Calor, fuego y deshielo galopantes. Son las tres palabras que mejor describen la particular situación que viven este verano las regiones árticas, que también están sufriendo episodios de altísimas e inusitadas temperaturas.
Los países y regiones ribereñas del océano ártico (particularmente
Alaska, Canadá, Siberia, Groenlandia y sus aguas oceánicas) registran un
calentamiento mucho más acusado que el resto del planeta. Y lo que sucede este verano es una evidencia más.
Las temperaturas en las regiones árticas se han disparado
este verano y han provocado condiciones muy favorables para los
incendios forestales. En paralelo, el ritmo de los deshielos en todo el círculo polar ártico se ha acelerado y marca niveles similares a los del 2012, el año con más deshielos.
Cuando uno piensa en Groenlandia, probablemente le vienen a la
mente imágenes de un paisaje helado, áspero e inhóspito, y no un paisaje
de hielo lleno de estanques y arroyos transformados en ríos furiosos.
Pero esta es la imagen actual que ofrece esta gran isla, a la que ha
llegado de lleno la ola de calor que afectó a Europa la semana pasada. La consecuencia es un derretimiento de su plataforma helada sobre tierra, que podría alcanzar sus mínimos históricos.
La temperatura en la estación Summit Cap (el punto más alto de
Groenlandia, y donde rara vez se superan los 0 ºC) ha registrado 34ºC,
con lo que rebasó el récord del año 2012 “tanto en magnitud como en
duración”, según Christopher Shuman, un glaciólogo de la Universidad de
Maryland (EE.UU.) y del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
Fuego. Esta imagen del 23 de julio muestra cómo las regiones árticas de Alaska y Canadá registraban más de 100 incendios forestales, visibles como puntos amarillentos (Ho / AFP) |
Groenlandia ya experimentó un intenso episodio de deshielo entre los
días 11 y 20 de junio. El 31 de julio fue el día con un derretimiento
más grande (desde al menos el año 2012). El 60% de la capa de hielo
perdió al menos 1 milímetro mientras que se vertieron en el océano más
de 10.000 millones de toneladas de hielo, según los datos del Portal
Polar, un sitio web administrado por instituciones danesas de
investigación polar y el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo.
Así, desde el 1 de junio, la capa de hielo ha perdido un
total de 240.000 millones de toneladas, una cifra muy cercana a la
registrada al acabar el año 2012 (290.000 millones de toneladas).
“El deshielo podría batir el récord de 2012, ya que se
prevé que se mantengan las temperaturas templadas y que la temporada de
deshielo dure hasta finales de agosto. Entonces sabremos cuáles son las
cifras definitivas de la temporada”, ha explicado la climatóloga del
servicio meteorológico danés Ruth Mottram a Euronews.
Las consecuencias son un enorme vertido de agua dulce y
fría sobre el Atlántico Norte, que puede alterar las corrientes
oceánicas y hará subir el nivel del mar. Durante un año como 2012 o
2019, el agua producida por la capa de hielo de Groenlandia aporta más
de 1 milímetro a los niveles globales del mar, según Jason Box, profesor
y climatólogo en el Servicio Geológico de Dinamarca y Groenlandia.
Otras regiones del círculo polar ártico también se han
visto afectadas por las altas temperaturas. Los termómetros han marcado
registros hasta 10 grados más de lo normal para estas fechas.
Anchorage, la ciudad más poblada de Alaska, sufrió una
insólita ola de calor el 4 de julio, cuando el mercurio registró 32ºC y
superó el anterior récord (29,4ºC). Las localidades de Kenai, Palmer y
King Salmon, también en Alaska, sufrieron situaciones parecidas (más de
30ºC). “Estas temperaturas tan elevadas son altamente inusuales, pero no
inesperadas”, declara a este diario Michael Sparrow, científico
principal del programa mundial de Investigación del clima de la
Organización Meteorológica Mundial (OMM). “Conforme la Tierra se calienta a causa del cambio climático, las temperaturas extremas se vuelven cada vez más probables”, explica.
Estos episodios cálidos han propiciado además grandes
incendios forestales en algunas de estas regiones árticas, incluida
Groenlandia. Los incendios forestales declarados en Siberia hasta el 29
de julio han afectado a una superficie de 33.200 km2, según
la Administración rusa. En total, se han registrado 745 focos activos,
que han provocado un daño ecológico ingente. El humo fue claramente
visible desde el espacio.
“No es raro que haya incendios en regiones árticas en
verano”, declara a este diario Mark Parrington, experto del servicio de
vigilancia atmosférica de Copernicus. “Lo inusual es la latitud y la
intensidad de estos últimos, así como su duración”, sentencia. Las
emisiones de CO2provocadas por los incendios forestales
declarados en el círculo polar ártico ascendieron a 75,5 millones de
toneladas, un valor comparable a las emisiones anuales por la quema de
combustibles fósiles en Colombia en el 2017.
Al quemar vegetación, los incendios forestales también
reducen la capacidad de la biosfera para absorber dióxido de carbono. Si
se quiere luchar contra el cambio climático, es preciso aumentar esa
capacidad”, dice Oksana Tarasova, experta de la OMM. Todo ello ha
comportado una reducción importante del hielo marino en el Ártico. En
julio, la superficie de este hielo marino se situó en el mismo nivel que
en el 2012, año en que tuvo la menor extensión desde que se hacen
registros por satélite (1979), según el Centro Nacional de Datos de
Hielo y Nieve de la Universidad de Boulder en Colorado (EE.UU.).
Las elevadas temperaturas son una constante este año.
Julio, al menos, igualó, si no superó, el mes más caluroso desde que se
iniciaron los registros a mediados del siglo XIX, según los nuevos datos
de la OMM. El hecho se produce después de que el mes de junio también
batiera su propio récord de temperaturas más altas. La OMM espera que el
2019 sea uno de los cinco años más cálidos registrados y que el periodo
2015-2019 se convierta en el más caluroso en comparación con
quinquenios anteriores. “Se está acabando el tiempo para manejar
aumentos peligrosos de temperatura con múltiples impactos en nuestro
planeta”, dijo Petteri Taalas, secretario general de la OMM.
Los datos son particularmente significativos porque el año
2019, a diferencia del 2016, no ha estado marcado por un fuerte El Niño,
un fenómeno consistente en un fuerte calentamiento de las aguas del
Pacífico tropical con impacto en todo el mundo.
“Sólo este año, hemos visto que se batían récords de
temperatura desde Nueva Delhi hasta Anchorage, desde París hasta
Santiago, desde Adelaida y hasta el Círculo Polar Ártico. Si no tomamos
medidas sobre el cambio climático ahora, estos eventos climáticos
extremos se convertirán sólo en la punta del iceberg”, añadió António
Guterres, secretario general de la ONU.
Bélgica, Alemania, Luxemburgo, los Países Bajos y el Reino
Unido tuvieron el día 25 de julio las temperaturas más altas de su
historia (desde que se hacen registros). París registró el 25 de julio
su día más caluroso, con una temperatura de 42,6 °C. Es una temperatura
típica del mes de julio en Bagdad.
Ríos.El caudal de los hielos derretidos fluye en el fiordo cerca de Kangerlussaq, al oeste de Groenlandia (izquierda), antes de que entre en agujeros que conducen al mar (Caspar Haarløv / AP) |
“Estas intensas y extendidas olas de calor llevan la
firma del cambio climático provocado por el hombre. Todo esto es
coherente con el hallazgo científico que muestra evidencias de sucesos
meteorológicos más frecuentes, prolongados e intensos a medida que las
concentraciones de gases de efecto invernadero conducen a un aumento de
las temperaturas mundiales”, señala Johannes Cullmann, director del
departamento de Clima y Agua de la OMM.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20190803/463819752847/cambio-climatico-groenlandia-ola-calor-deshielo-artico-incendios.html
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