En Perú durante el régimen de Alberto Fujimori,  300.000 mujeres fueron esterilizadas de manera forzada tras
 la puesta en marcha del programa de Anticoncepción Quirúrgica 
Voluntaria (AQV), presentado por el mismo expresidente en 1995 en la IV 
Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín y financiado por la Agencia 
de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Después 
de las denuncia presentada por más de 2.00 mujeres, a finales de 
enero los Tribunales peruanos archivaron las denuncias presentadas. 
Según el fiscal Marco Guzmán Baca no se incurrió en “delitos de lesa 
humanidad” y tampoco se hallaron “elementos probatorios suficientes” 
sobre la responsabilidad delictiva de Fujimori. Lo mismo ha sucedido con
 los exministros de Salud: Marino Costa Bauer, Alejandro Aguinaga y 
Eduardo Yong.
 Más de 2.000 mujeres han denunciado que fueron esterilizadas contra su 
voluntad. Mujeres valientes que han reconocido haber sufrido en sus 
cuerpos estos abusos, a pesar de la estigmatización de sus comunidades 
que las veían como estériles, y sufrir incluso violencia de género 
dentro de sus hogares ya que eran acusadas por sus maridos de haberse 
realizado la intervención para mantener relaciones sexuales con otros 
hombres. El programa fue exhibido como un plan voluntario de 
esterilizaciones masivas, sin embargo en la práctica no se respetó la 
libre elección. Al contrario, se pensó que para acabar con la pobreza se
 debía evitar el crecimiento demográfico en las zonas más humildes del 
país.
La resolución
 El pasado 22 de enero la Segunda Fiscalía de Penal Supranacional de 
Lima emitió una resolución archivando las denuncias presentadas. Según 
el fiscal Marco Guzmán Baca no se incurrió en “delitos de lesa 
humanidad” y tampoco se hallaron “elementos probatorios suficientes” 
sobre la responsabilidad delictiva de Fujimori. Lo mismo ha sucedido con
 los exministros de Salud: Marino Costa Bauer, Alejandro Aguinaga y 
Eduardo Yong.
 Las víctimas son mujeres indígenas y campesinas de localidades 
empobrecidas de las zonas rurales del país, quienes fueron engañadas, 
amenazadas y coaccionadas, siendo intervenidas sin su consentimiento, 
violando sus derechos sexuales y reproductivos sin ninguna condición de 
salubridad. Como señala Úrsula Santa Cruz, psicóloga y feminista peruana
 “Para el Estado y para el país siguen siendo las invisibles, las sin 
derechos a tener derechos, sin acceso a justicia y reparación”.
 18 de estas mujeres perdieron sus vidas. Una de ellas fue   María Mamérita Mestanza Chávez en 1998 en la provincia de  Cajamarca.
 La muerte de esta mujer se denunció ante la Comisión Interamericana de 
los Derechos Humanos (CIDH) y fue clave para que este Órgano se 
pronunciara y recomendara al estado peruano reabrir la investigación 
haciéndolo efectivo en 2012 tras haber sido archivado tres años antes.
Reacciones
 Tras ser conocida la resolución las reacciones no se han hecho esperar,
 es así como más de 200 mujeres pertenecientes al Comité de Defensa de 
los Derechos Humanos de las mujeres esterilizadas de Huancabamba han 
exigido al gobierno una respuesta, justicia y reparación ante el estado.
 Esta indignación que supone el dictamen fiscal traspasa los límites del
 Perú, desde España se están pensando acciones concretas por parte de 
diversas organizaciones peruanas y españolas para apoyar la lucha de 
estas mujeres. Santa Cruz quien lleva viviendo en España 11 años 
comenta: “Mientras a ellas se les cercenó su derecho a ser madres, En 
España, el gobierno conservador del Partido Popular con la reforma de la
 ley del aborto quiere imponer y obligar a las mujeres a la maternidad 
forzada. En Perú, España o en cualquier otro lugar del mundo persiste el
 control del Estado, la iglesia y los organismos de poder sobre nuestro 
derecho a decidir, sobre nuestros cuerpos, nuestra sexualidad. La lucha y
 el camino es largo para todas”.
 “En estas investigaciones hay documentos del exministro de Salud, 
Alejandro Aguinaga, donde mandó órdenes directas que eran también 
órdenes de Fujimori, con cuotas (números de intervenciones por 
regiones). Hay en esta decisión una intencionalidad política porque 
Aguinaga es actualmente parlamentario de Fuerza Popular, partido 
político del fujimorismo”, dice Sara Cuentas, activista que fue miembro 
del  Movimiento Amplio de Mujeres Línea Fundacional (MAMLF) del que también es integrante Giulia Tamayo quien lideró el equipo de investigación y sacó a la luz estos crímenes.
 Esta activista apunta que la resolución es resultado de un marco de 
exclusión social que existe en el país ya que si las mujeres que fueron 
esterilizadas de manera forzada hubieran sido mujeres de zona urbana, de
 clase media, las cosas hubieran sido distintas, y seguramente no se 
hubiera archivado el caso.
 El pasado martes algunas de las víctimas junto a la Parlamentaria 
Andina y defensora de los derechos humanos Hilaria Supa y diversas 
organizaciones presentaron una apelación al archivo de la causa en la 
Fiscalía de Lima. Por otro lado, Amnistía Internacional está realizando una campaña de recogida de firmas teniendo como meta las 5.000.
 La organización presentará la carta 'Las víctimas deben recibir 
justicia', respaldada por las firmas, al presidente Ollanta Humala para 
que no se archiven estos casos donde recuerda al Estado la obligación de
 garantizar los derechos sexuales y reproductivos de toda persona.
 
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