miércoles, 4 de diciembre de 2013

¡Rayas y Centollos!




 Aquel tiburón marcado en las proximidades de Terranova, no muy lejos de la costa de Canadá, apareció a 30 millas de Lisboa. La maragota de la ría de Vigo, en cambio, tenía menos mundo: como es habitual en su especie, no viajó más allá de lo que ocupa un campo de fútbol. La raya mosaico tampoco abandonó la ría, pero la sorpresa la dio una centolla de A Coruña: pese a las evidentes limitaciones para la movilidad de los de su especie, acabó localizada en la costa de Asturias.

Son conclusiones en forma de imágenes del documental El mar del fin del mundo II: marcados para sobrevivir, producido por José Irisarri y que se basa casi íntegramente en el trabajo de investigación del grupo de Ecología Pesquera del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM). “Lo del tiburón fue una sorpresa. No son una especie con unas migraciones concretas, sus movimientos dependen de muchos factores, como las corrientes, pero aquel ejemplar que marcamos cerca de Canadá cruzó el Atlántico y apareció en Lisboa”, recuerda el investigador Gonzalo Mucientes, uno de los cámaras que participaron en el documental. El tiburón tardó tres meses. Viajó hasta a 1.700 metros de profundidad.................


Más información: http://www.gciencia.com/ciencia/rayas-y-centollos/

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