Medio día. Catedral de Notre-Dame en París. Una militante de la 
organización Femen se desnuda de cintura para arriba con un mensaje 
pintado sobre su pecho: "Que los fascistas descansen en el infierno". Es
 su peculiar manera de protestar por el suicidio de un conocido 
intelectual de extrema derecha en el interior de la catedral el pasado 
11 de mayo. 
El hombre, que se quitó la vida de un disparo en la boca ante el 
altar de la catedral de Notre-Dame a primera hora de la tarde cuando el 
templo estaba abarrotado de turistas, era un conocido intelectual muy 
activo en su oposición a la legalización del matrimonio homosexual o a 
la inmigración. 
El suicida, Dominique Venner, de 78 años, dejó varios mensajes 
explicando su gesto, que están siendo analizados por los investigadores,
 según indicó el ministro del Interior, Manuel Valls, que se trasladó al
 templo inmediatamente para mostrar su solidaridad "con la comunidad 
cristiana".
El ministro, que consideró que el acto no tenía precedentes y que 
confirmó que los 1.500 turistas que había en el templo fueron evacuados,
 se negó a hacer ninguna lectura política de este suceso a la espera de 
las conclusiones de la investigación.
Todo lo contrario que la extrema derecha, que aseguró que el gesto de
 Venner tenía un carácter "eminentemente político", según un mensaje de Twitter de la líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen.
"Todo nuestro respeto para Dominique Venner, cuyo último gesto, 
eminentemente político, pretendía despertar al pueblo de Francia", 
señaló Le Pen.
El eurodiputado ultraderechista Bruno Gollnisch fue más lejos y 
consideró el suicidio de Venner un "gesto dramático de protesta contra 
la decadencia de nuestra sociedad".
Los medios franceses no tardaron en vincular el suicidio de Venner 
con la reciente legalización del matrimonio homosexual, un asunto que ha
 dividido a la sociedad francesa, ante la animadversión mostrada por los
 opositores a este texto del Gobierno socialista.
El suceso se produjo horas antes del comienzo en la plaza de la 
Bastilla de un gran concierto gratuito de apoyo a la legalización del 
matrimonio homosexual.
En el mismo tiene previsto participar el cantante Mika, entre otros, y
 la asistencia de algunos miembros del Ejecutivo, como la ministra de 
Justicia, Christiane Taubira, impulsora de la legalización del 
matrimonio gay.



 
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