sábado, 14 de diciembre de 2013

La guerra a través de juguetes infantiles

 
 
 
 
 
 
 
 


El fotógrafo Brian McCarty realizó una conmovedora serie de imágenes en colaboración con el Centro Infantil Spafford, en Jerusalén: titulada, con gran fortuna, WAR-TOYS, las imágenes fueron realizadas utilizando como storyboard los dibujos que niños israelíes y palestinos realizaron como parte de una terapia lúdica para superar el impacto que la guerra dejó en sus jóvenes vidas.
Y es que, como dice McCarty, “jugar puede ser un mecanismo para sanar”. Al ver que una niña dibujaba con sus crayolas un enorme charco de sangre alrededor de un cuerpo, McCarty pensó que esta mirada infantil hacia los conflictos armados podría servir para mostrar un lado de la guerra que el fotoperiodismo suele tocar de manera oblicua, y que no forma parte de los sangrientos titulares de nuestros días: la percepción de la inseguridad y la violencia en la que miles de niños crecen en las zonas de conflicto alrededor del mundo.
McCarty utilizó juguetes comprados en Palestina e Israel para este trabajo, además de contar con la colaboración de los niños para dirigir el montaje. El resultado es una visión “a ras del suelo” de la violencia extrema: la mirada de un niño jugando está más cerca del piso, ahí donde coloca sus juguetes, y donde los ve desbaratarse al igual que los edificios de sus ciudades de origen bajo el fuego del cielo. 
Estas imágenes permiten crear una distancia entre el espectador como víctima y el contexto de violencia a través de una prótesis “neutral”: la neutralidad del juguete, en su presencia asociada con lo lúdico e infantil, se reconfigura para mostrar aspectos poco frecuentados por el arte y el periodismo: la manera, por ejemplo, en que desde muy pequeños, los niños aprenden que “la persona que me dispara es el ‘malo’. Eso son ‘ellos’”, el Otro-adulto, “no importa de qué lado de la frontera esté.” Y es que el proyecto buscó también retratar las dos partes del conflicto en la franja de Gaza, buscando ser lo más neutral posible.
Parafraseando al recientemente fallecido Nelson Mandela, el odio es algo que debe aprenderse, pues nadie nace odiando: la noción de enemigo puede ser construida y promovida también a través de los juguetes mediante los cuales los niños aprenden cómo opera el mundo. Un recordatorio muy propicio para la inminente temporada navideña: los juguetes forman parte de la manera en que los niños entienden el mundo, ¿pero qué mundo deseamos hacerles entender?

No hay comentarios:

Publicar un comentario