Y crece más rápidamente en Europa, según un informe difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas
Añadir leyenda |
El fantasma de la indigencia vuelve a causar cada vez más miedo en Italia. Se lo creía superado para siempre después de la Segunda Guerra Mundial, pero han pasado casi siete décadas y la península vive la peor crisis económica en tiempos de paz. El boom de la pobreza afecta ya al 30% de la población de 60 millones de habitantes y es que crece más rápidamente en Europa, según un informe difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas.
El indicador "Europa 2020" sobre el "riesgo pobreza" subió del 26,3% del 2010 al 29,9% el año pasado, un incremento del 3,6% que es el mayor del Viejo Continente. Si se agrega el año que está concluyendo en una triste Navidad, la cifra supera el 30%.
Según los datos oficiales, casi un tercio de los italianos se encuentra en la frontera de riesgo entre la pobreza absoluta, la relativa y la de los más o menos pobres, que no pueden soportar ningún gasto inesperado de una cierta consistencia sin derrumbarse en la escala social.
Es justamente la cohesión social la que se está fragmentando peligrosamente, mientras el plan de austeridad sin anestesia que aplica el gobierno Monti agudiza la pérdida de las conquistas del Estado del Bienestar que era considerado un bien común. El Sistema Sanitario Nacional sufre golpes demoledores por los recortes de presupuesto. Hay ocho millones de italianos, el 13,6% de la población, en condiciones de pobreza concreta, que en 2011 significó que el 27,8% de los infantes y adolescentes sufren una condición de dura vulnerabilidad.
Ya en 2010 (hoy la situación ha empeorado notablemente), el 26% de las familias residentes en el sur italiano eran "materialmente pobres", señala el Instituto de Estadísticas. El valor subió hace dos años al 30% en Sicilia y Campania, la región cuya capital es Nápoles.
Hay más de tres millones de desocupados, una cifra insuficiente en la realidad porque no tiene en cuenta a los muchos desalentados que ya no están en el mercado de la búsqueda de empleo. Solo el 19% de los nuevos contratos de trabajo, además, son estables. El 81% de los "lavoranti" viven la angustia del precariato.
El modelo de desarrollo favorece el incremento de la desigualdad social, que está cada vez peor. El 10% más próspero cosecha el 46% del total de la riqueza, mientras que el 10% más pobre se debe conformar con el 8%.
Un factor demostrativo del crecimiento de la desigualdad es la instrucción, que siempre fue considerada un ascensor social. En la Italia de hoy la perspectiva de un diploma universitario para el hijo de una persona que carece de títulos de estudio es del 10%, el peor resultado respecto a otros países europeos como Gran Bretaña (40%) y Francia (35%).
El indicador "Europa 2020" sobre el "riesgo pobreza" subió del 26,3% del 2010 al 29,9% el año pasado, un incremento del 3,6% que es el mayor del Viejo Continente. Si se agrega el año que está concluyendo en una triste Navidad, la cifra supera el 30%.
Según los datos oficiales, casi un tercio de los italianos se encuentra en la frontera de riesgo entre la pobreza absoluta, la relativa y la de los más o menos pobres, que no pueden soportar ningún gasto inesperado de una cierta consistencia sin derrumbarse en la escala social.
Es justamente la cohesión social la que se está fragmentando peligrosamente, mientras el plan de austeridad sin anestesia que aplica el gobierno Monti agudiza la pérdida de las conquistas del Estado del Bienestar que era considerado un bien común. El Sistema Sanitario Nacional sufre golpes demoledores por los recortes de presupuesto. Hay ocho millones de italianos, el 13,6% de la población, en condiciones de pobreza concreta, que en 2011 significó que el 27,8% de los infantes y adolescentes sufren una condición de dura vulnerabilidad.
Ya en 2010 (hoy la situación ha empeorado notablemente), el 26% de las familias residentes en el sur italiano eran "materialmente pobres", señala el Instituto de Estadísticas. El valor subió hace dos años al 30% en Sicilia y Campania, la región cuya capital es Nápoles.
Hay más de tres millones de desocupados, una cifra insuficiente en la realidad porque no tiene en cuenta a los muchos desalentados que ya no están en el mercado de la búsqueda de empleo. Solo el 19% de los nuevos contratos de trabajo, además, son estables. El 81% de los "lavoranti" viven la angustia del precariato.
El modelo de desarrollo favorece el incremento de la desigualdad social, que está cada vez peor. El 10% más próspero cosecha el 46% del total de la riqueza, mientras que el 10% más pobre se debe conformar con el 8%.
Un factor demostrativo del crecimiento de la desigualdad es la instrucción, que siempre fue considerada un ascensor social. En la Italia de hoy la perspectiva de un diploma universitario para el hijo de una persona que carece de títulos de estudio es del 10%, el peor resultado respecto a otros países europeos como Gran Bretaña (40%) y Francia (35%).
No hay comentarios:
Publicar un comentario