Según la comisión, las buenas pensiones privadas que tienen los banqueros deberían cancelarse en caso de que una mala dirección llevase al colapso de la entidad. Osborne estableció esta comisión a raíz de controversias como el caso del Barclays, multado el año pasado por los reguladores británico y estadounidense por manipular el Libor y su equivalente europeo, euríbor, para su beneficio económico o para dar una imagen de solvencia económica durante la crisis crediticia. Sin embargo, su Gobierno rechazó la reciente directiva europea que abogaba también por limitar las primas a los directivos.
Entre otras cosas, algunos bancos hicieron una venta indebida de seguros por impago de hipotecas. En su documento de 571 folios, la comisión pide al Gobierno que evalúe las alternativas sobre la venta del Royal Bank of Scotland (RBS), que fue rescatado por el Gobierno en la crisis crediticia y más del 80% está en manos del contribuyente británico.
En ese sentido, el documento recomienda que el Gobierno debería estudiar para el próximo septiembre las opciones sobre el RBS. Además, la comisión pide una mayor competencia entre las entidades y critica particularmente la cultura del sector bancario dominada por directivos hombres, por lo que pide que se tomen medidas cuando haya un gran desequilibrio por género.
La comisión también criticó a los organismos reguladores por no haber advertido situaciones de riesgo antes de la crisis del sistema financiero en 2008, por lo que propone que los reguladores también deban rendir cuentas ante el Parlamento.
Asimismo, la comisión propone el establecimiento de procedimientos adecuados para proteger a los empleados que quieran denunciar casos de mala gestión ante los organismos reguladores. Tras la divulgación de este informe, el departamento del Tesoro indicó que dará una respuesta a las recomendaciones antes del comienzo del receso parlamentario de verano, a finales de julio.
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