miércoles, 9 de julio de 2014

Yo decido El Tren de la Libertad



En diciembre de 2013, el Gobierno presentó un anteproyecto de la ley del aborto que causó una fuerte conmoción. La reforma convertía a la legislación española en una de las más restrictivas de Europa, lo que generó una oleada de protestas.

La comunidad de mujeres empezó a movilizarse de manera espontánea pero organizada. Desde Gijón, la Tertulia Feminista les Comadres tomó la iniciativa y organizó una marcha popular dirigida a Madrid. Su Tren de la Libertad fue el resultado, una expedición orquestada desde distintas ciudades hacia la capital que culminó en las protestas del 1 de febrero de 2014 frente al Congreso. 

A estas marchas se unió la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales CIMA mediante el llamamiento cinematográfico de una de sus vocales, la directora de cine Chus Gutiérrez. “Ven más 20 cámaras que una”, fue su apelación para que cualquier persona tomara imágenes de las marchas. Vídeos que, junto al despliegue de 20 unidades de trabajo enviadas por CIMA, dieron lugar a más de 200 horas de material, seleccionadas ahora en un filme en el que han colaborado cineastas como Ángeles González-Sinde, Isabel Coixet, Gracia Querejeta e Icíar Bollaín. 

Yo decido. El tren de la libertad es el producto final, un documental que se estrena el jueves 10 de julio en toda España, con más de 90 sesiones gratuitas [El Confidencial ofrecerá el filme en su página a partir del viernes 11 de julio].
La película aúna los gritos y cánticos que se oyeron en Madrid el 1 de febrero, pero también retrata la repercusión que tuvo fuera de España. Ámsterdam, Londres, Buenos Aires, Roma y París fueron algunas de las ciudades que se movilizaron.

El recorrido hacia el Congreso de los Diputados, las protestas en otras ciudades, las acciones simbólicas contra la reforma y los testimonios de los manifestantes ilustran el rechazo a la ley. "Es un retroceso que supone volver a luchar por un derecho ya adquirido", según comenta Virginia Yagüe, presidenta de CIMA y guionista.

El mismo punto de vista lo comparte Inés París, vocal de la asociación y directora de cine, que destaca el carácter espontáneo de la obra y el hecho de que sea autogestionada. "El proyecto ha demostrado que hemos creado una comunidad sólida y comprometida de mujeres en el audiovisual español", apunta la directora de Miguel y William.

El documental repasa los antecedentes de la lucha por los derechos de la mujer en España y recoge las palabras de mujeres que se ven obligadas a salir a la calle y manifestarse por el mismo asunto por el que ya lo hicieron cuando eran jóvenes. La escritora Rosa Montero evoca en el filme sus experiencias previas a la legalización del aborto: "He acompañado a personas a Londres a abortar, he acompañado a personas a un aborto clandestino aquí y también he acompañado a alguna amiga después a urgencias porque se estaba muriendo de una mala intervención". 

Sin embargo, el carácter testimonial de la película se mezcla con unas intenciones reflexivas, que apelan a la movilización ciudadana contra la reforma: "El objetivo primordial es hacer reflexionar. Vemos la película como un motor de movilización", zanja Virginia Yagüe.

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