jueves, 18 de junio de 2015

El Derecho al Agua y ‘la chispa de la vida’, frente a frente

 
 
21 noviembre 2014. Miguel Tomás Sebastián fue capturado por vecinos de Santa Cruz de Barillas (Guatemala) acusado de intentar matar a líderes comunitarios que se oponen a la hidroeléctrica española Ecoener. Tuvo que caminar atado por el pueblo antes de ser sometido a un juicio público en el parque. Las leyes mayas determinan que, en caso de conflicto entre comunidades, se puede aplicar su propia justicia. © Calamar2/Pedro ARMESTRE

La ONG Alianza por la Solidaridad y el fotógrafo Pedro Armestre se han unido para presentar una de las exposiciones más reivindicativas de la edición 2015 de PhotoEspaña. ‘Derecho al Agua’, que puede verse en el centro de fotografía y cine EFTI, en Madrid, denuncia la falta de escrúpulos de muchas empresas, como Coca-Cola, cuando desembarcan en países de Centroamérica y esquilman los recursos naturales, en este caso el agua, haciéndole aún más difícil la vida a las poblaciones locales. Viajamos con ellos a El Salvador, Guatemala y Nicaragua.

Recorremos la exposición con Pedro Armestre. Lo primero que llama la atención es la fuerza de los rostros de los protagonistas de las imágenes y la vivacidad de los colores. Estamos en el corazón de Centroamérica, en paisajes idílicos, ahora a menudo ultrajados por intereses multinacionales; entre comunidades locales que, una vez más, y van muchas en la historia, ven pisoteados sus derechos más elementales.

“La exposición Derecho al Agua, con medio centenar de imágenes tomadas por Pedro Armestre, se enmarca dentro de la campaña TIERRRA para promover un desarrollo sostenible y justo cuando las empresas invierten en el exterior”, subraya Rosa M. Tristán, portavoz de Alianza.

¿Ese detalle de las tres ‘erres’ del nombre de la campaña; por qué añadir una más a Tierra? “Lleva la R de la Responsabilidad, porque es lo que debe exigirse a todas las empresas, en cualquier lugar del mundo, si su actividad impacta en su entorno y en las comunidades. Lleva la R de la Rentabilidad, porque es un concepto inherente a las inversiones privadas, que no tiene por qué ser excluyente del desarrollo sostenible. Y lleva la R de los Recursos, porque es aquello de lo que nos provee el planeta para que todos sus habitantes podamos vivir con dignidad y con derechos”.

Alianza destapa el caso de Coca-Cola, empresa denunciada en este trabajo por sobreexplotar y contaminar un acuífero en El Salvador, que afecta a unas 30.000 personas, mientras en España, por ejemplo, la multinacional del refresco desarrolla un programa de protección ambiental para cuidar acuíferos, como el que abastece de agua al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. “Hay que decirles que lo hacen mal. Que la Responsabilidad con los recursos naturales y las poblaciones locales debe ser un compromiso global, y no sólo algo a desarrollar en los países desarrollados, porque se lo exija la legislación ambiental o por cuestiones de marketing”, destaca Rosa M. Tristán. Y más en un mundo globalizado como el de hoy, que abre caminos a los negocios de las multinacionales, pero también a que las cosas se sepan y las denuncias trasciendan fronteras. Tanto Rosa M. Tristán como Pedro Armestre, que documentó estos casos junto a la periodista Susana Hidalgo (ambos dan forma a la revista digital Calamar2, centrada en la fotografía social y  medioambiental), reconocen que Coca-Cola en ningún momento se ha dignado a dar ningún tipo de explicaciones.

Pedro Armestre atraviesa un periodo en la cresta de la ola. El año pasado recibió los premios de Periodismo Rey Juan Carlos, Ortega y Gasset y el Nacional de Periodismo Doñana. No sólo por estos reconocimientos ha sido noticia; también porque, como fotógrafo de Greenpeace, que documenta sus campañas desde 1998, ha sido víctima del acoso de la empresa eléctrica Iberdrola, que le llevó a juicio por una acción de protesta de la ONG en la central nuclear de Cofrentes. Estuvo detenido 40 horas y se ha enfrentado a un proceso judicial muy mediático -pedían para los activistas y el fotógrafo penas de cárcel de hasta 3 años-, del que finalmente ha sido absuelto de todos los cargos el pasado mes de mayo. Durante 3,5 años se ha movido “en libertad con cargos”, en un contexto que muchos han puesto como símbolo de la cada vez mayor fragilidad en este país de la libertad de prensa y expresión, más tratándose de un profesional de la fotografía. Es la estrategia de “matar al mensajero”. Pedro Armestre fue también quien convivió durante un mes con los acampados en la Puerta del Sol en el 15-M, y de cuyo trabajo salió un fabuloso libro, Plaza Tomada, que hará historia por documentar el arranque del largo recorrido de aquella protesta ciudadana, al que todos estamos asistiendo.



09 de noviembre de 2014. Felipe Ruiz, de 65 años, camina todos los días una hora de ida y otra de vuelta desde su casa hasta un lavadero natural donde, entre árboles y matorrales, se asea y limpia sus ropas. (Lavadero El Caballo, Nejapa, El Salvador). ©Calamar2/ Pedro ARMESTRE

10 de noviembre de 2014. Muchas familias acuden al río Acelhuate, a 21 kilómetros de San Salvador, a bañarse, a lavar la ropa, a dar de beber a los animales y a llenar cubos para el consumo propio. La embotelladora de Coca-Cola sobreexplota el acuífero de la zona afectando al abastecimiento de las comunidades vecinas. ©Calamar2/ Pedro ARMESTRE

Para producir un litro de Coca Cola son necesarios 2,5 litros de agua. ©Calamar2 / Pedro ARMESTRE

Siomara Castro, 18 años: “Mi hijo enferma a menudo con diarreas y vómitos por culpa del agua sucia”. (Nueva Esperanza, Nejapa, El Salvador) ©Calamar2/ Pedro ARMESTRE.

La embotelladora de Coca-Cola sobreexplota el acuífero de Nejapa afectando al abastecimiento de las comunidades próximas. Los vecinos deben acudir a los ríos y quebradas para asearse y lavar sus enseres y ropas. Para producir un litro de Coca-Cola son necesarios 2,5 litros de agua. (Quetzaltepeque, Nejapa, El Salvador). ©Calamar2/ Pedro ARMESTRE

En 2011 las comunidades mayas iniciaron una fuerte oposición al proyecto de instalación de la hidroeléctrica española Ecoener en la zona e impidieron la entrada de las máquinas. © Calamar2/Pedro ARMESTRE

Una niña descansa en una estantería del campamento de resistencia instalado contra la hidroeléctrica española Ecoener. Las mujeres y los niños vigilan durante el día. Por la noche toman el relevo los hombres más jóvenes.
El río Cambalam, donde la hidroeléctrica española pretende instalarse, cruza la selva guatemalteca con varias cascadas y es sagrado para las poblaciones mayas. “La fuerza y la naturaleza del jaguar y el tigre bañado en oro”, significa Cambalam en el dialecto kanjobal. Los vecinos que se oponen al proyecto mantienen desde 2011 un campamento las 24 horas para evitar el paso de las máquinas de la empresa. © Calamar2/Pedro ARMESTRE

La hidroeléctrica Renace se ha instalado en la zona con amenazas a la población y falsas promesas de desarrollo. La empresa ha cortado el acceso al río para miles de personas y no ha respetado la estrecha relación de los indígenas mayas con la naturaleza. María Dolores Caal y Ramiro Sierra viven en Chacalté, una aldea que está muy cerca de las instalaciones de Renace, pero no disponen de luz eléctrica. Su única fuente de iluminación es una linterna solar. ©Calamar2/ Pedro ARMESTRE.

No hay comentarios:

Publicar un comentario