2018, el año en que descubrimos que el plástico nos está ahogando |
Los gobiernos de la Unión Europea han confirmado este viernes el acuerdo para prohibir a partir de 2021 los artículos de plástico de usar y tirar más populares, como platos, cubiertos, bastoncillos de algodón y envases de poliestireno para alimentos, con el fin de reducir su impacto en el medio ambiente y ayudar a que desaparezcan sus desechos de las playas europeas. Estos
plásticos, según cálculos de la Unión Europea, representan cerca del
70% de los deshechos plásticos que contaminan las aguas y las playas del
territorio comunitario.
Los Estados miembros han avalado a nivel de
embajadores ante la que el acuerdo político alcanzado en diciembre con
los negociadores del Parlamento Europeo, que todavía debe dar su visto
bueno a la normativa. El objetivo de la misma es erradicar el uso de
artículos de plástico para los que existen ya alternativas en materiales que no dañan el entorno.
A la lista propuesta por Bruselas, que incluye bastoncillos, platos y
cubiertos, vasos y pajitas para beber, se añadieron por exigencia de la
Eurocámara los envases en poliestireno para comida rápida.
Entre los artículos que no podrán usarse en la Unión
Europea de aquí a algo más de dos años, figuran también los productos en
plástico oxodegradable, considerados especialmente dañinos para el
medio ambiente porque contienen aditivos que no desaparecen del todo y
afectan negativamente el proceso de reciclado.
Además del listado de artículos que estarán vetados, la UE quiere que los Estados miembros tomen "las medidas necesarias"
para reducir de manera significativa el consumo de otros productos,
como los recipientes de plástico (otros que poliestireno) para comida
rápida que no necesita preparación posterior a la compra y las tapas
para bebidas. También se prevén objetivos vinculantes para que los
Estados miembros tomen las medidas necesarias para que en 2030 al menos el 30% de los materiales de las botellas de plástico sean reciclables.
En el caso de otros elementos para los que no existen
por el momento alternativas mejores al plástico, la Unión Europea
apuesta por incentivar su reciclado, por ejemplo en lo que se
refiere a los aparejos de pesca, para asegurar que no son arrojados por
la borda en alta mar, sino que la flota regresa a tierra con ellos y los
recicla.
El objetivo es reducir a la mitad los desperdicios de
estos productos para evitar daños sobre el medio ambiente que
supondrían unos costes de 230.000 millones de euros en 2030 y la emisión de 3,4 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2) ese mismo año.
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