En diciembre de 2013, el Gobierno presentó un anteproyecto
de la ley del aborto que causó una fuerte conmoción. La reforma
convertía a la legislación española en una de las más restrictivas
de Europa, lo que generó una oleada de protestas.
La
comunidad de mujeres empezó a movilizarse de manera espontánea pero
organizada. Desde Gijón, la Tertulia Feminista les Comadres tomó la
iniciativa y organizó una marcha popular dirigida a Madrid. Su Tren de la Libertad
fue el resultado, una expedición orquestada desde distintas
ciudades hacia la capital que culminó en las protestas del 1 de febrero
de 2014 frente al Congreso.
A estas marchas se unió la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales CIMA mediante el llamamiento cinematográfico de una de sus vocales, la directora de cine Chus Gutiérrez.
“Ven más 20 cámaras que una”, fue su apelación para que cualquier
persona tomara imágenes de las marchas. Vídeos que, junto al despliegue
de 20 unidades de trabajo enviadas por CIMA, dieron lugar a más de 200 horas de material, seleccionadas ahora en un filme en el que han colaborado cineastas como Ángeles González-Sinde, Isabel Coixet, Gracia Querejeta e Icíar Bollaín.
Yo decido. El tren de la libertad es el producto final, un documental que se estrena el jueves 10 de julio en toda España, con más de 90 sesiones gratuitas [El Confidencial ofrecerá el filme en su página a partir del viernes 11 de julio].
La película aúna los gritos y cánticos que se oyeron en Madrid el 1 de febrero, pero también retrata la repercusión que tuvo fuera de España. Ámsterdam, Londres, Buenos Aires, Roma y París fueron algunas de las ciudades que se movilizaron.
El recorrido hacia el Congreso de los Diputados, las
protestas en otras ciudades, las acciones simbólicas contra la reforma y
los testimonios de los manifestantes ilustran el rechazo a la ley. "Es
un retroceso que supone volver a luchar por un derecho ya adquirido",
según comenta Virginia Yagüe, presidenta de CIMA y guionista.
El mismo punto de vista lo comparte Inés París,
vocal de la asociación y directora de cine, que destaca el carácter
espontáneo de la obra y el hecho de que sea autogestionada. "El proyecto
ha demostrado que hemos creado una comunidad sólida y comprometida de
mujeres en el audiovisual español", apunta la directora de Miguel y William.
El
documental repasa los antecedentes de la lucha por los derechos de la
mujer en España y recoge las palabras de mujeres que se ven obligadas a
salir a la calle y manifestarse por el mismo asunto por el que ya lo
hicieron cuando eran jóvenes. La escritora Rosa Montero
evoca en el filme sus experiencias previas a la legalización del
aborto: "He acompañado a personas a Londres a abortar, he acompañado a
personas a un aborto clandestino aquí y también he acompañado a alguna
amiga después a urgencias porque se estaba muriendo de una mala
intervención".
Sin embargo, el carácter testimonial de
la película se mezcla con unas intenciones reflexivas, que apelan a la
movilización ciudadana contra la reforma: "El objetivo primordial es hacer reflexionar. Vemos la película como un motor de movilización", zanja Virginia Yagüe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario