Y los biólogos contamos historias

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  Existe una cuestión polémica, las preadaptaciones darwinianas, denominadas "exaptaciones" por Stephen Jay Gould. Darwin observó que una consecuencia causal de una parte de un organismo que a priori no hubiera sido relevante bajo el punto de vista de la selección podía, en el entorno apropiado, adquirir importancia y ser favorecida por aquella. Tal consecuencia se convertía, entonces, en una nueva función disponible para el organismo.[...]

  La evolución por medio de tales preadaptaciones, o exaptaciones, no es algo infrecuente. Así surgieron los pulmones, el oído, la capacidad de vuelo...

   Y he aquí la cuestión. ¿Se podría prever, a lo largo del tiempo, todas las posibles consecuencia causales de todas las partes de los organismos que, bajo cualquiera de las potenciales circunstancias, podrían transformase en preadaptaciones y ser por ello seleccionadas para medrar en la biosfera? [...]. Creo que la respuesta es negativa.

  Una manera de enunciar lo que se está diciendo es ésta: ¿existe un conjunto finitamente predefinible de todas las potenciales funciones biológicas?. De nuevo creo que no. [...]. No parece existir una manera efectiva finitamente predefinible, de listar todas las características dependientes del contexto de los objetos y órganos que podrían resultarle útiles a algún organismo para algún extraño propósito. [...]

   Los físicos nos han enseñado a hacer ciencia preestableciendo en primer lugar el espacio de configuraciones bajo análisis.[...]. Por su parte, la mecánica newtoniana nos dice: preestablezcamos las condiciones iniciales y de contorno y las leyes aplicables a las fuerzas y a la partículas, junto con el espacio de configuraciones posibles y pongámonos a calcular. Lo mismo en la relatividad general: dadas las ecuaciones de Einstein, se preestablecen las condiciones iniciales y de contorno y se buscan las soluciones. Las soluciones son universos posibles. El conjunto de soluciones es el espacio de configuraciones que permite la relatividad general.[...]

  Pero ¿y si no podemos preestablecer dicho espacio para una biosfera? En ese caso, la forma en que Newton nos enseñó a hacer ciencia no abarca todo. No podemos calcular como él decía. Y, de hecho, los biólogos no solemos hacer ciencia de esa manera. Realizamos una extraña mezcla de análisis histórico de los abigarrados caminos que la evolución ha seguido realmente, con unas dosis de teoría sobre relieves adaptativos, evolución molecular, coevolución y ecosistemas, y un montón de investigaciones experimentales detalladas, tratando de comprender cómo se desarrollan las criaturas reales, cómo se desenvuelven sus ciclos vitales, cómo construyen ecosistemas.....

   Y los biólogos contamos historias. Si estoy en lo cierto, si la biosfera sigue adelante a pesar de todo, con sus adptaciones  y sus exaptaciones creando y destruyendo formas de vida, existe una razón fundamental para contar historias. Si no cabe preestablecer  finitamente todas las categorías que pudieran ser relevantes, ¿cómo hablaríamos de la emergencia en la biosfera o en nuestra historia -un fragmento más de aquella- de nuevas categorías, nuevas funcionalidades o nuevas formas de ganarse la vida?[...]. Las historias no sólo son relevantes; son la forma en que nos contamos a nosotros mismos lo que ocurrió y su transcendencia: su significado semántico.

  En definitiva, no deducimos nuestras vidas: las vivimos. Las historias son nuestro modo de entender nuestros actos dependientes del contexto como agentes autónomos. ¿Y la metáfora? Si no podemos deducir todo, si los meandros de la biosfera son mucho más complejos que los de cualquier ente algorítmico, entonces la metáfora ha de formar parte de nuestro poder cognitivo para guiar la acción en ausencia de deducción.

  [...]C. P. Snow hablaba de las dos culturas, la ciencia y las humanidades, siempre aparte. Nuestra incapacidad para preestablecer el espacio de configuraciones de una biosfera presagia la aparición de un nuevo lugar de encuentro en la ciencia, donde confluyan el análisis de la historia y las contigencias históricas y ,a la vez, nuevas leyes naturales.
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Investigaciones
Stuart Kauffman