sábado, 31 de mayo de 2014

“En la izquierda a veces la gente se vuelve anticientífica”

El nuevo diputado europeo por Podemos explica qué hará por la ciencia y las personas con discapacidad y cómo lidiará su partido con los transgénicos y la experimentación con animales



Pablo Echenique-Robba es científico, europarlamentario electo por Podemos y “cascao”. Así es como le gusta llamar a los discapacitados; a él, el primero. Es doctor en física, científico titular del CSIC y experto en estudiar cómo se pliegan las proteínas, un proceso clave para muchas funciones básicas de la vida y también la posible causa de enfermedades como el alzhéimer. Confiesa sin dramatismo que no ha andado en su vida. La atrofia muscular espinal, una enfermedad hereditaria y degenerativa, solo le dejó gatear de bebé antes de tener que usar la silla de ruedas. Ahora va a abandonar su puesto de investigador temporalmente para marcharse al parlamento europeo con Podemos, el partido que ha dado la gran sorpresa en las europeas celebradas el pasado fin de semana y ha conseguido cinco eurodiputados. Sus dos prioridades, dice, serán la ciencia y la lucha por los derechos de los discapacitados (hay solo tres en todo el Parlamento de la UE). Pero en esta entrevista con Materia, Echenique-Robba también trata algunos de los temas que pueden levantar más polémica entre sus 1,2 millones de votantes, como la prohibición de los transgénicos en Europa, la experimentación animal o los recelos infundados hacia la ciencia que a veces se dan en la izquierda, según él mismo explica. Fijar la postura y los votos de su partido en muchos de esos asuntos, dice, requerirá hacer consultas abiertas.

¿Cuáles serán sus prioridades como europarlamentario?

Yo sé de discapacidad y de ciencia y en eso puedo tener más conocimiento que mis compañeros de Podemos y seguramente trabajaré más en eso que en otros temas, pero no pretendo ceñirme únicamente a ellos.

¿Qué iniciativas concretas pretende poner en marcha sobre los discapacitados?

Hay una ley europea del aire, que controla los aviones, aeropuertos… y ahí se puede incidir. Hoy en día volar, para una persona que va en silla de ruedas, es una auténtica tortura. La mayor parte de la gente que va en silla de ruedas la lleva personalizada para estar cómodo y no está cómodo en ningún otro sitio. Pero te obligan a bajarte, a sentarte en esa butaca. Y luego la silla, que vale unas perras, la meten en la bodega a riesgo de que se rompa, de que llegues a destino y no te funcione. Y no es que cueste dinero, es que son tus pies. Si no te funciona te conviertes automáticamente en un mueble muy pesado con un tipo encima. A día de hoy, volar es pura violencia para una persona en silla de ruedas. Aunque ellos aducen razones técnicas, obviamente si nuestra civilización ha viajado a la Luna, no parece demasiado difícil anclar una silla de ruedas a la cabina de un avión. Yo entiendo que no es un problema técnico sino económico y de presión de las compañías aéreas sobre unos gobiernos que nunca han sido muy valientes para defender a la gente más débil. En eso se puede incidir desde Europa, a ver si conseguimos que la gente viaje igual de cómoda en un avión que en el AVE, que es muy fácil y cómodo por la sencilla razón de que vas en tu silla.

¿Sabe cuántos diputados “cascaos” habrá en el Parlamento Europeo?
Me han dicho en Bruselas que hay uno en Polonia que llega en silla de ruedas y un sordo que viene de Bélgica. Lo cual es un porcentaje ridículo porque en el Parlamento Europeo hay 750 eurodiputados y más o menos una de cada diez personas tiene una discapacidad. Debería haber 75 diputados con discapacidad y hay tres. Ya estábamos acostumbrados a estar infrarrepresentados en todos lados, así que el Parlamento Europeo no va a ser diferente.

¿Cuáles serán sus objetivos concretos respecto a ciencia?
Habrá que ver qué hacemos para que España pueda converger con la media europea de gasto en I+D. El otro día leía que estamos en el 0,5% del PIB en gasto público de I+D y la media europea es el 2%. Y encima está bajando a pasos agigantados. Yo en mi trabajo me apaño casi con un papel y un lápiz, pero los investigadores que necesitan un laboratorio, reactivos, un superordenador o pagar tasas de publicación en revistas científicas, pues no están pudiendo hacer su trabajo.

¿Su partido está en contra de los transgénicos?
Sí, en el programa lo llevamos. Obviamente como científico no estoy en contra de los transgénicos per se. Es como la energía atómica, no es ni buena ni mala, sino que depende de para qué la uses. A día de hoy, los transgénicos están bajo el control de unas cuantas multinacionales que tienen un poder muy elevado. Imponen sus condiciones sobre pequeños campesinos. Gente que no tiene poder de negociación para decir qué cultiva, cómo, cuándo, a qué coste y de qué manera. No he tenido el tiempo suficiente de discutir el tema con mis compañeros de partido y estoy seguro de que habrá gente desinformada que piense que son malos per se. Ya me encargaré yo de convencerles de que no. Por una lado, habrá gente que rechace los transgénicos de una manera intuitiva, como algo malo que hace el sistema para alterar la naturaleza y jugar a ser dios, lo que a mí me parece absurdo. Pero por otro lado habrá gente más instruida que cuando piense en transgénicos no pensará que jugamos a ser dios, sino que pensará en Monsanto.

¿Cree que es habitual ese tipo de posturas “poco instruidas” entre sus votantes?

En la izquierda algunas veces la gente se ha vuelto anticientífica. Yo creo que la gente que no forma parte del sistema científico percibe a la ciencia como parte del sistema, como si fuera la banca. No ven cómo operamos los científicos en este país, con bastante libertad y no tutelados por poderes económicos. Como la gente de fuera no lo sabe, piensan que forma parte del enemigo, del sistema económico que está montado. Por eso rechazan la autoridad de la ciencia de la misma forma que rechazan la autoridad del Fondo Monetario Internacional.

¿Entonces usted votaría que se prohibiesen los transgénicos en Europa?
Hasta que dejen de ser un monopolio de unas cuantas multinacionales que se comportan muy mal, sí. Cuando deje de ser así, se revierte la prohibición y se usan para el beneficio de la gente.

¿Están en contra de la investigación con animales?
Yo personalmente no. Entiendo que mucha gente lo esté. Yo siento mucha empatía por los animales, pero siento más empatía por los humanos. Como todos los problemas morales, surgen cuando se contrapone el bien de un ser al bien de otro ser. Es irresoluble, no hay una respuesta buena. Pero yo me inclino más a utilizar ratoncitos para acercar cinco años una medicina que cure a humanos, dándome muchísima pena los ratoncitos. En la vida hay que tomar decisiones y no se puede ser radical absolutamente en todo.

¿El día que tenga que votar en el Parlamento, qué hará?

Votaré lo que diga la gente. En Podemos no somos representantes a la antigua usanza. No nos han dado una papeleta en blanco. Yo voy allí a hacer lo que la mayoría de la gente nos diga, si no me gusta, me tendré que aguantar.

¿Y es viable preguntar a la gente cada vez?
Eso es algo que vamos a tener que decidir. Las cosas importantes habrá que preguntarlas. En un tema como ese yo creo que sí habría que hacerlo. Todo esto lo tenemos que poner en marcha porque somos algo muy nuevo. Pero no me parece nada descabellado que montemos un buen sistema informático, seguro, ágil, que permita consultar a la población cosas sencillas. Yo vengo pensando en que deberíamos, en temas complejos, explicarlo de forma pedagógica, divulgativa e incluir material didáctico a la votación. Y el que quiera que se lo lea y que vote. No poner el BOE, porque no lo va a entender nadie, sino que, por ejemplo, alguno de los compas que escriben en Materia nos ayude a explicar bien el tema de los transgénicos o la experimentación en animales y plantearle a la gente la disyuntiva de forma honesta, documentada y sencilla.

El círculo de Podemos Ecología ha llegado a decir que “la experimentación con animales es crueldad generada para el beneficio de las empresas”. ¿Les convencerá una documentación equilibrada y honesta?

Obviamente Podemos es un movimiento que aspira a ser mayoría electoral en este país. Eso te obliga a estar integrado por gente muy heterogénea. Obviamente no todos estamos de acuerdo en todo, pero sí en un programa de mínimos. Por ejemplo, la legalización de la marihuana. No está en el programa. Yo estoy a favor, pero seguro que en Podemos hay gente en contra. ¿Qué haremos? Lo que diga la mayoría. Y al que le joda que se legalice la marihuana, se tendrá que aguantar, es lo que pasa en democracia. Con el tema animalista, veremos. Si un día se vota y la mayoría está a favor de la investigación con animales, queriendo mucho a los compas animalistas y respetando sus opiniones, tendrán que aceptar lo que diga el resto de la gente. Y si se enfadan tendrán que desenfadarse.


Fuente: http://esmateria.com/2014/05/30/yo-inclino-por-usar-ratoncitos-en-investigacion-para-acercar-una-medicina-humanos/

viernes, 30 de mayo de 2014

El otro fútbol en Brasil, a través de sus porterías

Barrio de Tavares Bastos (Río de Janeiro)


Playa de Sao Conrado (Río de Janeiro)
 

Portería hecha con cuatro palos unidos en Río de Janeiro.

Mini porterías en otro punto de Río de Janeiro. 

                                                 Otra portería de la playa de Sao Conrado, en Río de Janeiro.

Manos pintadas en el muro situado tras una portería de Río de Janeiro.

Barrio de Sao Francisco Xavier, en Río de Janeiro.

Una portería cubierta por las inundaciones en Manaus.
Buitres sobre el larguero de una portería en Mare, Río de Janeiro.

Muchas de las grandes estrellas del fútbol mundial crecieron marcando goles a porterías hechas con tres palos, pintadas sobre un muro o delimitadas por dos piedras.

Es el 'otro fútbol', aquel en el que se quedan los que sueñan con ser grandes futbolistas y del que partieron los astros de este deporte.

La agencia Reuters ha elaborado una serie de fotografías de porterías rudimentarias que han encontrado en distintos puntos de Brasil, donde en tres semanas comenzará el Mundial de fútbol 2014.


Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2014/05/30/fotos-porterias-brasil-mundial_n_5417813.html
 

Memoria de Tiananmen a los 25 años de la matanza

Justo al cumplirse 25 años de la matanza de Tiananmen, se publica en formato electrónico un libro que, con objetividad y sin sectarismos, recoge los antecedentes, desarrollo y consecuencias de unos acontecimientos que, a la postre, no cambiaron tanto como llegó a suponerse el rumbo o el ritmo de la revolucionaria reforma emprendida por Deng Xiaoping y que está cerca de convertir a China en la primera economía mundial.

En Memoria de Tiananmen  (editado por Smashwords/Iberglobal), Enrique Fanjul, que en esa primavera de 1989 era consejero comercial de la embajada de España en Pekín y que ha publicado tres libros y numerosos artículos sobre China, complementa el análisis con la descripción y el testimonio directo de esas jornadas críticas.

El resultado convierte la obra en recomendable para quienes -por edad, olvido o falta de seguimiento- tengan una idea parcial o distorsionada de aquellos hechos, lo que resulta muy frecuente. Hay, sin ir más lejos, dos falacias que han sobrevivido al paso de un cuarto de siglo: que la revuelta fue una revolución democrática que pretendía derribar al régimen, y que la represión se cobró miles de vidas, hasta 10.000, según algunas “fuentes solventes” y “testigos presenciales” de la época.

Fanjul no aporta datos nuevos sobre ambos aspectos, pero pone las cosas en su sitio. Deja claro que en la cúpula del poder, dividida entre duros y moderados, se impusieron los primeros, que se asumieron los riesgos de que se produjese una matanza pero no se buscó de forma deliberada, sino que se pagó el precio del miedo a que se socavaran los pilares del sistema y de no contar ni con los medios ni con el personal antidisturbios adecuados para reprimir la protesta sin que esta derivase en una explosión de violencia incontrolable.


 Sitúa el autor la cifra de muertos entre 400 y 800, recuerda que también hubo soldados linchados por la multitud y sostiene que la represión posterior fue relativamente moderada, para lo que cabía temer. Hubo, concluye, una cierta contención para facilitar que la herida se cerrase lo antes posible sin dejar una cicatriz excesiva, y para mitigar los efectos de la condena internacional, porque la apertura al exterior era ya entonces una de las claves para avanzar en la histórica transformación económica y social del país.

En cuanto al carácter y objetivos del movimiento de protesta, el autor de Memoria de Tiananmen deja claro que, sobre todo en su origen, lo que pretendían los estudiantes no era provocar un cambio de régimen o la implantación de un sistema democrático según el modelo norteamericano, pese a detalles como colocar en la plaza una réplica de la Estatua de la Libertad, lo que alarmó sobremanera al sector más duro de la gerontocracia en el poder.

En su reivindicación del recién fallecido Hu Yaobang -purgado dos años antes y sustituido por Zhao Ziyang, que correría su misma suerte- los promotores de la protesta, parte ellos mismos de le clase más privilegiada, seguían la antigua tradición china de “honrar a los muertos para criticar a los vivos”. Más que contra el comunismo o el poder político, los estudiantes se levantaron para clamar contra los efectos indeseados de la reforma de Deng: corrupción, nepotismo, inflación, desigualdad y desequilibrios económicos.

El tiempo no les ha quitado la razón: pese al espectacular aumento del nivel de vida y el ascenso del país como gran potencia, esas mismas lacras denunciadas en 1989 siguen lastrando todavía hoy el ascenso chino, incluso con mayor virulencia que entonces. Por el contrario, el régimen puede argüir en su favor que su control férreo y centralizado del poder –de lo poco que le va quedando ya de comunista- le ha evitado los sinsabores y humillaciones que sufrieron la Unión Soviética y Rusia en los turbulentos años noventa del pasado siglo, un pasado sangrante que ayuda a comprender la política de Vladímir Putin e incluso acontecimientos tan desestabilizadores como los que sufre Ucrania.

Pese a ser un texto relativamente breve, el objeto de estudio de Memoria de Tiananmen es tan amplio que me limitaré a otro aspecto sobre el que proliferan las inexactitudes. ¿Qué ocurrió exactamente en la mítica plaza pequinesa? Matanza de Tiananmen es un término tan acuñado, tan sonoro e icónico, que resulta ya imposible de modificar, pero es inexacto. Los enfrentamientos entre soldados y manifestantes que produjeron centenares de muertos tuvieron lugar, sobre todo, fuera del gigantesco espacio público que una gran fotografía de Mao Zedong preside aún a la entrada de la Ciudad Prohibida.

Fanjul recoge el testimonio, que puede leerse íntegro en iberchina.org, del enviado especial de Televisión Española, Juan Restrepo, que junto al cámara José Luis Márquez y el asistente Fermín Rodríguez, permanecieron toda las noche del 3 al 4 de junio de 1989 en la plaza, lo que les convirtió en testigos de excepción de lo sucedido. Así se reflejó en unas grabaciones que, además de suponer una gran exclusiva periodística, tienen valor de documento histórico.

“Lo más lamentable”, señala el autor de Memoria de Tiananmen, “es que esas imágenes no se emitieron. Se enviaron las cintas a Hong Kong para ser reenviadas a España pero, por problemas y disputas internas en Televisión Española, cuyos detalles no conozco, no se emitieron, a pesar de su enorme valor histórico. No sólo eso, sino que las grabaciones se perdieron. Años más tarde, intenté acceder a ellas (…), visitéincluso los archivos, pero no pudimos encontrarlas. TVE tenía –quizás aún lo tiene- un material de incalculable valor periodístico e histórico”.

Fanjul recuerda que uno de los realizadores del documental The gate of  Heavenly Peace (La puerta de la paz celestial, que es lo que literalmente significa Tiananmen), declaró que fue precisamente ese equipo español el que filmó las imágenes más interesantes de la noche crucial pero que, a causa de la desorganización de TVE, les llevó varios meses acceder al material.

Han pasado 25 años. Muy probablemente, se emitirán programas especiales. Y la televisión de todos los españoles, cuya gestión ha pasado entre tanto por diferentes manos bajo gobiernos de distinto signo, tiene la obligación moral de rescatar esas imágenes cruciales y despejar con ello las dudas que mucha gente tiene todavía sobre lo ocurrido en Tiananmen. Sugiero un título: Verdades y mentiras de la matanza de Tiananmen.

En la entrevista publicada en Iberchina, el reportero hispano-colombiano da todos los detalles, para concluir: “Dentro de la plaza no hubo matanza. La gente murió fuera, por la noche, en varios lugares de la ciudad, y a la mañana siguiente en los alrededores de la plaza. Preservamos el material de una posible confiscación grabando a trozos, de modo que las imágenes de aquella noche y madrugada no están en las cintas en el orden consecutivo en que ocurrieron los hechos. Por eso, al ser editadas con textos que hablaban de la matanza en la plaza, a la gente llegó un mensaje equivocado”.

Según Restrepo, “la actitud de los soldados era enérgica, ruda desde luego, frente a esos estudiantes que ofrecían resistencia pasiva, pero no hubo disparos, ni tanques aplastando tiendas y estudiantes como tantas veces se ha descrito (…) Fui testigo de un desalojo casi ordenado, con menos violencia de la que se ha dicho en repetidas ocasiones (…) Murió mucha gente, pero fuera de la plaza (…) Se me dirá que qué diferencia hay entre morir fuera o dentro de la plaza. Es cierto, ninguna. Pero siempre me preguntaré por qué el esfuerzo de las autoridades chinas para que dentro de la plaza no hubiese violencia o por lo menos para que ésta fuese la menor posible”.

Fanjul concluye su libro con un capítulo titulado Por qué China se democratizará. “La transición democrática “, señala, “ya ha comenzado. A diferencia de la Unión Soviética y otros países comunistas de Europa del Este no va a estar configurada por momentos claros de ruptura. Es una transición gradual, paulatina, con características propias”. Es decir, según el mismo guion de la transición económica, iniciada hace más de 30 años, sin big bangs. O por decirlo con aliento poético local: cruzando el río, pero pisando cada piedra del fondo. “Lo mismo que China se encontró un día con que ya no era socialista, sino capitalista, el marco de libertades de crítica, de participación ciudadana irá avanzando y un día se encontrará con que, por fin, se puede considerar una sociedad democrática”.  El autor está convencido de que ese día “no está tan lejano”.

Fuente:  http://blogs.publico.es/elmundo-es-un-volcan/2014/05/30/memoria-de-tiananmen-a-los-25-anos-de-la-matanza/

miércoles, 28 de mayo de 2014

Cuando resistir es vencer

En 2002, en plena crisis argentina, los ocho trabajadores que aún permanecían en sus puestos en la imprenta Gaglionone, en Buenos Aires, desafiaron a su patrón, que les adeudaba varios sueldos, y a la orden de desalojo de un juez. Se encerraron durante meses, se adueñaron de las máquinas y lograron empezar a trabajar de forma autónoma. Hoy, la imprenta Chilavert, como se llama ahora, es el mejor ejemplo de que no siempre pierden los más débiles.

 

“Cándido, que mañana me mandan a desarmar la máquina”, dijo Julio Berlusconi, el mecánico que vivía en el edificio contiguo a la imprenta Gaglionone SA, fundada en 1923. En 1960, la empresa llego a tener 50 empleados. Ese día, el 3 de abril de 2002, apenas quedaban ocho. Ninguno cobraba su sueldo desde hacía un año.

–“Quédense tranquilos”, dijo Cándido González, que llevaba trabajando en la imprenta desde hacía décadas. “Ustedes vengan como si tal cosa, que nosotros ya nos encargamos de que las máquinas no salgan”.

Unos meses antes los ocho trabajadores que aún quedaban se habían enterado de la primera convocatoria de quiebra por el periódico. El patrón, Horacio Gaglionone, intentaba convencerles de que lo mejor era vender las máquinas que le quedaban para poder hacerse con una moderna y reluciente máquina de seis colores. Pero los trabajadores no le creyeron. Cuando al día siguiente Julio Berlusconi, como avisó, acudió a Gaglionone S.A. para llevarse la máquina, los trabajadores estaban preparados para bloquear la salida, tal como habían convenido el día antes.

“Nosotros decíamos ‘menos mal que tenemos a Berlusconi acá’. Démosle gracias que nos avisó”, explica Fermín González, hermano de Cándido, y trabajador de la imprenta desde que tenía 14 años. Los dos habían llegado a Buenos Aires en 1951 procedentes de las Islas Canarias, donde habían dejado las penurias de la posguerra.

Esa noche la pasaron en la imprenta, y también la siguiente y la siguiente. Y así durante siete meses. Todo para evitar que ninguna máquina saliera de allí.

Los trabajadores no se iban, pero el patrón tampoco. “Al fin y al cabo la empresa lleva mi nombre”, debía pensar Gaglionone. Precisamente por eso no tardarían mucho en cambiárselo. Chilavert es la calle donde se ubica la imprenta, además de un portero de fútbol paraguayo muy popular en aquellos años. Como nombre no estaba mal.

“Por las noches estábamos siempre en asamblea y hablábamos sobre cómo íbamos a manejar la empresa. Sabíamos que no teníamos capital, y si no tenés capital… con semejante empresa, ¿cómo nos íbamos a arreglar?”, cuenta Fermín González.

Uno de los apoyos principales que tuvo Chilavert llegó de las asambleas vecinales, que se extendieron en 2002 por todos los barrios de Buenos Aires. La coordinación de todas las asambleas barriales en el Parque Centenario reunía, en aquellos momentos, a 700 personas todos los domingos.

 

Franco Basualdo, del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), explica aquel fenómeno: “Las asambleas cristalizaron por la falta de una alternativa de izquierda. Fueron una cosa muy espontánea, muy caótica, que mezclaba militantes con vecinos indignados”. Y ahorradores de clase media, parados, jóvenes, exmilitantes de los 70… la diferente procedencia de los integrantes confería a las asambleas muchas de sus principales fortalezas, pero también algunas de sus debilidades.

“Éramos 200 personas cortando una esquina tres veces por semana, discutiendo qué hacemos, si íbamos y reventábamos el Coto –cadena de supermercados argentina– o si hacemos un petitorio para que nos den comida”, cuenta Basualdo.

Las reclamaciones de las asambleas confluyeron con un movimiento que venía de años atrás, el movimiento de trabajadores desocupados. “En ese momento estaba la consigna de piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Esa alianza fue inédita y duró poco, cuenta Carina López, también del FPDS, “pero justo en ese momento clave coincidieron en el barrio de Pompeya, en la defensa de la imprenta Chilavert”.

Un cuadro de ladrillos
Al mes de ocupar la fábrica, los ocho trabajadores decidieron que el dueño no volvería a pisar la imprenta.

–“¡No puedo entrar! ¡No puedo!”, gritaba el patrón desde el otro lado de la puerta.

–“No, usted ya no es más dueño”, le dijeron.

–“¿Cómo que no soy dueño?” .

–“Usted pidió la quiebra, ahora el dueño es el Estado”, le contestaban.

El 24 de mayo de 2002, 30 agentes, ocho furgones de policía, ocho patrulleros y un coche de bomberos se disponían a desalojar la imprenta por orden judicial. A la hora prevista, cientos de asambleístas, del movimiento de trabajadores desocupados, más 200 trabajadores del IMPA –una de las primeras fábricas recuperadas argentinas–, se agolparon para defender la imprenta Chilavert. Hasta una unidad de Crónica TV, el canal de noticias más amarillista del país, entró en la imprenta para seguir en directo el intento de desalojo. En medio del caos, como salido de la nada, entró un cliente.

–”Estoy haciendo un libro sobre las asambleas populares”, dijo gritando para hacerse oír. “En la imprenta donde estaban trabajando con él se les ha roto la máquina de cuatro colores y no tengo donde imprimir la portada, lo único que falta. ¿Ustedes me la podrían imprimir?”

–“Si usted se arriesga a entrar todo el material aquí…”, le dijeron.

No podían rechazar un trabajo. Hacía meses que no llegaba ningún encargo y apenas tenían dinero para sobrevivir y pagar las facturas. Aunque aceptarlo significara trabajar en medio de un desalojo.

En mitad de un “quilombo bárbaro”, dice González, entre el griterío de la gente y las negociaciones con la policía y las autoridades, lograron introducir en el edificio los pliegos ya impresos, las planchas de la portada y el papel necesario. Todo lo necesario para que los trabajadores de Chilavert volvieran a hacer lo que mejor sabían. “Todavía no habíamos empezado con la encuadernación cuando la policía empezó a avanzar… cada vez que venían los agentes, entre el abogado y los negociadores conseguían frenarlos”, recuerda Fermín.

 

–“¡Tanto lío por ocho personas!”–decía el juez.

-“No hay solo ocho personas. Dentro hay 200 y otras 300 fuera”, le respondía el responsable policial sobre el terreno.

“Nadie se quería hacer responsable. En ese tiempo si había muertos se armaba lío y los jueces se lavaban las manos”, recuerda con claridad Fermín González.

-“Bueno, vamos a ver si alguien se hace responsable de esto” –dijo uno de los mandos policiales.
Pero nadie dio la orden y el desalojo finalmente tuvo que suspenderse. Eso sí, dejaron dos policías en la puerta con una orden clara: nada ni nadie podía salir del edificio. Los trabajadores de Chilavert habían conseguido una primera victoria, pero ahora se les presentaba un gigantesco problema: tenían 750 ejemplares del libro ¿Qué son las asambleas populares? impresos que tenían que ser entregados al cliente con urgencia. Y ni ellos ni los libros podían salir por la puerta.

Pero de nuevo emergió la figura del vecino, el mecánico Julio Berlusconi. En uno de los despachos arrancaron un aparato de aire acondicionado y golpearon la pared hasta hacer un hueco de unos 25 centímetros. Cuando cayó el último trozo de ladrillo pudieron ver la cara de Julio Berlusconi al otro lado. Libro por libro sacaron 750 ejemplares de su primer encargo como trabajadores sin patrón. La imprenta volvía a funcionar.

En 2004 se aprobó una ley que entregaba a los trabajadores la imprenta de forma indefinida en virtud de su “utilidad pública”. Hoy 12 personas trabajan en la empresa. Y ya no solo es una imprenta. Un bachillerato para jóvenes y adultos con título homologado y «orientación en cooperativismo», talleres de artes gráficas, espacios para movimientos sociales y hasta un centro de estudios sobre fábricas recuperadas son algunas de las actividades que la ya mítica Chilavert ofrece al barrio.

Un cartel que reza “Toque el timbre, fábrica abierta”, se ha convertido en el lema de la imprenta. El hueco en la pared que salvó a Chilavert está cubierto de ladrillos, pero hay un marco de madera rodeándolo. Como una obra maestra del arte de la solidaridad.
Sobrevivir al desastre desde dentro. La imprenta Chilavert es una de las 350 fábricas recuperadas y gestionadas por sus trabajadores que hay actualmente en Argentina. Un sector surgido como consecuencia de la crisis económica de 2001 y que hoy da trabajo a unas 25.000 personas en todo el país sudamericano. Para más información se puede consultar www.fabricasrecuperadas.org.ar o en la propia Chilavert, que hoy es también un centro de documentación de empresas recuperadas.

Fuente:  http://blogs.publico.es/numeros-rojos/2014/05/28/cuando-resistir-es-vencer/

martes, 27 de mayo de 2014

Los orígenes del fascismo en Europa: antes y ahora


Una de las interpretaciones de la historia europea que es más errónea y ha tenido peores consecuencias en la vida política y económica de este continente es la explicación que se ha dado de las causas de la subida al poder de Hitler y del nazismo en Alemania. Un argumento que se ha escrito para justificar las enormes políticas de austeridad (con recortes del gasto público, incluyendo el gasto público social, y la bajada de salarios), promovidas e impuestas por el gobierno alemán a los países de la Unión Europea, y muy en especial a los países periféricos de la Eurozona, tales como España, ha sido el supuesto temor (en realidad, pánico) que el pueblo alemán ha tenido históricamente a la hiperinflación, pues en su memoria colectiva se considera que dicha hiperinflación fue la causa del surgimiento y victoria electoral del nazismo en Alemania. De ahí –se nos dice- que las políticas de austeridad de ahora sean necesarias para evitar una inflación que podría llevarnos a la aparición de un nuevo fascismo. Si usted sigue la literatura científica económica leerá este argumento miles de veces.

Esta interpretación de lo que ocurrió en Alemania está, sin embargo, profundamente equivocada, no solo en su totalidad, sino en cada uno de sus supuestos. Comencemos por la explicación que atribuye la victoria de Hitler a la hiperinflación. De esta explicación uno tendría que ver que, cuando Hitler fue elegido, la inflación era muy alta, tan alta que la gente, en protesta, votó por Hitler. Pues bien, veamos los datos. Hitler fue elegido en el año 1933. Y ahora vayamos a los datos de la inflación en aquel año. Y el lector se asombrará, pues encontrará que no había ni pizca de inflación. En realidad, la elevada inflación había desaparecido hacía ya tiempo. Y ahí están los datos. Repito, no había inflación. No se puede, por lo tanto, decir que la elevada inflación había llevado a Hitler al poder.

¿Qué estaba pasando? Es fácil de ver y entender. Si usted mira la evolución de la inflación verá que la elevada inflación fue antes del 1933, en realidad, diez años antes, en los años veinte. En el año 1923, diez años antes de la elección de Hitler, Alemania estaba en medio de una insostenible inflación; en julio de aquel año, 1 dólar era equivalente a 1,1 millones de marcos. Dos meses más tarde, era de 109 millones. Repito, una situación que no podía continuar. Ello forzó a que el gobierno tomara toda una serie de medidas –que hoy se llamarían de austeridad- que tuvieron enormes consecuencias (como también tienen enormes consecuencias las políticas de austeridad de ahora). Y una de ellas fue el enorme crecimiento del desempleo, que pasó de un millón a seis millones de alemanes en solo tres años, lo que representaba una tasa de desempleo de un 30%. Fue esta creación de desempleo y el gran descenso del bienestar de la población lo que condujo a los movimientos de protesta, incluyendo el nazismo. Esto es lo que no se dice y debería decirse, porque hoy estamos viendo en Europa una situación muy similar, donde las políticas de austeridad están generando el crecimiento de movimientos fascistas (llamados chovinistas o lo que fuere) a lo largo del territorio europeo.     No fue la inflación, sino el tipo de respuesta que el gobierno escogió -las políticas de austeridad, con un gran descenso del gasto público y de los salarios- para resolver esa elevada inflación lo que creó el enorme enfado popular y desafección hacia el régimen democrático, tal como está ocurriendo ahora.

El segundo punto que es erróneo en esta interpretación histórica de atribuir a la elevada inflación la subida de Hitler al poder, es la interpretación de las causas de la inflación. No hay duda de que el nivel de inflación en 1923 era insostenible. Pero, ¿qué es lo que causó la inflación? Y la respuesta, de nuevo, es fácil de ver. Fueron las enormes políticas de austeridad que los aliados habían impuesto a la Alemania derrotada en la I Guerra Mundial. El que mejor predijo las consecuencias de estas políticas fue John Maynard Keynes, que era el representante del gobierno británico en Versalles, en la reunión que definió las políticas que tendrían que seguirse por parte del vencido Estado alemán al terminar la I Guerra Mundial, políticas que eran tan punitivas que no permitían la recuperación de la economía alemana mediante políticas expansivas, con el aumento del gasto público, entre otras medidas. Keynes abandonó la reunión, como señal de su profundo desacuerdo. Tales medidas no dejaban ninguna otra alternativa al gobierno alemán que intentar crecer a base de imprimir dinero, lo cual hizo en abundancia, que es lo que creó la inflación. Y ahí está el problema, y también la semejanza con la situación actual.

La manera como se construyó la Eurozona y su gobernanza dificulta enormemente el estímulo económico mediante la expansión del gasto público y el aumento de los salarios. En realidad, el crecimiento económico ha descendido en la Unión Europea desde que se estableció el euro. El Tratado de Maastricht y, todavía peor, el Pacto Fiscal impuesto por Alemania, imposibilita que los Estados tengan déficit público. Ello forzó a que la estructura de poder de la Eurozona, y muy en particular el Banco Central Europeo, recurrieran a políticas de expansión monetaria (es decir, imprimir dinero, como hizo el gobierno alemán tras la I Guerra Mundial), con el peligro de que se generara inflación. Y a fin de evitar que ello ocurriera, se están llevando a cabo políticas de austeridad que están destruyendo el bienestar de la población y que están causando el surgimiento del fascismo. La historia se repite.

¿Qué está ocurriendo ahora?
Hoy, una de las opciones políticas que está canalizando más el enfado de las clases populares, y muy en particular de la clase trabajadora, es la ultraderecha, tal como estamos viendo en varios países. El caso de Francia es claro. El Frente Nacional, dirigido por Le Pen, fue el que utilizó durante la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo un discurso movilizador de la clase trabajadora, presentándose a sí mismo, sin ninguna inhibición, como el mejor instrumento para defender los intereses de la clase trabajadora, en la lucha de clases frente a la oligarquía nacional, que había traicionado a la patria vendiéndose a la Troika. Es el nacionalsocialismo, que históricamente tuvo una base obrera y ahora la recupera tras la complicidad de las izquierdas tradicionales (y muy en especial de la socialdemocracia) con la imposición de políticas que dañan los intereses de las clases trabajadoras a costa de incrementar los beneficios del capital. En este discurso, la lucha de clases y la identidad nacional son idénticas, utilizando la bandera y la defensa de la identidad y de la patria como el punto movilizador. Ha sido una mezcla ideológica imbatible. Era lógico y predecible que el fascismo ocupara el vacío creado por el socialismo y el comunismo. El pasado domingo, Le Pen consiguió el apoyo del 30% de los jóvenes y del 43% de los trabajadores franceses.

El internacionalismo de las izquierdas en su compromiso con Europa se ha mostrado impotente frente al nacionalismo del nacionalsocialismo. Por otra parte, la identificación de las izquierdas con la defensa de los inmigrantes es su punto vulnerable, pues parecen no ser conscientes de que los que pagan los costes de la integración de los inmigrantes en un país son los miembros de la clase trabajadora. Ni que decir tiene que la inmigración enriquece a un país. Ahora bien, los costes inevitables que implica su integración, que benefician a toda la sociedad, no pueden ser pagados por aquellos más vulnerables que absorben el coste. Las izquierdas, por lo general, no han sido sensibles a este punto. Añádase a ello que su internacionalismo, con su alianza con los otros pueblos de Europa, carece de credibilidad debido a su complicidad con el mundo del capital. El distanciamiento de los partidos de izquierda gobernantes (y muy en especial de la socialdemocracia) respecto a la clase trabajadora ha sido el origen de su deterioro electoral.

En España, el fascismo (que adquirió su máxima expresión durante la dictadura, establecida con la ayuda del nazismo alemán y el fascismo italiano) se caracterizó por el nacionalcatolicismo, que conjugó un nacionalismo uninacional extremo con un catolicismo enormemente reaccionario. El golpe militar de 1936 se hizo contra los rojos –socialistas y comunistas- y los separatistas –aquellos que tenían una visión de España distinta a la del fascismo español-.

Esta ideología nacionalcatólica continúa siendo muy extendida en sectores de la población española, lo cual explica su receptividad al mensaje del Partido Popular de presentarse como el defensor de la unidad de España y de los valores cristianos. Ello explica que el partido político más instrumentalizado por los poderes financieros y económicos existentes en Europa y en España continúe ganando las elecciones a pesar del enorme daño que sus políticas han causado a las clases populares, incluyendo sus votantes. El dominio por parte del PP de la bandera y del crucifijo explica su pervivencia, fruto de una Transición sumamente inmodélica.

Lo que las izquierdas deberían hacer es criticar este nacionalcatolicismo, todavía muy hegemónico en el Estado español, presentándolo por lo que es: el caparazón que sostiene un enorme domino de una minoría (servil y dócil con la Troika) frente a la mayoría de los distintos pueblos de España, que presentan como visión alternativa otra España, la republicana, multinacional y poliédrica, laica, democrática y socialmente justa.

El domingo pasado mostró una vez más el problema de las izquierdas en España. El voto a las izquierdas fue mucho mayor que el voto a las derechas. Pero las derechas continuarán gobernando España. Y seis millones más continuarán desempleados, habiendo alcanzado la situación social de las clases populares unos niveles desconocidos de deterioro. Gran parte de la responsabilidad la tienen los dirigentes del PSOE (el partido mayoritario de las izquierdas), cuyas políticas públicas han sido responsables de este deterioro, siendo cómplices con la derecha española y con las derechas europeas en el desarrollo de la Europa del capital. España necesita una rebelión del electorado y de las bases de este partido para cambiar profundamente su dirección y sus aparatos. Y las izquierdas no gobernantes (cuyo crecimiento aplaudo y considero muy positivo) deberían transcender sus intereses partidistas para aliarse a lo largo del territorio español para agitar el panorama político español, con amplias movilizaciones y exigencias de cambio a todos los niveles, con una amplia participación ciudadana, concienciando a la población de que los que gobiernan España representan una minoría muy exigua de la población española (11% del censo electoral) que defiende unos intereses económicos y financieros muy particulares que anteponen a los intereses de las clases populares, que son la mayoría de la población.

 Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra

Fuente:  http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2014/05/27/los-origenes-del-fascismo-en-europa-antes-y-ahora/

lunes, 26 de mayo de 2014

Marie-France Hirigoyen: “Nuestra sociedad presenta una tolerancia ante las violencias que no son evidentes”

“La violencia es una manifestación de la fragilidad psicológica de los hombres”.
 
 

En una sociedad a priori desconfiada como la nuestra, sorprende leer que la mayoría de nosotros somos manipulados por otros. La escritora francesa Marie-France Hirigoyen analiza en su último libro, ‘El abuso de debilidad’ (Paidós), las causas, los procedimientos y las consecuencias del influjo de una persona sobre otra que está en situación de debilidad. Psiquiatra, psicoanalista, psicoterapeuta familiar y experta en Victimología, la también autora del best-seller ‘Acoso moral’ advierte además de que el hombre no está sabiendo asimiliar su pérdida de poder social y, a menudo, esto desemboca en violencia.

¿Qué es exactamente el abuso de debilidad?
El abuso de debilidad es la utilización abusiva de un derecho que se convierte en una agresión contra otra persona. Es usar la debilidad de una persona para un bien propio o inducir la debilidad, es decir, provocar la debilidad para el interés propio. La diferencia entre el acoso moral y el abuso de debilidad es la intencionalidad. En el abuso de debilidad, la manipulación tiene como finalidad servirse del otro.

¿Cuáles son las principales manifestaciones del abuso de debilidad?
El abuso de debilidad es una noción muy amplia. Al principio, se consideró en relación a las personas mayores, que frecuentemente son manipuladas para robarles. También para los minusválidos. Para hablar de abuso de debilidad, la persona tiene que estar en situación de desventaja, tanto por edad (ancianos, niños…) como para aquellas personas que han sido influenciadas o dominadas.

¿Cómo se previene una situación de abuso de debilidad?
La prevención se consigue estableciendo unos límites. Para no ser blanco de un manipulador hay que detectar sus propios límites. En el colegio se pueden plantear juegos de rol para que los niños aprendan a detectar los problemas. Es necesario definir los límites que cada uno tiene, respetar y hacerse respetar.

¿Qué se puede hacer en caso de detectar que alguien intenta manipularnos?
En nuestra época, por las nuevas tecnologías, hemos perdido un poco nuestra intuición y la percepción para detectar cuándo alguien está en un registro falso. Hay que desarrollar un espíritu crítico y preguntarse constantemente si nos conviene la relación en la que estamos, sea del tipo que sea. No se trata de desarrollar una desconfianza generalizada pero sí de ser crítico y de no quedarse en lo que está establecido por la sociedad.
¿Qué abusos de debilidad han traído consigo las nuevas tecnologías e internet?
Hoy día es mucho más frecuente el abuso de debilidad porque en esta sociedad parece que no hay límites y parece que se puede hacer todo en internet, y manipular a las personas y llevarlas a creer cosas inaceptables. En un mundo en el que nos creemos más libres, es importante que los más jóvenes sepan que no se puede aceptar todo.

¿Cuál ha sido la experiencia jurídica de establecer como delito el abuso de debilidad en Francia?
Entre algo sancionable jurídicamente y moralmente, existe una zona gris que hace que no sepamos cuándo se ha sobrepasado el límite. En Francia hay una ley, pero es muy difícil de aplicar, ya que el límite es muy sutil y es complicado demostrar cuándo ha habido este abuso de debilidad. La ley se modificó para tener en cuenta las sectas y la manipulación psicológica, pero no se ha conseguido utilizar y se emplea normalmente la noción de estafa.

¿Cuál es la principal manifestación del abuso de debilidad hoy?
Actualmente, el abuso de debilidad se da sobre todo en la manipulación de los niños en los procesos de separación. Pero hay que tener mucho cuidado con la utilización abusiva del concepto de alienación parental. Es una realidad que cada vez se utiliza más a los niños. Hay mujeres que alienan a sus hijos para alejarlos del padre y al revés. Hay manipulación en ambos sentidos: por la masculinidad y por el uso abusivo de las feministas. Y en el punto medio está la virtud. Es muy difícil saber exactamente qué ocurre. Hay mujeres que llegan a hablar de abusos sexuales de los padres sobre los hijos y no son ciertos. Y hay padres que se manifiestan para denunciar que no pueden ver a sus hijos y resulta que hay una orden judicial en su contra. En Francia, la ministra de Justicia fue manipulada por un grupo de padres porque realizaron unas protestas muy mediáticas. Hay que ser muy cuidadosos porque es muy difícil entender quién manipula a quién.

¿Qué ocurre con la violencia de género?
Actualmente, los hombres están cambiando. Antes, eran los cabeza de familia y tenían el poder. Ahora lo han perdido todo: el poder sobre los hijos, que aprenden todo con internet y que conocen mejor que los padres los nuevos medios de comunicación. Ahora ven el trabajo con impotencia, porque no es seguro, en ninguna parte del mundo. Los conocimientos son efímeros, lo que un día se sabe, unos días después ha cambiado, y hay que acostumbrarse a algo nuevo. Y también han perdido casi el poder sobre las mujeres y esta es la razón por la que hay más violencia que hace algunos años. Todo esto es muy difícil para los hombres, que han perdido poder y tienen que manifestar su fuerza de otra manera. La violencia es una manifestación de la fragilidad psicológica de los hombres. Hoy en día, muchos hombres tienen miedo de las mujeres. Las cosas están cambiando y, cada vez más, recibo casos de hombres que son víctimas de violencia de género por parte de sus mujeres.

¿Cuál es la diferencia entre convencer y manipular?
Para convencer hacen falta argumentos, elementos objetivos. La manipulación se lleva a cabo de manera afectiva, a través de la seducción, buscando los puntos débiles del interlocutor. Nos enredamos en sus debilidades y conseguimos que nos acepte de manera sutil.

¿El manipulador nace o se hace?
No se nace manipulador. Uno se convierte, normalmente, por la educación recibida, una educación sin límites. En este nuestro mundo sin límites, no se enseña a los niños los límites de lo aceptable y lo no aceptable. Nos convertimos en manipuladores cuando crecemos sin límites.

¿Todos somos manipuladores y manipulados?
La manipulación es, en principio, un procedimiento normal en el ser humano. Todos somos manipuladores. Manipulamos a nuestros hijos para que coman. Manipulamos a nuestra pareja en una relación amorosa, para seducirlo. Y todos estamos expuestos a que abusen de nosotros en mayor o menor grado,pero es algo que se oculta por vergüenza. El manipulado se avergüenza de no haber sido lo bastante listo y de que el manipulador fuese más fuerte.

¿Es la victimización una forma de manipular al otro?
El problema de las falsas víctimas es que la sociedad valoriza a la víctima. Hay que estar atentos porque muchas veces se presenta a la víctima para dar lástima y esto es en sí un abuso de debilidad.

Usted ha llegado a decir que cada vez hay más personas perversas en el mundo. Esto es un poco desalentador, ¿no?
No es exactamente así. Hay un cambio en la violencia. Antes, era más física y ahora es más sutil. Nuestra sociedad presenta una tolerancia ante las violencias que no son evidentes. En francés, hay una expresión: ‘si no lo veo, no existe’. Todo el mundo puede mentir, hacer trampas, lo que importa es que no sea evidente.

Fils de France


La Europa siniestra de la xenofobia y la intolerancia

El inmigrante simplemente es mano de obra, un recurso productivo, no es un ser humano con atributos radicados en la dignidad de las persona

La líder del Frente Nacional (FN) francés y candidata de esa formación de extrema derecha a las próximas elecciones al Parlamento Europeo. / Efe
La deshumanización emerge en Europa. Tiene múltiples caras que ponen en cuestión los valores democráticos sobre los que se ha estado construyendo el edificio europeo. Aún no están enterrados los episodios del horror del nazismo y el fascismo, incluso hay asignaturas pendientes que avergüenzan a todos —como la memoria de las víctimas de la dictadura franquista—, lo que supone un apoyo y un impulso a esa nueva ultraderecha que emerge con raíces de un pasado que vuelve al son de marchas con antorchas, persecuciones a gitanos, brotes de violencia antisemita, intolerancia xenófoba, incendio de mezquitas, negrofobia, rechazo a la libre orientación sexual y, sobre todo, crímenes de odio, asesinatos alimentados por rechazo al diferente. No solo se daña la igualdad sino que se ataca a la dignidad intrínseca de la persona, al valor en sí de los seres humanos, como un retorno a las jerarquías como definía el Instituto para la Higiene Racial del nazismo, aunque esta vez de la mano del victimismo ultranacionalista identitario. La Europa de la intolerancia nos amenaza.

Los resultados electorales son más que inquietantes, ya sea en la vecina Francia, Gran Bretaña o en los países escandinavos, bien en Austria, Italia o Países Bajos, o en las preocupantes situaciones de Grecia y Hungría. El escenario en general muestra el avance de la extrema derecha en las elecciones europeas y rubrican los resultados locales y nacionales; el escenario es difícil. Merece la pena significar la vergüenza que supone o debería suponer para Europa la presencia de partidos neonazis como el griego Amanecer Dorado con fuerte representación en el Parlamento y con un activismo violento hacia inmigrantes y otras minorías; o el húngaro Jobbik que desfila uniformado por las calles y las milicias que atacan a gitanos, además de defender en el Parlamento que todas las personas de origen judío deben ser fichadas y registradas por “razones de seguridad”. Y estos no son hechos aislados, sino que obedecen a un patrón de intervención estratégica donde la alargada sombra del nazismo, alimentada por intereses poderosos, sale del subsuelo –si es que alguna vez lo estuvo– influyendo y asustando a los partidos democráticos que, con un liderazgo débil, corren a modificar sus políticas aceptando sus postulados y ahondando el problema en esta Europa que vive una crisis sistémica.

El crecimiento de la intolerancia en el discurso público, en las políticas hacia la inmigración y las minorías étnicas y sociales, la expansión del populismo xenófobo en Europa, así como la emergencia de una criminalidad basada en el rechazo y la negación de la diversidad, no son sino los síntomas de una triple crisis en Europa cuyos pivotes tienen: en lo económico, uno de los mayores desastres financieros de la historia; en lo político-institucional, el descrédito de sus gestores alimentado por la corrupción, el despotismo antidemocrático y la construcción institucional en desafecto con la ciudadanía; en lo social, el desmantelamiento de los "estados de bienestar" puestos en pie tras la segunda guerra mundial, eliminando importantes conquistas sociales y ciudadanas. Sin embargo, no se debe mirar a Europa al margen de lo que está pasando en el mundo, eso sería un eurocentrismo que nos oculta que vivimos una realidad con más de medio centenar de guerras por el poder y los recursos, el atesoramiento de los más ricos en contraste con el hambre y miseria de millones de los más pobres o el incremento de la intolerancia criminal que se extiende por todos los continentes.

Además, se observan con nitidez posiciones planetarias contrarias a la globalización de los derechos humanos y de los valores democráticos que coinciden con un resurgimiento de integrismos y totalitarismos a gran escala que amenazan con dar al traste las conquistas democráticas y sociales de la historia de la humanidad. Estamos ante la mundialización del odio, realidad que se evidencia por sus frutos: desde el racismo y neofascismo en Occidente, hasta los fanatismos religiosos y terrorismos integristas en otras latitudes. Así lo ha señalado en reiteradas ocasiones la Asamblea General de
Naciones Unidas, especialmente frente al neonazismo en una reciente resolución del 20 de diciembre de 2012, destacando “la importancia de cooperar estrechamente con la sociedad civil y los mecanismos internacionales y regionales de derechos humanos a fin de contrarrestar eficazmente todas las manifestaciones de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, así como a los partidos políticos, movimientos y grupos extremistas, incluidos los grupos neonazis y de cabezas rapadas y los movimientos similares de ideología extremista”.

La mundialización, el desarrollo de las comunicaciones (internet), el mercado económico y laboral planetario, y otros factores globales han generado un escenario favorable a la xenofobia, buque insignia de las distintas encarnaciones de la intolerancia; la dualidad ambivalente de las migraciones, su necesidad y rechazo a la vez, han vuelto atrás la historia alimentando la “cosificación” de las personas. El inmigrante simplemente es mano de obra, un recurso productivo, no es un ser humano con atributos radicados en la dignidad de las persona. Sencillamente cuando se le necesita se obtiene, ya sea regular o irregularmente, con control de flujos migratorios o sin ellos, con integración o marginación, con apoyo al desarrollo de su país de origen o con su abandono en la miseria. Y cuando no se necesita pues que se vaya; se le anima a marcharse, se le expulsa, deporta e incluso se le convierte en criminal, y que no entren; ahí están las aguas de Lampedusa o el Estrecho como cementerios, y por si acaso las concertinas en las vallas; y si no es suficiente, como dijo un líder ultra italiano, sacamos a los buques para bombardear pateras. La intolerancia xenófoba es el gran instrumento, peligroso instrumento, que abre puertas y camino de forma terrible a otros acompañantes de la intolerancia generalizada. Racismo, xenofobia, antisemitismo, islamofobia, antigitanismo, homofobia, neofascismo, negrofobia... no son solo patrimonio de todo el continente europeo, también se globalizan porque la intolerancia amenaza al mundo.

 Fuente: http://www.eldiario.es/europeas_2014/Europa-siniestra-xenofobia-intolerancia_0_262824660.html

domingo, 25 de mayo de 2014

"Es un engaño que el trabajo asalariado sea la clave para liberar a las mujeres"

Entrevista con la pensadora feminista Silvia Federici, que reivindica que el trabajo reproductivo y de cuidados que hacen gratis las mujeres es la base sobre la que se sostiene el capitalismo
"Ahora las mujeres tienen dos trabajos -el de fuera de casa y el de dentro- y aún menos tiempo para luchar, y participar en movimientos sociales o políticos"


La escritora y activista feminista Silvia Federici. / Marta Jara

 Silvia Federici (Italia, 1942) es una pensadora y activista feminista, un referente intelectual por su análisis del capitalismo, el trabajo asalariado y reproductivo, siempre desde una perspectiva de género. Profesora en la Universidad de Hofstra de Nueva York, Federici fue una de las impulsoras de las campañas que en los años setenta comenzaron a reivindicar un salario para el empleo doméstico. "El trabajo doméstico no es un trabajo por amor, hay que desnaturalizarlo", defiende. La escritora está de gira por España: allá donde ha estado las librerías y salas se han llenado para escucharla. Su último libro publicado en español es "Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas", publicado por Traficantes de Sueños. 

¿Es esta crisis económica una crisis también de igualdad?
Sí, es una crisis de igualdad y que amenaza especialmente a las mujeres. Hay muchas consecuencias de las crisis que impactan en las mujeres de forma particularmente intensa. Por un lado, los recortes de servicios públicos, de la sanidad, de la educación, de los cuidados, las guarderías... eso trae a las casas un montón de trabajo doméstico que todavía siguen haciendo mayoritariamente las mujeres. La mayoría de las mujeres trabajan fuera de casa pero siguen encargándose de este trabajo y tienen que absorber esta parte de tareas que antes eran públicas. Por otro lado, la crisis del empleo y del salario crea nuevas tensiones entre las mujeres y los hombres. Que las mujeres tengan más autonomía ha creado tensiones y un aumento de la violencia masculina. El hecho de que los hombres no tengan el poder económico y al mismo tiempo las mujeres reivindican una mayor autonomía ha creado formas de violencia masculina contra las mujeres que se pueden ver en todo el mundo.

¿En qué momento diría que estamos entonces?
Estamos en un periodo en el cual se está desarrollando un nuevo tipo de patriarcado en el cual las mujeres no son solo amas de casa, pero en el que los valores y las estructuras sociales tradicionales aún no han sido cambiadas. Por ejemplo, hoy muchas mujeres trabajan fuera de la casa, muchas veces en condiciones precarias, lo que supone una pequeña fuente de mayor autonomía. Sin embargo, los lugares de trabajo asalariado no han sido cambiados, por tanto, ese trabajo asalariado significa adaptarse a un régimen que está construido pensado en el trabajo tradicional masculino: las horas de trabajo no son flexibles, los centros de trabajo no han incluido lugares para el cuidado, como guarderías, y no se ha pensado formas para que hombres y mujeres concilien producción y reproducción. Es un nuevo patriarcado en el que las mujeres deben ser dos cosas: productoras y reproductoras al mismo tiempo, una espiral que acaba consumiendo toda la vida de las mujeres.

De hecho, usted dice que se ha identificado la emancipación de las mujeres con el acceso al trabajo asalariado y que eso le parece un error, ¿lo es?
Es un engaño del que hoy podemos darnos cuenta. La ilusión de que el trabajo asalariado podía liberar a las mujeres no se ha producido. El feminismo de los años 70 no podía imaginar que las mujeres estaban entrando al trabajo asalariado en el momento justo en el que éste se estaba convirtiendo en un terreno de crisis. Pero es que, en general, el trabajo asalariado no ha liberado nunca a nadie. La idea de la liberación es alcanzar la igualdad de oportundiades con los hombres, pero ha estado basada en un malentendido fundamental sobre el papel del trabajo asalariado en el capitalismo. Ahora vemos que esas esperanzas de transformación completa eran en vano. Al mismo tiempo sí vemos que muchas mujeres han conseguido más autonomía a través del trabajo asalarido, pero más autonomía respecto de los hombres no respecto del capital. Es algo que ha permitido vivir por su cuenta a muchas mujeres o bien que tuvieran un trabajo, mientras su pareja no lo tenía. De alguna forma esto ha cambiado las dinámicas en los hogares, pero en general no ha cambiado las relaciones entre hombres y mujeres. Y, muy importante, eso no ha cambiado las relaciones entre mujeres y capitalismo: porque ahora las mujeres tienen dos trabajos y aún menos tiempo para, por ejemplo, luchar, participar en movimientos sociales o políticos.

Es también muy crítica con organismos internacionales como el FMI, el Banco Mundial o la ONU. Algunos de ellos publican informes animando a la participación femenina en el mercado laboral, mientras alientan medidas de recorte que perjudican la igualdad y la vida de las mujeres...
Sí y esto es fundamental. Es un error no ver el tipo de planificación capitalista que se está desarrollando dentro del proyecto de globalización. Hubo una intervención masiva en la agenda y en las políticas feministas con el objetivo de usar el feminismo para promover el neoliberalismo y para contrarrestar el potencial subversivo que tenía el movimietno de mujeres en términos, por ejemplo, de lucha contra la división sexual del trabajo y contra todos los mecanismos de explotación. Por un lado, el trabajo de la ONU fue redefinir la agenda feminista y creo que fueron bastante efectivos. A través de  varias conferencias mundiales, por ejemplo, se presentaban así misma como la representación de las mujeres del mundo y de lo que es o no el feminismo. Por otro lado, su otro objetivo era 'educar' a los gobiernos del mundo en que algo tenía que cambiar en la legislación laboral para permitir la entrada de las mujeres en el trabajo asalariado.

¿Cómo salir entonces de esa trampa, cómo conseguir reivindicar la igualdad sin caer en esas trampas? Porque, por ejemplo, usted rechaza que las mujeres se incorporen en igualdad a los Ejércitos.
No a las mujeres en el Ejército, de ninguna manera. Hay que tener en cuenta que los hombres también son explotados. Entonces, si decimos simplemente que queremos la igualdad con los hombres estamos diciendo que queremos tener la misma explotación que los hombres tienen. La igualdad es un término que congela el feminismo: por supuesto que en un sentido general no podemos estar en contra de la igualdad, pero en otro sentido decir solo que luchamos por la igualdad es decir que queremos la explotación capitalista que sufren los hombres. Creo que lo podemos hacer mejor que eso, hay que aspirar a transformar el modelo entero, porque los hombres tampoco tienen una situación ideal, los hombres también deben ser liberados, porque son sujetos de un proceso de explotación. Por eso no a las mujeres en el ejército, porque no a la guerra, no a la participación en ninguna organización que nos comprometa a matar a otras mujeres, a otros hombres en otros países con el objetivo de controlar los recursos del mundo. La lucha feminista debería deicr en ese sentido que los hombres deberían ser iguales a las mujeres, que no haya hombres en los ejércitos, es decir, no a los ejércitos y no a las guerras.

¿Y cómo salir de la trampa en el caso del trabajo asalariado?
Esto es diferente porque en muchos casos el trabajo asalariado es la única forma en la que podamos ser autónomas y no estamos en la posición de decir no al empleo. La cuestión es considerar el trabajo asalariado como una estrategia más para la liberación, no como la gran estrategia para liberarnos. Por ejemplo, en EEUU la cuestión del trabajo reproductivo no se tiene en cuenta para nada e incluso cuando las mujeres luchan por liberarse de las tareas de cuidado eso solo se tiene en cuenta como una forma de que ellas puedan dedicar más tiempo al trabajo fuera de casa. El capitalismo devalúa la reproducción, y eso significa que devalúa nuestras vidas para continuar devaluando la producción de trabajadores. Es un asunto fundamental que no se está teniendo en cuenta. Así que no se trata de decir no al trabajo asalariado sino de decir que el trabajo asalariado no es la fórmula mágica para liberar a las mujeres. Las mujeres no están afuera de la clase trabajadora, la lucha feminista debe estar totalmente imbricada en la lucha trabajadora.

Entonces, ¿qué más estrategias se pueden seguir para conseguir esa liberación?
El trabajo que la mayoría de mujeres hacen en el mundo, que es el trabajo reproductivo y doméstico, es ignorado. Y ese trabajo es la base del capitalismo porque es la forma en la que se reproducen los trabajadores. El trabajo de cuidados no es un trabajo por amor, es un trabajo para producir a los trabajadores para el capital y es un tema central. Si no hay reproducción, no hay producción. Si ese trabajo que hacen las mujeres en las casas es el principio de todo lo demás: si las mujeres paran, todo para; si el trabajo doméstico para, todo lo demás para. Por eso el capitalismo tiene que devaluar este trabajo constantemente para sobrevivir: ¿por qué ese trabajo no está pagado si mantiene nuestras vidas en marcha? La corriente de la que yo provengo vimos que si el capitalismo tuviera que pagar por este trabajo no podría seguir acumulando bienes. Y al menos que lidiemos con este asunto no produciremos ningún cambio en ningún otra plano.

¿Defiende el salario para el trabajo doméstico?
Sí. Muchas feministas nos acusan de institucionalizar a las mujeres en casa porque entienden que esta demanda es una forma de congelar a las mujeres en los hogares, pero es exactamente lo contrario, es la forma en que podemos liberarnos. Porque si este trabajo es considerado como tal los hombres también podrán hacerlo. El salario sería para el trabajo, no para las mujeres.

Sí, pero aún hoy son las mujeres las que hacen mayoritariamente ese trabajo, esa sigue siendo la tendencia a pesar de que ha habido otros cambios, ¿qué haría cambiar esa inercia?
La tendencia es esa porque la ausencia de salario ha naturalizado la explotación. ¿Te imaginas que los hombres hubieran hecho un trabajo industrial gratis durante dos años porque es lo propio de los hombres? Estaría totalmente naturalizado, igual que lo está el trabajo doméstico, que está ligado a la feminidad y a lo que se considera propio de las mujeres. En una sociedad conformada para las relaciones monetarias, la falta de salario ha transformado una forma de explotación en una actividad natural, por eso decimos que es importante desnaturalizarla.

¿Y la forma de desnaturalizarla es precisamente mediante un salario?
Sí, es un primer paso para hacerlo. Pero nunca vemos el salario como un fin, sino como un medio, un instrumento para empezar la reivindicación. Ya solo pedir un salario tiene el poder de revelar toda un área de explotación, de sacar a la luz que esto es un trabajo propiamente dicho, y que es esencial para el capitalismo, que ha acumulado riqueza gracias a ello.

¿No se corre el riesgo de perpetuar así la división sexual del trabajo?
No, es una forma de romperla. Se puede demostrar que la división sexual del trabajo está construida sobre la diferencia salario-no salario.

Sin embargo, en muchos países como España el trabajo doméstico ya está reconocido como tal (no con todos los derechos) y aún así ese trabajo sigue siendo femenino mayoritariamente, es decir, que esté remunerado no ha hecho que los hombres se incorporen a esos empleos. ¿Por qué pensar entonces que pagar por las tareas del hogar hará que los hombres se incorporen a ese área?
En una situación en la que el trabajo doméstico no es reconocido como trabajo y millones de mujeres lo hacen gratis en todo el mundo, las mujeres que lo hacen por dinero están en una situación de debilidad, de no poder negociar mejores condiciones. Yo espero que se construya un nuevo movimiento feminista que una a las mujeres que hacen trabajo doméstico pagado y a las que lo hacen no pagado. Empezar una lucha sobre qué significa este trabajo, reivindicar nuevos recursos al servicio de este trabajo y proponer nuevas formas de organización. Este trabajo se hace separadas las unas de las otras y hace falta unión, nuevas formas de cooperación que nos permitan unir nuestras fuerzas para contestar esta devaluación del trabajo doméstico. La conexión entre mujeres y trabajo doméstico es muy fuerte y no será fácil, pero creo que sí se podrían conseguir cosas. La reinvidicación del salario para el trabajo doméstico ha sido muy liberadora porque muchas mujeres podían comprender así que lo que hacían era trabajo y era explotación, y no algo natural.

Fuente:  http://www.eldiario.es/economia/engano-trabajo-asalariado-liberar-mujeres_0_262823964.html

sábado, 24 de mayo de 2014

Más de 100 organizaciones sociales europeas denuncian el nuevo tratado neoliberal entre UE/EEUU

Con ocasión de la quinta ronda de negociaciones del Tratado Comercial UE-EEUU, más de 120 organizaciones de Europa denuncian el proyecto como un ataque a los derechos y a la democracia.

Con motivo de esta quinta ronda de negociaciones, en curso entre el 19 y el 23 de mayo en Arlington [Virginia, EE.UU], una amplia coalición de movimientos sociales de toda Europa rechaza en un comunicado conjunto la agenda corporativa de la Alianza Transatlántica de Comercio e Inversiones [TTIP, por sus siglas en inglés] entre la Unión Europea y los Estados Unidos. El manifiesto (1) está firmado por grupos ecologistas, asociaciones de consumidoras/es, organizaciones de defensa de la democracia y los derechos humanos y sindicatos, y respaldado por la Campaña “No al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones” del Estado español (2).

“Si se permite que este tratado comercial se firme será la mayor transferencia de poder al capital que hemos visto en generaciones. Es por eso que se está viendo un aumento en la resistencia popular a este proyecto en toda Europa y en los EE.UU. por igual, ya que la gente está asimilando lo que significaría para su futuro. Los candidatos que esperan ser elegidos al Parlamento Europeo el próximo domingo deberían tomar nota de este asunto y rechazar el TTIP”, avisa la Campaña “No al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones”.

El TTIP afectaría a la seguridad alimentaria, los derechos de privacidad y protección de datos, las normas sociales y laborales y leyes de protección ambiental. La coalición europea opina que el tratado está siendo negociado únicamente en nombre de los intereses de las grandes corporaciones, mercados financieros e industrias, a expensas de la ciudadanía.

Las organizaciones reprochan a la Comisión Europea la falta de transparencia y el proceso anti-democrático de las negociaciones, que buscan la eliminación y armonización a la baja de normas sociales, laborales y ambientales que aún por el momento son garantes de la protección y de los derechos de las poblaciones y del medioambiente.

En la declaración conjunta publicada hoy exigen la suspensión de las negociaciones y cargan contra el mecanismo de solución de controversias entre inversor y Estado (ISDS), una polémica disposición legal que se encuentra en cerca de 3.000 tratados comerciales y que permite a las corporaciones transnacionales demandar a los gobiernos por aquellas políticas públicas que pudieran significar un detrimento en sus beneficios económicos esperados.

Otra de las demandas que se hace en esta declaración a los negociadores es la de que se abandone la propuesta de constituir un Consejo de Cooperación Regulatoria que daría a las corporaciones y los tecnócratas no electos poderes sin precedentes de determinar la regulación europea, estatal y local.

“Las negociaciones atentan contra la democracia y los servicios públicos. Perderemos leyes que protegen la salud y la seguridad en los alimentos o los productos químicos, por ejemplo, porque el objetivo principal del TTIP es bajar las normas, reglamentos y procedimientos para adaptarlas en beneficio de las grandes multinacionales. También está siendo visto como un modelo para los acuerdos comerciales en todo el mundo, por lo que socavará aún más la capacidad de los países empobrecidos para hacer frente a las grandes corporaciones”, enfatiza la Campaña “No al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones”.

Denuncian que “la creación de un mercado común transatlántico es el núcleo de la agenda de liberalización de la UE, y el TTIP amenaza con profundizar las políticas autoritarias y neoliberales aprobadas en los últimos años. La UE está revelándose a sí misma como una máquina que hace competir a las trabajadoras y los trabajadores entre sí, al tiempo que se desmantelan todas las prestaciones sociales“. Durante esta semana, la UE y EE.UU. intentarán acercar posturas en asuntos de inversiones, marco regulador, normas fitosanitarias, contratos públicos, derechos de propiedad intelectual, medio ambiente, energía y materias primas.
1-. La declaración completa puede descargarse aquí
2-. Accede al Blog de la Campaña

#Brasil Las niñas prostitutas del Mundial

Brasil está en el centro del tornado. Las miradas hacia el país vecino ya no son sólo por ser la sede del Mundial que está a días de empezar sino que además, para dejar “lindo” el lugar”, desaloja violentamente a los locales y hace la vista gorda ante la creciente prostitución infantil. Parece que sigue la lógica de una gran empresa en la que lo importante es dejar contento al cliente, al visitante ocasional, y que al irse quiera volver.

“Soy feliz siendo prostituta” es el título de la campaña que el Gobierno brasileño lanzó en junio para defender la legalidad de esta práctica y que canceló ante las fuertes críticas que recibió.

“A los clientes se les cobra alrededor de 60 dólares. La prostituta obtiene la mitad de eso, menos las deudas por vestimenta, drogas, alcohol y cosméticos. La niña consigue un cuarto con lo que paga el cliente”, aseguró a Time Thiago, quien admite haber tenido relaciones con niñas menores de 14 años.  Esto no es de ahora pero se acerca la fecha en que todos estarán distraídos y nos pareció un buen momento para compartir la nota que hizo la gente de #Anred - http://www.anred.org/spip.php?article7064

Amargo fruto del Mundial 2014
El país anfitrión del Mundial 2014 tiene una prisa febril por terminar sus principales estadios de fútbol a tiempo para el evento deportivo más popular del mundo. Uno de ellos es el estadio Arena Corinthians, en São Paulo, que está preparándose acoger el 12 de junio el partido inaugural entre Brasil y Croacia, un encuentro que verá la mitad de la población del planeta.

Hace 18 meses cientos de obreros de todo Brasil comenzaron a llegar a la ciudad más grande del país para trabajar en la construcción en el estadio, alojándose en las favelas cercanas. Pero con el auge del empleo llegó también la explosión de la prostitución infantil.

Las autoridades brasileñas invierten millones de dólares en el Mundial de la FIFA, que se prevé que será el más espectacular en la historia del campeonato, algo que hizo que los sindicatos del crimen también se prepararan muy a fondo para sacar provecho del evento deportivo.

Según informa el portal News.com, los clanes mafiosos internacionales planean una ola de prostitución infantil organizada en torno a los estadios en más de una docena de ciudades de Brasil, desde la capital, Brasilia, hasta Río de Janeiro, donde los aficionados de fútbol se reunirán durante las seis intensas semanas que durará el torneo.

Las bandas criminales buscan a las menores en las aldeas más pobres del país, donde las drogan o simplemente las compran a sus familiares. La mayoría de las niñas llevadas a São Paulo para trabajar en la prostitución, algunas de las cuales apenas tienen 11 años, viven en la Favela de Paz, un barrio donde cientos de familias no tienen ni electricidad ni agua corriente.

Por la noche, las niñas deambulan fuera del barrio de favelas, en la avenida Miguel Inácio Curi u otras autopistas, en busca de clientes. Después las menores se dirigen con ellos a los moteles o habitaciones cercanos al gigantesco estadio.

Según asegura un periodista y activista local contra la prostitución infantil, Matt Roper, quien ha realizado varias investigaciones sobre la situación, este negocio ilegal tiene lugar ante los ojos de la Policía, los guardias de seguridad y los habitantes de la capital financiera de Brasil.

En su primera entrevista con el periódico británico ’Sunday Mirror’, el periodista ha afirmado que posee información de que narcotraficantes y algunos clanes mafiosos de Europa del este obtienen a las niñas que trabajarán como esclavas sexuales no solo de las aldeas brasileñas, sino también de África, en particular de Congo y Somalia.

Para realizar una de sus investigaciones independientes, Roper ha viajado a São Paulo para conocer personalmente a las niñas prostitutas del corazón económico del país.

Poliana, 14 años
Poliana tiene 14 años y lleva solo tres meses en el oficio. Sin embargo, no le faltan los clientes. La niña vende su cuerpo a los trabajadores del Arena Corinthians por menos de 4,7 dólares durante su hora de comer.

La cama de Poliana, cubierta de muñecos de peluche, se encuentra en una pequeña habitación escondida en un laberinto de callejones con alcantarillado abierto adonde van los obreros para comprar a chicas como ella.

Según cuenta Roper, la adolescente salió a la calle la misma noche que murió su madre. “No sabía cómo iba a encontrar dinero para comer o pagar el alquiler. Pero no pasé mucho tiempo así. Había muchos hombres de la construcción que buscaban sexo”, confesó la niña al periodista.

Por ahora Poliana no está pensando en dejar la prostitución. Hace dos semanas se enteró de que estaba embarazada. Sin embargo, todos los días, a la hora del almuerzo, la joven se arregla para cumplir con sus clientes en uno de los hoteles cercanos a la favela.

“Cuando comience la Copa del Mundo habrá muchas más chicas de mi edad y más jóvenes. Yo soy una de las mayores”, expresa con preocupación Poliana.

Thais, 16 años
Las prostitutas de la edad de Thais se consideran las niñas más ’viejas’ en la profesión.
Esta huérfana de 16 años adicta al ’crack’ (una droga derivada de la cocaína muy popular en las favelas brasileñas) fue traida a la Favela de Paz con otra joven prostituta y opera fuera de un garaje donde tiene relaciones sexuales con hasta 15 hombres al día.

“Casi todos mis clientes son de la construcción “, dice la niña. “Siempre pagan, pero no siempre me tratan bien”, confesó.

“Pero, ¿qué puedo hacer? Mis padres están muertos, necesito dinero. Si no fuera por los hombres que trabajan en el estadio, no sé qué haría”, explica Thais.

“Mañana uno de ellos ha reservado un día entero en el hotel conmigo, será un buen día de trabajo para mí”, añadió.

Según Roper, la joven prostituta también espera tener “mucho trabajo con los aficionados al fútbol cuando empiece el Mundial”, a quienes planea cobrar 23 dólares, cuatro veces más que el precio actual.
Como parte de su actividad social destinada a combatir la prostitución infantil, Matt Roper también supervisa Meninadanca y Casa Rosada, dos organizaciones de caridad que tratan de sacar a las niñas prostitutas de las ’autopistas del infierno’ de Brasil.

“Ellas quieren ser alguien en la vida, pero lo que están viviendo ahora es una pesadilla”, comenta Roper.
El activista también señaló que las autoridades brasileñas no se apuran en tomar medidas contra la situación criminal y aún no se ha llevado a cabo ninguna operación policial adecuada.

Fuente:  http://corriendolavoz.com.ar/brasil-las-ninas-prostitutas-del-mundial/

Poder indígena vs. narco deforestación

El crimen organizado provoca grandes índices de deforestación en Centroamérica pero allí donde las comunidades indígenas están organizadas y tienen la posibilidad de gestionar sus bosques, la influencia del narco es menor. Así lo acreditan varios estudios internacionales que, además, aseguran que una lucha eficaz contra los cárteles pasa por escuchar a esas comunidades, apoyarlas, y reconocer los derechos de quienes habitan desde hace siglos las tierras que hoy se han convertido en corredores de la droga

 

“Estamos defendiendo nuestros bosques  hasta con las uñas”. Cándido Mezúa, líder del Congreso General del Pueblos Emberá Wounaan de Panamá es contundente. Sabe que por Centroamérica  pasa el 80% de la cocaína que llega a EEUU (datos del Departamento de Estado). Sabe que el crimen organizado utiliza para ello las zonas más aisladas y boscosas de cada país, en el caso de Panamá, muchas fronterizas con Colombia. Sabe que su pueblo tiene necesidades y también que hay jóvenes que  cargan montaña a través sacos de supuesto ‘arroz’  por 200 dólares cada uno, un dineral no propio de ese alimento. Este líder indígena sabe que muchas veces, cuando las comunidades denuncian la presencia de sospechosos armados, las autoridades las tachan de colaboradores, o han sitiado sus pueblos, o las han utilizado como “escudos” en lugar de protegerlas.  Pero también sabe cómo evitar todo esto. Y que hay muchos trabajando como él para conseguirlo.

“Los pueblos indígenas somos vulnerables al narco cuando no hay sentido de comunidad pero en los lugares donde se reconocen nuestros derechos para determinar el destino de nuestros bosques, cuando nos dejan protegerlos pero también explotarlos y beneficiarnos de ellos de forma sostenible para dar oportunidades a los jóvenes, cuando se fomenta la educación en agronomía, es más difícil que el crimen organizado entre y hay menos deforestación. Por eso queremos que se cuente con nosotros cuando los gobiernos hablan de estrategias de seguridad”.

 

Mezúa fue uno de los participantes del encuentro en Costa Rica de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques, celebrado a mediados de marzo, donde se intercambiaron experiencias y se presentaron varios estudios de expertos que están avalados por prestigiosas universidades o el Banco Mundial. Los investigadores, que hablaron con Periodismo Humano junto con Mezúa a su paso por México, constatan no solo las palabras de este dirigente sino el daño que los narcos están haciendo a los bosques centroamericanos y, por ende, al planeta.

Según los datos recopilados por la geógrafa e investigadora de la Universidad de Ohio (EEUU) Kendra McSweeney, coautora de un estudio publicado en enero en la revista Science, en Guatemala, en la reserva de la Laguna del Tigre, donde proliferan las ‘tierras de nadie’  en plena selva del Petén (fronteriza con México) la deforestación ha alcanzado el 10% . Sin embargo, en las zonas donde se ha establecido un sistema de concesiones para el manejo forestal comunitario la incidencia ha sido mucho menor.
En Honduras la destrucción de los bosques se ha cuadriplicado de 2007 a 2011, justo cuando comenzó a aumentar bruscamente la presencia del crimen organizado por la tendencia de los cárteles mexicanos a expandirse hacia el sur cuando se elevó la presión militar en México contra ellos.

 

“Los narcos entraron en escena cuando los pueblos indígenas estaban inmersos ya en luchas para defender sus bosques de proyectos mineros, turísticos o energéticos  a gran escala, con lo que las selvas centroamericanas se convirtieron en los últimos años en una especie de ‘salvaje oeste’ donde se impuso el miedo”, añade.

Según McSweeney, la forma de actuar de los narcotraficantes es similar en toda la región, ya sea el Petén (Guatemala), la reserva del Río Plátano (Honduras), la Mosquitia (Honduras y Nicaragua), la costa atlántica de Costa Rica, la frontera panameña con Colombia… “Llegan a una comunidad y ofrecen mucho dinero a una sola familia, cuando una cae y consiguen sus tierras, toda la comunidad se pudre”.

McSweeney  señala en su estudio que el objetivo es involucrar a productores locales en áreas como la ganadería, la producción de palma, la especulación de tierras y el tráfico de madera, a expensas de pequeños productores, que a menudo, son los defensores de los bosques. Otras veces compran directamente zonas boscosas. El resultado son talas indiscriminadas para hacer narcopistas  de aterrizaje para el trasiego de droga, y  el lavado de dinero a través de las actividades agrícolas que no deberían darse en una reserva natural protegida.
 
 

Los bosques centroamericanos, uno de los pulmones del planeta, son estratégicos para el narco porque son paso obligado de la cocaína sudamericana que se dirige a EEUU. Desde esas zonas, generalmente con muy poca presencia del estado, la droga continúa viaje al norte tanto por tierra, mar o aire. Ahí han proliferado las narcopistas de aterrizaje, brechas de entre 1,5 y 2,5 kilómetros, abiertas con tractores en plena selva, donde aterrizan las avionetas con más puntualidad que las líneas aéreas de la zona, ironizan los locales.
Solo en Honduras, hay unas 200, según dijo  recientemente el viceministro de Defensa de Honduras, Carlos Roberto Funes, al diario El Mundo. Y solo en lo que va de 2014 se han destruido 75. Pero este esfuerzo, que cuenta con el apoyo de Washington, y que se centra en interceptar y localizar avionetas y destruir las pistas, no ha sido efectivo. “La gente que vive en el lugar se siente parte del negocio y vuelve a repararlas”, aseguró Funes en la mencionada entrevista.

Para evitar esta situación, en lugar de una “política represiva” y de militarización que “no arregla el problema”, asegura McSweeney, los expertos apuestan por ofrecer a las comunidades incentivos para defender sus bosques, es decir, no solo permitir sino potenciar que se organicen comunitariamente, que gestionen sus recursos forestales, se beneficien de ellos y así tengan más motivos –al margen de sus creencias y tradiciones- para preservarlos del narco o de cualquier otra presión.

EXPERIENCIAS DE EXITO
Según muestra un estudio realizado durante 5 años por el  Programa Salvadoreño de Investigación sobre Desarrollo y Medio Ambiente (PRISMA), hay experiencias de éxito en toda Mesoamérica que demuestran que dar derechos a los indígenas ha conllevado claramente una menor deforestación y una menor infiltración del crimen organizado en sus bosques.

Una de las claves, indica uno de sus autores, Andrew David, es el monitoreo de las zonas en riesgo. “A más derechos, más organización y a más organización mejor red de vigilancia comunitaria. Y si esta funciona, se evita que entren extraños para fines ilícitos o, si llegan a entrar, se les detiene o se informa inmediatamente a las autoridades para que actúen”. Uno de los ejemplos más espectaculares tuvo lugar en Talamanca (Costa Rica) donde los sistemas de rondas y monitoreo comunitario hicieron saltar la alarma sobre una red de helicópteros que trabajaban para el narco.

Pero si los indígenas no son dueños legalmente de sus tierras o no tienen sentido de comunidad, como ocurrió hace años en la zona de la Mosquitia o en la ‘tierra de nadie’ del Petén guatemalteco, son mucho más vulnerables.

El estudio de PRISMA ofrece ejemplos de éxito. En México, en municipios como Cherán (Michoacán, centro del país) o en Tecpan de Galeana (costa Guerrero, en el Pacífico) las acciones comunales contra el narco han conllevado en la primera localidad la reforestación de más de 1000 hectáreas y en la segunda la puesta en marcha de un vivero que cuenta con 1,4 millones de plantas. Además, en ambos lugares bajaron los homicidios.
Ante situaciones tensas, ha habido distintos patrones de actuación. Nicaragua y  Guatemala pusieron en marcha los llamados “batallones ecológicos” o “verdes”,  unidades pertenecientes al ejército pero que actuaban más en coordinación con las comunidades que el resto de efectivos militares cuando estás les reclamaban protección. En otros casos, como en la comunidad garífuna de Vallecito (norte de Honduras) o los purépechas de Cherán, los propios indígenas optaron por la confrontación directa (pese a la disparidad de fuerzas) pero su valor e insistencia les hicieron poco a poco ir logrando parte de sus objetivos aunque a cosa de sufrir acciones violentas contra ellos. Estas dos comunidades son de las pocas que hay llamado por su nombre a su enemigo: crimen organizado.

Los estados todavía son reticentes a contar con las comunidades para elaborar sus las estrategias de seguridad y los planes hemisféricas liderados por EEUU ofrecen principalmente ayuda militar. Sin embargo, el fortalecimiento de redes de base, como demuestran los estudios presentados en Costa Rica, no solo contribuirían al mayor y mejor desarrollo de los pueblos originarios de los bosques latinoamericanos sino que preservarían uno de los pulmones del planeta y complicarían a los narcos sus actuaciones.
Y un ejemplo más, fuera del estudio, lo reconocen, aunque sea en voz baja, funcionarios del gobierno de México, con respecto a uno de los grupos indígenas más organizados del continente,  los que viven en los territorios que lograron su autonomía tras el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en el sureste de Chiapas. “Donde están los zapatistas  no hay narco, por eso los toleramos”.

Fuente:  http://periodismohumano.com/sociedad/medio-ambiente/poder-indigena-vs-narco-deforestacion.html