Las pensiones de 'extranjeros' en Portugal no pagan impuestos
Foto de una playa del Algarve en Portugal. Dreamstime | 
Después de una vida de largos inviernos en
 Suecia y el pago de onerosos impuestos, el sueño de Dan Wikstrom, una 
lujosa jubilación en un país soleado, se ha convertido en realidad. No 
ha escogido un paraíso fiscal en el Caribe, sino Portugal, apenas a 
cuatro horas de vuelo, comenta este sueco en una entrevista con Bloomberg.
El exejecutivo de 63 años está entre el 
creciente número de europeos de países nórdicos que llegan atraídos por 
los 10 años de pensiones libres de impuestos. Además, Portugal tiene un 
impuesto plano o flat tax del 20% para trabajadores cualificados, lo que
 supone un aliciente para la llegada de talento al país luso. Por 
ejemplo, para Wikstrom, la libre imposición de la que goza su pensión, 
significa duplicar la renta que recibe por su jubilación, algo más de 
11.000 euros al mes.
"¿Me siento culpable? Por su supuesto que 
no", afirma Wikstrom, quien solía trabajar para una empresa sueca de 
energía, en una entrevista telefónica desde Cascais, un centro 
vacacional en la costa a 29 kilómetros al oeste de Lisboa, donde ahora 
reside.
Portugal introdujo los incentivos 
tributarios hace nueve años, en un intento por atraer a ciudadanos 
expatriados y trabajadores extranjeros altamente cualificados. Pero su 
atractivo entre los pensionistas con altos ingresos ha sido lo que ha 
generado la tensión en el interior de la Unión Europea, según destacan 
desde la agencia estadounidense Bloomberg.
Finlandia ha anunciado que quiere terminar
 con el convenio tributario (evita la doble imposición) que todavía 
mantiene con el país ibérico, lo que supone un importante problema para 
el ministro de Finanzas portugués, Mario Centeno, que actualmente 
preside el Eurogrupo.
Sol, golf y playa
No
 se trata solo del dinero. Grandes campos de golf, 300 días de sol al 
año y una amplia costa también ayudan a explicar el éxito del programa, 
que había atraído a 10.684 extranjeros hasta finales de 2016, según el 
Ministerio de Finanzas de Portugal. Wikstrom fue uno de los 777 
ciudadanos suecos que se mudaron el año pasado.
El creciente éxito del programa destaca la
 diferencia fundamental en la forma en que los estados de la UE asumen 
la seguridad social. Los países nórdicos, con generosas políticas de 
bienestar, permiten a los ciudadanos a hacer deducciones de sus 
contribuciones durante su vida laboral, pero grava con intensidad el 
ingreso después de su jubilación. En los países del sur como Portugal, 
tales deducciones son solo viables para la minoría que cuenta con 
sistemas de pensiones privados.
"Es cuestión de un trato de igualdad para 
todas las pensiones pagadas por el sistema de jubilación finlandés", 
sostiene el ministro de Finanzas, Petteri Orpo. Su colega sueca, 
Magdalena Andersson, expresó críticas similares el año pasado, tras 
afirmar que los ciudadanos de su país eran libres de mudarse a Portugal 
para disfrutar del clima, el vino o hasta de la música, pero no para 
evitar el pago de impuestos.
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