El documento no solo recoge numerosos casos de presuntos maltratos, sino también irregularidades en las investigaciones de estos casos, graves deficiencias en varios centros de detención, y una falta de voluntad por parte de las autoridades para corregir unos errores que ya fueron detectados en visitas anteriores.
La visita de una decena de miembros del Comité a España se llevó a cabo del 31 de mayo al 15 de junio de 2011, pocos días después del brutal desalojo de la acampada del 15-M en la plaza Cataluña de Barcelona. Durante aquellas dos semanas, recorrieron seis comisarías de la Policía Nacional, tres de la Guardia Civil, cinco de los Mossos d’Esquadra, una decena de cárceles y dos CIEs.
El informe destaca que la única falta de cooperación se produjo con la Unidad de Detención del Servicio de Información de la Guardia Civil en Madrid, puesto que durante algo más de una hora, “oficiales de la Guardia Civil negaron a la delegación el acceso a la zona de detención”.
El CPT señala presuntas irregularidades en la comisaría de la Guardia Civil de Las Rozas (Madrid) y las comisarías de Policía de Cádiz y del Puerto de Santamaría. “La delegación recibió alegaciones creíbles y consistentes de malos tratos de 10 de las 11 personas con las que mantuvo entrevistas, que habían estado detenidas en régimen de incomunicación en operaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil durante los primeros meses de 2011”, asegura el Comité.
“Patadas y golpes con porras en la cabeza”
El informe sostiene que dichos malos tratos consistieron “fundamentalmente en patadas y golpes con porras en la cabeza y en el cuerpo”. Los detenidos denunciaron, además, que durante el interrogatorio les colocaron una bolsa en la cabeza, “provocándoles sensación de asfixia”, y que les obligaron a realizar ejercicios físicos prolongados. Una de las personas aseguró a los delegados del Comité que, durante los interrogatorios, “los oficiales le propinaron bofetadas, puñetazos y patadas en la cabeza y en el cuerpo y que estuvo todo el tiempo encapuchada”.
Por casos como los descritos, el CPT concluye que “se debería prohibir expresamente vendar los ojos o encapuchar a las personas que se hallen bajo custodia policial”, así como “obligar a los detenidos a realizar ejercicios físicos o permanecer de pie durante períodos de tiempo prolongados”. Asimismo, pide que se amplíen las grabaciones de audio y vídeo en los centros de detención.
Continúan las denuncias de torturas por parte de Mossos
Precisamente, después que salieran a la luz varios casos de malos tratos en la comisaría de los Mossos d’Esquadra en el barrio de Les Corts de Barcelona, se instalaron varias cámaras de video vigilancia con el objetivo de que no se repitiesen. Sin embargo, señala el Comité en su informe, existen indicios de que los malos tratos por parte de la policía catalana se habrían continuado produciendo. “Es lamentable que, tras numerosas visitas a Cataluña, la delegación siga recibiendo muchas acusaciones de supuestos malos tratos”, mantiene.
En algunos de estos casos, la delegación reunió pruebas médicas y de otro tipo “que eran coherentes con las acusaciones de malos tratos”. El CPT critica la forma de investigar los presuntos malos tratos, debido a que en numerosos casos no se aceptó la declaración de la supuesta víctima ni de la organización que había presentado denuncia en representación suya, sino que solo se atendieron las declaraciones de la policía. “Esta forma de proceder no cumple con los requisitos de eficacia de la investigación”, recuerda. “Si los agentes que ordenan, autorizan, no castigan o perpetran malos tratos responden ante la justicia de sus actos u omisiones, se envía un mensaje inequívoco de que tales conductas no serán toleradas”, destaca el informe.
Tal como ya hicieron durante una visita en el 2007, los miembros del Comité detectaron de nuevo deficiencias en las condiciones de detención en la Comisaría de Les Corts (principal centro de detención de los Mossos en Barcelona). En este aspecto, apuntan a la falta de iluminación, a que el sistema de ventilación no funcionaba, ni tampoco el sistema de evacuación de los retretes, con el consecuente hedor que ello producía. Varios de estos fallos fueron detectados también en la comisaría de Granollers y en la de Hospitalet (Barcelona).
El documento hace referencia también a la falta de una identificación visible en los uniformes de los Mossos d’Esquadra, y cita como ejemplo la operación de desalojo en la plaza de Cataluña. Por otra parte, reclama que el uso de armas que disparan proyectiles, como las escopetas de balas de goma, debe ser “exhaustivamente regulado y controlado”.
Cárceles superpobladas y maltrato a los presos
El comité refleja en su escrito que las condiciones de detención de los presos en la cárcel Modelo de Barcelona no han mejorado desde su anterior visita, y el centro continúa estando “extremamente superpoblado”, ya que aloja a 1.850 presos cuando la capacidad oficial es para 1.100 personas.
Además, insta a las autoridades españolas a dejar de utilizar el módulo de hormigón de la cárcel “con el propósito de disciplinar a un interno”, y exige que se recuerde al personal de la prisión “que las esposas no deben utilizarse para sujetar a los reclusos a la cama”, lo que acabó con la muerte de uno de ellos en el 2011. La delegación también recibió quejas de maltratos físicos a los internos en las prisiones catalanas de Brians I, la prisión de Joves y el centro de Lledoners.
Agresiones a los internos en los CIE
La delegación visitó también los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche (Madrid) y de la Zona Franca (Barcelona), unos centros que, constatan, tienen una estructura “típica de un ambiente carcelario, con rejas en las ventanas, en los corredores y en las celdas”. “El ambiente seudo-carcelario, además, era acentuado por el régimen restrictivo y las restricciones en los contactos permitidos con el exterior”, refleja el informe.
En ambos centros, la delegación recibió numerosas quejas de malos tratos perpetrados por el personal. Comentarios racistas, bofetadas y porrazos en los brazos y la parte superior del cuerpo, golpes, torturas y vejaciones son algunas de las irregularidades recogidas durante las visitas a los CIE, cuyos internos están allí por no tener una situación administrativa regular en el país. El CPT reclama explicación acerca de por qué no se investigaron los disturbios producidos en el CIE de Aluche el 22 de mayo de 2011, cuando según la versión de varios internos, corroborada por los informes médicos, los funcionarios propinaron golpes “a cualquier detenido que estuviera a su alcance”.
Además, insta a las autoridades españolas a que equipen las celdas con mesa y sillas, y reduzca la tasa de ocupación “para garantizar un mínimo de 4m2 de espacio vital por interno”. En su visita a los centros, el comité constató que las visitas médicas de los internos no se hacían con la intimidad y confidencialidad exigible, sino con la presencia de los funcionarios, lo que puede coaccionar al interno a la hora de denunciar malos tratos. Por ello, reclama que las visitas médicas se lleven a cabo “lejos de la vista del personal no sanitario”.