sábado, 4 de mayo de 2019

Las mareas de la piedra: pozos y manantiales

Posidonio, replica augustea (23 ac.-14 dc ca) da originale del 100-50 ac. ca. 6142.JPG
Posidonio. Wikipedia
Las mareas tienen muchas características desconcertantes. Para empezar, se producen dos veces cada 25 horas, y no cada 24. Varían en función de la estación del año y de las fases lunares. Y también en función de la geografía local. Pero uno de los rasgos que caracterizan las mareas, descubierto por primera vez por el filósofo griego Posidonio, resulta mucho más desconcertante que los demás.
   Posidonio vivió entre los años 135 y 51 a.C. y se dedicó a observar las mareas del Atlántico en las costas de España. También estudió el agua de los pozos. Y descubrió algo muy particular. A medida que el agua oceánica asciende, el agua de los pozos desciende, y viceversa. Se han perdido las observaciones originales de Posidonio, pero el geógrafo griego Estrabón (63a.C. -25 d.C.) las recoge en su Geografía:
  
   Hay un manantial en [el templo de ] Heraclio en Gades [Cádiz], en el que bastan unos pocos escalones para llegar hasta el agua (que es potable), y el manantial se comporta de forma inversa al flujo y reflujo del mar, ya que desciende en el momento de la pleamar y asciende durante la bajamar.

   ¿Qué diantres podría provocar que el agua de un punto tan localizado como un manantial o un pozo se comporte de forma diametralmente opuesta al agua de los océanos? Difícilmente habría podido nadie encontrar respuesta a esta pregunta, ya que la causa de las mareas seguía siendo un misterio. De hecho, y por increíble que parezca, el enigma no fue resuelto hasta 1940, gracias al geofísico estadounidense Chaim Leib Pekeris.
   Las mareas pueden definirse como la distorsión de la forma de un objeto provocada por la atracción gravitatoria de otro objeto, y no solo como la distorsión del agua de ese objeto. Y es cierto que la atracción de la Luna provoca un abultamiento de la roca que queda directamente bajo ella, exactamente del mismo modo que produce un abultamiento en el océano directamente bajo ella. Ese abultamiento de las rocas es mucho más reducido, ya que la roca es mucho más rígida que el agua. De ese modo, y dos veces cada 25 horas, la parte sólida de la Tierra de cualquier ubicación se alza primero y se encoge después, estirando y comprimiendo la roca.
   Imaginemos ahora que la roca en la que se ha excavado un pozo es porosa, de forma que contiene agua. No es algo desacostumbrado, ya que el hecho mismo de que un pozo contenga agua significa que tiene que haber agua en sus proximidades. De ese modo, la piedra que rodea el pozo es como una esponja empapada. Y al igual que esta, absorbe el agua del pozo cuando la piedra se estira y la expulsa de vuelta al pozo cuando se exprime la piedra.
   Tanto la piedra como el océano se ven estirados durante la pleamar y exprimidos durante la bajamar. En consecuencia, con la pleamar la piedra absorbe agua de los pozos y reduce su nivel, mientras que con la bajamar la piedra expulsa esa agua de vuelta al pozo y hace que suba su nivel. Ese es precisamente el fenómeno que observó Posidonio.

Gravedad
Marcus Chown

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