sábado, 3 de febrero de 2018

El pergamino Vindel, un tesoro de siete cantigas

Pergamino Vindel.
Ondas do mar de Vigo

Ondas do mar de Vigo,
se vistes meu amigo?
E ai Deus!, se verra cedo?

Ondas do mar levado,
se vistes meu amado?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amigo,
o por que eu sospiro?
E ai Deus!, se verra cedo?

Se vistes meu amado,
por que ei gran coidado?
E ai Deus!, se verra cedo?

 En la Galicia del siglo XIII y en las cortes  de Castilla y Portugal se desarrolló una tradición lírica y musical en la que la lengua gallega se empleó como canal expresivo. En la segunda mitad de aquel siglo esta tradición dará lugar a unas cantigas compuestas por Johán de Cangas, Martín Códax y Meendinho, que sitúan en la ría de Vigo los temas de sus obras: la cita en un santuario próximo al mar, el amor no correspondido.

Las siete cantigas de amigo, de Martín Códax, componen un conjunto vertebrado por su unidad conceptual, conservado con su notación musical en el Pergamino Vindel. El manuscrito, del último tercio del siglo XIII, fue realizado en un importante scriptorium, con la intervención de dos amanuenses y más de dos artifices de la decoración. La ausencia del amado, añorado por una joven que lo espera, se enriquece con la evocación del entorno natural de la ría de Vigo.

El descubrimiento del Pergamino Vindel (Nueva York, Biblioteca y Museo Morgan, Vindel MS M979) se debió al azar. El comerciante de libros antiguos Pedro Vindel lo encontró en su librería, en 1914, en la guarda interior de un ejemplar del libro «De officiis» de Cicerón, del siglo XIV con encuadernación del siglo XVIII.

El pergamino desapareció al poco tiempo de ser descubierto, creyéndose perdido durante muchos años. Sin embargo, el pergamino había sido adquirido a Pedro Vindel por el diplomático y musicólogo Rafael Mitjana y Gordón, quién lo depositó en su biblioteca de Upsala, ciudad sueca donde residía por aquel entonces. A su muerte, en 1921, la biblioteca pasó a su viuda y posteriormente fue vendida por sus herederos. Después de varias vicisitudes, el pergamino fue adquirido por el bibliófilo Otto Haas y puesto a la venta en Londres por su colega Albi Rosenthal. Finalmente fue comprado por la J. Pierpont Morgan Library de Nueva York, donde se conserva desde 1977, bajo la signatura Ms. 979.

La primera noticia del descubrimiento fue dada a conocer por Pedro Vindel, en febrero de 1914, en la revista Arte Español. Al año siguiente, en 1915, el librero publicó la primera edición facsímil del manuscrito.

Los textos del pergamino ya eran conocidos por formar parte de los cancioneros sin música de la lírica galaicoportuguesa. Sin embargo, su música constituye, junto con las siete cantigas de amor de Don Denís, halladas en el Pergamino Sharrer, las únicas muestras que se han encontrado hasta la fecha de la canción profana galaico-portuguesa. La música de las cantigas está escrita en notación cuadrada, con ligaduras muy similares a las Cantigas de Santa María.

El descubrimiento del pergamino vino a confirmar la hipótesis de la existencia de hojas volantes, con el texto y la música de las poesías trovadorescas que eran entregadas por los trovadores a los juglares para su interpretación.

*Olas del mar de Vigo
Olas del mar de Vigo,/¿Visteis a mi amigo?/¡Ay Dios! ¿vendrá pronto?
Olas del mar agitado,/¿Visteis a mi amado?/¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?
¿Visteis a mi amigo,/aquél por quien yo suspiro?/¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?
¿Visteis a mi amado,/quien me tiene tan preocupada?/¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?


Más información: https://es.wikipedia.org/wiki/Pergamino_Vindel

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