sábado, 26 de mayo de 2018

Irlanda liberaliza el aborto por una mayoría arrolladora y con una participación récord

Casi un 70% de los votantes irlandeses han apoyado la liberalización de los supuestos para legalizar la interrupción del embarazo gracias a una gran participación, sobre todo de mujeres y jóvenes, que pone fin al dominio de la Iglesia católica.

Miles de irlandeses que viven fuera, regresan expresamente a , para votar a favor de suprimir la ley contra el aborto en el referendum de hoy
  El pueblo de Irlanda va a liberalizar algunas de las leyes antiaborto más restrictivas del mundo por una mayoría arrolladora, según reflejaron esta madrugada dos sondeos a pie de urna, ya que los votantes reclamaron el cambio en lo que hace dos décadas era uno de los países europeos más conservadores socialmente.

A media mañana, mucho antes del fin del escrutinio, el líder del principal grupo de activistas antiabortistas (Save the 8th), John McGuirk, admitió la derrota de su campaña para mantener la enmienda constitucional que negaba hasta ahora el derecho de las mujeres irlandesas a interrumpir el embarazo.

Una encuesta a pie de urna de Irish Times/Ipsos MRBI indicó que los votantes de esta otrora profundamente católica nación apoyaron el cambio de la legislación por un 68% frente al 32% que lo rechazaron. Un sondeo de RTE/Behaviour & Attitudes amplió el margen hasta un 69% frente al 31%.
Si se confirma, el resultado constituirá el último hito en un camino de cambio para un país que sólo legalizó el divorcio por una mayoría exigua en 1995, antes de convertirse en el primero en adoptar el matrimonio gay mediante el voto popular hace tres años.

"Todo indica que vamos a hacer historia mañana", dijo en Twitter el primer ministro, Leo Varadkar, que está a favor del cambio legal.

El escrutinio ha empezado a las ocho de la mañana de este sábado y los primeros resultados oficiales se esperan a media mañana.

Una mujer observa un mural de Savita Halappanavar con ofrendas de flores en Dublín el día del referéndum en Irlanda sobre la liberalización del aborto. REUTERS/Clodagh Kilcoyne
Una mujer observa un mural de Savita Halappanavar con ofrendas de flores en Dublín el día del referéndum en Irlanda sobre la liberalización del aborto. REUTERS/Clodagh Kilcoyne
 A los votantes se les preguntó si deseaban abolir una enmienda constitucional de 1983 que da los mismos derechos a la vida para la madre y su hijo nonato. La consecuente prohibición del aborto fue levantada parcialmente en 2013 para los casos en los que corre peligro la vida de la madre.
Las fotos de Twitter mostraron a las militantes de la campaña abrazándose y llorando de alegría en los cuarteles generales de la plataforma Together4yes (Juntas por el sí) poco después de que apareciera el primer sondeo a pie de urna.

El ministro de Justicia, Charlie Flanagan, lo calificó como "un gran paso más hacia fuera de nuestro oscuro pasado". La ministra para la Infancia, una de las primeras promotoras del referéndum, proclamó que se avecina "un día histórico y emotivo".

Varadkar afirmó que la votación constituía una oportunidad que sólo se da una vez en la vida y la respuesta de los votantes fue de tal calibre que la televisión nacional RTE informó de que la participación podría ser la más alta que jamás se haya registrado en un referéndum en Irlanda, potencialmente superando el 61% que apoyó el matrimonio gay por un amplio margen.

Ningún otro tema social ha dividido tan agudamente a los 4,8 millones de irlandeses como el aborto, que fue elevado hasta lo más alto de la agenda política por la muerte en 2012 de una inmigrante india de 31 años, Savita Halappanavar, a causa de un aborto séptico después de que se le negara la interrupción médica del embarazo.

El sondeo del diario Irish Times mostró mayorías arrolladoras a favor del cambio en todos los segmentos de edad por debajo de los 65 años, incluyendo casi nueve de cada diez votantes con menos de 24 años.

El sondeo de RTE indicó que el voto más elevado por el "Sí" se registró en Dublín, donde el 80% estuvo a favor, pero no se produjo una profunda división entre las zonas urbanas y rurales como sí ocurrió en anteriores referéndums sobre el tema, puesto que un 63% de la gente que vive en localidades con una población inferior a los 1.500 habitantes apoyó las propuestas de cambio.

"Tantas mujeres han cruzado a Inglaterra para ocuparse de las necesidades de su familia y de su salud, que creo que es una desgracia y es necesario cambiarlo", declaró la votante del "Sí" Sophie O'Gara, de 28 años, refiriéndose a las mujeres que han viajado a Gran Bretaña para conseguir abortar.

Campaña feroz
El voto fue disputado ferozmente y dividió a los partidos políticos, relegando a la otrora todopoderosa Iglesia católica, y se convirtió en un caso paradigmático de cómo los gigantes globales de Internet afrontan la publicidad en las redes sociales durante las campañas políticas.
Al contrario que en 1983, cuando la religión figuró como prioridady el aborto era un tema tabú para la mayoría, esta campaña se definió por las mujeres de uno y otro bando describiendo públicamente sus experiencias personales de interrupción del embarazo.

Las que hicieron campaña por el "Sí" alegaron que el aborto ya es una realidad en Irlanda, puesto que más de 3.000 mujeres viajan a Gran Bretaña cada año para abortar –un derecho que se consagró en un referéndum en 1992– y muchas otras compran ilegalmente la pastilla del día después.

Pese a que no figuraba en las papeletas, el bando del "No" intentó capitalizar los planes del Gobierno de permitir el aborto sin restricciones hasta las doce semanas de embarazo si el referéndum aprueba el cambio, algo que argumentaban que iba demasiado lejos para la mayoría de los votantes.

Algunos políticos del "Sí" ya han reclamado al Gobierno que apruebe la legislación sin tardanza tras la publicación de los sondeos a pie de urna.

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