Joseph Jame DeAngelo, arrestado y acusado de haber cometido al menos dos asesinatos en los años 70 y 80. / Reuters |
Un estadounidense de ascendencia europea quiere
conocer sus orígenes y buscar familiares suyos. Envía una muestra de su
ADN a la base de datos GEDmatch y mediante la comparación de los datos y los árboles genealógicos que se pueden obtener gracias a los avances en identificación genética
logra contactar con un primo lejano que vive en Polonia, que desconoce
que es familiar suyo y que su ascendencia también es judía. Los dos se
encuentran y a partir de entonces mantienen relación. Final feliz ¿O no?
La policía del Estado de California resucita un caso antiguo sin resolver. En la misma base de datos y en otras similares busca el rastro de un violador y asesino múltiple
—el llamado Asesino del Estado Dorado, sospechoso de haber matado a 13
personas y violado a 50 mujeres en los años 70 y 80 del siglo pasado—
del que solo tiene una muestra congelada de ADN obtenida en el escenario
de uno de los crímenes. La policía encuentra algunas coincidencias
sospechosas. Algunas no se confirman, pero una sí: en GEDmatch. Joseph
James DeAngelo, de 72 años, fue arrestado la semana pasada en su casa
de Sacramento y ha sido acusado ya formalmente de dos de los asesinatos.
El caso ya se ha convertido en polémico, por sus
implicaciones éticas y porque no se sabe cómo se ha utilizado
exactamente la base de datos, en un sector comercial en expansión. Una
persona solo puede, teóricamente, suministrar su propio ADN o el de
alguien del que sea legalmente responsable. ¿El fin justifica siempre los medios, se preguntan los expertos? Por
un lado está la ligereza con que las personas están dispuestas a
proporcionar datos que les identifican como seres únicos, con una
seguridad similar o mayor que la de las huellas digitales, sin saber
cómo se van a utilizar, no solo respecto a ellos, sino también respecto a
sus familiares. En este caso, DeAngelo no había dado su ADN a esta web,
pero sí lo había hecho un familiar suyo.
La policía llegó a la conclusión de que DeAngelo, que
fue policía, es el autor de los crímenes porque tras localizarle
analizó genéticamente cosas que utilizó, sin que él lo supiera, y
encontró coincidencia total con la muestra guardada. Sin embargo, la
pista concluyente la obtuvo de una base de datos comercial y pública
cuyos creadores no habían puesto en marcha en 2011 con ese objetivo. De
hecho, los propietarios de webs de este tipo en Estados Unidos se han negado sistemáticamente, afirman, a compartir los datos con la policía,
pero esto puede cambiar, sobre todo si hay mandamientos judiciales de
por medio. En España, por ejemplo, la policía no puede utilizar de forma
general la base de huellas digitales del DNI para buscar coincidencias,
ni siquiera para identificar cadáveres.
Yaniv Erlich es el estadounidense citado al
principio, el que encontró a su pariente en Polonia, pero también es un
experto en genética y director científico de la web MyHeritage,
dedicada también a la genealogía. En junio de 2014 avisó de los riesgos
éticos del tema. Ahora, en declaraciones a la revista Science, explica
que cree que la policía tuvo suerte y encontró a un primo hermano del
sospechoso en la web GEDmatch, al que contactó probablemente sin decirle
en principio el objetivo. Luego le pidió que le suministrara datos
sobre sus familiares cercanos (que serían alrededor de una veintena) que
fue descartando hasta llegar al sospechoso. También señala que la
información de los 22 pares de cromosomas no sexuales, más que la de los
cromosomas X o Y, es la eficaz en estos casos. “La gente no comprende bien las consecuencias de poner su ADN en una base de datos pública”,
dice Erlich. “Piensan: La utiliza tanta gente que debe de estar bien, o
es una web de genealogía. ¿Y si se llamara Genealogía Policial? La
gente no lo haría. No pensamos en todo. Pensamos en lo más probable”.
Fuente: http://www.publico.es/ciencias/identificacion-genetica-adn-web-datos-genealogicos-lleva-arresto-violador-30-anos-despues.html
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