domingo, 22 de diciembre de 2013

Independencia del todo sobre las partes


.(Crédito de la imagen Bksimonb)
 Una individualidad es una totalidad independiente de partes interdependientes. La dependencia mutua más fundamental es la reproductiva, como entre los machos y las hembras de una especie obligadamente sexual, o entre las castas estériles obreras y las castas fértiles reproductoras en los insectos eusociales. La existencia de tales castas estériles deja de constituir una paradoja evolutiva si la individualidad objeto de selección se traslada al enjambre entero. Cuando se adopta esta perspectiva, el que las obreras deleguen la perpetuación de sus genes en unos cuantos machos y hembras fértiles no resulta mucho más paradójico que el hecho de que las células de nuestros cuerpos deleguen la perpetuación de sus propios genes en los óvulos y espermatozoides producidos por nuestras gónadas. La evolución de sociedades con castas estériles es tanto más factible cuanto más estrecho es el parentesco entre los individuos estériles y los fértiles.

  La interdependencia de los miembros de una individualidad de alto nivel puede hacerse extensiva a la alimentación [...] Una manera de consolidar la nueva identidad colectiva mediante la supeditación de las partes al todo es el intercambio de genes entre los simbiontes. [...]

  Otro aspecto de la supeditación de la independencia de las partes a la del todo es que los miembros de una individualidad de orden superior son menos viables que el conjunto. La muerte de una hormiga es mucho más probable que la extinción de un hormiguero. Los individuos integrados en una unidad de selección de nivel superior son sacrificables, lo que explica la evolución de "suicidas" como las hormigas o termitas soldado, o las abejas que mueren al aguijonear a los intrusos en defensa de la colmena. El comportamiento de una hormiga o una abeja no se comprende en clave de su propia supervivencia, sino en clave de la supervivencia del hormiguero o la colmena.

  El criterio de independencia del todo sobre las partes es trascendental para comprender la evolución de la vida compleja, ya que es el factor que más empuja hacia arriba en la escala jerárquica de la complejidad biológica. La razón última de que los organismos individuales se agrupen en individualidades de orden superior es que al hacerlo así ganan en independencia: en un medio ambiente impredecible, el conjunto es más independiente de la incertidumbre del entorno que cada individuo por separado.

Ambrosio García Leal

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