Campamento de refugiados de Sabra |
Aún más difícil es aventurarse a poner
cifras a las violaciones, torturas y otras brutalidades cometidas por
las falanges cristianas libanesas en los campamentos de refugiados
palestinos. Uno de los líderes de la Falange Libanesa, Bashir Gemayel,
fue asesinado el 14 de septiembre y el entonces Ministro de Defensa
israelí, Ariel Sharon, quiso sacar provecho de la ira de sus seguidores.
Tropas israelíes ocuparon el oeste de Beirut
el día 15, rodeando los campos de refugiados. En la tarde del día 16,
centenares de falangistas armados entraron en los campos. Tras numerosas
protestas internacionales y una multitudinaria manifestación en
Tel-Aviv, la Corte Suprema de Israel se vio obligada a encargar un
informe sobre lo sucedido.
Se concluyó que Ariel Sharon «faltó a sus
obligaciones» por no detener la masacre, pero lo cierto es que muchos
testimonios apuntan a que los israelíes instigaron el ataque y
colaboraron activamente en él. Ariel Sharon fue destituido, pero jamás
fue juzgado, y en el año 2001 llegó a ser primer ministro.
35 años después gran parte del pueblo palestino sigue viviendo en campamentos de refugiados. Y la violencia no cesa.
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