Erhardt era un estudiante de origen alemán que estudiaba en la Universidad de Michigan y que fue contratado a comienzos de verano para trabajar durante siete semanas en BAML. Según señalan los medios ingleses, se encontraba sometido a una gran presión para conseguir los objetivos demandados por sus superiores, lo que le llevaba a pasar muchas noches trabajando hasta altas horas de la madrugada o, en ocasiones, sin dormir.
A Erhardt apenas le quedaba una semana para concluir sus prácticas veraniegas en dicho banco de inversión. Un mensaje aparecido en la página web Wall Street Oasis aseguraba que Erhardt había sido encontrado en la bañera por su compañero de piso y que había trabajado “hasta las seis de la madrugada durante los últimos tres días”. Algunas fuentes señalan que el trabajador sufría ataques de epilepsia, una condición médica agravada por un gran estrés o la falta de descanso.
La residencia de estudiantes publicó una circular destinada a los compañeros de Erhardt, en la que se señalaba el deceso de uno de los residentes y que “para evitar rumores o desinformación”, aclaraba que “la muerte no ha estado rodeada por ninguna circunstancia extraña”. Debido a que la investigación se encontraba en manos de la policía, Claredale House no daba ninguna información adicional. Por su parte, Bank of America Merrill Lynch, a través de su portavoz John McIvor, confirmó y lamentó la muerte de Erhardt, al que calificó como un trabajador “muy diligente”, y del que señaló que era “muy popular entre sus compañeros” y “tenía un prometedor futuro por delante”.
Un sistema laboral ultracompetitivo
La noticia ha reabierto el debate sobre las duras condiciones de trabajo a las que se enfrentan los becarios en muchas empresas y, especialmente, en la banca de inversión. Algunos comentaristas señalaban que las jornadas diarias de 14 horas (o las semanales de 100 horas) son bastante frecuentes. Greg Smith, autor de Por qué dejé Goldman Sachs (Deusto), daba fe en el libro de las duras jornadas a las que debían enfrentarse los recién llegados a la compañía, a los que se animaba a competir “de manera salvaje” entre sí para quedarse en la firma.
Además, la noticia de la muerte del alemán coincide con la probable reforma de la ley laboral británica en el futuro cercano. Uno de los objetivos del grupo de trabajo puesto en marcha el pasado mes de junio por el secretario de Estados de Negocios e Innovación, Vince Cable, era investigar si los llamados “contratos sin horas”, que permiten a una empresa gozar en exclusividad de un trabajador, contratado por horas, sin garantizarle una retribución mensual mínima, estaban siendo utilizados de forma abusiva por algunos empresas. Sea como fuere, la noticia de la muerte de Erhardt añade un grano de arena más a la controversia sobre la legislación laboral británica.
En el pasado se había hablado con frecuencia de la exagerada carga laboral que debían soportar muchos trabajadores japoneses. Son los célebres karoshi (o gwarosa, como se conocen en Corea del Sur), término utilizado para referirse a la “muerte por exceso de trabajo”, un problema reconocido a finales de los ochenta por el propio gobierno japonés y que significó un importante aumento entre las muertes de trabajadores, ocasionadas sobre todo por ataques al corazón y derrames cerebrales, y que pueden llegar a superar la centena anual en el país nipón.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-08-20/muere-un-becario-de-bank-of-america-tras-trabajar-72-horas-seguidas_19355/
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