- ¿Cómo está afectando la crisis y los problemas que de ella se derivan a nuestra salud mental?
Aunque no disponemos de estadísticas sobre la repercusión de la crisis en la frecuencia de trastornos mentales, sí que sabemos que los factores sociales que contribuyen al desarrollo de estos problemas han empeorado con la crisis y, por lo tanto, podemos suponer que la prevalencia de los trastornos mentales también habrá aumentado. Además, los profesionales, los psiquiatras, los psicólogos o las enfermeras que trabajan en los servicios de salud mental aseguran que ha aumentado considerablemente la demanda en estos últimos años.
- ¿Cuáles son las principales problemáticas mentales en la actualidad?
En España, como en el resto del mundo, la más frecuente y con peores consecuencias sociales y sanitarias es la depresión en el caso de los adultos y los trastornos de conducta en los niños. También hay los trastornos mentales graves, que tienen unas consecuencias probablemente peores pero, afortunadamente, son menos frecuentes.
- ¿Los casos de depresión pueden aumentar en el contexto social actual?
Sin duda. En cuanto al efecto directo de la crisis económica sobre la población, está el paro, la desigualdad, la pobreza y el endeudamiento insolventable. Y esos son factores que está demostrado que contribuyen a aumentar la prevalencia de la depresión y de los estados de ansiedad.
- ¿El sistema sanitario está preparado para gestionar estos casos y su aumento?
En absoluto. Aparte de que son problemáticas que no solamente tienen que ser abordadas desde el sistema sanitario sino también desde las políticas sanitarias y las no sanitarias que afectan a la salud de los españoles.
- ¿A qué se refiere con políticas no sanitarias?
Aquellas que, en momentos de crisis, tienen que ver con la reducción del gasto. Esas políticas conducen a efectos sobre los sistemas sanitarios que hacen que muchas personas que son vulnerables a padecer problemas mentales o que ya los padecen tengan más dificultad en el acceso a los tratamientos adecuados. En ese sentido, esas políticas que no son directamente sanitarias afectan también a la población.
- Además una problemática mental es más difícil de detectar…
Efectivamente hay muchos problemas que tienen su origen y deberían tener también la solución en la sociedad por cauces sociales pero, por determinadas razones en las que ahora no es oportuno entrar, se orientan hacia el sistema sanitario. Y este a veces, equivocadamente, las orienta a tratamientos con fármacos que alivian el problema pero no acaban de darle solución puesto que su origen y su solución está en cauces sociales.
- ¿Qué elementos de la crisis influyen en la salud mental?
Por una parte factores económicos, como es el aumento del paro, la desigualdad, la pobreza, el endeudamiento… que afectan a la frecuencia de la depresión y la ansiedad. A parte están los efectos indirectos sobre la atención sanitaria que están causados por los recortes y que afectan negativamente a la población más vulnerable. Otro aspecto importante es que con la excusa de la crisis económica se está extendiendo en algunas comunidades autónomas la gestión privada de los servicios sanitarios o la introducción de modelos de mercado en la gestión de los centros sanitarios de atención primaria con la idea de que una gestión privada puede ser más eficiente y ahorrar dinero. Eso es absolutamente erróneo. Años de desarrollo de gestión privada en Inglaterra o en EE.UU. demuestran que la privatización con ánimo de lucro empeora la eficiencia y la calidad de los sistemas sanitarios. Y esto se ve aún más en los trastornos mentales. Así que no estamos haciendo lo que hay que hacer.
- ¿Cree que iremos a peor?
Seguro. Si seguimos haciendo lo mismo… Podemos hablar de lo que pienso que podemos rectificar…
- Por favor.
Por razones de humanidad habría que organizar y distribuir los recursos de salud mental para proteger a los más débiles: niños, ancianos, emigrantes, enfermos crónicos, etc. En segundo lugar, habría que potenciar la puesta en marcha de intervenciones preventivas. Algunas de estas actuaciones son eficaces para ahorrar sufrimiento puesto que previenen los trastornos mentales pero también son muy eficientes porque devuelven con creces el dinero que se ha invertido. Por ejemplo: está demostrado que cada euro que se invierte en la detección precoz de la psicosis y su tratamiento precoz se recuperan 18 euros.
- ¿Por qué no se invierte en prevención entonces?
Porque sus efectos se ponen de manifiesto a largo plazo y los políticos quieren resultados a corto plazo, que sean visibles y que se puedan poner en el escaparate… También estaría bien que la administración buscase la alianza con las asociaciones de enfermos mentales y sus familiares porque en otros terrenos de la medicina se ha demostrado que la alianza de los políticos, los profesionales y las asociaciones de enfermos es una estrategia extraordinariamente eficaz para mejorar la calidad y la eficacia de los servicios sanitarios. Se está demostrando en la lucha contra el Sida ¿Por qué no hacerlo en salud mental?
- Algunos expertos dicen que los suicidios han aumentado por los desahucios ¿Usted qué cree?
Las estadísticas no reflejan ni un aumento ni un descenso de las tasas de suicidio en España, pero la relación entre el desahucio y el suicidio es evidente. Hay personas que incluso escriben cartas en las que dejan testimonio de la razón por la que se matan. Pero el número de personas que han cometido suicidio en relación con los desahucios no es suficiente para incrementar las tasas de suicidio en el país. Ten en cuenta que el número total de suicidios en España está alrededor de los 3.000 por año y el número de casos de suicidio relacionados con desahucios es de una o dos decenas, por tanto no se refleja en las estadísticas. No obstante, aunque numéricamente sean pocos es una enorme tragedia y un indicador de la deshumanización a la que hemos llegado en este país.
- ¿En estos casos hay un problema psicológico previo o el detonante es el desahucio?
Nadie puede contestar con fundamento a esta pregunta. Es imposible. Todas las conductas humanas están determinadas por múltiples factores individuales, del entorno, etc. Es un tema complejísimo y en cada caso la combinación es diferente. Pero si fuese que las personas que se suicidan por un desahucio son las que tienen más problemas psicológicos, todavía me parecería mucho más cruel la situación porque no han recibido ayuda cuando está demostrado que el suicidio se puede prevenir en gran medida.
- ¿Los medios de comunicación debemos informar de los suicidios o eso produce un efecto llamada?
En mi opinión los medios tienen la obligación y el derecho de informar sin ninguna limitación y eso incluye los suicidios. Pero también tienen el derecho y la obligación de formar a la opinión pública y por tanto tienen que cuidar la forma en como informan: tienen que huir del sensacionalismo, de la estigmatización, del amarillismo… A veces no lo hacen y probablemente son esos aspectos los que producen el efecto llamada. Informar mal sí que puede provocar efecto llamada en los suicidios.
- También hay quien asegura que antes de la crisis había más suicidios. ¿Cuál es su opinión?
Esa afirmación no se sostiene con hechos constatados ni en que aumenten ni en que disminuyan.
- ¿Qué síntomas nos deben poner en alerta de que nuestra salud mental está empeorando?
Es compleja la pregunta… La señal más clara de que debemos buscar ayuda es encontrarse incómodo, culpable, angustiado o tenso sin que la situación lo justifique. Y también los comentarios de personas en las que confiamos o que nos estiman que nos advierten de que necesitamos ayuda. Fuera de eso, no soy partidario de entrar en la descripción de síntomas concretos porque las variaciones son muchas.
- …
Desde el punto de vista individual, creo que lo más importante para poder protegernos de los trastornos mentales es tener amigos en los que confiar y apoyarnos en ellos cuando lo necesitemos. El apoyo social es el mejor protector en la salud mental. También es importante no equivocarnos y tomar como un problema mental o psicológico lo que en realidad es el resultado de una situación social. En mi opinión los trastornos emocionales y mentales son inevitables porque van con la vida y con la naturaleza humana. Las personas tenemos un componente irracional y la locura no es más que una forma extrema de esa irracionalidad. De manera que pensar en una sociedad libre de trastornos mentales es una utopía imposible. Pero sí que se puede reducir el número, la prevalencia y las consecuencias que tengan estos trastornos.
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