La Mona Lisa también sufre recortes, theoffbeatdrummer.blogspot.com |
A pesar de ser un Derecho Humano fundamental,
las medidas de austeridad y lucha contra el déficit están poniendo en
riesgo los logros de las últimas cuatro décadas en el acceso a la
cultura, ya que cada vez menos personas pueden ejercerlo. Para muestra,
un botón: España posee uno de los salarios más bajo entre los países de su entorno (753 euros frente a los 1.400 de Francia) y el IVA cultural más alto de toda la zona euro
(las entradas al teatro se gravan con un 21 por ciento frente al 6,5
por ciento griego). El acceso a recursos culturales es básico en una
sociedad con una democracia madura y de calidad.
La democratización de la cultura ha sido
uno de los grandes logros en España, país donde las élites políticas y
económicas han vetado históricamente el acceso de las mayorías sociales a
la cultura y a la educación. En 1900 el 64 por ciento de la población
española era analfabeta –en su mayoría mujeres- frente al 40 por ciento
de la británica o el 20 por ciento de la francesa, más influidas por los
efectos de la Ilustración y la revolución francesa. El antropólogo
social Ernest Gellner reconoce como clave el “interés de esto gobiernos en invertir en la instrucción de su población”.
Desprecio a la cultura
En España el desprecio a la cultura viene de lejos. Cuando Ramón Valle-Inclán concibió a su criatura el esperpento
remarcó la notable diferencia existente entre España y la Europa
científica, culta e ilustrada (“España es una deformación grotesca de la
civilización europea”). El protagonista de su obra maestra “Luces de
Bohemia” (1920) Max Extrella, escritor ciego y desahuciado recorre un
Madrid convulso al que llegan los ecos de la Semana Trágica de
Barcelona, empobrecido y dirigido por mangantes. Tras su entierro, dos
sepultureros mantienen el siguiente diálogo en la escena XIV:
Un sepulturero: ese sujeto era un hombre de pluma.
Otro sepulturero: ¡pobre entierro ha tenido!
Un sepulturero: los papeles lo ponen por hombre de mérito
Otro sepulturero: en España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo.
En la España de 2013, para minimizar el
impacto de los recortes en cultura y la subida del IVA en 13 puntos –del
8 por ciento superreducido al 21 por ciento- el Ministro de Hacienda
equipara cultura a entretenimiento. Pero frente a la superficialidad
del segundo, la primera requiere esfuerzo y ayuda a configurar las construcciones sociales y las escalas de valores.
El entretenimiento es una vía de escape para distraer la atención de
los verdaderos problemas, generando una población menos crítica.
Las consecuencias de la crisis en la
cultura son de tres tipos. Para empezar, se demanda un Arte más
comprometido lo que ha hecho que esa mezcla de Arte y activismo llamada
Artivismo florezca. La mayoría de sus acciones tienen que ver con el
rescate a los bancos, los desahucios (uno cada 15 minutos) y toda la
problemática generada por la vivienda. Como ejemplo merece la pena
mencionar los trabajos de FLO 6×8 y la Agustín Parejo School.
Entre la sociedad líquida y la desobediencia civil
En segundo lugar, si consideramos la
cultura como una serie de valores, en España está teniendo lugar un
proceso complejo a caballo entre lo que Zigmunt Bauman llama la sociedad líquida,
donde todo es inestable y cambiante, y otra donde la desobediencia
civil y la incorrección política surgen como nunca antes. Sin embargo,
en el espacio entre ambas los ciudadanos experimentan miedo al futuro,
desconcierto y la parálisis social derivada de la “indefensión
aprendida” (“no se puede hacer nada”, “todos los políticos son
iguales”). Todos estos son los signos que Naomi Klein describe como
propios de una sociedad bajo la doctrina del shock.
Los valores de la post-modernidad
(individualismo, tener en lugar de ser, inmediatez y temporalidad) le
sentaban como un guante a la época dorada de la burbuja inmobiliaria.
Durante crisis previas en España –como la de 1898 y la de 1936-
pensadores y artistas ejercieron un papel de prescriptores sociales
activo. En la actualidad han sido sustituidos por los nuevos iconos: millonarios, deportistas, modelos y estrellas musicales. Por lo tanto no había nadie para dar la voz de alarma de lo que se avecinaba y las voces disidentes pasaban inadvertidas.
Finalmente, la cultura es un sector de
actividad productiva que representaba el 4 por ciento del PIB y generaba
más de medio millón de empleos directos. La subida del IVA a 21 por
ciento ha supuesto un golpe letal para cines y teatros mientras
espectáculos como el fútbol y los toros conservan un IVA reducido. En el
caso de este último, minoritario y cada vez más cuestionado, ha
recibido una subvención de 450 millones de euros mientras iconos como el
Museo del Prado o el Liceo ven afectado su funcionamiento por la
reducción presupuestaria. En el caso de las bibliotecas públicas, más
necesarias ahora que nunca para los usuarios, se las tienen que apañar
con un presupuesto de cero euros. En lugar de seguir la recomendación de
UNESCO y convertir la cultura en un motor de desarrollo económico
sostenible, se está destrozando.
La cultura como parte del procomún
Desde el estallido de la crisis, y tras los pasos del 15M, laboratorios culturales como Media-Lab-Prado, ColaBORABORA o CCCB Lab reivindican la cultura como parte del procomún (commons),
es decir accesible a todos los miembros de la sociedad, siguiendo la
teoría de la economista Elinor Ostrom. Dado que ni el estado a través de
las subvenciones ni las grandes empresas a través del patrocinio
parecen interesados en financiar proyectos culturales independientes, el
crowdfunding a través de plataformas como Goteo (crowd-funding the commons) y Verkami cobra cada vez más fuerza.
Aduciendo el impacto del “retorno
social”, diferentes colectivos piden a la comunidad que invierta en
proyectos que pueden cambiar pequeñas cosas, desde transparencia (el
impactante “Quien manda” de la Fundación Civio) hasta documentales, salas polivalentes, experiencias deportivas y culturales, etc ..).
Si España apuesta contra la cultura sus
generaciones futuras se enfrentarán a una sociedad más desigual e
intolerante. De hecho ya es el país con la mayor brecha entre ricos y
pobres con 13 millones de personas viviendo bajo el umbral de la pobreza
y un 13 por ciento más de nuevos ricos. Además, si las medidas de
austeridad prosiguen en 2025 uno de cada tres europeos pobres será
español, alcanzando la pobreza al 42 por ciento de la sociedad según un
reciente informe de Intermón Oxfam.
El papel de la cultura en democracia es
fundamental ya que como escribe Gabriel Celaya “la poesía es un arma
cargada de futuro” mientras Bertold Bretch recuerda que “el Arte no es
un espejo donde reflejar la realidad sino un martillo para darle forma”.
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