lunes, 24 de febrero de 2014

“Hay gran complicidad entre nazis y partes del estado griego”

 
Entrevista con Costas Douzinas, destacado filósofo griego y autor del influyente libro Resistencia y filosofía en la Crisis, profesor de Derecho en la Universidad Birkbeck de Londres y director del Instituto Birkbeck para las Humanidades.
 
 Grecia ocupa la presidencia de la UE desde el 1 de enero. Si bien es cierto que es una función más bien simbólica, ¿qué significa para Europa en su estado actual: dividida, sometida a una enorme presión, operando a distintas velocidades? Me temo que no significa mucho. La presidencia de la UE va rotando por orden alfabético y por sorteo a Grecia le ha tocado la presidencia en el punto más bajo de su crisis. Tal coincidencia tendría cierto valor simbólico si significara que los problemas a los que se enfrenta Grecia y toda la Europa periférica fueran a añadirse a la agenda y al debate iniciado sobre el futuro de Europa. Pero eso es poco probable. El gobierno griego actual está completamente de acuerdo con las políticas de la señora Angela Merkel y del señor Barroso, y actúa como cobrador para los prestamistas cortando salarios y pensiones. La austeridad impuesta por la Unión Europea y administrada por el gobierno griego ha creado condiciones sin precedentes en ningún lugar en tiempo de paz. El PIB se ha reducido alrededor de un 27%, el paro y el subempleo han alcanzado el 34%, y el paro juvenil el 60%. Grecia se enfrenta a una crisis humanitaria que ha impulsado el apoyo a los neonazis del partido-banda Chrysi Avgi. El gobierno no tiene ninguna visión nueva de Grecia o de Europa. Es un caso bastante triste de síndrome de Munchausen, declarando que la catástrofe griega es una “historia de éxito”. Lo único positivo que esperan de la presidencia es posponer durante seis meses las elecciones generales, que darían el triunfo a Syriza. El gobierno sostiene que, debido a un acuerdo muy poco conocido, el país que ostente la presidencia no debería celebrar elecciones durante el término. Como he dicho anteriormente, la presidencia en este momento es solo una coincidencia. Por desgracia, el gobierno griego no hará uso de este golpe de suerte, convirtiéndolo en una oportunidad desaprovechada y una pérdida de dinero.

Recientemente hubo en Madrid una conferencia de partidos y movimientos de izquierdas europeos nuevos y “avant-garde”. ¿Ves una posibilidad realista de que, parafraseando a Lapavitsas, “la periferia europea se una políticamente contra el núcleo europeo”? ¿Cómo sería posible, tras todos estos años de austeridad impuesta, luchar contra Bruselas, Berlin, y las instituciones financieras internacionales?
Sí, fue el congreso del Partido de la Izquierda Europea. Su decisión de nombrar a Alexis Tsipras candidato a presidente de la Comisión Europea en las elecciones al parlamento europeo de mayo compensa la oportunidad perdida que acabo de mencionar. Las papeletas de la Izquierda Europea tendrán como cabeza de lista en toda Europa al líder de Syriza. Es un acto simbólico. Engloba dos aspectos. Posiciona la lucha contra la austeridad en el corazón de las políticas europeas -Syriza ha participado de pleno en las múltiples formas de resistencia contra la austeridad de los griegos. La gente lo ha elegido como partido anti-troika y lo ha puesto en una posición de gobierno en espera. Por otro lado, tener a un político griego como candidato pone el foco en la elección de Grecia por las élites europeas como conejillo de indias para liderar el enorme experimento social de la austeridad que se está desarrollando en toda Europa, pero sobre todo en la periferia. Y por supuesto la periferia no son sólo los estados mediterráneos, sino Eslovenia, Croacia, los Balcanes, y los estados de centroeuropa y el báltico. La ortodoxia neoliberal ha convertido la idea original de una Europa de democracia, solidaridad y prosperidad en una Europa dividida entre el centro y la periferia, donde el centro impone políticas económicas neoliberales. El “ajuste estructural” de África y el “consenso de Washington” de Latinoamérica han sido importados al corazón de Europa. La necesidad de unión de la periferia es importante no sólo para los PIGS. Los que más están sufriendo ahora pueden llevar a Europa en una nueva dirección que beneficie a toda la Unión. Este es el punto central de la agenda de Syriza, que tiene repercusión en toda la Europa del Sur. La semana pasada la periodista y escritora italiana Barbara Spinelli sugirió que la izquierda italiana debería unirse a Tsipras y presentarse a las elecciones europeas con un programa de refundación de Europa. Temo que si Europa no vuelve a sus principios fundacionales, se irá apagando o se convertirá en un pequeño club del Norte rico visto por todos los demás como una nueva Santa Alianza contra los intereses de los trabajadores del resto de Europa.

Hace diez años Europa era sinónimo de derechos humanos y de “modelo positivo para el futuro”. Ahora es lo contrario. La UE se está convirtiendo en un lugar de xenofobia y terrorismo financiero. El estado del bienestar se está marchitando. ¿Qué fue mal? ¿Hacia dónde vamos?
La Unión Europea no ha conseguido crear un “demos”, un pueblo europeo, la idea de un pueblo con una procedencia y una cultura europeas. Esto afecta directamente a los débiles instintos democráticos, el “déficit democrático” europeo es más bien una falta total de democracia. Hay un kratos -un poder económico- pero no hay un demos -un pueblo. Por desgracia la Unión se ha convertido en una institución altamente burocrática definida geográficamente en vez de por sus ideas y principios. Hay un espacio geográfico denominado Europa, pero ya no representa la “idea” de Europa soñada por Hegel, Husserl o Derrida. Un componente clave de esa idea era la redistribución de ricos a pobres, una mínima “unión de transferencias” que cerrara la brecha entre Norte y Sur. Los líderes socialdemócratas de los 70 y 80 consiguieron cierto grado de convergencia e integración y promovieron leyes antidiscriminación y unos mínimos derechos sociales y económicos. La gran victoria de Margaret Thatcher sin embargo fue debilitar el proyecto de integración política y convergencia social al expandir constantemente la pertenencia y convertir la Unión en un simple libre mercado. Preparó el terreno para el giro neoliberal según el cual la moneda única no significa más que estabilidad fiscal. Esto es más importante que la cohesión social, y como resultado, la moneda única se ha convertido en un medio de transferir recursos de pobres a ricos. Esa es la locura de la situación actual. Todas las transferencias van del Sur al Norte, sea a través de la importación de coches y bienes alemanes o del pago de préstamos hechos al Sur para que los bancos del Norte puedan recuperar sus préstamos anteriores. Una vez más la izquierda debe ayudar a parar este proceso. Pero ya no puede haber una vuelta al antiguo modelo socialdemócrata. La mayoría de partidos socialdemócratas han adoptado las fórmulas neoliberales, la ortodoxia actual es Thatcher + Blair. Tiene que ser una nueva izquierda de reestructuración y redistribución económica y de profundización y expansión de la democracia. Lo que necesitamos es un nuevo modelo democrático y social.....................Más información:  http://periodismohumano.com/sociedad/sociedad-destacado/hay-gran-complicidad-entre-nazis-y-partes-del-estado-griego.html

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