miércoles, 27 de marzo de 2013

No me voy, me echan


viajero

Por Ana Pérez (Málaga)

Estimados señores políticos:
Esto es una especie de carta de despedida. Me voy de España, bueno, mejor dicho lo han conseguido, me echan. Y no, no soy uno de esos “jóvenes con afán de aventura” que por lo visto se han multiplicado por miles en los últimos meses (debe ser que tanto Callejeros Viajeros nos ha animado, si al final la culpa iba a ser de la televisión…), soy una joven cansada de esto a la que han ofrecido una buena oportunidad fuera.

Mi historia supongo, es de las que invariablemente se repite en estos últimos tiempos. Después de trabajar durante casi cuatro años para un organismo oficial, durante los cuales me han hecho 8 contratos diferentes para no tener que hacerme fija (eso sí, haciéndome el “favor” de contratarme como podían e instándome a apuntarme al paro cada una de las veces que se acababa un contrato, por eso de cobrar la subvención) en septiembre llegó la noticia…”no podían hacer nada más por mí”, me iba a la calle definitivamente porque además, y según sus propias palabras “hemos firmado varios contratos ilegales y claro, como venga una inspección se nos cae el pelo, así que tenemos que sacarte del sistema”. En este punto también aprovecho para dar las gracias por esa gran reforma laboral que permite hacer estas cosas sin impunidad. Por supuesto también por la ley de tasas gracias a la cual, si te han despedido de manera ilegal, para defenderte además de pagar un abogado tienes que pagar por denunciar una situación ilegal… grandes avances en un gran país.

Así que de esta manera comenzó mi particular “vida de parada”, la cual he aprovechado para hacer un máster, estudiar dos idiomas y por supuesto, buscar trabajo. Con un CV de 4 páginas (versión resumida), un máster, 4 idiomas, aparte de experiencia, estancias internacionales etc etc, cuando llegué al INEM el primer día la mujer que estaba sentada con cara de aburrida escuchando mi historia me dijo que tenía demasiados cursos, que ya me daba ella una clave y que me entretuviera en meterlos yo en internet…cosas que pasan. Durante estos meses las dos únicas ofertas razonables de trabajo que he recibido han sido extranjeras y no se vayan ustedes a creer que no lo he intentado, he enviado currículum a cientos pero por lo visto en España ahora mismo sólo aceptan becarios sin experiencia, si tienes más de 4 líneas de CV ya no vales porque tendrían que pagarte más de 500 euros… En este punto mi agradecimiento también a lo bien que funciona el INEM y a todas esas ofertas que nunca me enviaron.

Así que he decidido pegar el salto y me voy, me voy porque no lo soporto más, porque el único futuro que me espera aquí es que se termine el paro y tenga que volver a vivir con mis padres, que por otra parte tampoco están muy bien por cierto. Mi padre trabajaba en el sector construcción y ahora…bueno, imagínense, 60 años, ninguna posibilidad de encontrar trabajo y con la jubilación cada vez más lejos (otra cosa por la que estar agradecidos, las pensiones y el retraso de la edad de jubilación); el hombre no lo lleva nada bien y está deprimido y no sale de casa, a mí tampoco me gusta cuando voy a verlo abrir la nevera y encontrarla vacía… su orgullo de padre le impide pedir ayuda, así que cuando puedo le dejo en un cajoncito 50 euros pero no puede pagar esa casa, ¡mi casa! y se que a la larga esta situación es insostenible. Así que otro motivo más para irme, poder enviarle dinero desde el extranjero.

Con estas premisas me voy a trabajar fuera, en un lugar donde parece que se reconoce mi valía profesional. Me voy, y mi novio (y mi gato) se vienen conmigo, nos hubiera gustado formar una familia en España, nuestro país, lo teníamos todo planeado…pero he aprendido que a veces las cosas no salen como uno quiere. Me voy, con un pen drive hasta arriba de CV de amigos míos que quieren irse también. Me voy con este sentimiento de tristeza, rabia e impotencia, hasta se me están escapando unas lagrimitas mientras escribo esto. Dejamos atrás familia, amigos, ilusiones y sueños, nuestra casa y nuestra vida, y ¿por qué? Sería diferente si lo hubiéramos elegido nosotros pero no, gracias señores por echarnos, por obligarnos a dejarlo todo para poder vivir de una manera digna.

Fuente: http://blogs.20minutos.es/tu-blog/2013/03/26/no-me-voy-me-echan/

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