Miles de manifestantes escuchan el discurso de Jean-Luc Mélenchon en la manifestación contra las reformas laborales de Gobierno de Emmanuel Macron, esta tarde, en la Plaza de la República de París. EFE / EPA / YOAN VALA |
Una marcha en contra del “golpe de estado social”. Bajo
este lema, la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon (republicano y
social-ecologista) ha hecho una demostración de fuerza en contra de la reforma laboral aprobada el viernes pasado.
Entre 150.000 (según los organizadores) y 30.000 personas (según la
policía) se han manifestado este sábado por la tarde en París en contra
de las políticas de austeridad del presidente francés, Emmanuel Macron. Es la manifestación más numerosa de las celebradas hasta ahora en la capital francesa en contra de la reforma laboral.
Tras las movilizaciones sindicales del 12 y
21 de septiembre, un movimiento político, la Francia Insumisa, se
encargó esta vez de impulsar la protesta. Su asistencia notable cumple
con las expectativas y resulta superior a las 120.000 personas que
participaron en la marcha del 18 de marzo, que dio el pistoletazo de
salida a la campaña de Mélenchon para las presidenciales, en las que obtuvo el 19% de los votos. Con la manifestación de este sábado, la Francia Insumisa se consolida como la principal fuerza de oposición a Macron.
"Esta marcha es un signo de una potencia
extraordinaria enviado al país y a los asalariados”, ha proclamado
Mélenchon desde la Plaza de la República. Según ha declarado el líder de
la Francia Insumisa, “nos dirigiremos a las organizaciones sindicales
para que lideren el combate”. Este antiguo militante socialista ha
anunciado, asimismo, la organización el sábado que viene de una nueva manifestación.
El líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, en el discurso ofrecido al final de una manifestación contra las reformas laborales del Gobierno en París. REUTERS / Philippe Wojazer |
Divididos y menos movilizados que en la primavera del año pasado, los sindicatos no han conseguido impulsar la movilización en contra de la reforma laboral de Macron, a pesar de que esta medida facilita los despidos y amenaza con precarizar el mercado laboral francés.
“Quiero que mis hijos tengan la
posibilidad de encontrar un puesto de trabajo que no sea precario”,
asegura desde la cabecera de la manifestación Sabrina Roux, 38 años, en
el paro. Según esta antigua votante socialista y de los verdes, “la
Francia Insumisa es el único partido al que se le escucha y que se opone
a las políticas del Gobierno”. Como ella, el 45% de los franceses,
según un sondeo de Ifop, consideran que Mélenchon es el principal opositor a Macron.
¿Cómo ha conseguido la Francia Insumisa liderar la oposición?
“La Francia Insumisa se ha erigido en la principal fuerza de oposición gracias a sus acciones realizadas en la Asamblea Nacional durante los últimos meses”, explica el analista político Thomas Guénolé, que ha adherido recientemente este movimiento. Según este experto de las izquierdas altermundialistas, el grupo parlamentario de la izquierda insumisa, que cuenta con sólo 17 diputados, ha sabido “realizar acciones espectaculares que han tenido un gran eco mediático”. Por ejemplo, el hecho de asistir a la primera sesión de la Asamblea Nacional sin corbata, como es tradición, o traer una bolsa de la compra con productos cuyo coste era de cinco euros y así protestar en contra de la bajada de cinco euros mensuales de las ayudas al alquiler.
“El grupo de la Francia Insumisa es el más coherente de la oposición”, defiende el politólogo Fabien Escalona.
Este especialista de la socialdemocracia europea recuerda la situación
crítica en la que se encuentran las fuerzas tradicionales del
bipartidismo francés: la derecha republicana y el Partido Socialista. “Los
socialistas dicen que están en contra de la reforma laboral, pero la
mayoría de sus diputados votaron a favor o se abstuvieron durante la
sesión de investidura”, añade. Tras haber anunciado este martes la
venta de su sede histórica de la calle Solférino de París, el socialismo
francés está inmerso en un longevo proceso de refundación que concluirá con la celebración de un congreso nacional en febrero del año que viene.
Además, la emergencia de la Francia
Insumisa se beneficia de la resaca electoral que todavía arrastra el
Frente Nacional, tras su derrota en la segunda vuelta de las
presidenciales, el 7 de mayo. Fuertemente dividido entre sus facciones
xenófobas y las euroescépticas, la formación de Marine Le Pen (ultraderecha) recibió un duro golpe este jueves con la dimisión del vicepresidente del partido, Florian Philippot.
Considerado como el responsable de la
estrategia de “desdiabolización”, Philippot había tenido la astucia de
apropiarse de una parte del argumentario de la izquierda y así seducir
las clases trabajadoras. “La marcha de Philippot es una excelente noticia para la Francia Insumisa”, afirma Guénolé, quien recuerda que “uno de cada tres votantes del FN tienen una buena imagen de Mélenchon”.
Un manifestante tiene una bandera francesa y un logo de la Francia Insumisa que dice: "Resistencia". REUTERS / Philippe Wojazer |
“Macron hubiera preferido que su
principal opositor fuera el Frente Nacional, ya que se trata de un
proyecto deslegitimado”, explica Escalona. A diferencia de la extrema
derecha, la Francia Insumisa tiene la capacidad de tejer alianzas con
los movimientos sociales y los sindicatos. “Mientras que los votantes
de Macron pertenecen a un bloque social uniforme —las clases medias y
altas—, el electorado de Mélenchon incluye todas las categorías
populares: los jóvenes, los obreros y las clases medias que tienen miedo
a perder su estatus”, asegura Guénolé.
No obstante, la división de la izquierda
francesa supone un obstáculo para la consolidación de la Francia
Insumisa. Durante la Fête de l’Humanité —la popular fiesta del Partido
Comunista Francés (PCF), que tuvo lugar del 15 al 17 de septiembre—,
volvieron a reflejarse las tensas relaciones entre los dirigentes comunistas y los insumisos.
“Cambiar el mundo no sólo puede pasar por vincularse a un proyecto, una
idea y todavía menos a una persona. Hace falta construir puentes entre
todas aquellas y aquellos que quieran actuar a favor del progreso humano
y social”, declaró entonces Pierre Laurent, el secretario general del
PCF. Unas declaraciones que representaron un dardo en contra de la
voluntad de Mélenchon de liderar a través de su movimiento la oposición a
Macron.
“La Francia Insumisa no necesita al PCF, debe crecer electoralmente ella sola”, defiende Guénolé.
Para consolidar su movimiento, Mélenchon defiende que este se erija en
una especie de “contrasociedad”, que construya una alternativa social
antes de llegar a las instituciones. Sus tareas consistirán en que
los grupos locales impulsen redes de solidaridad y en la creación de un
nuevo medio audiovisual de masas en Internet que represente una
alternativa al pensamiento único.
La Francia Insumisa debía celebrar su
congreso nacional en octubre para asentar las bases del movimiento. Pero
este fue aplazado hasta principios de 2018, ya que sus dirigentes
querían priorizar la lucha en contra de la reforma laboral. Contra las políticas de austeridad de Macron, la Francia Insumisa se ha erigido en su principal alternativa.Los manifestantes marchan durante una manifestación del partido "France Insoumise" contra las reformas laborales del gobierno en París, Francia. REUTERS / Philippe Wojazer |
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