Seis escaladores de Greenpeace han colgado una pancarta en el conocido edificio Metrópolis del centro de Madrid con el mensaje “Sí podemos parar el TTIP”, dirigido al presidente norteamericano Barack Obama. Esta pancarta, de 60
m2 ha sido la bienvenida de la organización medioambiental a la visita
que hoy realiza a la capital el principal defensor del TTIP en EE.UU.
Mañana lunes empieza en Bruselas la 14º ronda negociadora del Acuerdo
Transatlántico de Comercio e Inversión, más conocido como TTIP. Y aunque
el Sr. Obama querría tener un acuerdo firmado antes de acabar
su mandato, las elecciones presidenciales son en noviembre, todo indica
que esto no va a ser posible.
Obama está de visita por
España este fin de semana, consciente ya de que la nueva gobernanza
mundial que se quiere urdir bajo el eufemismo de “acuerdo comercial”
está cada día más lejos. Ya se lo han advertido los jefes de las
delegaciones negociadoras de EU y EE.UU. Y Obama está preocupado.
1. Obama sabe que el escenario ha cambiado. Numerosas
organizaciones de la sociedad civil, entidades locales y regiones,
partidos políticos, sindicatos, asociaciones profesionales, incluidas
asociaciones del sector empresarial, etc. se movilizan en estos momentos
contra la nueva generación de tratados comerciales (TTIP, CETA, TISA).
La filtración
y posterior publicación por parte de Greenpeace Holanda el pasado 2 de
mayo de los documentos de la negociación del TTIP han sido un
revulsivo que ha permitido aflorar el poderoso movimiento europeo que se
ha venido construyendo en los últimos años.
2. No cuela. La ciudadanía y las organizaciones sociales se están informando
y saben ya que no se están negociando “acuerdos comerciales”, sino
verdaderos procesos constituyentes que buscan cambiar las reglas del
juego democrático, la forma en la que se legislará en el futuro en
materias que afectan directamente a nuestra forma de vida y que, además,
dan más peso aún a esa justicia paralela hecha a medida de las grandes
corporaciones, el denominado Sistema Judicial de Inversiones.
De manera especial, los ciudadanos sabemos ya lo mucho que nos jugamos
en esta batalla en la que bajo el TTIP se preparan nuevas relaciones de
poder y se reduce la soberanía de los estados.
3. Los antecedentes no son buenos, y Obama lo sabe. El
impacto sobre el empleo y la deslocalización del NAFTA (acuerdo entre
US, Canadá y México) o el tratamiento de algunos aspectos en el TPP (el
acuerdo transpacífico entre un amplio número de países que rodean este
océano) no son aliados a la hora de vender este nuevo tratado. En lo que
a los ecologistas nos incumbe, los compromisos y acuerdo en materia ambiental salen mal parados.
En el caso del Acuerdo de Asociación del Pacífico (TPP), el ex
Secretario General de Medio Ambiente en la primera legislatura de
Zapatero, Antonio Serrano, afirmaba hace ya tiempo que el Capítulo
Medioambiental del Texto Consolidado aparece como un “añadido amable del
Acuerdo”. Vamos, que va de florero.
4. La estrategia de
la Comisaria de Comercio Malstrom de enviar mensajes tranquilizadores y
desmintiendo las evidencias de los textos filtrados no están
funcionando. Por más que diga lo contrario los hechos recientes
(Reglamento Reach, Directiva de Combustibles fósiles, pesticidas en
frutas importadas de US) demuestran que el medio ambiente y la salud
pública no están saliendo bien paradas de las negociaciones sobre el
TTIP. Aún sin estar finalizado y firmado el acuerdo, ya estamos
perdiendo. En este sentido, es revelador que ninguno de los capítulos
filtrados haga referencia a la regla de Excepciones Generales de la
Organización Mundial del Comercio (OMC), que permite a los estados
regular las reglas de comercio “para proteger a los seres humanos, la
vida animal y vegetal o la salud” o para “la conservación de los
recursos naturales no renovables”. Tampoco se nombra el acuerdo sobre el
Clima de París, la COP21, acuerdo firmado por la UE y EEUU, que dejaba
claro que debemos mantener el incremento de la temperatura mundial por
debajo de 1,5ºC. Ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones
Unidas o los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo.
5. Otra preocupación del Sr. Obama es el hecho de que los
responsables de la Unión Europea, presionados por los movimientos
ciudadanos, se ven en la “obligación” de defender el principio de
precaución ante sus homólogos estadounidenses. Esto no estaba
en el guión y no hace más que aumentar las contradicciones de los
negociadores y permite focalizar la atención de europarlamentarios y
organizaciones sociales durante las negociaciones. Hasta la fecha, el
texto del acuerdo no hace ninguna referencias al “principio de
precaución”, principio consagrado en el Tratado de la UE, pero que no se
menciona en el capítulo sobre Cooperación Reguladora, ni en ningún otro
de los 12 capítulos publicados. Si se impone el modelo regulador de US,
pasaremos a depender de los poderosos lobbies industriales y su papel
determinante en las decisiones en materia ambiental, de etiquetado,
pesticidas, etc.
Está preocupado el Presidente de los EE.UU, el Sr. Obama. Y tiene razones para estarlo por qué sabe que sí, que “We can stop TTIP” (podemos para el TTIP). Y lo vamos a hacer.
¿Qué puedes hacer tú?
- No
queremos carne hormonada, fracking ni un retroceso en nuestros
derechos. Firma para exigir a los grupos políticos en el Congreso y en
el Parlamento Europeo que se posicionen contra el TTIP y el CETA. Firma en contra del TTIP
Fuente: http://www.greenpeace.org/espana/es/Blog/accin-we-can-stop-ttip-sr-obama/blog/56990/?utm_medium=social_network&utm_source=twitter&utm_campaign=TTIP&utm_content=accion&utm_term=obama
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