el amor, y cuando aparece es presentado por el autor como la simple atracción física, aun entre los esposos. Los personajes centrales carecen de virtudes. Todos parecen más bien movidos por la ambición, el orgullo, el odio o el resentimiento. Lo que parece diligencia es más bien temeridad, lo que semeja abnegación es codicia; y es tozudez irreflexiva la perseverancia. La carencia de valores humanos, el menosprecio de los sobrenaturales, y el exceso de descripciones eróticas, hacen que esta obra sea moralmente rechazable.
 
Es que la fantasía viste poco y mal. Investigar los laberintos sentimentales trae consecuencias indeseables. Si te enamoras, díselo inmediatamente al padre consejero, y acto seguido te vas a la cama a pellizcarte hasta el amanecer.¿Qué decir de Galdós? Pues parece ser que mucho, y poco bueno. Los de la Obra le tienen señalados nada menos que seis títulos: Doña perfecta, Fortunata y Jacinta, Gloria, La familia de León Roch, La Fontana de Oro y Tristana. Sobre esta última:

E
s característico de Galdós su anticlericalismo y repulsa de la sociedad tradicional. Esta obra, como todas las de su última etapa, ya no tiene la carga de crítica social y clerical tan fuerte como las de la primera época. Hay dos errores morales serios en la obra: a) el suicidio se ve como una solución para librarse de la contrariedad.
b)el segundo y más grave —por ser más persistente— es el ataque al matrimonio


Oh, maldito Galdós, que con tu prosa colaboraste al vicio libertino de la mujer y su sexo convertido en lascivo desenfreno. Todo es grotesco y horrible. Los libros, los novelistas, los poetas y dramaturgos, sólo quieren matarnos a mal gusto y asco. Afortunadamente, contamos con muchos miembros numerarios de la Obra dirigiendo nuestros destinos en los gobiernos, ayuntamientos y diputaciones de nuestra amada Hispanistán.

¿Acaso hay algo más hermoso que un joven trabajando 10 horas diarias por 400€ al mes? Eso es amor, señores, de gran pureza, por el esfuerzo, la dedicación y la perseverancia. Es el trabajo, hijos míos, lo que os hará libres. Olvidaos de los libros, y por supuesto, de la verdad.

No me parece ni bien ni mal

   Yo creo que a veces nos contemplan
   por delante por detrás por los costados
   unos ojos rencorosos de gallina
   más temibles que el agua podrida de las
grutas
   incestuosos como los ojos de la madre
   que murió en el patíbulo
   pegajosos como un coito
   como la gelatina que tragan los buitres
 
   Yo creo que he de morir
   con las manos hundidas en el lodo de los
caminos

   Yo creo que si me naciese un hijo
   se quedaría mirando eternamente
   las bestias que copulan en los atardeceres



"No me parece ni bien ni mal"
Luis Buñuel


La Unión Europea, o "El ángel exterminador": http://yometiroalmonte.blogspot.com/2011/12/union-europea-el-angel-exterminador.html.




lunes, 26 de diciembre de 2011

La sonrisa del flamenco

En su ensayo "Technical Education", escrito en 1877, Thomas Henry Huxley proclamaba que "el gran objetivo de nuestra existencia no es el conocimiento, sino la acción". Dado que Huxley no era ningún holgazán intelectual, podemos estar seguros de que lo que defendía no era una serie de esfuerzos no meditados, sino que estaba razonando que los concimientos duramente obtenidos sólo adquieren su valor máximo cuando resultan útiles. Como escribe Marx en su última tesis sobre Feuerbach: "Hasta el momento, los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de distintas maneras; de lo que se trata, no obstante, es de cambiarlo".
  La originalidad absoluta e impoluta no es más que una ilusión; todas las grandes ideas habían sido pensadas y expresadas antes de que los fundadores convencionales las proclamaran a los cuatro vientos. Copérnico no invirtió el movimiento celeste él solo, ni Darwin fue el inventor de la evolución. Los grandes fundadores convencionales obtienen sus reputaciones justamente adquiridas porque se preparan para la acción, y captan todas las implicaciones de ideas que sus predecesores expresaron sin llegar a apreciar su poder revolucionario.
  Todo académico sabe que varios científicos prominentes habían desarrollado complicados sistemas de pensamiento evolutivo antes de Darwin. Este no había ignorado a estos autores por mala voluntad, sino simplemente porque no había oído hablar de ellos. Las razones de esta justificada ignorancia refuerzan el papel de Darwin y nos ayudan a comprender la diferencia que existe entre limitarse a exponer una idea y comprender lo que puede llegar a significar y a hacer.
........
La sonrisa del flamenco
Stephen Jay Gould


                                                                      

viernes, 23 de diciembre de 2011

Philip Dick, visionario y charlatán

Decía Primo Levi que hoy día la auténtica ciencia ficción es la ciencia, porque la imaginación literaria no puede competir en inventiva con las realizaciones tecnológicas. Consiguientemente, la mejor ciencia ficción hace tiempo que dejó de lado su fijación con los inventos científicos, y se ha encaminado hacia la especulación filosófica.

  Uno de los exponentes más estimulantes de este nuevo curso fue Philip Dick, nacido el 16 de diciembre de 1928. Su obra es una continua incursión en aquella reserva de caza, ahora ya abandonada por los dimisionarios de la filosofía, cuyos confines están definidos por las preguntas ¿qué es verdaderamente la realidad? y ¿ qué es verdaderamente el hombre?

  Influenciado por la lectura del caso clínico freudiano del presidente Schreber, Dick se entretuvo ante todo con protagonistas aparentemente paranoicos, que son, por contra, los únicos en conocer la verdadera realidad que todo el mundo ignora. En la novela Tiempo desarticulado exploró, en cambio, la posibibildad opuesta, en la que todos saben pero conspiran a fin de que el protagonista sea el único en no conocer la verdadera realidad, como en la película El show de Tuman.

  En 1962, Dick obtuvo su primer éxito con El hombre en el castillo, en la actualidad un clásico de lo contrafactual. O sea, de aquel género que se desarrolla a partir de premisas del tipo ¿y si las cosas hubiesen sido distintas? El caso específico atañe la Segunda Guerra Mundial: Rusia cede a la presión alemana, los japoneses invaden Hawai, Rommell derrota a los ingleses en África, los aliados capitulan en 1947, sus líderes son procesados por crímenes de guerra.. El libro contiene, además una segunda novela, que se desarrolla, dentro del mundo ficticio de la primera, una ulterior hipótesis contrafactual: ¿Y si en cambio el Eje hubiese perdido la guerra? La novela en la novela, sin embargo, no describe exactamente nuestra realidad, la "verdadera", sino sólo una que se le asemeja.

   Después de haber producido obras en las que la realidad estaba distorsionada por factores físicos, bioquímicos, psicológicos o sociológicos, en 1969, Dick escribió Ubik, su mejor novela. Esta vez los protagonistas no son víctimas del tiempo ramificado, de la droga, de la enfermedad mental o de la conspiración, sino de la muerte misma. Sus cuerpos fueron hibernados poco después de la defunción y en sus mentes en disolución se mantiene, durante un cierto tiempo, una vida cerebral que genera una imagen ficticia de la realidad, y que seres externos tratan de influenciar, como el Libro tibetano de los muertos, en el que Ubik se inspira abiertamente.

   Como puede imaginarse, a fuerza de jugar con el fuego, Dick terminó por quemarse el cerebro y perder completamente el sentido de la realidad. En febrero de 1974 tuvo lo que los religiosos denominan experiencia mística y los psiquiatras delirio esquizofrénico. Durante horas le centellearon en la mente millones de obras de arte abstracto del estilo de Klee y Kandisky, y durante meses fue "reeducado" por una voz metálica a la que dio el nombre de Valis, un acrónimo que significa "vasto sistema activo, vivo e inteligente"·

  A lo largo de ocho años trató de comprender la naturaleza de su expriencia. La analizó desde todos los puntos de vista posibles en las ocho mil páginas de la Exégesis, de la que sólo se publicaron algunos extractos espeluznantes. Habló de ella en una conferencia que provocó escándalo, titulada "Si considerarais que este mundo es malvado, deberíais ver otros". Y la narró en la gnóstica Trilogía de Valis, confirmando plenamente la intuición de Borges de que la teología es una rama de la literatura fantástica.

  El 17 de noviembre de 1980 Dick tuvo una teofanía durante la cual vio por fin a Dios en persona. El 2 de marzo de 1982 murió. Pocos meses después estalló en la pantalla Blade runner, la mítica película basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, en la que Dick había afrontado la pregunta fundamental de la era cibernética ¿cómo puede distinguirse una máquina de un hombre?

  En uno de sus ensayos, él mismo sintetizó el problema de la siguiente manera: "Tal vez un día veremos un hombre disparar a un androide recién salido de una fábrica de criaturas artificiales, y el androide, con gran sorpresa del hombre, empezará a sangrar. El robot a su vez disparará y, con gran sorpresa por su parte, verá una voluta de humo levantándose de la bomba eléctrica que se halla en el lugar del corazón del hombre. Será un gran momento de verdad para ambos". A nosotros no nos queda más que esperar y confiar.




Piergiorgio Odifreddi

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Imre Kertész

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¿Habéis observado que durante el siglo XX cada cosa se volvió más verdadera, más auténticamente ella misma? El soldado se convirtió en asesino profesional; la política, en crimen; el capital, en gran industria exterminadora de hombres y equipada con crematorios; la ley, en regla para el juego sucio; la libertad universal, en cárcel para los pueblos; el antisemitismo, en Auschwitz; el sentimiento nacional, en genocidio. Nuestra era es la era de la verdad, no cabe la menor duda. Aun así, seguimos mintiendo por mera costumbre, aunque todo el mundo nos vea el plumero; cuando se grita "¡amor!", todos saben que ha llegado el momento del asesinato; cuando se grita "¡ley!", todos saben que es la hora del robo, del atraco....
  ...Sí hemos visto funcionar imperios sobre la base de ideologías que, en la práctica, eran meros juegos de lenguaje; de hecho, estas ideologías demostraron su utilidad, es decir, su eficacia, como instrumentos del terror, precisamente por ser meros juegos de lenguaje. Hemos visto que tanto el asesino como la víctima eran conscientes del vacío de estas órdenes ideológicas, de su carencia de significado: y justamente esta conciencia hacía que las atrocidades cometidas en nombre de tales ideologías resultaran singularmente infames, generaba esa perversidad profundamente arraigada en las sociedades sometidas al dominio de las ideologías..........

Yo, otro
Crónica del cambio

Imre Kertész




domingo, 18 de diciembre de 2011

Meditaciones en tierras de Alvariño

  Un conocido mío de la red acaba de publicar un artículo en su blog comentando la ignorancia de sus alumnos. Una intuye que el hombre está desesperado porque sus pupilos le asignan a las Torres Picasso la antigüedad de dos siglos. Siempre resulta tranquilizador leer este tipo de noticias de tus colegas; ¡por favor que no se me malinterprete!, digo esto porque a una, que también es profesora de insti en la rama de Ciencias, le sucede otro tanto de lo mismo. Crees que has explicado el tema con claridad y precisión, les recalcas aquellas ideas que te parecen más importantes, y de repente te asombras por alguna pregunta que se te ocurre hacerles, que no han entendido nada (creo que es mejor no pregutarles nada); y digo:”no han entendido” en plural porque, en general, es la totalidad de la clase la que está en la parra la mayor parte del tiempo; esto en el supuesto de que la clase sea pacífica y que tengas la oportunidad de poder darla con una cierta continuidad . Hace unos años este problema se lo achacaba a la falta de medios de que disponíamos y a la masificación; en la actualidad esto sigue siendo cierto y por el camino que llevamos, cada vez más; pero yo tengo alguna clase con un número de alumnos muy reducido, y no llego a comprender demasiado bien el por qué del fracaso tan estrepitoso al que me veo sometida casi todos los días. Por fracaso no me refiero exclusivamente al resultado en notas, que también, sino más bien a la incapacidad con la que me encuentro de poder transmitir conceptos, que en muchos casos no son demasiado complicados. Soy consciente de que los alumnos están en edades difíciles, que la escuela es una institución represora que uniformiza a los chavales y que ellos no quieren uniformes; soy consciente que la mayor parte del profesorado entra en la enseñanza porque no tiene otra forma de empleo y que está desmotivado porque no se valora su labor; sé que en muchas ocasiones las clases son demasiado teóricas y después de tres horas de estar sentados recibiendo información, la atención empieza a declinar; sé que hay problemas con el empleo de un idioma u otro..; pero aún así, creo que el profesorado no tendría porque tener esta sensación de inutilidad permanente que tiene.

  Me pongo a analizar lo que es mi trabajo y me doy cuenta que estoy frente a un grupo de personas, a veces más bajitas que yo, en la que cada una tiene una problemática distinta y que tú te sientes impotente para atenderlas: porque no tienes tiempo o porque no lo sabes hacer. Podrían seguirte en las explicaciones pero están distraidos con lo que tienen en casa y que no asocian a lo que les pasa; o están preocupados por el contrincante: si les hace o no les hace caso; o no les interesa lo más mínimo lo que les dices porque preferirían estar trabajando; o porque no ven la utilidad de estudiar, creyendo que sus vidas ya las tienen trazadas de antemano; o porque la alternativa al insti es el trabajo en el campo o en casa;.......podríamos seguir así hasta el infinito

   Volviendo a la sorpresa de mi colega ante sus alumnos por el tema de las Torres Picasso, yo también puedo decir que me quedé atónita cuando después de explicar: “La célua: orgánulos celulares y mitosis” (la mitosis es un tipo de división celular), pregunté si lo habían entendido, -la clase que estaba sumergida en un sopor que no salió de el hasta que alcé un poco la voz insistiendo en que preguntaran las dudas porque suponía que tenían que tenerlas- uno de la primera fila me dijo: profe puedes volver a explicar qué es eso de la “fimosis”?; todavía no habia salido yo de mi asombro ni mis ojos habían vuelto a sus órbitas, cuando otro de las últimas filas, brazo en alto, declaró que él tampoco entendía muy bien lo de los “orgasmos celulares”. 

   Comprendo muy bien la desesperación de este compañero y creo que las TIC son muy buenas, las prácticas, la memorización, las clases abiertas a la participación, las orientadoras en los centros, las actividades extraescolares etc.....pero... !En fin!, últimamente prefiero hablar más con mis alumnos de sus ambiciones, sus miedos, sus incapacidades, sus familias  ... y menos de sus dificultades académicas

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Con la esperanza entre los dientes

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 De los miles de millones de conversaciones por telefonía móvil que ocurren cada hora en el centro y el extrarradio de las ciudades del mundo, la mayoría, sean privadas o de negocios, comienzan con una declaración del paradero o ubicación aproximada de quien llama. La gente necesita de inmediato identificar con precisión dónde se encuentra. Es como si los persiguiera la duda de que tal vez no estén en ninguna parte. Envueltos en tantas abstracciones, tienen que inventar y compartir su localización transitoria.
 Hace más de treinta años, Guy Debord escribió de manera profética: "Así como la acumulación de bienes de consumo producidos masivamente para el espacio abstracto del mercado aplastó todas las barreras regionales y legales, y todas las restricciones corporativas de la Edad Media que mantenían la calidad de la producción artesanal, también destruyó la autonomía y cualidad de los lugares".
 El término clave del caos global actual es la dislocación o relocalización. Esto no se refiere únicamente a la práctica de mover la producción adondequiera que la mano de obra sea más barata y las regulaciones mínimas. Contiene también el sueño demente de salirse de margen, propio del nuevo poder en funciones: el sueño de minar el estatus y confianza de todos los lugares fijos previos, de tal manera que el mundo entero sea un solo mercado fluido.
 El consumidor es esencialmente alguien que se siente perdido (o a quien se le hace sentir perdido) a menos que consuma. Las marcas y logotipos de las mercancias son el sitio que nombra esa ninguna parte.
 En el pasado, fue práctica común de quienes defendían su tierra natal contra los invasores el cambiar las señales de los caminos para que una que indicaba ZARAGOZA, apuntara en la dirección opuesta: hacia BURGOS. Hoy no son quienes se defienden sino los invasores extranjeros los que invierten los signos para confundir a las poblaciones locales, acerca de quién gobierna a quién, acerca de la naturaleza de la felicidad, del alcance del quebranto o de dónde ha de hallarse lo eterno. El propósito de estas direcciones falseadas es persuadir a la gente de que ser un cliente es la salvación última
. Sin embargo, a los clientes los define el sitio de su salida y su pago, no dónde viven y mueren.
 ..................
John Berger

domingo, 11 de diciembre de 2011

Elogios

 Un hombre que nunca haya sido elogiado: ¿qué aspecto tendría? ¿ Cómo caminaría? ¿Cómo viviría?
 Un hombre que sea experto en vomitar elogios.
 Uno que se bañe en charcas de elogios y vuelva a salir de ellas sucio.
 Uno que con elogios lo envenene todo a su alrededor.
 Uno que sólo sea sensible al elogio colectivo y no acepte para nada lo que le digan individualmente.
 Un conservaelogios
 Un digiereelogios.
 Un tranformaelogios, todo cuanto oye se le reduce a una sola palabra que oye una y mil veces, hasta qu le estalla el tímpano y ya la oye solamente por la piel y la nariz.
 Una liga de sibaritas que intercambien elogios.
 Uno que, avergonzado por los elogios, decaiga y muera.
 Uno que sabe que todo elogio es falso y ya no espera ninguno auténtico. Sin embargo, le resulta imposible contenerse y no escuchar.
 Uno que se transforma según los elogios, ora es esto, ora aquello, y no es nada sin una palabra de elogio que apunte en una u otra dirección.
 Uno que se pone su mejor traje para el elogio.
 Uno que no hace absolutamente nada para que no se le escape ninguna palabra de elogio. Al final ya ni se atreve a abrir la boca por miedo a perderse algún elogio, y se muere de hambre.
Ya sólo dice lo que se ha dicho sobre él. Desde que la memoria le falla, lo lee en voz alta
 Uno que clasifica a sus amigos por su pericia en elogiarlo.
 Uno que se querella con quienes también elogian a otros.
 Uno que sólo permite elogios telefónicos para que nada lo distraiga.
 Uno que sólo quiere elogios que les correspondan a otros
 Uno cuyo peso corporal aumenta según los elogios.
 Uno que sólo se cree el elogio que todos los que quieren algo de él se le acercan con palabras de reproche.
 Uno que afea cualquier retrato suyo
 Una que sólo puede elogiar mientras la aman.
 Uno que odia ferozmente el elogio porque otros también son elogiados.
 Elogio en cantidad suficiente y, no obstante, insuficiente. Continuará
..................

Hampstead
Elias Canetti

sábado, 10 de diciembre de 2011

Martirio

Procedente del blog: http://yometiroalmonte.blogspot.com/

Estoy mala

Son las ocho menos cuarto
Me tengo que levantar
Lavar y vestir a los niños
Y preparar las tostás...

Que a gusto me quedaba
en la cama todo el día
otra vez el mismo rollo
todos los días lo mismo

¡Qué fatiga!

Es que no puedo con mi cuerpo
No tengo gana de ná
necesito una pastilla
pa ponerme a funcionar.

Es que estoy mala, mu mala,
mala, mala, de acostarme.

Lo saben todas mis vecinas
(por las paredes se enteran).
Que me acuesto con mi Manolo
pero los muelles no suenan.

¡Ay...! Los muelles del somier no suenan...

Y es lo que le digo a él
no se quiere enterar.
Que estando mala... estando mala...
no se tiene cuerpo pa ná...                                                        

Que a gusto me quedaba
en la cama todo el día
otra vez el mismo rollo
todos los días lo mismo.

¡Qué fatiga!

Es que no puedo con mi cuerpo
No tengo gana de ná
necesito una pastilla
pa ponerme a funcionar.

Es que estoy mala, mu mala,
mala, mala, de acostarme...
(que me duele la boca de decirlo...).




jueves, 8 de diciembre de 2011

La educación del estoico

El escrúpulo es la muerte de la acción. Pensar en la sensibilidad ajena es estar seguro de no actuar. No hay acción, por pequeña que sea-y cuanto más importante, más cierto es esto-, que no hiera a otra alma, que no ofenda a nadie, que no contenga elementos de los que, si tenemos corazón, no nos tengamos que arrepentir. Muchas veces he pensado que la fisolofía real del eremita acaso consistiera antes en evitar ser hostil, por el simple hecho de vivir, que en tener cualquier pensamiento directamente relacionado con aislarse

Fernando Pessoa (1888-1935)

martes, 6 de diciembre de 2011

Mal de escuela

Feroz candor de las mayorías de poder...¡Ah!, los defensores de una norma, sea esta la que sea: norma cultural, norma familiar, norma de empresa, norma política, norma religiosa, norma de clan, de club, de pandilla, de barrio, norma de salud, norma de músculo o norma de cerebro...¡Cómo se retractan en cuanto olisquean lo incomprensible esos guardianes de la norma, cómo se desviven por resistir entonces, se diría que están solos ante una conspiración universal! Ese miedo a verse amenazados por lo que se sale del molde...¡Ah, la ferocidad del poderoso cuando juega a ser víctima! ¡Del acomodado cuando la pobreza acampa a sus puertas! ¡De la pareja con todas las de la ley ante la divorciada rompematrimonios! ¡Del privilegiado que olisquea el desarraigo!¡Del creyente que señala al descreído! ¡Del diplomado contemplando al cretino insondable! ¡Del imbécil orgulloso de haber nacido en alguna parte! Y eso vale también para el jefezuelo de suburbio oliéndose al enemigo en la acera de enfrente...¡Qué peligrosos se vuelven los que han comprendido los códigos ante aquellos que no los dominan!
  Incluso los niños deben desconfiar de ellos.

 Mal de escuela
 Daniel Pennac



domingo, 4 de diciembre de 2011

Carlos Oroza

..................

He venido a verme. Quiero salir y no puedo entrar.
Paso de lado simplemente y no me llaman.
Y veo a Cátin. La ciudad en sus números y la luz. La calma.

Era en un sexto de un seis de una calle que arrancaba del centro
Una distancia que sólo se conocia por teléfono
Y vino un desconcierto. La calma. Vino la calma.

......................



En el norte hay un mar que es más alto que el cielo
Carlos Oroza :  http://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Oroza

Canciones tristes y evocadoras

 Procedente del blog:  http://huellaoculta.blogspot.com/2010/07/canciones-tristes-y-evocadoras.html

"Escuchaba la música pop porque estaba deprimido ó estaba deprimido porque escuchaba música pop"

Esta frase pertenece a la película Alta Fidelidad, dirigida por Stephen Frears.-Las Amistades Peligrosas- adaptación del homónimo libro del escritor inglés Nick Hornby, High Fidelity. La frase es pronunciada por Rob Gordon, su protagonista, un treintañero dueño de una tienda de discos de un barrio de Londres que, tras una ruptura sentimental con su pareja, iniciará una revisión introspectiva de todas las relaciones de pareja que ha tenido a lo largo de su vida. Rob- fantásticamente interpretado por John Cusack- duda sobre su capacidad para establecer un compromiso de larga duración con Laura, su última novia, que le ha dejado por un excéntrico vecino.

Este argumento nos sirve como viaje para disfrutar de la gran pasión de Rob Gordon: la música, protagonista de todas las facetas de su vida. Su trabajo, sus relaciones, sus amigos y sus pasiones encuentran fundamento en las fantásticas canciones que suenan a lo largo de la película. Rob Gordon vive por y para la música y ésta se convierte en la banda sonora de su historia. Al final de la película, Rob encontrará pleno sentido a su vida a través del amor y el sentimiento. Despeja sus dudas ó simplemente acepta convivir con ellas sin pelearse.

La música puede ser un precioso acompañamiento en la vida. Nosotros, al igual que Rob Gordon, podríamos mencionar nuestras diez canciones preferidas. Elegir una canción para nuestra boda, incluso para nuestro funeral. Escuchamos música cuándo nos enamoramos ó cuándo nos rompen el corazón. Sería algo así como nuestro perro fiel, siempre presente en el momento que la necesitamos.

Canciones para la alegría y muchas, como se nombra en este momento de la película Alta Fidelidad, para cuándo estamos tristes. La tristeza, como el júbilo, son reversos de una misma moneda. Cómo la luz y la sombra, el día y la noche, el verano y el invierno, la vida se mantiene armónica e intacta gracias a estos juegos de equilibrio entre opuestos.

Aquí os dejo la escena de la película dónde Rob plantea la sentencia inicial y una maravillosa canción de Pop-Rock evocadora, nostálgica y triste.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Conquista de lo inútil

...........hacía días que teníamos problemas con un miembro del equipo al que cada vez se le notaba más perturbado, disperso, incoherente, al punto de que tuve la sospecha de que se drogaba. Lo que no sabía era que se había vuelto momentáneamente loco. Había llegado a Iquitos demacrado, alterado, confundido. Para tenerlo mejor controlado, al final decidí llevarlo con nosotros a la oficina principal del Nanay. Le cedí mi palafito y me alojé provisionalmente en el de enfrente. La primera noche, casi al amanecer, mi palafito ardió en llamas** le había prendido fuego, se había montado en una moto, vestido sólo con un trapo alrededor de la cintura, y había enfilado a toda prisa hacia la ciudad, un gran machete aferrado entre los dientes. Además se había pintado la cara de negro para ser invisible, como los indios en la película. En la ciudad tomó de rehenes a dos empleados jóvenes de una agencia de viajes, pero por suerte los liberó nuevamente antes de que la policía empezara a disparar. Pasaron semanas hasta que, con sobornos, conseguimos que se levantaran los cargos en su contra y pudimos enviarlo a casa acompañado de un médico y un enfermero. Felizmente se trataba de un episodio pasajero **  es hasta hoy alguien con quien me une una amistad inquebrantable.


 Veinte años más tarde volví a Camisea siguiendo el rastro de mi trabajo con Kinski. Legué en una lancha a través del pongo de Mainique y me detuve en Shivankoreni, y ahí encontré también a dos de los machiguengas que en su momento se habían ofrecido a matar a Kinski. El pueblo ha cambiado muy poco. Las mismas chozas, el mismo embarcadero. Sólo han quitado las porterías de fútbol, porque muchos de los jóvenes han abandonado el lugar. Hay una choza nueva, cubierta de chapa de zinc. Es el dispensario; la farmacia, sorprendentemente bien provista de medicamentos. La ha puesto la compañía petrolífera, pero por lo demás el territorio de los machiguengas entre ambos ríos, sobre el que ahora tienen un título de propiedad, se encuentra intacto. De nuestros dos campamentos no encontré ningún rastro,.....Sólo si uno sabía por dónde habíamos subido el barco se adivinaba que la vegetación era de un verde ligeramente más claro.......Reconocí la selva como algo familiar, que estaba dentro en mí, y supe que la amaba, aunque eso fuera en contra de mi buen juicio.
 Me di cuenta de algo, de un cambio que a la vez no era ningún cambio. Sólo que cuando trabajaba aquí no lo había notado: entre las chozas había por entonces una extraña tensión, una enemistad agobiante. Las familias casi no tenían contacto entre ellas, como si se hubieran peleado. Sólo que, de alguna manera, yo siempre lo había negado o pasado por alto. Solo los niños jugaban entre ellos......era casi imposible que una familia entrase en contacto con otra, el odio bullía innegablemente, como si entre choza y choza, entre familia y familia, entre clan y clan, reinara algo así como un clima de venganza.
 Miré a mi alrededor, y en el mismo odio en ebullición se encontraba, furiosa y humeante, la selva, mientras el río, con majestuosa indiferencia y sarcástico desprecio, todo lo minimizaba: las fatigas de los hombres, la carga de los sueños y los suplicios del tiempo.

Werner Herzog
http://es.wikipedia.org/wiki/Werner_Herzog

(Herzog vive en Los Ángeles, donde dirige una serie de seminarios de cine en los que no se imparte ningún tipo de enseñanza técnica, una escuela "para los que han viajado a pie, han mantenido el orden en un prostíbulo o han sido celadores en un asilo mental (...) en resumen, para los que tienen un sentido poético. Para los peregrinos. Para los que pueden contar un cuento a un niño de cuatro años y mantener su atención, para los que sienten un fuego en su interior".)

viernes, 2 de diciembre de 2011

Poema

Graznan las cornejas
y aleteando se dirigen a la ciudad;
pronto nevará.
¡Feliz aquel que aún tiene patria!

Ahora estás petrificado
y miras hacia atrás ¡cuánto tiempo ha pasado!
¿Por qué has huido, loco, por el mundo
ahora que el invierno se aproxima?

El mundo: puerta muda y fría
abierta a mil desiertos.
Quien perdió lo que tú perdiste
en parte alguna se detiene.

Ahora estás pálido,
condenado a un viaje de invierno,
al humo semejante,
que sin cesar tiende a más fríos cielos.

¡Vuela, pájaro, grazna tu canción
en tono de pájaro desértico!
¡Esconde, loco, en hielo y en desprecio
tu sangrante corazón!

Graznan las cornejas
y aleteando se dirigen a la ciudad:
-pronto nevará.
¡Infeliz aquel que de patria carece!





Friedrich Nietzsche