El “ángel de Budapest” Otro héroe también llevada a la pantalla fue Ángel Sanz Briz, diplomático español apodado el ángel de Budapest por sus acciones durante la Segunda Guerra Mundial. El zaragozano Ángel Sanz salvó a más de 5.500 judíos en 1944, durante su estancia como diplomático de España en Hungría. Sanz Briz se valió de un decreto español de 1924, ya derogado, para convencer al Gobierno húngaro de que autorizara a los judíos que alegaran su origen sefardí a vivir bajo el paraguas español. Se le concedió la autorización para proteger a 200 judíos y posteriormente a otros 150, permisos que logró multiplicar hasta llegar a los 5.500.

Pues bien, menos conocida pero no menos valiosa y valiente es la historia de Antonio Augusto de Seixas Araújo, más conocido como el teniente Seixas. Este militar portugués que nació en Montalegre en 1891 y murió en Lisboa un 28 de octubre de 1958, tuvo un importante papel al inicio de la Guerra Civil española salvando a numerosos republicanos que cruzaban la frontera huyendo de la barbarie fascista. Esta labor de ayuda la hizo en muchas ocasiones desobedeciendo órdenes superiores. El teniente Seixas improvisó un campo de refugiados en la localidad de Barrancos en el Bajo Alentejo alojando a más de cuatrocientos extremeños que huían de la represión de las tropas de Franco.

Los refugiados de Barrancos
Al inicio de la Guerra Civil española avanzaba por Extremadura el denominado “Ejército de Äfrica”. El objetivo era comunicar las tropas golpistas del Norte y del  Sur. En ese episodio acontecieron hechos horribles y de brutal represión de los militares fascistas contra la población civil extremeña, destacando las atrocidades acaecidas en grandes poblaciones como Almendralejo, Zafra o Mérida. De esos asesinatos colectivos queda para la negra historia la conocida como “Masacre de Badajoz” durante el 14 o el 15 de agosto de 1936 con cerca de 4.000 víctimas. Este asesinato colectivo provocó que ​miles de extremeños y andaluces, sobre todo gente del campo, huyeran cruzando la frontera hispano-lusa en una especie de imitación de la “Desbandá” malagueña en la carretera de Almería, intentando ponerse a salvo en Portugal. Tristemente la mayor parte de los huidos, activistas sindicales, alcaldes, concejales y militantes de izquierda, milicianos de las cuencas mineras del sureste, extremeños y andaluces, fueron devueltos a la fuerza a España por el dictador portugués Oliveira Salazar, aliado y simpatizante de Franco afín al bando franquista. La mayoría de los “devueltos” a España terminaron sus vidas poco después al ser fusilados. Pero más de mil de ellos, en un acto solidario e inédito fueron, gracias a las gestiones de Seixas evacuación a territorio republicano, un hecho increíble por las concomitancias ideológicas de Franco y el dictador portugués Oliveira Salazar.

Heroicidad
Y es este hecho el que destaca la bondad y valentía del teniente Antonio Seixas ocurrió entre el 21 y el 23 de septiembre. Ese día una masa humana de 600 personas provenientes en su mayoría de localidades fronterizas, que aún no han sido tomadas por las tropas sublevadas franquistas, como Jerez de los Caballeros, Oliva de la Frontera o Villanueva atravesaron la frontera natural que constituye el río Ardila logrando alcanzar la ciudad portuguesa de Barrancos.

La frontera entre Portugal y Extremadura y Huelva en se encontraba vigilada por tropas dependientes del teniente Seixas. Jugándose su empleo militar y su libertad tanto Seixas como el teniente Oliveira Soares, dejaron que los  refugiados rebasaran la frontera y se quedasen en tierra portuguesa incluso haciendo frente a sus perseguidores. En total fueron 616 personas a las que se ubicó en un campo de refugiados en Coitadinha. Las informaciones se trasladaron a la otra parte de la frontera, la española, y eso provocó que aumentara la llegada de nuevos huidos extremeños y andaluces. En un gesto épico de inmensa valentía y también de indisciplina, Seixas montó un nuevo campo de refugiados, este en Russianas. Con su ayuda humanitaria y la solidaria de los vecinos portugueses de Barrancos, 411 refugiados sobrevivieron esperando un desenlace

Salva a refugiados
Lo insólito del logro de la tenacidad y osadía del teniente Seixas se plasmó sorpresivamente en octubre de 1936. Luego de negociaciones entre el gobierno español de la República y el portugués de Oliveira Salazar, el dictador luso cedió a la repatriación a zona republicana de los refugiados españoles en su país. Fueron 1.020 los refugiados contabilizados por la suma de los distintos campos de refugiados frente a los datos oficiales del Gobierno portugués que creían que eran 616. Por ello las autoridades portuguesas acusaron a Seixa de traición y fue encarcelado durante 60 días en una fortaleza en Elvas así como se le suspendió de su cargo. Años después se le readmitió y destinado como comandante de sección a Sines. Falleció en 1959.

Reconocimiento de la Junta de Extremadura
En abril de 2010, el entonces presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, reconoció la figura del teniente y mostró su agradecimiento por la ayuda prestada a los refugiados extremeños en 1936 inaugurando en Olva de la Frontera  un monumento en honor al teniente Seixas.  

Fuente: https://www.elplural.com/sociedad/el-schindler-portugues-que-salvo-a-centenares-de-republicanos-espanoles-arriesgando-su-vida_208672102