El nautilo camerado (Nautilius sp) es un molusco cefalópodo, emparentado con el pulpo y el calamar; difiere de ellos, entre otros aspectos, por su concha externa arrollada en espiral. El nautilio construye su concha de modo tal que la forma de la cámara donde vive y, por tanto, la forma del animal, permanece idéntica a lo largo de su desarrollo. A medida que va aumentando de tamaño, añade material a la concha, y periódicamente tabica una parte de la cámara que se le ha quedado pequeña. Los tabiques forman una serie de compartimentos en la concha vieja.
La morfología de la concha del nautilo es propia de una espiral equiangular, forma reconocida por primera vez y descrita por el filósofo y matemático francés René Descartes en 1638. En esta espiral, el ángulo entre una tangente a la espiral y cualquier línea radial trazada desde el centro es constante
A medida que el nautilus crece y tabica parte de su antigua cámara-vivienda, va creando una nueva cámara vacía aproximadamente un 6,3 por ciento mayor que su predecesora. En el curso de la construcción de las 18 cámaras necesarias para cerrar la esprial en un círculo completo, el tamaño de las cámaras se triplica.
Este cefalópodo desciende a grandes profundidades utilizando su rígida concha a modo de cámara de flotación. Al abandonar cada cámara, queda sellada y llena de gas a una presión ligeramente menor que la atmosférica (La perforación tumuliforme permite el paso de un tubo gracias al cual el animal ajusta la presión de gas de los compartimentos). A profundidades a las que la presión hidrostática que comprime la concha es de unas 10 atmósfera, ésta puede fallar, combándose o rompiéndose. Los cálculos demuestran que en una serie de cámaras de presión isométricas de varios tamaños, hechas del mismo material, las presiones críticas a las que éstas fallan son las mismas, siempre que el grosor de la pared guarde una proporción isométrica con el tamaño de la cámara. El grosor de la pared crece de modo directamente proporcional al radio de la concha del nautilo, siendo ésta la razón necesaria para mantener constante la presión crítica durante el desarrollo del cefalópodo
Thomas A. McMahon y John Tyler Bonner
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