Simona Levi (Turín, 1966) es corrdinadora del recientemenete creado
Partido X. A sus espaldas tiene un largo historial de activismo en favor
de la cultura libre y el derecho a la vivienda. Más recientemente se
interesó por la democracia digital y los mecanismos para la acción
colectiva. Vive en Barcelona desde 1990.
Por El más Mínimo
-¿Cómo surge el Partido X, cuál es el origen de este movimiento ciudadano?
En las elecciones de 2011 hicimos un experimento de un trabajo en red
llamado Aritmética 20 N, que todavía se puede visitar en internet. En
cinco días tuvo 600.000 visitas y cierto impacto mediático. Nos dimos
cuenta de que había la posibilidad de que un grupo organizado entrara en
el frente político. Las reglas del juego político están pensadas para
que la ciudadanía no pueda acceder a los verdaderos mecanismos de
decisión, así que después de una reflexión, decidimos que era posible
cambiar este hecho. Empezamos a investigar otras experiencias en el
mundo de democracia digital y toma de decisiones a través de un sistema
escalable. A través de internet es posible crear un sistema organizado
en red, donde los ciudadanos tengan verdadera capacidad de decidir sobre
los temas importantes.
- ¿Qué relación tenéis con otros grupos de acción ciudadana como 15MPaRato o la PAH, y con gente tan conocida como Falciani?
En nuestra organización hay un grupo, que llamamos desarrolladores,
que es el que hace el trabajo más duro. Dentro de ese grupo existen
personas que tienen un largo recorrido de activismo, de modo que somos
conscientes de que el frente político no es el único. Hay gente que
trabaja con nosotros pero también están involucrados en alguno de esos
otros frentes, como la PAH, V de Vivienda, el 15M, el grupo que audita
la deuda… La potencia del trabajo en red permite que trabajar para el
Partido X no signifique abandonar otro tipo de actividades. Simplemente
es una organización más enfocada en este caso a abordar los problemas de
gestión política. En cuanto a Falciani, es precisamente este modo de
trabajo en red el que atrajo su atención, él lo conoce bien de su etapa
en el HSBC y le pareció una buena idea colaborar con nosotros.
-Supongamos que se logra una democracia más directa. ¿No es
posible que, por ejemplo, se llegue a aprobar la pena de muerte? ¿Qué
sucede con los grupos ultras o radicales, que suelen mover a gran número
de personas? ¿Qué respuesta hay ante esto?
Lo primero que debo decirte es que no planteamos una democracia
directa, sino una democracia donde responsabilidad y toma de decisiones
estén mejor ponderadas que ahora. En el caso concreto de la pena de
muerte, tenemos muy claro que los límites a la hora de plantear reformas
debe ser la Carta de los Derechos Humanos, por lo que un tema como la
pena de muerte queda excluido de poder ser sometido a referéndum. Somos
sociedades acostumbradas a protestar pero a la hora de construir somos
como adolescentes, no tenemos experiencia, porque nunca se nos ha
permitido hacerlo. Mediante el mecanismo que hemos diseñado, lo que
tratamos de conseguir es reducir el disenso y reforzar el consenso,
sobre todo a través de la información. Una sociedad bien informada está
menos polarizada.
-Teóricamente suena muy bien, pero ¿cómo exactamente pensáis
que puede aumentar el consenso en una sociedad tan polarizada como la
española?
A través de un acuerdo de mínimos. El Partido X, en ese sentido, no
pretende inventar nada, sino catalizar hacia la política lo que la
sociedad civil ya ha hecho. En la elaboración de nuestro programa, que
tiene unas 200 páginas, recogemos lo que nos parece que tiene una mayor
demanda social. Después preguntamos a expertos en cada materia,
precisamente para evitar barbaridades como lo que comentábamos de la
pena de muerte, o la reforma que pretende hacerse del aborto o incluso
temas financieros como el rescate a la banca, que tienen un fuerte
rechazo social. Y después de pasar por los expertos, se vuelve a enviar a
ciudadanos para decidir enmiendas, si fuera el caso. Ese es,
básicamente, el método de trabajo que defendemos para la toma de
decisiones
- Has hablado de actuaciones gubernamentales con rechazo de
una gran parte de la sociedad. ¿Cuál es el mecanismo para defendernos de
situaciones así?
Para eso proponemos algo único en el mundo, que es el derecho a voto
permanente. Por ejemplo, si un partido que llega al gobierno prometiendo
que no subirá el IVA y a la semana de gobernar incumple su palabra, el
sistema de voto permanente, que está explicado en nuestro programa en la
sección Democracia 4.0, permite que la ciudadanía tenga un mecanismo de
respuesta.
- Pero de esta manera también hay grupos de presión bien
organizados, por ejemplo los antiabortistas, que tendrían la capacidad
de imponer sus ideas.
Los derechos civiles deben ser peleados siempre. Esa pelea no acaba
aquí, no tenemos una varita mágica para hacer que desaparezcan los
grupos radicales o las oligarquías que promueven leyes a su favor o en
base a una ideología radical. Pero con los métodos de trabajo que
proponemos podemos defendernos mejor, podemos entrar de una vez en el
juego político. A día de hoy solo podemos protestar sin opción a
reaccionar. Así que esto no es el fin de camino, sino un desarrollo de
la democracia, un intento de frenar la polarización, porque una
población polarizada es mucho más manejable a la hora de convertirla en
esclava.
- Ya que hablamos de ideología, según tengo entendido en vuestro movimiento caben más de una.
Sí, pero no cabe cualquiera, no caben todas. Proponemos un desarrollo
de la democracia, así que es de suponer que ideologías contrarias a la
democracia no estarían muy cómodas con nosotros. Una ideología pretende
instaurar un determinado sistema de valores y de actuaciones, y cada
ideología tiene el suyo. Lo que pretendemos es potenciar lo que nos une,
no lo que nos separa. A nosotros nos une el trabajo, de modo que aunque
cada persona tiene su ideología, si esa ideología le permite trabajar
con otras personas para lograr objetivos concretos, puede tener un sitio
en nuestro proyecto.
-Háblame un poco más de vuestra relación con Falciani y de
qué proponéis en lo relativo a la transparencia de las actuaciones
públicas.
El tema de la corrupción es uno de los problemas más graves. Gracias a
gente como Falcciani o el 15MPaRato hemos logrado romper la sensación
de impunidad. Estamos pagando abogados, estamos poniendo en contacto a
personas muy valientes que se atreven a compartir información con
inspectores o medios de comunicación. Trabajamos para quebrar la
sensación de impunidad, de que los dueños del castillo son intocables.
Cada vez hay más gente dispuesta a colaborar con nosotros en este
aspecto.
Fuente: http://www.yometiroalmonte.es/2014/01/28/poblacion-polarizada-mucho-mas-manejable-hora-convertirla-esclava/
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