Fotografía:David Galstyan |
Allí estaban corazón con corazón. "Mira allá",
susurró él, "deja de mirar las flores y mira el mar,
porque las flores de espuma perduran cuando las rosas se marchitan,
y los hombres que aman deprisa pueden morir, ¿pero nosotros?"
Y el mismo viento cantaba y las mismas olas rompían,
y antes de que el mismo jardín dejara caer sus últimos pétalos
sobre los labios que habían susurrado, y los ojos que se habían ilu-
minado,
el amor había muerto.
A.C. Swinburne
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