Mujeres palestinas en Ramala. / ÁLVARO MINGUITO |
Más de 10.000 mujeres y niñas palestinas han sido arrestadas en centros de detención y cárceles por las Fuerzas de Ocupación Israelíes (FOI) desde 1967.
En 2015, las FOI detuvieron al menos a 106 mujeres y niñas, un 70% más respecto al año 2013, un 60% respecto a 2014,
según un informe publicado por Addameer, institución civil palestina
que trabaja dando apoyo a los presos políticos palestinos en las
cárceles israelíes.
El aumento de los levantamientos populares
en Palestina ante la impunidad de los crímenes cometidos por los
colonos y el asalto de las fuerzas israelíes a la mezquita de Al-Aqsa en
octubre de 2015 han obtenido como respuesta detenciones en masapor
parte de las FOI, que han afectado de forma indiscriminada a mujeres y
niñas. Addameer denuncia que hay unas 60 mujeres presas y 13 niñas
detenidas.
Además, hay tres mujeres bajo detención administrativa:
Isrá Hamdan, Joreen Qadeh y Asma Qadah. Este tipo de detención es un
procedimiento que permite al Ejército israelí tener presos de forma indefinida
bajo información secreta, sin que hayan sido juzgados. Es una medida
utilizada de forma casi exclusiva en los Territorios Palestinos
Ocupados (TPO): la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este.
Este tipo de detenciones vienen sucediéndose desde el inicio de la
ocupación israelí en 1967. Sin embargo, también se daba antes de 1948,
bajo el mandato británico.
Cárceles israelíes
Las mujeres palestinas son llevadas a
las prisiones de Hasharon y Damon, fuera del territorio ocupado en
1967, lo que viola el artículo 76 de la Cuarta Convención de Ginebra,
según el cual una potencia ocupante debe mantener a los residentes
detenidos en el interior de las cárceles de territorio ocupado.
En la actualidad, la prisión de Neve
Terza en Ramleh es la única cárcel especializada en territorio israelí.
En esta institución existe una sección especial en la que se encuentran
las “prisioneras de seguridad”, presas políticas palestinas que sufren
abuso verbal y físico por parte de las presas comunes israelíes.
Addameer denuncia que otras mujeres
palestinas se encuentran en prisiones que datan del Mandato Británico
(1922-1948), sin la infraestructura correcta ni las condiciones
necesarias para las necesidades de las presas.
El informe denuncia que las presas
palestinas se enfrentan a días e incluso meses de interrogatorios,
sufren torturas, maltratos, situaciones de estrés, gritos, insultos e
incluso acoso sexual.
Son sometidas a aislamientos prolongados,
uso excesivo de esposas y vendas con las que se les tapa los ojos,
privación del sueño, carencia de alimento y agua durante largos periodos
de tiempo, no se les permite acudir al servicio y se les priva del aseo
personal. Un estudio realizado por esta misma organización en
septiembre de 2008 reveló que un 38% de las prisioneras palestinas
sufren enfermedades tratables que no reciben tratamiento.
Las mujeres palestinas embarazadas no
escapan de las detenciones en masa. Addameer documentó entre 2003 y 2008
cuatro casos de mujeres que dieron a luz en las cárceles israelíes.
Mujeres que son encadenadas a sus camas hasta que entran en la sala de
partos y pocas horas después de dar a luz son encadenadas de nuevo.
Presas políticas palestinas han
denunciado casos de tortura sexual. A las mujeres palestinas se les
obliga a quitarse la ropa. Con frecuencia son sometidas a registros
corporales intrusivos, y las que se niegan a cumplir con estas prácticas
son enviadas a celdas de aislamiento.
El artículo 12 de la Convención para
poner fin a toda discriminación contra las mujeres (CEDAW), ratificada
por Israel el 3 de octubre de 1981, establece que “los Estados parte
garantizarán servicios apropiados en relación con el embarazo, el parto y
el periodo posterior al parto, proporcionando servicios gratuitos y la
nutrición adecuada durante el embarazo y la lactancia”.
Y recoge en su artículo 7 que “nadie
será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes”. Por otra parte, el artículo 3 de la Cuarta Convención de
Ginebra prohíbe “los atentados contra la dignidad personal, los tratos
humillantes y degradantes”.
Addameer destapa la persecución política
que sufren las activistas palestinas que trabajan en cuestiones de
derechos humanos, mujeres que proporcionan apoyo a los presos y presas
en la cárcel de ocupación.
Esta práctica está en contra de las
garantías previstas en la Declaración de la ONU sobre defensores de
derechos humanos emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas
en 1998, que reconoce el derecho y el deber de los individuos, los
grupos y las instituciones de promover el respeto de los derechos
humanos y las libertades fundamentales, la mejora de los conocimientos
sobre el tema a nivel nacional e internacional. Algunas de las
activistas políticas apresadas son Shirin Tarek Issawi, Bushra Jamal
Al-Tawil y Muna Hussein Ka’adan.
El régimen de aislamiento
El aislamiento es una medida puesta en
práctica en las penitenciarías israelíes desde 1967. Según Addameer, en
este tipo de encarcelamiento las presas palestinas muestran síntomas de
ira, estrés, aburrimiento, pérdida del sentido de la realidad,
dificultades de concentración y alucinaciones.
En el año 2008 se publicó Los sonidos del silencio: el aislamiento y confinamiento aislado de los palestinos detenidos,
un estudio que resulta del trabajo entre esta organización y Médicos
por los Derechos Humanos. La investigación muestra que “el aislamiento
causa daños mentales y físicos, tanto en reclusos mentalmente sanos como
en los que tienen antecedentes de enfermedades mentales”.
El estudio revela que el aislamiento es aplicado a los presos palestinos como medida coercitiva y disciplinaria. Además, se trata de una práctica que se aplica incluso antes de que sean condenados.
El 15 de julio de 2015, Rawan Abu
Ziyada, una joven de 23 años de edad y natural de Ramala, fue arrestada
por un supuesto intento de apuñalamiento a un soldado israelí. La joven
fue trasladada a la prisión de HaSharon a mediados de diciembre. Ziyada
rechazó la citación de la Oficina de Inteligencia para el día 13 de
enero del presente año.
Al día siguiente, se celebró una vista
disciplinaria en la que se decidió poner a la joven bajo régimen de
aislamiento durante una semana. Después fue privada de visitas durante
dos meses.
Addameer denuncia que el encarcelamiento
de palestinas es una medida aplicada por el Gobierno israelí para
reprimir a las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. Y recalca
que la CEDAW marca que “la erradicación del apartheid, de todas las
formas de racismo, de la discriminación racial, del colonialismo, del
neocolonialismo, de la agresión, de la ocupación y dominación extranjera
y de la interferencia en los asuntos internos de los Estados es
esencial para lograr el pleno disfrute de los derechos de los hombres y
las mujeres”.
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