miércoles, 18 de julio de 2018

Memorias de una doctora




Un objeto redondeado, un trozo de carne en forma de huevo temblaba bajo mi bisturí.[...]¿Era posible que eso fuera el cerebro de un ser humano? ¿Cómo podía ser que esta porción de carne tierna y húmeda fuese la poderosa mente humana que había desafiado a la naturaleza y que había llegado hasta las entrañas de la tierra y también al espacio, a las órbitas del sol y la luna, que podía partir rocas y mover montañas y extraer suficiente fuego de los átomos para llegar a destruir el mundo?

NAWAL EL-SAADAWI

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