viernes, 14 de septiembre de 2018

Prohibir a los ricos, la idea de un filósofo alemán para acabar con el problema moral del capitalismo

El filósofo Christian Neuhäuser plantea enfrentar con esta prohibición y "auténtica solidaridad" las injusticias del sistema económico
"Cuando hay riqueza inmerecida es el Estado quien, a través de los impuestos, tiene que reducirla", asegura

Christian Neuhäuser, filósofo y profesor de la Universidad Técnica de Dortmund
Christian Neuhäuser, filósofo y profesor de la Universidad Técnica de Dortmund
 He aquí una idea que asustará a los que más tienen: prohibir la riqueza o, mejor, dicho prohibir la existencia de ricos. Recaudar y redistribuir el 100% de lo que tiene ese 1% de la población global que acumula el 82% de la riqueza del planeta, según datos de la ONG caritativa británica Oxfam, es justo lo que plantea el filósofo y profesor de la Universidad Técnica de Dortmund (oeste germano) Christian Neuhäuser.

Suyo es un libro de filosofía que, lejos de haber pasado desapercibido como suele pasar con otros volúmenes de esta disciplina, ha captado la atención de los grandes medios de comunicación generalistas en Alemania. Se titula Reichtum als moralisches Problem o La riqueza como problema moral (Ed. Suhrkamp, 2018). Su autor confía en que las ideas de su volumen tengan un impacto en la clase política de su país, necesitada como está, de "solidaridad", según sus términos.

Puede que la filosofía sea la disciplina que se plantee los grandes porqués de la existencia. Esos porqués, sin embargo, no son los que ocupan a Neuhäuser. Este hombre de 41 años, pese a trabajar con las ideas, quiere mantenerse con los pies en el suelo. "A mí me lo que me interesa es la riqueza como problema en el conjunto de la vida en sociedad", dice a Neuhäuser eldiario.es.

La riqueza entraña un problema, y es que, en sociedades como la nuestra, implica la existencia de pobreza. Para Neuhäuser, además, el problema está en que el rico "tiene mucho más dinero del que necesita para vivir dignamente". Concretamente, el problema está en "disponer de un 300% más de lo que percibe la media del país en el que viva el rico o contar con un millón de euros", según se hace eco Neuhäuser de las definiciones más comunes de la persona rica.

El rico, en suma, acusa no poder vivir dignamente porque no puede mirar al resto de integrantes de la sociedad de igual a igual. "El rico no puede compartir su sueño de riqueza", comenta Neuhäuser. Él pone el ejemplo del rico que se sienta en un restaurante y alguien viene y le pide una limosna. "Esto le arruina la cena al rico, porque si creemos que todos somos iguales, ahí uno de los dos está pidiendo una ayuda de un euro", explica el filósofo.

La solidaridad implica frenar la desigualdad
En esta lógica, prohibir la condición de rico y la riqueza acumulada que impide vivir dignamente es hacerle un favor al 1% y al resto de la sociedad en general. "Hemos perdido solidaridad, en Alemania y también en Europa. Es importante mirar quiénes son los pobres y ayudarles. Pero eso no es verdadera solidaridad", dice Neuhäuser. "Verdadera solidaridad sería evitar que la desigualdad no aumente, pero para que esto ocurra tenemos que mirar hacia los pobres y hacia los ricos, y actualmente sólo miramos hacia los pobres cuando hablamos de solidaridad", agrega.

Esta situación afecta a todo el continente europeo, según el autor de "La riqueza como problema moral". "El problema no es que España sea pobre y pueda necesitar ayuda, sino que Alemania sea demasiado rica. Con una Alemania demasiado rica es difícil para España desarrollarse económicamente. Una verdadera solidaridad de Alemania implicaría que Alemania ayudara más a España, y que hiciera lo mismo con Italia y con Grecia", abunda Neuhäuser.

Habla el profesor de la Universidad Técnica de Dortmund de la necesidad de construir una auténtica economía social de mercado para Europa. Sin embargo, él plantea, sobre todo, recetas a aplicar dentro de las fronteras de los países de la UE. "Tenemos que subir impuestos para que haya más igualdad. Necesitamos mayores impuestos a las rentas altas para que la gente tenga la sensación de nuevo de que el trabajo merece la pena. Y también necesitamos unos impuestos más altos al patrimonio y a las sucesiones para evitar que los ricos tengan demasiada capacidad de influencia en la política", dice Neuhäuser.

Entre las medidas concretas que plantea el filósofo figura un impuesto del 100% sobre los ingresos a los que más tienen. A quien sus medidas fiscales parezcan drásticas, él responde que se ha "perdido el equilibrio". "Cuando hay riqueza inmerecida, es el Estado quien, a través de los impuestos, tiene que reducirla", sostiene Neuhäuser.

Los ricos se hacen más ricos sólo por ser ricos
Su reflexión incluye las constataciones que hiciera no hace tanto el economista francés Thomas Piketty en El capital en el siglo XXI (Ed. Fondo Económico de Cultura Económica, 2014). "Piketty ha mostrado que los ricos siempre van a ser más ricos sin necesidad de trabajar. Van a ser simplemente más ricos porque su capital crece", resume Neuhäuser. Esto ocurre a costa del trabajo y del valor que a éste se le da.

"Vivimos en una sociedad donde no se nos juzga por nuestro trabajo, sino por el éxito, y si se tiene éxito o no. Y el éxito es un juego de azar. Por eso se tiende a pensar que el trabajo no tiene valor. Y todo esto lleva a no ser solidario con los demás", apunta el filósofo.

Hay quien ha tachado a Neuhäuser de "anticapitalista" en el debate generado por su libro, cuyo contenido ha recogido la atención de las principales publicaciones del país, incluido el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung y el semanario de inspiración liberal Die Zeit. Sin embargo, este filósofo se considera "más reformista que revolucionario".

Es más, cita a los cancilleres cristianodemócratas Konrad Adenauer y Ludwig Erhard como ejemplos de políticos a seguir. "Ellos fueron más socialdemócratas que la mayoría de los socialdemócratas de hoy", sostiene Neuhäuser, que apela al proyecto europeo de los primeros días.

"En Europa encontramos un sueño tras la Segunda Guerra Mundial que ha sido compartido por muchos y según el cual todos en Europa podemos vivir dignamente", afirma. Y avisa: "Vivir dignamente significa que todos nos podamos mirar a los ojos como iguales, pero cuando la riqueza se hace demasiado grande en algunos, eso se pierde".

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