El personal del museo asegura que está sufriendo una
campaña protagonizada por los nacionalistas polacos que cuentan con el
apoyo del Gobierno
"Hay gente que dice que no le han dejado entrar con la bandera de Polonia y que el museo es antipolaco. Todo eso es falso", denuncia el responsable de redes del museo
Fuente: https://www.eldiario.es/theguardian/Holocausto-Polonia-desata-museo-Auschwitz_0_768873464.html
"Hay gente que dice que no le han dejado entrar con la bandera de Polonia y que el museo es antipolaco. Todo eso es falso", denuncia el responsable de redes del museo
Imagen de archivo del campo de concentración de Auschwitz. EFE |
Los miembros del museo y memorial Auschwitz-Birkenau han sufrido lo que ellos describen como una ola de “odio, noticias falsas y manipulaciones”
como resultado de la polémica que rodea una discutida ley sobre el
Holocausto aprobada a principios de este año por el Partido Ley y
Justicia, actualmente en el Gobierno de Polonia.
La
campaña de desinformación y abuso a manos de los nacionalistas
polacos suscita la preocupación sobre la presión que sufren los guías
oficiales en el museo, situado al sur de Polonia. Un guía extranjero
sufrió un ataque en su casa y los defensores de un antisemita condenado
se grabaron a sí mismos el mes pasado hostigando continuamente a su guía
durante una visita al campo de concentración.
La legislación, concebida en parte como una forma para
impedir que se llame a las instalaciones levantadas por los invasores
alemanes de Polonia 'campos de la muerte polacos', criminaliza la falsa
imputación al Estado y la nación polacos por la complicidad en los
crímenes cometidos por la Alemania nazi durante el Holocausto. La
normativa ha desencadenado un fuerte rechazo en Israel y
otros lugares, ya que preocupa que pueda ser utilizada para restringir
la discusión pública del pasado de Polonia en la guerra.
A su vez, esto ha provocado una reacción airada de los medios de
comunicación polacos nacionalistas y afines al Gobierno. Muchos de estos
medios acusan al museo –encargado de gestionar el campo, llevar a cabo
investigaciones históricas y dar formación y licencias a guías
oficiales– de restar importancia de forma deliberada al destino de los
aproximadamente 74.000 prisioneros polacos que fallecieron en el campo
al centrarse exclusivamente en las víctimas judías.
El mes pasado, el hermano del director del museo publicó un emotivo
mensaje en Facebook denunciando los “50 días de odio incesante” dirigido
contra su hermano, Piotr Cywinski. “Durante 12 años ha trabajado en uno
de los lugares más terribles del mundo, en un despacho con vistas al
patíbulo y a un crematorio”, escribió. “Decenas de artículos publicados
en páginas web inmorales, centenares de cuentas de Twitter, miles de
tuits similares, obscenidades, memes, amenazas, calumnias y denuncias.
Es suficiente para ponerte enfermo”.
“El daño
colateral de la disputa es que Auschwitz se ha convertido en objetivo",
dice Pawel Sawicki, que gestiona las redes sociales del museo. "Hay
gente que dice que no le han dejado entrar con una bandera de Polonia,
que afirma que la memoria de los polacos no está representada y que el
museo es antipolaco. Todo eso es falso y teníamos que responder”.
El museo se ha mostrado cada vez más tajante en sus desmentidos y
participa de forma regular en discusiones en Twitter y publica una larga
lista de afirmaciones falsas que se han realizado sobre el museo y que
varían desde el asunto de las banderas de Polonia a la acusación de que
la institución no invitó a antiguos prisioneros polacos a una ceremonia
en enero para conmemorar la liberación del campo.
En
febrero, un diario conservador publicó una carta abierta al ministro
polaco de Cultura en la que el autor afirma que cuando desafió a un guía
que, según él, se había negado a reconocer que todos los guardias de
las SS en Auschwitz eran alemanes, la institución llamó a la policía.
Una investigación interna concluyó que todo el supuesto incidente era
falso.
“No nos metemos en política”, señala Sawicki.
“Pero por respeto a todas las víctimas, tenemos la obligación de
defender la memoria y la historia de este lugar y de protegerlo de
cualquier intento de utilizarlo o explotarlo”.
Una de
las afirmaciones clave de la campaña contra el museo es que ha estado
formando a los guías oficiales para promover “relatos extranjeras” que
muchos nacionalistas y afines al Gobierno consideran que son hostiles
por naturaleza al punto de vista polaco.
En febrero,
el responsable de los colegios en la región en la que está Auschwitz
afirmó que solo se debería permitir trabajar como guías a los polacos y
que deberían recibir la licencia del Instituto de Conmemoración Nacional
de Polonia, un organismo estatal percibido por muchos como una
herramienta utilizada por el Gobierno para imponer su discurso histórico
favorito.
“En Polonia reinan los relatos
extranjeros, no los polacos. Es hora de frenar eso”, escribió Barbara
Nowak, que hasta el año pasado ejerció como concejal del Partido Ley y
Justicia.
En marzo, la casa de un guía italiano de
Auschwitz en la cercana ciudad de Cracovia fue atacada con grafitis de
'Polonia para los polacos' y 'Auschwitz para guías polacos'. Además, los
autores pintaron una estrella de David con una esvástica en la puerta.
El ataque se produjo tras una visita a Auscwitz de Piotr Rybak, un
político nacionalista condenado en 2015 por quemar una efigie de un
judío ortodoxo en la ciudad de Breslavia, al suroeste del país. Un
vídeo en YouTube muestra a Rybak y a un grupo de seguidores envueltos en
banderas polacas rodeando y molestando en repetidas ocasiones a su guía
oficial, al que acusan de mentir sobre el destino de los polacos en el
campo.
Los críticos destacan que una alianza política tácita
entre los círculos ultraderechistas y el Gobierno nacionalista de
Polonia han complicado las cosas para el museo, que responde ante el
Ministerio de Cultura de Polonia.
Un portavoz del
museo sostiene que la visita de Rybak fue un incidente aislado y que no
está al tanto de otros guías que hayan sufrido acoso de miembros del
público en los últimos meses. Sin embargo, un guía cuestiona esa versión
de los hechos y expresa su preocupación ante la actitud de las
autoridades del museo que, según él, están minimizando la presión que
sufren los guías por miedo a generar más controversia política.
“La directiva tiene demasiado miedo del Gobierno y los guías tienen
demasiado miedo a perder su trabajo como para denunciar las
provocaciones que han sufrido”, sostiene el guía, que prefiere no dar su
nombre.
En los últimos años, varios directores de
muesos en Polonia han perdido su trabajo o sufrido presiones de páginas
web de derechas y de políticos del partido gobernante. El año pasado, el
director de un nuevo museo sobre la Segunda Guerra Mundial en la ciudad
báltica de Gdansk fue destituido tras una larga y dura batalla legal.
El ministro de Cultura ha cuestionado recientemente en público la
postura del director del Museo de Historia de los Judíos Polacos de
Varsovia, cuyo mandato está sujeto a renovación el año que viene.
Pero Wladyslaw T. Bartoszewski, historiador y experto en relaciones
polaco-judías cuyo padre fue prisionero en Auschwitz y posteriormente
sirvió como presidente del Consejo Internacional de Auschwitz, señala
que es extremadamente improbable que el Gobierno consienta un intento de
destituir a Cywinski, director del museo de Auschwitz.
“No tengo dudas de que hay miembros del Gobierno que quieren destituir a
Cywinski y algunos que pueden ser lo suficientemente imprudentes como
para intentarlo”, asegura el historiador. “Pero tiene mucho apoyo de
ambos bandos. Es prácticamente intocable”, añade.
Fuente: https://www.eldiario.es/theguardian/Holocausto-Polonia-desata-museo-Auschwitz_0_768873464.html
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