domingo, 31 de marzo de 2019

Comida al peso y sin un menú fijo: así combate este restaurante el desperdicio de alimentos

Cada año acaban en la basura 1.300 millones de toneladas de comida producida para el consumo humano

Varios clientes se sirven comida en el restaurante K-märkt.
Varios clientes se sirven comida en el restaurante K-märkt.
Un tercio del total de comida producida en el mundo para el consumo humano termina en la basura, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Esta proporción supone un desperdicio de 1.300 millones de toneladas de alimentos al año mientras casi 2.000 millones de personas en el mundo padecen hambre o desnutrición. Tres personalidades suecas en el sector de la restauración han unido sus fuerzas para combatir esta lacra. El resultado ha sido K-märkt, un restaurante buffet con capacidad para unas 1.000 personas en el que los clientes pagan la comida al peso y se sirven recetas diferentes cada día.

Ni los chefs ni los comensales saben qué se va a servir al día siguiente. “No tener un menú significa que podemos comprar la comida a última hora de la noche. No llamamos a los proveedores para decirles qué necesitamos sino para preguntarles qué es lo que les ha sobrado”, cuenta el experto en vinos Jens Dolk. De esta forma, consiguen alimentos de alta calidad a un precio más barato y reducen el desperdicio al comprar la comida que ningún otro cliente quiere o que está a punto de echarse a perder.

Un tercio del total de comida producida en el mundo para el consumo humano termina en la basura, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Esta proporción supone un desperdicio de 1.300 millones de toneladas de alimentos al año mientras casi 2.000 millones de personas en el mundo padecen hambre o desnutrición. Tres personalidades suecas en el sector de la restauración han unido sus fuerzas para combatir esta lacra.

El resultado ha sido K-märkt, un restaurante buffet con capacidad para unas 1.000 personas en el que los clientes pagan la comida al peso y se sirven recetas diferentes cada día.

Ni los chefs ni los comensales saben qué se va a servir al día siguiente. “No tener un menú significa que podemos comprar la comida a última hora de la noche. No llamamos a los proveedores para decirles qué necesitamos sino para preguntarles qué es lo que les ha sobrado”, cuenta el experto en vinos Jens Dolk. De esta forma, consiguen alimentos de alta calidad a un precio más barato y reducen el desperdicio al comprar la comida que ningún otro cliente quiere o que está a punto de echarse a perder.

El restaurante se encuentra dentro del histórico edificio cultural Garnisonen, que fue construido en la década de los años 60, abrió sus puertas en 1972 y ha llegado a ser escogido como el edificio más feo de Suecia en varias ocasiones. “Hay gente de todo el mundo que viene a verlo por eso”, reconoce con una media sonrisa el chef Dolk. Él es uno de los encargados del restaurante junto con la chef con una amplia experiencia en el extranjero Hanna Normark y Daniel Roos. Este famoso repostero ha sido ganador de los Juegos Olímpicos Culinarios, cocinó en 2010 el pastel de boda de la princesa heredera Victoria de Suecia y el príncipe Daniel y ha sido el encargado de los postres de la cena de los premios Nobel en varias ocasiones.

Cada madrugada, sobre las cinco y media, reciben en camiones la comida de sus proveedores. A diferencia de lo que ocurre en otros restaurantes, ellos no corren el riesgo de que se les estropee porque “un par de horas después ya está siendo cocinada y servida”. “Puede que un restaurante necesite tomates para servir unos días más tarde. Su proveedor no le va a enviar tomates que hoy se puedan comer pero mañana ya no, pero a nosotros sí porque lo vamos a cocinar de inmediato”, afirma Dolk en una entrevista en Estocolmo en un viaje al que EL PAÍS ha sido invitado por el Instituto Sueco y la Embajada de Suecia en Madrid.

El experto en vinos y cofundador de K-märkt, Jens Dolk.
El experto en vinos y cofundador de K-märkt, Jens Dolk.
Los trabajadores de K-märkt preparan la comida sobre la marcha. Los platos que cocinan cambian incluso en el mismo día: “Si tenemos un pescado determinado para 100 personas, preparamos eso para 100 comensales y luego cocinamos otra cosa”. Los cocineros pueden ver a través de unos cristales cuánta gente llega al establecimiento. Cuando dejan de venir comensales, paran de cocinar para evitar tirar comida.

Sobre la una del mediodía de un jueves de marzo, dos trabajadoras amasan pan en una mesa de madera. Fuera de las cocinas, en el restaurante una veintena de personas hace cola para servirse en sus platos. Primero pueden escoger diferentes verduras cocinadas con especias y por último entre dos opciones de carne y pescado. Esta forma de colocar la comida, según Dolk, difiere de la tradicional en los buffets suecos. Normalmente suelen comenzar con patatas y carne y, por último, el comensal puede servirse verduras y ensalada.

“De esta forma engañamos a nuestros clientes para que coman más verduras y menos proteínas. Esto es muy bueno para tu cuerpo pero también para el mundo”. El chef hace referencia al concepto nudging, que es una forma de empujar a los ciudadanos a tomar decisiones que les beneficien a largo plazo.

Además, en este restaurante no hay un precio cerrado, sino que se se paga al peso: “Nadie quiere pagar más que lo que está comiendo”. Un kilo cuesta 280 coronas —unos 26 euros—. Esta es su forma de hacer que los comensales piensen en lo que se sirven en el plato y no se echen comida que no se van a comer y acabará en la basura. “Estamos hablando de ingredientes que han recorrido un largo camino desde el momento en el que han sido producidos y hay mucha energía que se habría desperdiciado durante el camino”, cuenta el experto en vinos.

 Cada día acuden al restaurante entre 600 y 800 personas. Claudia Strambo, una mujer de 32 años, trabaja en el edificio y de vez en cuando acude a K-märkt. Afirma que “ir a comer a un restaurante en Suecia es muy caro” y le gusta éste porque “el precio es más asequible, usan comida de temporada y hacen combinaciones originales”. En esta ocasión, ha optado por un plato de comida le ha costado unos seis euros y cuenta con rúcula, apio, manzana y una porción de pescado. Dolk afirma que este sistema les permite ofrecer productos de alta calidad que de cualquier otra forma sería imposible: “Mucha gente piensa que estamos cocinando con basura, pero estamos cocinando con productos muy buenos que nunca podríamos servir si tuviéramos que pagar por ellos su precio real”.


Un mercado digital contra el derroche de comida

La fundadora de Foodloopz, Elin Aronsen Beis.
Foodloopz es una plataforma sueca que también pretende combatir el desperdicio de alimentos. Se trata de un mercado digital que pone en contacto a las empresas que quieren donar o vender a un precio más bajo sus excedentes y las que están buscando alimentos. Estos productos pueden ser desde frutas y verduras que no sean estéticas hasta alimentos con embalajes dañados o que caducarán pronto.
“Toda compañía que trabaja con comida genera basura y el 75% de toda la comida que se tira está detrás del consumidor”, explica su fundadora, Elin Aronson Beis. Defiende que destruir alimentos y bebidas también cuesta dinero y recursos y creó la compañía en 2017 con un objetivo muy ambicioso: “Salvar el mundo y ser parte de la revolución alimentaria”. Solo en el primer año consiguieron ahorrar 70 toneladas de alimentos. Actualmente trabajan con 135 compañías en Suecia entre las que se encuentran agricultores, hoteles, restaurantes, organizaciones benéficas.

 Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/26/ciencia/1553595475_992174.html?id_externo_rsoc=TW_CM_MAT

SIRIA

Foto: Amer Alhamwe.Vía  

sábado, 30 de marzo de 2019

La Hora del Planeta apaga la luz hoy de 20.30 a 21.30 con nuevos compromisos

Los tres nuevos retos son 'un día sin plástico', 'un día sin CO2' y 'un día sin carne', cambios que son "coherentes" con el hecho de que las mayores emisiones de CO2 se deben al transporte y al consumo
"No se trata de decir no a la carne, pero sí de reducir progresivamente su consumo porque el 34% de la superficie del planeta está ocupada por cultivos para el consumo humano o para criar animales", ha señalado el director de comunicación de WWF España: "Y de ese 34%, el 90% es para carne"


El puente del puerto de Sídney durante la Hora de la Tierra en Australia.
El puente del puerto de Sídney durante la Hora de la Tierra en Australia.
EFE
 La hora del planeta 2019 de WWF, que se ha convertido en la mayor acción de carácter reivindicativo y al unísono que se celebra en todo el mundo el último sábado de marzo, dará un paso más este año y, además de apagar la luz para luchar contra el cambio climático, la ONG "reta" a los ciudadanos a comprometerse de forma activa para reducir sus emisiones de CO2, a no consumir carne ni plásticos de un solo uso, al menos por un día. La iniciativa de WWF en defensa del planeta suma a cerca 12.000 monumentos de 8.000 ciudades en 187 países de todo el mundo y en España ya se han inscrito 420 Ayuntamientos, aunque la ONG aspira a superar los 450 consistorios, informa Europa Press. 

Durante la jornada, los monumentos más emblemáticos de todo el mundo, desde Sidney –donde comenzó hace 12 años– a Canadá, apagarán sus luces, igual que miles de empresas y las viviendas de centenares de miles de ciudadanos. La iniciativa el año pasado tuvo 1.000 millones de impactos digitales. Sin embargo, el director de comunicación de WWF España, Miguel Ángel Valladares, ha subrayado en declaraciones a Europa Press que además este año el foco estará en destacar que no solo se trata de hacer un gesto, sino que "todos" los habitantes de la Tierra pueden actuar para evitar la degradación del planeta.

Por eso, ha explicado que el objetivo es que los ciudadanos se comprometan y la ONG ha lanzado tres retos o acciones positivas que contribuyen a consolidar y detener la pérdida de biodiversidad en todo el mundo en 2030. "Este año proponemos 60 minutos de la Hora del Planeta y 365 días para poner en marcha las acciones positivas", ha insistido.

Valladares ha señalado que los tres retos son un día sin plástico, un día sin CO2 y un día sin carne. Se trata de tres retos que admite que son difíciles pero que son "coherentes" con el hecho de que las mayores emisiones de CO2 se deben al transporte y al consumo. Así, el reto de un día sin plástico plantea al ciudadano concienciarse y no utilizar, al menos ese día ningún plástico de un solo uso y recuerda que en dos años estos plásticos estarán prohibidos por lo que este reto permite adelantarse en el tiempo.

El segundo de los retos es lograr estar el sábado 30 de marzo sin consumir carne y, el resto de los 365 días reducir su consumo. "No se trata de decir no a la carne, pero sí no consumirla ese día y reducir progresivamente su consumo porque el 34% de la superficie del planeta está ocupada por cultivos para el consumo humano o para criar animales", ha señalado. De ese 34%, el 90% es para carne. En cuanto al agua, ha recordado que el 69% del agua dulce se "la beben" los cultivos y la producción de carne, ya que para producir un kilo de carne se necesitan 15.500 litros de agua.

El reto del día sin emisiones es, según Valladares, "muy difícil", por eso, acota el esfuerzo a las emisiones procedentes del transporte y la producción de electricidad, de donde proceden la mayoría de emisiones de CO2 que se emiten a la atmósfera. "Atajar las emisiones de la electricidad con renovables y lograr un transporte sostenible supondría dar un paso de gigante en la lucha contra el cambio climático", ha manifestado, al tiempo que asegura que en la actualidad es posible un transporte cero emisiones y una vivienda eficiente prácticamente nula en CO2.

En cuanto al reto un día sin plástico, ha indicado que lograr ese objetivo es "fundamental" puesto que cada año se producen 390 millones de toneladas de plástico al año, de las que 100 millones se tiran a la naturaleza y, de estas, entre 8 y 9 millones de toneladas van cada año a los mares, con el consiguiente ahogamiento de aves y especies marinas.

En definitiva, asegura que se trata de "tres retos coherentes" que suponen pasar de las palabras y el símbolo de apagar la luz del planeta a adoptar compromisos prácticos para detener la degradación del planeta.

El responsable de comunicación de WWF España ha celebrado también los pasos que están dando las ciudades españolas y en particular Barcelona en materia de eficiencia energética y cree que es cuestión de tiempo que los municipios vayan en ese sentido. "Pedimos a los Ayuntamientos que se sumen a los retos", insta.

Asimismo, cree que el "brutal y gigantesco" movimiento juvenil internacional iniciado por la adolescente sueca Greta Thunberg será de gran ayuda en la celebración de La Hora del Planeta este año, y anima a los jóvenes a mantener sus movilizaciones en el marco de la campaña Fridays for Future.

Eventos en trece ciudades españolas por la hora del planeta

Valladares ha indicado que la propia ONG ha organizado eventos en trece ciudades españolas y varios centros comerciales para celebrar la Hora del Planeta este sábado y apagar las luces de hogares, edificios, empresas y monumentos más emblemáticos durante una hora.

En concreto, se celebrarán actividades en la Plaza del Ayuntamiento de Alicante; en la casa de Sierra Pambley de Villablino (León); en la plaza del Centro Cívico Can Basté de Barcelona; en la Plaza de Pío Baroja de Bilbao; en la Torre de la Calahorra y Puente Romano de Córdoba; en el Mirador de San Nicolás de Granada; en la Plaza Mayor de Guadalajara; desde Teguise hasta el castillo de Guanapay en Lanzarote; en el Puerto de Málaga; en el Muelle de la Sal de Sevilla, junto al puente de Triana; en las Torres de Serranos de Valencia; en la Plaza de Aragón de Zaragoza y, por último en la Plaza de Oriente de Madrid.

Precisamente, en Madrid la celebración comenzará a las 18.00 horas con una fiesta por el planeta en la que participarán los DJs y presentadores de Los40 Tony Aguilar, Cristina Boscá y David Álvarez que pondrán música a un viaje de imágenes de naturaleza. Además, el representante de España en el festival de Eurovisión que se celebrará en Mayo en Tel Aviv, Miki Núñez, cantará y animará a bailar la canción La Venda.

A las 20.30 se procederá a apagar con un interruptor gigante las luces del Palacio Real y tras este otros edificios como la Puerta de Alcalá, el Palacio de Cibeles, las fuentes de Cibeles, Neptuno, el Real Jardín Botánico o el Círculo de Bellas Artes, apagarán su luz para luchar por el planeta. Varios centros comerciales de INTU en toda España y numerosas empresas también se han sumado a la acción.

Fuente: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2019/03/30/la_hora_del_planeta_apaga_luz_hoy_a_con_nuevos_compromisos_93468_1012.html

viernes, 29 de marzo de 2019

Del Golán a Gaza y tiro porque me toca

Lo que antes eran líneas rojas bien puede convertirse, en un futuro no tan lejano, en territorios ocupados que Israel decida anexionar sin consecuencia alguna

Del Golán a Gaza y tiro porque me toca

 Donald Trump lo ha hecho de nuevo. Con un tuit y una firma ha dado una nueva estocada al derecho internacional. El reconocimiento de la soberanía israelí sobre los Altos del Golán ha ocupado titulares y editoriales, pero podrían contarse con los dedos de la mano las referencias al vínculo entre el Golán y la ‘cuestión palestina’, más allá de la mención de rigor a la condición de ‘territorios ocupados’. Los hechos hablan por sí solos: 130.000 sirios fueron expulsados en 1967 de un territorio en el que se ha multiplicado el número de asentamientos -y colonos- israelís construidos sobre ruinas de antiguos pueblos sirios. Se permitió entonces que permanecieran los drusos (hoy 26.000), la mayoría de los cuales se niega a convertirse en ciudadanos israelís. La expropiación es una practica habitual, al igual que la explotación de recursos: no así la retirada de minas. Una operación de ingeniería demográfica y política de hechos consumados, no ajena a los familiarizados con el contexto de la realidad en la Palestina histórica.

 Los Altos del Golán fueron anexionados en 1981, un año después que Jerusalén Este. Se trataba de un movimiento contrario a la normativa internacional, condenado en coro por países y organizaciones. Sentó sin embargo las bases de una creciente legitimación de ese tipo de acciones en el seno de la sociedad israelí. Así, una reciente encuesta en el diario 'Haaretz' afirmaba que casi la mitad de los participantes estarían a favor de una anexión de parte o todo del territorio de Cisjordania. Para algunos, la anexión no iría de la mano de la concesión de derechos políticos. Este discurso no es una excepción: Benjamin Netanyahu dejó claro hace pocos días que Israel no es un Estado de todos sus ciudadanos, sino del pueblo judío. Hacia referencia a los ciudadanos palestinos de Israel, pero la idea subyacente es la misma. Mientras Trump hacia el anuncio, caían bombas sobre Gaza, como réplica a proyectiles lanzados sobre territorio israelí. La todavía potencia ocupante no reconoce su soberanía sobre la Franja, pero tampoco levanta el bloqueo impuesto hace más de 12 años.

 Algunos han hablado del retorno del conflicto árabe-israelí. Nada más lejos de la realidad en vista de la indiferencia del mundo árabe hacia el futuro de los drusos y de los palestinos, y el interés creciente -no por ello reciente- de la normalización de relaciones con Israel. Algunos, como Egipto, han superado esta etapa y, mientras median treguas entre Tel Aviv y Hamas, firman acuerdos de exportación de gas con el Estado hebreo. El ‘Acuerdo del Siglo’, el cacareado plan de paz de Trump y los suyos, está al caer. Todos temen su contenido, pero nadie articula estrategias proactivas. El silencio sobre las líneas rojas que el texto no puede superar es ensordecedor. Al fin y al cabo, incluso lo intocable ha sido puesto -con aquiescencia europea- encima de una mesa de negociaciones irremediablemente coja. Y lo que antes eran líneas rojas bien pueden convertirse, en un futuro no tan lejano, en territorios ocupados que Israel decida anexionar sin consecuencia alguna, más allá de condenas vacías.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20190327/articulo-opinion-itxaso-dominguez-trump-israel-altos-golan-7376628?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=cm

jueves, 28 de marzo de 2019

Cancionero de ausencias

El poeta adolescente. Foto F. Sánchez





Enciende las dos puertas,
abre la lumbre.
No sé lo que me pasa
que tropiezo en las nubes.


Miguel Hernández

miércoles, 27 de marzo de 2019

Las niñas prostitutas de la autopista a Medellín

La directora Mabel Lozano cuenta en este texto su experiencia con un colectivo de estudiantes universitarias que lucha contra la trata en Colombia

Prostitucion Medellin


Uno de los 'ángeles azules'.
Estos últimos años he estado un par de veces en Medellín (Colombia), en ambas ocasiones para hablar de trata y prostitución, y fue allí donde tuve la oportunidad de conocer al colectivo Todas con las Mujeres, que trabajan contra estas prácticas como una de las caras mas perversas de la violencia de género. Son crímenes contra las mujeres por el hecho de serlo.

Con este colectivo me unen muchas cosas, por ejemplo que utilizan el cine como herramienta de transformación social. Un porcentaje grande de sus integrantes son jóvenes estudiantes de cine de las universidades de Bogotá y Medellín, pero también de otras carreras como Derecho o Trabajo Social. Conozco y admiro el trabajo de este colectivo que en un 80% está integrado por mujeres jóvenes y estudiantes. Desde hace meses ruedan un nuevo documental sobre los llamados ángeles azules, las niñas prostitutas de la autopista de Medellín a Bogotá, llamadas así porque, a pesar de su gran belleza, tienen el color de su piel azul pálido, debido a la mala alimentación, el trasnochar y la adición a las drogas.

Me trasladan los testimonios de varias de estas niñas a las que han seguido durante meses. No quieren ni pueden salir de sus vidas ni abandonarlas a su suerte, una suerte que no está de su lado. Niñas como Patricia, de 14 años, con facciones casi perfectas, sonrisa angelical y extrema delgadez que la hacen parecer mucho menor. Patricia desertó del colegio hace ahora dos años.

La autopista en la que se prostituyen estas niñas.


La autopista en la que se prostituyen estas niñas.
"Yo entré a bachillerato con 11 años. Venía muy bien, mi mamá nos mantenía a mis dos hermanos menores y a mí de la venta de perritos calientes y pinchos, en un puesto en la calle. Mi papá se fue cuando yo tenía ocho años a trabajar al Guaviare, raspando coca, y nunca volvió. Yo acompañaba en las noches a mi mamá en la venta, al principio nos iba bien, hasta me compró un celular, pero luego se puso pesado y mi mamá recurrió a los gota a gota para que le prestaran para pagar el arriendo y comprar las salchichas y el pan. Tocaba pagarles a diario con intereses. Después de unos días no se pudo cumplir, entonces a mi mamá le pegaron y amenazaron con violar a mi hermanita, tocó entregarles el carro donde vendía la comida por la deuda… todo se juntó", cuenta. "En la escuela no dieron más desayuno ni almuerzo, no hubo más transporte escolar, yo no quise volver porque estudiar con hambre es muy hijoputa, además solo había para un pan y agua panela en la casa, y prefería que se lo dieran a mis hermanitos".

Caracoli es el sitio donde por las noches se reúnen mujeres de diferentes edades, travestis y niñas, a ejercer la prostitución. "Yo para ayudar a mi mamá comencé a ir a Caracoli (un municipio cercano). Me llevó una amiga, ella se rebuscaba buena plata con los camioneros. No había que darles besos —¡qué asco!— ni dejarse penetrar, solo mamárselo y le pagaban a una hasta 20.000 pesos (5 euros). En un rato se podía hacer unos más de doscientos. Comencé a ir algunas noches, luego todos los días, mi mamá se las olió, me siguió y me pilló, pero fue mejor porque ahora ella está pendiente de mí y anota la placa del carro donde me subo, por seguridad”.

Patricia es parte de los ángeles azules rebautizadas así por mis amigos de Todas con las Mujeres, porque antes les llamaban las zombis. Hasta el nombre estaba lleno de crueldad. Después vieron que el nombre era lo de menos y así lo han comprobado durante los nueve meses que han acompañado a seis de ellas documentando su día a día. Han entrado en sus hogares, con sus familias, en barrios como La Polonia, El Refugio y La Ratonera. Han sido testigos silenciosos de momentos trágicos, como cuando a alguna de ellas las golpeaban y arrojaban de los coches y camiones en marcha por solicitar que se les pagara primero el servicio sexual. De los intentos de suicidio de Ángela, con tan solo 15 años, de las eternas depresiones de Camilla después de pasarse tres días seguidos consumiendo basuco, el sobrante del raspado de la cocaína, altamente adictivo y degenerativo. De la tragedia de María, la chiquis, que entró en su casa y encontró a su hermano ahorcándose y no llegó a tiempo para sostenerle los pies para que no muriera. De Gina, que accedió a colaborar en el documental si se escuchaba alguna de sus composiciones de reguetón: “Cuéntame el cuento de las niñas azules que vagan en las noches para sobrevivir / Dime si es cierto que juraron estar juntas hasta perecer / Dime si es cierto que el pacto fue roto y están esparcidas pagando castigo hasta el amanecer / Dime si es cierto que solo después de esta vida tendrán ya sus alas y recuperarán su niñez / Nos dicen azules por el color de la piel, azules mis sueños, azules mis venas, mis lágrimas también”.


Los ángeles azules son un caso único, además, porque, a diferencia de las prostitutas de la zona, ellas no tienen ni madames ni proxenetas. No hay hoteles de lujo ni turistas extranjeros. Solo hay pobreza. Los servicios sexuales los ofrecen en las cabinas de los camiones y muy raras veces van a moteles de carretera. El precio por el servicio sexual es una miseria.

Más de la mitad de estas niñas empujadas a prostituirse abandonaron sus estudios porque en las escuelas antes podían alimentarse y tenían transporte gratuito para llegar al colegio, además de asistencia. Existen culpables directos: la clase dirigente y política que ha hecho mal uso de los recursos, del dinero. Miles de millones de pesos sustraídos descaradamente del programa escolar PAE, robando así a las niñas la educación, la infancia y condenándolas a vagar por las noches como zombis, vendiendo sus pequeños cuerpos.

En los últimos años han salido ya a la luz los casos más aberrantes de esta corrupción. Hoy, son muy pocos los arrestados por estos delitos, y los que lo son, no son castigados. Se les envía a sus casas porque no son considerados peligrosos para la sociedad.

El Fiscal General de la Niñez, Mario Gómez, es el encargado de llevar esta investigación, que se ha tomado muy en serio. Hace unos días hablaba por teléfono con él desde Madrid y me confesaba la impotencia que le provoca la situación privilegiada de los culpables, pero sobre todo el dolor de ver a esas niñas cada noche en la carretera, ahora además acompañadas de muchas otras menores de origen venezolano.

Es una verdad que todo el mundo sabe, pero de la que nadie habla por miedo en este territorio de paramilitares, ahora dominado por los prestamistas.

El mensaje es alto y claro, robar los dineros destinados para los niños y las niñas, además de un delito muy lucrativo, no tiene la mínima posibilidad de ser castigado.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/03/22/planeta_futuro/1553264871_913393.html?id_externo_rsoc=TW_CC

Lo que los percebes revelan sobre el pasado de las ballenas

El análisis de los fósiles de estos crustáceos permite conocer el movimiento de los cetáceos hace cientos de miles de años

Lo que los percebes revelan sobre el pasado de las ballenas
Lo que los percebes revelan sobre el pasado de las ballenas Michael R Perry (Flickr, CC BY 2.0)
 Las ballenas actuales están entre los animales más viajeros de la Tierra, recorren miles de kilómetros para alimentarse en las aguas de los polos en verano y vuelven a las aguas tropicales en invierno. Pero, ¿desde cuándo llevan practicando estas migraciones? Algunos biólogos creen que estos movimientos pudieron empezar hace cinco millones de años, cuando la productividad del océano empezó a ser irregular. Pero hasta el momento en el registro fósil no había suficientes pruebas para poder afirmarlo. Ahora, un equipo de investigadores del Instituto Smithsonian y la Universidad de California Berkeley, han conseguido resolver el misterio acudiendo a una fuente indirecta: los percebes que viven pegados a la piel de los cetáceos desde hace millones de años.

 “En lugar de buscar pistas sobre los patrones de migración en los huesos de las ballenas, hemos usado a los percebes pasajeros”, asegura Larry Taylor, autor principal del estudio. Los percebes son crustáceos (como los cangrejos, las langostas o las gambas) que viven pegados a una superficie y protegidos por una dura concha. La mayoría se adhieren a las rocas, pero algunas especies se pegan a las ballenas y viajan pegados a su piel durante el resto de sus vidas. “Los percebes de ballena suelen ser específicos de cada especie - una especie de percebe por cada tipo de ballena”, explica Aaron O’Dea, coautor del trabajo. “Esto da al percebe muchas ventajas- una superficie segura sobre la que vivir, un viaje gratis a algunas de las aguas más ricas del mundo y una oportunidad para encontrarse con otros percebes cuando las ballenas se juntan para aparearse”.

Uno de los fósiles de percebe
Uno de los fósiles de percebe Aleria Jensen, NOAA/NMFS/AKFSC
  Para utilizar los fósiles de percebes como indicador, los autores han medido los isótopos de oxígeno que quedan en la concha a medida que cambian de unas aguas a otras. Leyendo estas marcas isotópicas únicas, los investigadores pueden conocer en qué aguas se movieron en cada momento y reconstruir los movimientos de la propia ballena. Para el trabajo, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences los autores examinaron números fósiles encontrados en el Pacífico y compararon sus conchas con los percebes actuales. “Estas marcas que encontramos en los percebes fósiles nos mostraron con bastante claridad que las antiguas ballenas jorobadas y grises estaban haciendo viajes muy parecidos a los que hacen las ballenas hoy día”, explica Taylor.

 “Parece que las migraciones de apareamiento en verano y alimentación en invierno han sido una parte integral de las vidas de las ballenas durante cientos de miles de años”. Los autores se proponen ahora examinar fósiles de otras especies de ballena y reconstruir los movimientos de nuevas especies en el pasado para comprender mejor cómo ha evolucionado su comportamiento migratorio.

Fuente: https://www.vozpopuli.com/altavoz/next/percebes-revelan-pasado-ballenas_0_1230177484.html

martes, 26 de marzo de 2019

Gaza, la amenaza de una vida sin agua


En 2020 Gaza podría ser inhabitable. Es una dato que venimos repitiendo como un mantra desde 2012, cuando UNRWA publicó el informe Gaza 2020. Un dato que siempre nos ha parecido aterrador pero que ahora, a tan solo un año de que se cumpla el plazo, nos parece insoportable.


Palestinian woman cries over her house that was destroyed yesterday by the Israeli airstrikes.
 En tan solo un año las casi dos millones de personas que viven en la franja de Gaza, entre ellos 1,4 millones de refugiados y refugiadas de Palestina podrían ser incapaces de sobrevivir en esta franja costera de la que difícilmente pueden huir debido al férreo bloqueo por tierra, mar y aire impuesto por Israel.

 
Israeli airstrikes destroy a Masjid in Beit Hanoun northern Gaza Strip.
Una de las razones por las que la Franja se volverá inhabitable es por la grave escasez de agua que sufre. Gaza se queda sin agua. Se calcula que 1,2 millones de habitantes de Gaza no tienen acceso a agua corriente. Para aquellos que lo tienen, hasta un 97% del agua que reciben no es apta para el consumo humano, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 95% del agua en Gaza proviene del único acuífero de la Franja contaminado debido a la prolongada sobreexplotación. Se saca casi tres veces más agua de la que naturalmente repone la lluvia, lo que da lugar a que se filtre agua de mar. La alta salinidad del agua, sólo alrededor del 22% de los pozos de Gaza producen agua con concentraciones aceptables de sal, pone a los habitantes de Gaza en peligro de sufrir cálculos renales y problemas del tracto urinario.


Gaza: rubble of Almultazem building after it was bombed by Israeli warplanes yesterday.
La crisis del agua en Gaza se ve agravada por el bloqueo israelí y por las frecuentes y destructivas ofensivas militares. Años de conflicto han dañado o destruido gran parte de las instalaciones críticas de agua y saneamiento de Gaza, incluidos pozos, bombas, plantas desalinizadoras y  de tratamiento de aguas residuales. Infraestructura que no se puede reparar, ya que el 70% de los materiales que se necesitan para rehabilitarlas se consideran de “uso-dual” por las autoridades israelíes, lo que les lleva a rechazar o retrasar su entrada alegando problemas de seguridad.

La infraestructura dañada que sobrevive sólo puede utilizarse durante las pocas horas al día en las que Gaza recibe servicio eléctrico. Las plantas desalinizadoras de agua funcionan sólo al 15% de su capacidad, mientras que la reducción o suspensión del tratamiento de las aguas residuales ha dado lugar a un aumento de los niveles de contaminación.


Photos show the damage caused to a Palestinian house due to the last Israeli airstrikes.
 El problema del agua en Gaza nos afecta más de lo que creemos. Al fin y al cabo compartimos el Mediterráneo. Sin instalaciones adecuadas, ni electricidad, cada día se vierten al mar Mediterráneo alrededor de 110 millones de litros de residuos sin tratar, el equivalente a 44 piscinas olímpicas. Más del 60% del Mar Mediterráneo alrededor de Gaza está contaminado con aguas residuales no tratadas.
Para la población allí, la única alternativa al agua contaminada es el agua transportada por camiones, a menudo de poca calidad y que cuesta hasta 20 veces más que el agua corriente. La dependencia de este agua ha dado lugar a un aumento del gasto de los hogares en agua a expensas de otras necesidades. Para los hogares pobres, la falta de alternativas supone un mayor riesgo para su salud. Los casos de diarrea entre los niños y niñas menores de 5 años son cada vez más frecuentes y una de las causas más comunes de mortalidad infantil.


Gaza: el ejército israelí informa que desde las 10 pm aproximadamente 30 cohetes fueron lanzados desde Gaza hacia Israel. Sus aviones han alcanzado 15 objetivos en la parte norte de la Franja.
 De acuerdo con un reciente informe de la Corporación RAND, si el estado de emergencia crónico en el sector del agua y saneamiento de Gaza continúa, existe un riesgo inminente de que se produzca un brote de enfermedad endémica u otra crisis de salud pública que podría extenderse a países vecinos.
Para paliar esta situación, UNRWA apoya el funcionamiento de instalaciones esenciales de agua y saneamiento, como pozos de agua, en los campamentos de refugiados de la Franja y proporciona agua potable durante emergencias. Sin embargo, esto no es suficiente. Es necesario que se tomen medidas urgentes para acabar con esta situación, en caso contrario la actual crisis del agua de Gaza podría convertirse rápidamente en una catástrofe humanitaria dramática que agravaría aún más la delicada situación de la población del enclave costero y afectaría a la ya frágil estabilidad regional.


Fuente: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/19079/gaza-la-amenaza-de-una-vida-sin-agua/

lunes, 25 de marzo de 2019

A uno que se mudaba cada día por guardar su mujer

Imagen relacionada   Cuando tu madre te parió cornudo, 
fue tu planeta un cuerno de la luna,
de madera de cuernos fue tu cuna,
y el castillejo* un cuerno muy agudo.

   Gastaste en dijes cuernos a menudo;
la leche que mamaste era cabruna;
diote un cuerno por armas la Fortuna
y un toro en el remate de tu escudo.

   Hecho un corral de cuernos contemplo;
cuernos pisas con pies de cornería;
a la mañana un cuerno te saluda.

   Los cornudos en ti tienen un templo.
Pues, cornudo de ti ¿dónde caminas
siguiéndote una estrella tan cornuda?

*castillejo, especie de carretoncillo de madera en que se ponía a los niños para que aprendieran a andar.


Francisco de Quevedo

El pañuelo de la concordia

La primera ministra neozelandesa, Jacinda Adern, en la plegaria por las víctimas de los atentados de Christchurch.

AP Photo / Vincent Thian

No deberíamos hacer ver que no rechazamos a los musulmanes defendiendo, difundiendo y promoviendo el símbolo del machismo

Casi cincuenta muertos no es poca cosa. El atentado de Nueva Zelanda es uno de los más sanguinarios que se ha producido en el marco de lo que consideramos países occidentales, aunque sea un occidente en las antípodas. Y demuestra que el odio racista no es inocuo, deshumaniza al distinto hasta convertirlo en objetivo a abatir. No importa que sean personas inocentes, niños de corta edad, en el imaginario del terrorista supremacista “el otro” enemigo representa una amenaza y hay que exterminarlo de raíz sin dudarlo. Pero si cuando hay un atentado islamista insistimos en repetir que los que lo perpetúan no representan al resto de musulmanes, que no se puede juzgar a los pacíficos por las atrocidades de los violentos, en este caso tendríamos que hacer exactamente igual. El único responsable de la matanza fue el que disparó su arma sin piedad.

Todo el mundo elogia el gesto de la primera ministra neozelandesa por haberse puesto pañuelo para asistir a la plegaria por las víctimas. Puedo entenderlo, dentro del recinto rige la ley de Dios y no la de los hombres, una ley que considera imprescindible que las mujeres se tapen en señal de modestia. Puedo comprender el gesto político pero no puedo comprender por qué unas presentadoras de televisión deciden ponerse pañuelo, no puedo entender que haya grupos de chicas y mujeres tapándose para solidarizarse con la comunidad musulmana. ¿Por qué somos siempre las mujeres las que tenemos que demostrar con nuestros cuerpos la concordia mundial? Ellos matan, ellos exterminan, ellos hacen las guerra, ellos crean y difunden los discursos de odio, ellos venden armas y diseñan perversos planes de destrucción masiva pero somos nosotras, las mujeres, las que tenemos que salir a representar la comprensión mutua, la solidaridad, la buena voluntad, la diversidad y la paz en el mundo. Y parece que el único modo de hacerlo es convirtiendo, de nuevo, nuestros cuerpos en terreno abonado donde plantar banderas: la de los islamistas para recordar a todo el mundo que les pertenecemos, la blanca de la paz sobre nuestras cabezas para demostrar rechazo al terror racista.

¿De verdad que no hay otras formas de expresar conmoción? De todo el vasto abanico de elementos que configuran la religión musulmana, ¿no hay nada más que se pueda rescatar? ¿No pueden leer un poema o buscar un versículo que apele a la no violencia? No, siempre tiene que ser el pañuelo y siempre para ponérnoslo. Cuando hay atentados islamistas nunca se hace el gesto contrario, no sale ninguna seguidora de Mahoma a quitárselo para demostrar solidaridad. Al contrario, llenamos la cabecera de la manifestación con pañuelos para que se vea que no rechazamos a los musulmanes. No rechazar a los musulmanes defendiendo, difundiendo y promoviendo el símbolo del machismo. Por la paz y por la guerra, nuestros cuerpos siempre son el campo de batalla.

 Fuente: https://www.elperiodico.com/es/opinion/20190325/articulo-opinion-panuelo-atentado-nueva-zelanda-jacinda-adern-najat-el-hachmi-7372561?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=cm

domingo, 24 de marzo de 2019

"Otra vez sabré lo que hacer"


M.C.Escher
   ¿Por qué -cuando nos hemos equivocado- decimos "otra vez sabré lo que hacer", cuando deberíamos decir: otra vez ya sé lo que haré"?

Cesare Pavese

Veinte años de la agresión de la OTAN a Yugoslavia

La campaña de bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia comenzó un 24 de marzo, hace 20 años. Se extendieron durante 78 días y causó al menos 1.200 muertos. Se arrojaron 9.160 toneladas de bombas. Entre 10 y 45 de aquellas toneladas contenían uranio empobrecido. Pero el mayor daño fue a largo plazo: cambió para siempre las reglas de juego de un nuevo mundo donde EE UU ya no tenía contrapeso.

En 1999 la OTAN inicia su campaña de bombardeos sobre Yugoslavia. La falta de una autorización previa por parte de la ONU y el uso de uranio empobrecido sobre objetivos civiles y militares será denunciado desde algunos medios como un crimen de guerra.
“Un grupo de aviones enemigos se acerca a Belgrado. Pedimos a todos los ciudadanos que apaguen las luces. Después de haber apagado las luces, les rogamos que desconecten la electricidad. Atención, un grupo de aviones enemigos en dirección Belgrado. Ciudadanos, permaneced en los refugios y esperad a las recomendaciones del centro de información. Fin del comunicado”. El mensaje, escribe Jutta Ditfurth, “no es de 1941, cuando Alemania atacó a Yugoslavia y la destruyó, sino de 1999: 54 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Alemania participaba por primera vez en una guerra”.

La campaña de bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia comenzó tal día como hoy hace 20 años. Belgrado, Priština, Novi Sad y Podgorica fueron los primeros objetivos. La operación —en la que además de militares se bombardearon objetivos civiles, como los estudios de la Radio Televisión Serbia, en los que murieron 16 personas— se extendió durante 78 días y causó al menos 1.200 muertos. Se arrojaron 9.160 toneladas de bombas. Entre 10 y 45 de aquellas toneladas contenían uranio empobrecido, cuyos efectos sobre el medio ambiente y la salud de quienes se vieron expuestos son difíciles de evaluar.

El origen declarado de aquella operación sin precedentes era evitar una limpieza étnica en la provincia de Kosovo y Metohija, para la que las autoridades militares yugoslavas supuestamente habían diseñado en un plan llamado ‘herradura’, tras un incidente poco claro que acabó pasando a la historia como ‘la masacre de Račak’.

La existencia de este plan, sin embargo, ha sido repetidamente cuestionada —también la autoría de la propia ‘masacre de Račak’—, como tantos otros argumentos presentados por los Estados de la OTAN para justificar su intervención y recogidos en un documental de la televisión alemana WDR del año 2000 titulado, significativamente Comenzó con una mentira (Es begann mit einer Lüge).

De acuerdo con el relato de la Alianza Atlántica, la negativa del Gobierno yugoslavo a firmar los acuerdos de Rambouillet no dejó otra opción que la intervención, ya que Slobodan Milošević “no entendía otro lenguaje que el de la fuerza”. Hoy sabemos que aquellos acuerdos probablemente estuvieron redactados para ser rechazados por las autoridades yugoslavas, ya que exigían, por ejemplo, la presencia de un contingente de 30.000 soldados de la OTAN en su territorio a los que Belgrado debía garantizar el permiso de tránsito y plena inmunidad. “Fue una provocación, una excusa para comenzar el bombardeo […] fue un documento que nunca tendría que haberse presentado en aquella forma”, declaró años después Henry Kissinger en The Daily Telegraph.

Además de la historia reciente de Yugoslavia, caracterizada por una política internacional autónoma —fue fundadora del Movimiento de países no-alineados— y un modelo económico alternativo al capitalismo existente, “con la guerra, la OTAN siguió también el plan de marginar a Rusia de la competición mundial y enviar a China una señal de advertencia”, explica Ditfurth en Krieg, Atom, Armut. Was sie reden, was sie tun (Rotbuch, 2011), su libro sobre Los Verdes. “Se trataba entonces, y sigue tratándose hoy”, continuaba, “de las diferentes rutas hacia Asia Central, de las rutas hacia las materias primas, también a través de los Balcanes”.

El objetivo, precisaba la autora, “son los ingentes recursos naturales en forma de oro, uranio y hasta 30.000 toneladas de petróleo que se encuentran entre Turquía, el centinela de la OTAN en Oriente Próximo, y China y los territorios en torno al mar Caspio”. “También la guerra contra Yugoslavia puede interpretarse como una medida para complementar la nueva tenaza de la OTAN que se extiende desde los estados bálticos en el norte por Polonia, la República checa y Hungría hasta Grecia y Turquía”, escribía Elmar Altvater. De este modo, seguía, “se rodea a Rusia, creando al mismo tiempo un puente desde Europa occidental a Oriente Próximo y Medio”.

Altvater recordaba que en la antigua Yugoslavia “se instalaron importantes bases militares estadounidenses decisivas para la estrategia mundial de dominio imperialista de las regiones petrolíferas de Asia Central hasta África, pasando por Oriente Medio y Próximo”. Una de esas bases es, como es notorio, Camp Bondsteel en Kosovo, capaz de alojar a 7.000 soldados estadounidenses. Más recientemente, Croacia fue utilizada por la CIA como base para crear un puente aéreo para el transporte de armas procedentes de Arabia Saudí, Jordania y Qatar a los islamistas que luchaban contra el gobierno sirio.

Aquel bombardeo no tuvo solamente importantes consecuencias para la región, sino que los efectos políticos de su onda expansiva se dejan notar hasta el día de hoy. No es ninguna exageración afirmar que, cuando el 23 de marzo el entonces secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, dio instrucciones al general estadounidense Wesley Clark para iniciar la operación contra Yugoslavia, el mundo cambió por completo.

El fin del viejo orden mundial
En efecto, aquel día de marzo EE UU y sus aliados dinamitaron los cimientos de la arquitectura mundial de posguerra. La OTAN llevó a cabo el bombardeo sin contar con una autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que puede considerarse, en arreglo a la Carta de las Naciones Unidas, como una agresión contra un Estado soberano. En este sentido, cabe recordar que la sentencia del Tribunal de Nuremberg contra la cúpula del nazismo del 30 de septiembre de 1946, que sirvió de base para el derecho internacional posterior, afirma que “iniciar una guerra de agresión, en consecuencia, no sólo es un crimen internacional, sino que es el crimen internacional supremo, que se diferencia de los otros crímenes de guerra en que contiene, en sí mismo, el mal acumulado de todos ellos”.

Tres años después encontramos la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el canal de Corfú que enfrentó a Reino Unido con la República Popular de Albania después de que, tras registrarse varios incidentes entre buques de la Royal Navy y la marina albanesa, los británicos llevasen a cabo una operación en aguas territoriales albanesas para dragar minas sin autorización de Tirana. En su sentencia, los magistrados del CIJ rechazaron la línea de defensa británica al considerar “el supuesto derecho de intervención exclusivamente como manifestación de una política de fuerza como las que en el pasado han dado pie a los más graves abusos y, en consecuencia, no puede, cualesquiera sean los defectos actuales en la organización internacional, encontrar lugar en la legislación internacional”.

Según la CIJ, “la intervención es acaso aún menos admisible en la forma particular que asumiría aquí, pues, por la naturaleza de los hechos, quedaría reservada a los estados más poderosos y conduciría fácilmente a la perversión de la justicia internacional misma. El representante de Reino Unido, en su documento de respuesta, ha clasificado la Operación Retail como un método de autoprotección o autodefensa. La Corte no puede aceptar tampoco esta defensa”. La sentencia de la CIJ de 1949 sirvió de base para el juicio que enfrentó a Nicaragua contra EE UU en 1986 tanto por el apoyo estadounidense a la Contra como por haber colocado minas en sus aguas territoriales y haber violado su espacio aéreo.

Lógicamente, la reputación de la ONU quedó gravemente afectada como resultado de aquella acción y pasó a ser vista por muchos como un organismo del que se podía prescindir. En los discursos de los sectores más reaccionarios del Partido Republicano —copiados rápidamente por el resto de la derecha mundial— fue presentada como una organización burocrática, demasiado lenta, ineficaz e incluso comunistizante por sus metas universalistas. ¿Cómo se llegó a esta situación? La respuesta podría resumirse en el antiguo concepto griego de hibris, con el que se describe un comportamiento que mezcla la arrogancia y un exceso de confianza en sí mismo, que lleva a quien lo afecta a desafiar las normas sociales y los dioses, conduciendo en última instancia a su propia desgracia.

La desintegración de la Unión Soviética en 1991, y del orden mundial en gran medida bipolar que existió entre 1948 y 1991, y del sistema de equilibrios que le era propio, convirtió a los Estados Unidos en potencia hegemónica, en solitario y aparentemente sin contrincantes en el horizonte. El ministro de Exteriores francés Hubert Vedrine llegó a calificarla célebremente de “hiperpotencia”. La conciencia de no poseer rivales inmediatos a sus intereses llevó a las elites estadounidenses a adoptar posiciones cada vez más agresivas en política exterior.

En el caso de la operación de la OTAN contra Yugoslavia en 1999, la embajada china fue bombardeada causando la muerte de tres periodistas en su interior, supuestamente por error, según la versión estadounidense, de la que Beijing siempre ha desconfiado. Según una investigación conjunta de los diarios Politiken y The Observer, el bombardeo fue intencionado, ya que los militares estadounidenses sospechaban que la embajada facilitó su sistema de comunicaciones al paramilitar serbio Željko Ražnatović —más conocido como Arkan—, cuyo cuartel general se encontraba en el Hotel Yugoslavia, a 500 metros de la legación.

Rusia, que aún se recuperaba de la crisis financiera de 1998, durante la cual se vio obligada a recurrir a la ayuda financiera internacional, no pudo jugar obviamente el papel que Yugoslavia esperaba de ella. Tras la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de la ONU que establecía la retirada del ejército yugoslavo y el despliegue de una fuerza internacional en Kosovo, Moscú envió un contingente al aeropuerto de Priština.

El comandante de la OTAN al cargo de la operación, el general Wesley Clark, ordenó al mando sobre el terreno, el general británico Mike Jackson, que impidiese su llegada y recuperase el aeropuerto por la fuerza si era necesario. Jackson se negó a cumplir las órdenes de Clark afirmando que no estaba dispuesto a “comenzar la Tercera Guerra Mundial”. EE UU presionó además a Hungría para que denegase a Rusia los permisos necesarios para sobrevolar el país y transportar tropas. La clase política rusa tomó buena nota de todo ello.

Tras recibir una llamada del vicepresidente estadounidense Al Gore informándole de que la OTAN había iniciado el bombardeo sobre Yugoslavia, el entonces primer ministro ruso, Yevgueni Primakov —cuya defensa como ministro de Exteriores del multilateralismo y búsqueda de alianzas con China fue continuada por sus sucesores—, ordenó célebremente al avión en que viajaba hacia Washington en visita oficial dar media vuelta cuando se encontraba ya sobre la isla de Terranova.

Avances en la “gestión de la percepción”
¿Puede una guerra ser justa? Esta pregunta ha ocupado a estadistas, filósofos y hasta teólogos desde tiempos inmemoriales. Salvo en casos muy contados, como las guerras revolucionarias o las guerras de liberación, cuando los Estados recurren a la fuerza armada lo hacen por motivos poco altruistas, como el control o la apropiación directa de recursos naturales y rutas de transporte, o con fines de expansión territorial.

Como obviamente la población de ningún país aceptará jamás ir a la guerra y acarrear durante años sus consecuencias económicas y sociales bajo semejantes premisas, los gobiernos han de elaborar discursos que justifiquen sus aventuras militares y, como la historia ha demostrado en sobradas ocasiones, no dudan a menudo en recurrir a fabricaciones. Es ahí donde entra la propaganda, o, por utilizar un término más actual, la gestión de la percepción.

“No es nuestro trabajo comprobar la veracidad de las informaciones. Ni siquiera estamos preparados para ello. Nuestra tarea es difundir informaciones de utilidad lo más rápido posible y hacerlas llegar a los grupos de interés más pertinentes… Somos profesionales. Teníamos una tarea y la hicimos”. Quien así hablaba es James Harff, exdirector de la agencia de publicidad y relaciones públicas Ruder Finn Global Public Affair, en una entrevista con el segundo canal de la televisión francesa emitida en abril de 1993. Ruder Finn fue contratada en los 90 para decantar a la opinión pública internacional contra “los serbios” y a favor de Croacia, Bosnia y la oposición albano-kosovar. Con éxito, cabe añadir.

Si el bombardeo de Yugoslavia en 1999 constituía una agresión de acuerdo con el derecho internacional, puesto que Serbia no había atacado a otro Estado ni existía una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que amparase la intervención, ¿cómo se podía convencer al público occidental que lo apoyase? Primero se desplazó el lenguaje. Milošević fue despojado en los medios de comunicación de su título de presidente de la República Federal de Yugoslavia para convertirse en “líder serbio”, un término con connotaciones étnicas claramente despectivas. De igual modo, su gobierno se convirtió en “régimen”, otro término negativamente connotado. Después, el bombardeo se convirtió en una “intervención humanitaria” con el fin de evitar la comisión de un genocidio e, incluso, según la prensa alemana, de “un segundo Auschwitz”.

En el proceso, se banalizó el nazismo y se ofendió a la población de Yugoslavia (de acuerdo con un estudio yugoslavo de 1964, 346.740 serbios y 16.276 montenegrinos perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial). La oposición al bombardeo de la OTAN fue dividida y amedrantada, calificándola de “apoyo a Milošević” e incluso de “alianza rojiparda”. “En vez de plantearse preguntas, se pusieron a aullar con los lobos”, lamentaba por la época el alemán Klaus Hartmann. La táctica, desde luego, no era nueva —como recordaba Seumas Milne en 2003, ya el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser fue calificado de “nuevo Hitler”—, pero como quiera que la movilización psicológica de la “buena guerra” —y con frecuencia, y en paralelo a ésta, de la Segunda República española y su fatídico destino— se había demostrado tan efectiva, fue utilizada de nuevo contra figuras tan dispares como el presidente iraquí Saddam Hussein o el presidente sirio Bashar al-Assad.

La campaña logró, en definitiva, crear la sensación de que una masacre en Kosovo era inminente, por lo que la única manera de detenerla era recurriendo al uso de la fuerza. Una OTAN cuya existencia era cuestionada tras la desaparición del bloque socialista se vio, de repente, imbuida de una nueva misión moral. Todo ello pocos años después después de que Turquía —país miembro de la OTAN— lanzase una gran operación militar contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que terminó con la destrucción de 3.000 municipios y provocó dos millones de refugiados.

A partir del análisis del caso yugoslavo, Jean Bricmont escribió Imperialismo humanitario, todo un libro dedicado a analizar la instrumentalización de los derechos humanos para “vender” una guerra. En él recuerda que los imperialistas británicos ya describían en el siglo XIX sus intervenciones como “cruzadas morales” para sacar a otros países de su atraso civilizatorio y que hasta “el rey Leopoldo II de Bélgica justificó su conquista del Congo presentándola como una lucha contra los traficantes árabes de esclavos”. “El trato que sus tropas dispensaron a los nativos congoleños difícilmente podría definirse como respetuosa de los derechos humanos”, apostilla Bricmont.

Efecto del bombardeo de la OTAN sobre el Ministerio de Defensa serbio.
Efectos del bombardeo de la OTAN sobre el Ministerio de Defensa serbio. Wikipedia
 La caja de Pandora
“Critiqué entonces duramente las violaciones del derecho internacional y les advertí que con Kosovo abrían ustedes una caja de Pandora, porque si esto se permite en Kosovo, entonces deben permitirlo también en otros lugares. Me insultaron, no me tomaron en serio, y ello porque creían ser los vencedores en la guerra fría y las viejas normas ya no les eran aplicables”. Así se expresaba hace unos años en un debate en el Bundestag el que fuera portavoz de La Izquierda en el parlamento alemán, Gregor Gysi. El año era 2014 y el asunto a debatir, la crisis en la península de Crimea.

En su discurso, Gysi denunció el doble rasero de los Estados Unidos y la Unión Europea tras el reconocimiento de la declaración unilateral de independencia de Kosovo en 2008 que aún hoy divide a la comunidad internacional: “Los vascos se preguntan por qué no pueden llevar a cabo un referendo para decidir si quieren pertenecer a España o no. Los catalanes se preguntan por qué no pueden llevar a cabo un referendo para decidir si quieren pertenecer a España o no. Y también se lo preguntan los habitantes de Crimea. […] En el fondo, lo que hoy aquí se dirime es lo siguiente: cuando los que vulneran el derecho internacional acusan a Rusia, que vulnera el derecho internacional, de vulnerar el derecho internacional, no suena especialmente efectivo ni creíble. Ésa es la cuestión que aquí se trata hoy”.

Los motivos alegados por Rusia en 2014 para la incorporación de Crimea a su territorio —menos controvertidos, por cierto, de lo que la prensa occidental ha presentado todos estos años, a juicio del jurista alemán Reinhard Merkel, que publicó en su día un análisis para el Frankfurter Allgemeine Zeitung— son un ejemplo. Pero ¿qué impide razonablemente, pongamos por caso, que China recurra a los mismos argumentos jurídicos y estrategias políticas con las islas Spratyl o incluso Taiwán? ¿O a cualquier otro estado que dispute un territorio con otro?

En efecto, EE UU, como quedó dicho, fue colocando a lo largo de las últimas dos décadas varias cargas de dinamita en los cimientos de la arquitectura global de posguerra. Muchas de aquellas cargas han estallado ya irremediablemente. Hoy vivimos en ese mundo, mucho más peligroso si cabe que el de la Guerra Fría, ya que no hay dos bloques (tres si contamos al Movimiento de países no-alineados), sino varias potencias que ambicionan el control de unos recursos naturales y energéticos cada vez más escasos, sin que haya normas internacionales fijas y reconocidas que limiten y regulen su comportamiento.

La superpotencia que lideraba uno de aquellos bloques, la URSS, era además un contrapeso ideológico, que, imperfecto como se quiera, hoy ya no existe. “Betrand Russell dijo que hablar de las responsabilidades de la Primera Guerra Mundial era como discutir las responsabildiades de un accidente de coche en un país sin normas de tráfico”, escribe en su libro Bricmont, para quien “la toma de conciencia de que la legislación internacional debe ser respetada y que los conflictos entre estados deberían poder ser controlados por una instancia internacional, es en sí misma un progreso enorme en la historia humana, comparable a la abolición del poder de la monarquía y de la aristocracia, la abolición de la esclavitud, el desarrollo de la libertad de expresión, el reconocimiento de los derechos sindicales y los de las mujeres, o el concepto de seguridad social”.

En esa discusión sin normas de la que hablaba Russell antes o después se acaba imponiendo quien tiene el garrote más grande. Por ahora ese es EE UU, y de ahí, obviamente, su interés por destruir esas normas que lo sujetan. La defensa de las organizaciones multilaterales, y su necesaria reforma, así como de los canales diplomáticos para la prevención, mediación y resolución de conflictos es crucial, puesto que son el único terreno donde pueden defenderse las pequeñas naciones que no poseen un poderoso ejército.

Blowback

Las acciones unilaterales de EE UU no solo generan precedentes que pueden volverse en su contra —el conocido blowback que popularizó en su libro homónimo Chalmers Johnson—, sino también desconfianza. El economista estadounidense Michael Hudson lo ha expuesto de manera clara en un artículo reciente para Counterpunch. “Los neocon a quienes Trump ha nombrado están consiguiendo lo que parecía impensable no hace mucho: acercar a China y Rusia, la gran pesadilla de Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinsk” y “también están empujando a Alemania y otros países europeas a la órbita eurasiática, la pesadilla del 'Heartland' de Halford Mackinder hace un siglo”, valora Hudson.

“La raíz de todo ello es evidente”, continúa, “tras el crescendo de pretensiones y engaños en Iraq, Libia y Siria, junto con nuestra absolución del régimen sin ley de Arabia Saudí, los líderes políticos extranjeros están dándose cuenta de lo que las encuestas sobre la opinión pública mundial informaban mucho antes de que los Iraq / Iran-Contra Boys centrasen su atención en las mayores reservas mundiales de petróleo en Venezuela: los EE UU son la mayor amenaza a la paz en el planeta”.

“He aquí la primera contradicción legal en la diplomacia global estadounidense: los EE UU siempre se han resistido a permitir a cualquier otro país tener una voz en las políticas nacionales de EE UU, su legislación o diplomacia: eso es lo que hace que América sea ‘la nación excepcional’”, afirma Hudson en su artículo. Durante 70 años, “sus diplomáticos han pretendido que su juicio superior promovía un mundo pacífico (como aseguraba hacer el Imperio romano), que permitía a otros países participar en su prosperidad y estándares de vida crecientes”, todo ello mientras “presentaba su nacionalismo como protector de la globalización e internacionalismo, todo lo cual no es más que un eufemismo para lo que realmente era una toma de decisiones unilateral de EE UU”.

En su texto, el economista desgrana la voluntad de Washington por vaciar de contenido organismos internacionales como la ONU, ignorando olímpicamente sus advertencias, y amenazar a otros como la Corte Penal Internacional (CPI) —por un informe sobre los posibles crímenes de guerra cometidos por soldados estadounidenses en Afganistán—, así como por dominar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial para controlar los principales flujos económicos en beneficio propio.

Un aspecto que trata Hudson en el que resulta interesante detenerse es el económico. EE UU instaló al shah en Irán “después de patrocinar un golpe de Estado en 1953 contra Mohammed Mosaddegh cuando intentó nacionalizar Anglo-Iranian Oil (la actual British Petroleum) o al menos que pagase más impuestos”, relata. “Después de que el shah fuese depuesto, el régimen de Jomeini preguntó a su agente, el banco Chase Manhattan, que utilizase sus depósitos para pagar a sus tenedores de bonos”, pero éste “rechazó hacerlo por orden del gobierno estadounidense”.

“Los tribunales estadounidenses”, sigue, “declararon a Irán en suspensión de pagos y congelaron todos sus activos en EE UU y en cualquier otro lugar del mundo donde pudieron hacerlo”. Este paso “reveló que las finanzas internacionales eran un brazo del Departamento de Estado estadounidense y el Pentágono”. Pero “eso ocurrió hace una generación, y solo recientemente otros países comenzaron a sentirse incómodos con el hecho de tener que dejar sus reservas de oro en EE UU, donde pueden ser requisadas a voluntad para castigar a cualquier país que pueda actuar de un modo que la diplomacia estadounidense encuentre ofensivo”. De este modo, concluye, “Alemania finalmente reunió el coraje para solicitar que parte de su oro fuese repatriado a Alemania”.

“El mundo de la diplomacia está siendo puesto cabeza abajo: un mundo donde no hay ya siquiera la pretensión de que quizá nos adheriremos a las normas internacionales, y no hablemos ya de leyes o tratados”, lamenta Michael Hudson, que remarca que “por la conjunción de estos movimientos estadounidenses en tantos frentes, contra Venezuela, Irán y Europa (por no mencionar China y las amenazas comerciales y medidas contra Huawei), parece que este será un año de fractura global”. Se dice mucho que un mundo muere y otro nace. Pero conviene recordarlo: no hay más partos sin dolor que en los que se administra sedación. Sangre siempre la hay en cualquiera de los casos.


Fuente: https://www.elsaltodiario.com/balcanes/veinte-anos-agresion-otan-estados-unidos-yugoslavia

sábado, 23 de marzo de 2019

Multitudinaria manifestación en Londres para pedir un segundo referéndum sobre el Brexit

La organización cifra en un millón de personas la asistencia a la marcha, convocada bajo el lema "Put it to the people march" ("Ponlo en manos de la gente")



Participan, entre otros, el número dos del Partido Laborista, Tom Watson, la ministra principal en Escocia, Nicola Sturgeon, y el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan
Más de cuatro millones de personas han firmado una petición al Gobierno en la que piden que revoque el Artículo 50 del Tratado de Lisboa y que se cancele el Brexit

Manifestantes en la marcha celebrada en Londres para pedir un segundo referéndum
Manifestantes en la marcha celebrada en Londres para pedir un segundo referéndum EFE/EPA/NEIL HALL
 La campaña "People's Vote" ha convocado este sábado una manifestación en Londres en favor de la celebración de un segundo referéndum del "brexit" que arrancó a las 12.00 GMT en el centro de la capital británica. La organización cifra en un millón de personas la asistencia a la marcha, convocada bajo el lema "Put it to the people march" ("Ponlo en manos de la gente", en referencia a la decisión sobre el Brexit).

Cientos de miles de británicos piden en Londres un segundo referéndum del Brexit
Los manifestantes han creado una escultura de May acusándola de mentirosa con el Brexit (Kirsty Wigglesworth / AP)
 La manifestación cuenta con las intervenciones de los organizadores, entre ellas la del "número dos" del Partido Laborista, Tom Watson, la líder del SNP escocés y ministra principal en Escocia, Nicola Sturgeon, el ex viceprimer ministro "tory" Michael Heseltine, y el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan.



Manifestantes contra el 'Brexit' este sábado en Londres. ATLAS
 La manifestación cuenta con las intervenciones de los organizadores, entre ellas la del "número dos" del Partido Laborista, Tom Watson, la líder del SNP escocés y ministra principal en Escocia, Nicola Sturgeon, el ex viceprimer ministro "tory" Michael Heseltine, y el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan.


 La manifestación cuenta con las intervenciones de los organizadores, entre ellas la del "número dos" del Partido Laborista, Tom Watson, la líder del SNP escocés y ministra principal en Escocia, Nicola Sturgeon, el ex viceprimer ministro "tory" Michael Heseltine, y el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan.


Fuente: https://www.eldiario.es/internacional/Arranca-manifestacion-Londres-referendum-Brexit_0_880862184.html