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Las mariquitas son preciosos escarabajos y muchas presentan lo que se
llama una coloración aposemática, colores vivos y llamativos que
avisan: no me comas, soy peligrosa. Cuando se las molesta, se defienden
con patas y mandíbulas, expulsan un veneno y sus élitros de color
brillante con puntos
negros son un aviso a
cualquiera que intente atacarla, acuérdate de estos colores y no lo
vuelvas a intentar. Eso no es un obstáculo para
Dinocampus coccinellae,
una avispa parásita de ojos verdes que busca una mariquita hembra
adulta, raramente un macho o un juvenil, y con su ovopositor pone un
huevo en los tejidos blandos de la parte inferior del abdomen del
escarabajo. Al
cabo de 5-7 días el huevo eclosiona y surge una primera larva con
grandes mandíbulas. Lo primero que hace la larva de la avispa es
eliminar a otros huevos o larvas que pueda haber en el mismo animal, no
quiere competencia y como dicen en el Fortnite, «solo uno puede
sobrevivir». A continuación se empieza a alimentar de la grasa y las
gónadas de la mariquita. A lo largo de 18-27 días la larva de la avispa
va creciendo dentro de la mariquita y pasa por cuatro estadíos larvarios
en su desarrollo. Cuando ya está lista para emerger del interior, la
avispa paraliza a la mariquita y empieza a hacer un túnel hacia el
exterior. Una vez fuera la larva de avispa prepara un capullo de seda
entre las patas del escarabajo.
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Un capullo de avispa solitario es extremadamente vulnerable y será
comido por cualquier depredador pero la avispa ha buscado un aliado
formidable: la mariquita, que asume un nuevo rol, tras ser cuna y
comida, se convierte en un guardaespaldas. La mariquita rodea el capullo
con sus patas y su cuerpo y si algún depredador se acerca al capullo
moverá las patas y se enfrentará al atacante que en la mayoría de los
casos saldrá huyendo. El sistema funciona: el porcentaje de
supervivencia de las pupas protegidas por mariquitas vivas de una
crisopa, un depredador del grupo de los Neurópteros, es del 65%. Si los
capullos se dejan sin protección o unidos a una mariquita muerta la
supervivencia de las pupas de la avispa está entre el 0 y el 15%.
Al cabo de 6-9 días la avispa emerge del capullo e inicia su vida
independiente. En algunos casos hay un final feliz para todos; en torno a
una cuarta parte de las mariquitas reviven y salen de la parálisis una
vez que el capullo ha quedado vacío. El resto, muere. Pero el proceso es
como sucede en estos casos, fascinante.
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Había una pregunta en este proceso que era la temporalización. La
mariquita no se convierte en un zombi hasta que pasan varias semanas
después de que la avispa haya puesto el huevo. Nolwenn Dheilly y su
grupo pensaron que quizá la larva de la avispa o la mariquita fabricaba
alguna proteína tóxica que se iba acumulando con el tiempo hasta causar
la parálisis del escarabajo. Empezaron a buscar alguna actividad génica
sospechosa que pudiera dar lugar a una molécula con esas características
y para ello hicieron el transcriptoma, secuenciar los transcritos de
ARN tanto en la mariquita como en la larva de la avispa. Lo explico
brevemente: llevamos años haciendo secuenciaciones, leer el ADN y saber
los genes que tiene una especie o un individuo. Pero muchos genes no se
expresan o solo lo hacen en células o en épocas determinadas con lo que
es también muy interesante saber qué genes de ADN se transcriben a ARN
mensajero porque nos va a dar una idea significativa sobre la actividad
que está teniendo lugar. El conjunto de todos esos transcritos de ARN
mensajero es el transcriptoma y cuando lo analizaron los investigadores
encontraron, para su sorpresa, que los cerebros de las mariquitas
parasitadas estaban plagados de un ARN viral desconocido, que no estaba
presente en las mariquitas sanas. Se le llamó el virus paralizador de
Dinocampus coccinellae o, por sus siglas en inglés, DCPV.
El
virus está almacenado en el oviducto de las hembras parasitoides y se
transmite al hospedador cuando la avispa madre pone su huevo en el
abdomen de su víctima. La avispa inyecta en la mariquita un huevo un
cóctel de sustancias químicas y el virus. Hay evidencias de que es el
virus el que inmoviliza la mariquita, protegiendo a la larva de la
avispa ¡y a las copias del virus! de intrusos y predadores.
Iflavirus similares se han encontrado en insectos de interés
económico como la abeja melífera y el gusano de seda. Sin embargo, en
estos casos los virus soy muy patogénicos y causan el colapso de la
colonia, pero eso no interesa en el caso de un parásito. De hecho, no se
ha visto una patogenicidad potencial en los adultos de
D. coccinellae y
habrá que determinar si se trata de un caso de parasitismo,
comensalismo o mutualismo. Lo que sí se ha comprobado es que los DCPV se
replican en los ganglios cerebrales de las mariquitas parasitadas. Hay
por tanto un neurotropismo, se mueven específicamente hacia el tejido
nervioso y se desarrollan allí. Curiosamente un neurotropismo asociado
con síntomas de parálisis se ha encontrado en otros virus parecidos
(picorna-like) como el de la polio, el virus de la parálisis letal de
los áfidos y el virus de la parálisis crónica de las abejas
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Una mariquita devora unos 5500 pulgones en un año, así que cualquier
parásito que afecte a la supervivencia, desarrollo y reproducción de las
mariquitas es una amenaza potencial para la agricultura. En el Reino Unido la infestación de la mariquita más conocida, la de siete puntos
Coccinella septempunctata, por parte de
D. coccinellae aumentó
significativamente durante la década de 1990, desde un 20% de los
animales adultos hasta más de un 70% lo que tuvo un serio impacto
económico en los agricultores ingleses porque una parte importante de
las mariquitas mueren y de eso se benefician los pulgones y eso lo
sufren las plantas. Por eso es importante saber más de estas relaciones
entre especies.
El virus y la avispa tienen intereses comunes: convertir a la
mariquita en un guardaespaldas que protegerá la maduración de la avispa y
más avispas implica más virus. Al final pensábamos que la avispa era la
que manipulaba a la marioneta pero parece que en su interior se
localiza un titiritero que controla al anterior.
Fuente:
https://jralonso.es/2019/08/09/la-guardaespaldas/
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