Dolores O'Riordan, cantante del grupo The Cranberries, en la gira de 2010. |
La nueva imagen hablaba de comodidad, la anterior se refería a su pasado y a ciertos traumas. Un pasado duro que marcaría toda su vida y su carrera, llena de altibajos físicos y emocionales. Sin ir más lejos, este verano The Cranberries tuvo que posponer parte de su gira europea, incluidos los conciertos de Madrid y Barcelona, por sus problemas de salud.
SU MADRE Y SU ÉXITO, RESPONSABLES DE SU LOOKEra el año 1992 cuando The Cranberries se subieron por primera vez a un escenario. Su vocalista lucía pelo corto y estética masculina. A la última de siete hermanos, entonces con 21 años, la habían enseñado a no maquillarse. "Cuando era joven había mucha presión para que las mujeres tuviesen buena imagen, pero mi madre era muy estricta y no me dejaba maquillarme. Al echar la vista atrás, pienso que fue bueno. Me ayudó a no convertirme en adulta demasiado rápido", contó en una entrevista en The Independent en 2009.
Su madre llevaba una casa que poco después de nacer O'Riordan se había visto brutalmente golpeada por un accidente de tráfico que sufrió su padre y que lo dejó en silla de ruedas. "Mi madre trabajó duro para pagar las facturas y mi padre, que sufrió daños cerebrales después de un accidente de carretera en los 60, era ajeno a todo ello", explicó a The Express en 2013.
Fueron sus fans internacionales los que hicieron que se vistiera con ropa poco femenina y que restara importancia a la estética. Al salir de Irlanda, donde los espectadores acudían (simplemente) a oírla cantar, comenzó a sentirse observada y, por ende, juzgada. "Por eso empecé a llevar vestidos tan anchos cuando actuaba con The Cranberries", contó a The Independent.
UNA INFANCIA MARCADA POR LOS ABUSOS SEXUALESPero quizás lo más traumático fueron los abusos sexuales que sufrió cuando sólo tenía ocho años y que tardó más de 30 en sacar a la luz. Fueron sus hijos —Taylor (1999), Molly Leigh (2001) y Dakota (2005), fruto de su matrimonio con Don Burton, exmanager de Duran Duran— los que le impulsaron a hacerlo.
"Los niños han sido totalmente fundamentales en mi proceso de curación", afirmaba en una entrevista concedida al Sunday Independent en 2013. "Todos mis hijos me dicen: 'Mamá, simplemente cuéntalo. No es tan difícil. Si hablas de ello y estás bien, te va a ayudar a mejorar".
Ese 2013 se vio con fuerzas para contar que "una persona de confianza" en el entorno de su casa de Limerick, al sur de Irlanda, abusó de ella durante cuatro años. Apenas tenía 8 años cuando vivió ese trauma que llevó a cuestas durante décadas y que superó tras muchas sesiones de terapia. "Siento que me he quitado un gran peso de encima. Siento que me va ayudar mucho a abrirme y confesárselo a toda la gente que compró mis álbumes y que me quiere", señaló la cantante, que habló de abusos en su tema Fee Fi Fo (del disco Bury The Hatchet) y que vinculó este episodio con la depresión y anorexia que sufriría tiempo después.
"ENTONCES DESARROLLÉ ANOREXIA"En 2014, la irlandesa concedió una reveladora entrevista al Belfast Telegraph, en la que contó que, a raíz de los abusos que sufrió de niña, había desarrollado un comportamiento autodestructivo, por el que llegó a padecer anorexia.
"Eso es lo que ocurre. Piensas que es por tu culpa. Yo lo oculté. Es lo que haces al principio. Lo ocultas porque te avergüenzas de ello. Piensas: 'Oh Dios mío. Qué horrible y desagradable soy'. Entonces desarrollas un odio terrible hacia ti. Y luego me hice famosa cuando tenía 18 años y mi carrera despegó. Ahí se me hizo incluso más difícil. Entonces desarrollé anorexia", se sinceró.
"Cuando busqué en Google la palabra 'anorexia' y la estudié, descubrí que era una patología común que se desarrolla cuando eres mayor. Así que me puse a vivir una farsa y puse cara de que todo iba perfecto. Tuve anorexia, luego depresión y crisis nerviosa".
Años antes de esa confesión, en 1996, la cantante vio cómo la prensa sensacionalista británica dedicaba páginas a esta enfermedad y el grupo tuvo que cancelar parte de su gira por esos rumores. Fue tras una aparición en los MTV Video Music Awards. La propia O'Riordan confesó después que en esa época sólo tomaba "café y cigarrillos".
DEPRESIÓN Y TRASTORNO BIPOLARLa depresión fue otra de las consecuencias de los abusos que sufrió de los ocho a los doce años y marcó su vida hasta el final. "Hay momentos en los que he sufrido mucho. La muerte de mi padre y de mi suegra fue muy dura. Cuando echo la vista atrás, pienso que la depresión, sea cual sea la causa, es una de las peores cosas por las que he pasado. Pero también he tenido muchas alegrías en mi vida, especialmente con mis hijos. Han sido muchos altibajos. Pero en eso consiste la vida, ¿no?", reflexionaba en una entrevista con Irish News en 2017.
A la depresión y a la anorexia se sumó un tercer diagnóstico en 2014. Después de ser detenida en el aeropuerto de Shannon, en Irlanda, tras un problemático vuelo transatlántico en el que atacó a un guardia tras ser expulsada de un avión que volaba desde Nueva York, la cantante fue diagnosticada de trastorno bipolar.
DEMASIADO ÉXITO PARA DIGERIRCon más de 40 millones de discos vendidos, en 2003 The Cranberries decidió frenar su carrera y tomarse un respiro. El grupo se juntaría seis años después: el 12 de noviembre inició una gira en Estados Unidos que cerró a finales de 2010 en Latinoamérica. Entonces O'Riordan ya se había convertido en una de las mujeres más ricas de Irlanda y había comenzado su carrera en solitario.
Sin embargo, le costaba digerir tanto éxito. "Sólo quería estar en casa, hacer la colada, llevar a mis hijos a la escuela. Desconectar y ser una madre. Me gustaba vivir en Canadá, de donde es mi marido, porque allí me trataban como a una persona normal. Me hice voluntaria en el colegio de mis hijos, fui a clases. Me resultó muy útil. Estaba harta de ser famosa", contó en The Independent en 2009.
De hecho, años atrás, cuando tenía 23 y la banda se encontraba en lo más alto, O'Riordan sufrió algo similar a una crisis nerviosa. "Fue muy muy malo, un poco como en la película La escalera de Jacob. Creía que la gente me estaba mirando todo el tiempo. Me volví loca durante un tiempo. No quería salir de mi habitación e incluso cuando estaba en mi habitación, veía caras que me miraban".
Más información: http://www.huffingtonpost.es/2018/01/15/dolores-oriordan-una-vida-de-exito-marcada-por-los-traumas_a_23333952/
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