"Es una buena noticia. Wilmar acapara un tercio del comercio mundial de aceite de palma y tiene el potencial de arrastrar a sus competidores,
generando un movimiento para transformar una industria que ha sido el
motor fundamental de la deforestación en esta región", ha señalado
Miguel Ángel Soto, responsable de la Campaña de Bosques de Greenpeace.
El anuncio de Wilmar es la consecuencia de años de presión de
Greenpeace, otras ONG y los consumidores de todo el mundo, que han
estado exigiendo que el aceite de palma no proceda de la deforestación
tropical.
En los últimos siete años, Greenpeace ha denunciado en varias ocasiones la vinculación de Wilmar con la degradación forestal, ya que ha practicado talas en parques nacionales, ha destruido zonas de hábitat fundamental para el tigre de Sumatra y del orangután, y también se ha visto involucrada en las crisis incendiarias que han afectado la isla de Sumatra durante 2013.
En los últimos siete años, Greenpeace ha denunciado en varias ocasiones la vinculación de Wilmar con la degradación forestal, ya que ha practicado talas en parques nacionales, ha destruido zonas de hábitat fundamental para el tigre de Sumatra y del orangután, y también se ha visto involucrada en las crisis incendiarias que han afectado la isla de Sumatra durante 2013.
Tras el anuncio de Wilmar, Greenpeace ha preguntado a la empresa
si su nueva política significa que va a detener inmediatamente la
compra de aceite de palma a empresas como el Grupo Ganda, envuelta en la
conflictividad social y ambiental por la tala de bosques de turberas.
"Wilmar ha dado un gran paso, pero Greenpeace dará la bienvenida a este compromiso sólo cuando Wilmar cancele sus relaciones con las empresas involucradas en la deforestación", ha recordado Soto. "Y esperamos que otros productores y comerciantes de aceite de palma recojan el guante y se comprometan también. Estamos hablando de Cargill, Musim Mas o Sime Darby".
La expansión de las plantaciones de palma aceitera destinadas a la producción de este aceite es el principal responsable de las altas tasas de deforestación en Indonesia. La cartografía de su Ministerio de Bosques muestra que entre 2009 y 2011 este país ha perdido 620.000 hectáreas de bosque anuales.
"Wilmar ha dado un gran paso, pero Greenpeace dará la bienvenida a este compromiso sólo cuando Wilmar cancele sus relaciones con las empresas involucradas en la deforestación", ha recordado Soto. "Y esperamos que otros productores y comerciantes de aceite de palma recojan el guante y se comprometan también. Estamos hablando de Cargill, Musim Mas o Sime Darby".
La expansión de las plantaciones de palma aceitera destinadas a la producción de este aceite es el principal responsable de las altas tasas de deforestación en Indonesia. La cartografía de su Ministerio de Bosques muestra que entre 2009 y 2011 este país ha perdido 620.000 hectáreas de bosque anuales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario