Empleados de la Comisión Europea retiran la bandera israelí en Bruselas, en una imagen de archivo. / AFP - JOHN THYS |
Un millón de sirios han buscado refugio en Europa en
los últimos años, según un informe del Pew Research Center. La mitad de
ellos han pedido asilo en Alemania. Para que esto no vuelva a ocurrir,
es preciso que los líderes europeos modifiquen completamente su política
con respecto a Oriente Próximo.
Trabajar por la paz requiere no cometer los errores del
pasado. En Siria el principal error ha consistido en aislar al país de
una manera brutal, no solo tras la revuelta que se inició en 2011, sino
desde mucho antes. El aislamiento europeo, y por supuesto estadounidense, fue una de las causas principales del conflicto sirio.
La caída del régimen sirio que han buscado los
estadounidenses y los europeos no conduciría, de concretarse, a una
Siria estable, de manera que Europa debe distanciarse de Estados Unidos
en este punto en el que Washington comparte interés con el eje Tel
Aviv-Riad. Los intereses de Israel y Arabia Saudí están muy lejos de
beneficiar a Europa.
Lo mismo ocurre con Irán. Creer que una caída del
régimen islámico significaría la entrada en escena de una democracia
liberal de corte occidental es descabellado. Al contrario, lo más
probable es que tanto Irán como Siria se convirtieran en estados
fallidos, en el mejor de los casos como Afganistán o Irak, donde la intervención occidental ha sido nefasta y pueden servir de ejemplos de lo que no se debe hacer.
La UE debe sustentar el acuerdo nuclear con Irán. La
responsable de la política exterior de Bruselas, Federica Mogherini, se
ha referido a la actual situación en Oriente Próximo diciendo que el
interés de Europa, a diferencia del de Estados Unidos, pasa por mantener
la estabilidad en esos dos países, y eso comporta defender el acuerdo
nuclear de Barack Obama.
La estabilidad de Oriente Próximo no se puede dejar al albur de Arabia Saudí e Israel,
puesto que estos países están empeñados en cambiar los gobiernos de
Siria e Irán con la ayuda de Estados Unidos. Todas esas potencias
parecen creer que cuanto peor sea la situación a su alrededor, mejor les
irá a ellos, y esto no tiene nada que ver con lo que debe buscar
Europa.
La responsable de la política exterior de Bruselas, Federica Mogherini, mira al ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí, Adel al-Jubeir, durante una reunión en 2016. / AFP - STRINGER |
El modelo del conflicto israelo-palestino sirve para
dejar claro lo que no debería hacer Bruselas: mantener una política de
silencio culpable y dejar que Estados Unidos resuelva el problema. Por
su misma naturaleza, y por la enorme influencia de Israel en Washington,
los estadounidenses no conseguirán nunca nada, ni siquiera en el caso
de que realmente se lo propongan.
El problema palestino, que está directamente
vinculado a otros problemas de la región, solo se resolverá si Bruselas
se lo propone, no convocando una enésima conferencia de paz, como en
estos días ha planteado Emmanuel Macron, sino poniendo términos y plazos
para que se cumplan las resoluciones internacionales.
Si no hay amenazas serias, Israel nunca se retirará de los territorios ocupados. Durante el cuarto de siglo transcurrido desde los acuerdos de Oslo, la situación se ha agravado,
el número de colonos judíos se ha multiplicado, y Europa no ha hecho
absolutamente nada. Si sigue por este camino, el conflicto se agravará y
dañará, como ya lo ha hecho, la estabilidad en todo Oriente Próximo y
en Europa.
El eje Tel Aviv-Riad que ahora domina en Oriente
Próximo es el principal motor de inestabilidad en la región. Cuando el
primer ministro Benjamín Netanyahu dice que el príncipe heredero saudí,
Mohammad bin Salman, es un elemento de estabilidad, está mintiendo. Es
algo que se ha visto en los últimos años en todos los frentes en los que
MBS se ha implicado, empezando por Yemen, pasando por Siria o Líbano, y acabando en Teherán.
Cuando Estados Unidos dice que los principales problemas de Siria son el Estado Islámico y
la presencia iraní, también está mintiendo. El planteamiento del
consejero para la seguridad nacional, John Bolton, es mantener viva la
llama de los conflictos en la región en sintonía con los intereses de
Israel y Arabia Saudí.
La prioridad de la Unión Europea debe de ser un
acuerdo entre Israel y los palestinos y para ello debe abandonar las
políticas pasivas del pasado y actuar con resolución. Europa también
debe mantener una relación positiva con Irán y con Siria, todo lo que no
ha hecho hasta ahora, pues en caso contrario, la inestabilidad regional
se multiplicará.
Para los intereses europeos, será más rentable una
alianza con Siria e Irán, que con Arabia Saudí e Israel, y esto es algo
que se ha visto con claridad en los últimos años, llenos de desastres,
en toda la región y en Europa. Bruselas no debería cometer otra vez el
contraproducente error de aislar a Irán y Siria.
Para empezar, Siria tiene un grave problema en la
provincia de Idlib, donde se han alojado decenas de miles de yihadistas
bajo una cobertura occidental. Es preciso que esos yihadistas se
desarmen y si algún país europeo o Turquía quieren acogerlos, que los
acojan. Que continúen en Siria es el problema más grave que tiene ese
país para preservar su estabilidad.
Fuente: https://www.publico.es/internacional/derechos-humanos-europa-necesita-politica-clara-activa-oriente-proximo.html
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