Fotografía de archivo de Liu Xia tras un juicio en un tribunal de Beijing, China. Petar KudjundzicREUTERS |
"Ahora, ya no tengo nada que temer. Si no puedo irme, moriré en mi casa. Xiaobo ya se fue, no hay nada en este mundo para mí. Morir es más fácil que vivir. No hay nada más sencillo para mí que protestar con la muerte", le dijo Liu el pasado lunes a Liao Yiwu, un escritor exiliado amigo suyo con el que mantuvo una conversación telefónica que éste grabó y acaba de hacer pública.
En otro momento de la llamada, que duró 16 minutos, se escucha a Liu llorar y maldecir. "Estoy tan jodidamente enfadada que estoy lista para morir aquí... Si estoy muerta, todo terminará", se oye en la grabación, publicada en la página ChinaChange.org.
Liao, cuya obra está prohibida en China, se convirtió en un amigo cercano a la pareja formada por Xia y Xiaobo en los años 80. Él mismo fue uno de los más de 300 intelectuales que firmó la llamada 'Carta 08', el manifiesto publicado en 2008 en el que se reclamaban cambios políticos para China. Precisamente, la participación de Liu Xiaobo en su redacción le costó una condena de 11 años de cárcel acusado de "subversión".
En 2010, el activismo de Liu Xiaobo le valió la concesión del premio Nobel de la Paz, una decisión que enfureció a las autoridades comunistas chinas. Poco después, su mujer fue sometida a un arresto domiciliario sin cargos que no ha podido abandonar desde entonces y que ha hecho mella en su estado físico y mental, sumiéndola en una profunda depresión por la que ha tenido que ser hospitalizada en al menos dos ocasiones.
Encerrada sin cargosEsta poetisa y fotógrafa de 56 años fue vista por última vez en público el pasado 15 de julio en el funeral de su marido, fallecido a los 61 años a causa del cáncer de hígado terminal que desarrolló estando en prisión. En los días previos, Liu Xiaobo expresó su deseo de poder abandonar China en compañía de Liu Xia para recibir tratamiento en el extranjero, una petición denegada por las autoridades con la que muchos piensan que trataba de conseguir la libertad para su mujer.
Desde entonces, sus amigos no han podido verla en persona y los periodistas y diplomáticos que han intentado visitarla en su casa han sido rechazados por agentes de seguridad allí estacionados las 24 horas del día. En agosto, Liu apareció en un vídeo publicado en Youtube en el que pedía "tiempo de duelo", aunque se ignora si aquellas palabras las pudo expresar con libertad. Por su parte, las autoridades chinas insisten en que la enclaustrada "disfruta de todas las libertades de acuerdo con la ley".
Liao dijo que le pidió permiso a su amiga para hacer público el audio porque quería que el mundo pudiera escuchar su angustia. "La canciller alemana [Angela] Merkel vendrá [a China] pronto. Queremos que cuantas más organizaciones e individuos posibles escuchen la voz de Liu Xia", aseguró. "Primero le dijeron que esperara hasta que terminara el congreso del Partido [Comunista, que fue en octubre del año pasado]; luego le dijeron que esperara hasta las conclusión de las Dos Sesiones en Pekín en marzo de este año (....) Nos hemos mantenido callados por mucho tiempo, así que esta vez debemos lograr nuestro objetivo [de lograr la liberación de Liu]".
La semana pasada, el embajador alemán en China, Michael Clauss, aseguró al diario hongkonés 'South China Morning Post' que su país está dispuesto a recibir con agrado a la artista. "Esperamos que Liu Xia finalmente pueda disfrutar de la libertad de movimiento y viajar a donde lo desee. Esta ha sido una preocupación manifestada por Alemania desde hace mucho tiempo, al igual que el hecho de que es bienvenida a Alemania si ese sigue siendo su deseo".
Por su parte, organizaciones de derechos humanos como Chinese Human Rights Defenders o Amnistía Internacional volvieron a hacer un llamamiento para exigir su liberación. "Nunca ha sido acusada o condenada por ningún crimen, y el Gobierno chino incluso ha dicho que es libre para viajar", afirmó el investigador para China de AI, William Nee, a la agencia France Press. "Las últimas revelaciones sobre su depresión muestran la urgencia de que el gobierno chino le permita irse al extranjero y terminen con la absurda pretensión de que es libre en China", apostilló.
Sin embargo, nada apunta a que las autoridades chinas vayan a tomar una decisión de ese calado en un futuro próximo ya que, según apuntaron varios activistas, pretenden silenciar a Liu para evitar que se convierta en un símbolo o un punto de unión para otros disidentes chinos.
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