miércoles, 21 de diciembre de 2011

Imre Kertész

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¿Habéis observado que durante el siglo XX cada cosa se volvió más verdadera, más auténticamente ella misma? El soldado se convirtió en asesino profesional; la política, en crimen; el capital, en gran industria exterminadora de hombres y equipada con crematorios; la ley, en regla para el juego sucio; la libertad universal, en cárcel para los pueblos; el antisemitismo, en Auschwitz; el sentimiento nacional, en genocidio. Nuestra era es la era de la verdad, no cabe la menor duda. Aun así, seguimos mintiendo por mera costumbre, aunque todo el mundo nos vea el plumero; cuando se grita "¡amor!", todos saben que ha llegado el momento del asesinato; cuando se grita "¡ley!", todos saben que es la hora del robo, del atraco....
  ...Sí hemos visto funcionar imperios sobre la base de ideologías que, en la práctica, eran meros juegos de lenguaje; de hecho, estas ideologías demostraron su utilidad, es decir, su eficacia, como instrumentos del terror, precisamente por ser meros juegos de lenguaje. Hemos visto que tanto el asesino como la víctima eran conscientes del vacío de estas órdenes ideológicas, de su carencia de significado: y justamente esta conciencia hacía que las atrocidades cometidas en nombre de tales ideologías resultaran singularmente infames, generaba esa perversidad profundamente arraigada en las sociedades sometidas al dominio de las ideologías..........

Yo, otro
Crónica del cambio

Imre Kertész




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