Ballenas francas australes cerca de la costa de Península Valdés, Argentina. ©Sebastiao Salgado/Amazonas/nbpictures |
...otro mundo distinto y todavía más extraño, que nuestras miradas descubrieron al mirar por encima de la borda, pues, colgadas en aquellas bóvedas acuáticas, flotaban las siluetas de las madres que criaban y de las otras damas que, a juzgar por su talle, estaban a punto de serlo. [...] y así como los bebés humanos mientras maman miran fija y reposadamente no al pecho, sino a otra parte [...] así parecían mirar aquellas crías de ballena en dirección nuestra pero no a nosotros, como si no fuéramos para su vista de recién nacidos más que un puñado de algas.
Moby Dick
Comienza en la ciudad brasileña de Florianópolis la reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI). A lo largo de esta semana, el futuro de las ballenas está en juego una vez más, no sólo por la mala salud de los océanos, que ya de por sí hace que sea difícil pensar en la subsistencia de los grandes cetáceos en el medio plazo, sino por la propuesta de Japón de levantar la moratoria que prohíbe su caza desde 1986. La CBI está constituida por 88 gobiernos, y aunque en principio se creó como un organismo regulador de la caza de ballenas, hoy en día es más bien el organismo encargado de gestionar sus poblaciones, y garantizar su supervivencia.
La propuesta de Japón pretende acabar con 32 años de moratoria en la caza de ballenas. En la actualidad son tres los países que continúan cazando ballenas de forma comercial, haciendo caso omiso de la moratoria: Islandia, Japón y Noruega. En el caso de Japón pretende esconder la caza comercial detrás del eufemismo de “caza científica”. Pero en esta reunión pretenden ir todavía más allá: el paquete de propuestas de Japón, titulado ‘El camino a seguir’, es un intento descarado de revocar la moratoria de 1986 y restaurar la caza comercial de los cetáceos, creando un “comité de caza de ballenas sostenible”.
Mientras que los gobiernos que se oponen a la caza de ballenas insistirán en la creación de un santuario de 20 millones de km2 en el Atlántico Sur, a pesar de que en ocasiones anteriores fue rechazada en el lobby ballenero.
La aprobación de las propuestas es en todo caso muy compleja: la CBI establece que es necesario obtener el voto de tres cuartas partes de sus miembros para establecer cuotas de captura o para crear zonas “santuario” donde la caza de ballenas está prohibida. Ante las dificultades que año tras año encuentra Japón para reabrir la caza de ballenas, también propondrá la revisión del sistema de toma de decisiones del organismo, para que las mismas no exijan el apoyo de tres cuartas partes de los miembros sino la mayoría simple.
Estamos, por tanto, ante una reunión crítica para el futuro de las ballenas. Japón tiene una estrategia clara y a largo plazo para soslayar la moratoria y que vuelvan a cazarse ballenas a gran escala. Por ello es imprescindible que los países miembros contrarios a la caza de ballenas se mantengan unidos e impulsen nuevos avances hacia la protección de las ballenas, que alejen definitivamente este peligro. Las ballenas se enfrentan a peligros mucho mayores, como la contaminación del mar, los plásticos en los océanos o el calentamiento global. La CBI puede al menos acabar para siempre con el daño que genera su caza.
Fuente: https://blogs.publico.es/ecologismo-de-emergencia/2018/09/13/dejad-en-paz-a-las-ballenas/
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