Imagen: Daimond Shutter / Shutterstock |
Las patas de los gecos han fascinado a los científicos durante siglos, pero solo las técnicas más recientes de microscopía electrónica permitieron descubrir el secreto que las hace tan adherentes. La cara inferios de los dedos de estos simpáticos lagartos está recubierta de pequeñas estrías paralelas de piel, pero eso es solo el principio.
Cada una de esas estrías está, a su vez, recubierta de millones de fibras de queratina a escala nanométrica. Cada uno de esos pelos está rematado en una estructura ramificada en forma de espátula. Juntas, esas fibras hacen uso de las denominadas Fuerzas de Van Der Waals para sujetarse a cualquier superficie por lisa que sea. Las fibras se doblan todas en la misma dirección cuando el animal apoya la pata. Para soltarse simplemente tiene que mover la extremidad en la dirección contraria. Es, por explicarlo muy burdamente, como si apretáramos un cepillo de pelos de goma contra una superficie vertical y luego tratáramos de deslizarlo sin dejar de apretar. Probablemente moverlo fuera una tarea difícil.
Foto: Blogionik |
Pero hasta el teflón tiene un punto débil, y ese punto débil es el agua. Cuando el teflón está ligeramente humedecido, el geco puede treparlo perfectamente. Para acabar de retorcer la cuestión, con el cristal sucede exactamente al revés. Cuando está seco es una superficie perfecta para que el geco trepe. Sin embargo, cuando se moja el pequeño reptil comienza a resbalar.
Los pelos de queratina, al microscopio electrónico: Foto: Universidad de Idaho |
Fuente: https://es.gizmodo.com/solo-hay-un-material-sobre-el-que-los-geckos-no-pueden-1796847997?utm_campaign=Gizmodo_twitter_sf_es&utm_source=gizmodo_twitter_es&utm_medium=socialflow
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