martes, 18 de agosto de 2015

Turismo y resistencia a los antibióticos

El papel de los viajes internacionales en la extensión mundial de bacterias resistentes a los antibióticos

Hace cien años dar la vuelta al mundo te podía costar más de 365 días, hoy lo puedes hacer en poco menos de 36 horas. Se calcula que cada año puede haber más de 940 millones de personas que viajan como turistas. Pero además, otros muchos millones se mueven de continente a continente como inmigrantes, refugiados o trabajadores.
Este movimiento masivo de personas supone una excelente oportunidad para que las bacterias resistentes a los antibióticos también viajen de una lugar a otro y se extiendan por todo el planeta. Durante los últimos diez años se vienen describiendo cada vez más casos de personas que se infectan con una bacteria resistente a los antibióticos durante un viaje o estancia en el extranjero y luego esa bacteria se extiende por su país de origen.

Las infecciones asociadas a la resistencia a los antibióticos es uno de los problemas más serios de salud a nivel mundial. El European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) ha estimado que en Europa cada año aproximadamente 4 millones de personas adquieren este tipo de infecciones y unas 37.000 personas mueren como resultado de una infección resistente a los antibióticos, la mayoría de los casos debido a bacterias multirresistentes como Staphylococcus aureus, Enterobacteriaceae y Pseudomonas aeruginosa.

Las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos suelen ser normalmente más frecuentes en países en vías de desarrollo debido a que tienen un menor control en su uso, y a la existencia de grandes poblaciones con peores condiciones sanitarias y de higiene.

En el caso concreto del grupo de las Enterobacteriaceae (Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae, Salmonella, Shigella, Enterococcus, ...), estas bacterias son capaces de producir unas enzimas denominadas β-lactamasas que hidrolizan e inactivan los antibióticos β-lactámicos (penicilinas, cefalosporinas, carbapenémicos y monobactámicos). El problema es que cada vez se aíslan más bacterias capaces de producir nuevos tipos de β-lactamasas que inactivan cada vez más antibióticos, y además estás bacterias cada vez se extiende más y se aíslan de más sitios distintos.
Mapa de la extensión en diez años de bacterias (Enterococcus faecium) resistencia al antibiótico vancomicina. Fuente: ECDC

En muchos casos esta extensión por el planeta está relacionado con viajes al extranjero. Hoy en día hay técnicas moleculares que te permiten hacer investigación epidemiológica y "seguir la pista" a una cepa bacteriana concreta. Así, en 2008 se aisló una cepa de Salmonella productora de un nuevo tipo de β-lactamasa en un paciente alemán tras volver de una viaje a Filipinas. Y lo mismo, en un paciente Danés que se trajo consigo una nueva cepa de Salmonellaresistente a los antibióticos de un viaje a Tailandia. También hay varios estudios que demuestran que algunos viajes a la India, Oriente Medio y África estaban asociados a infecciones con cepas de Escherichia coli productoras de nuevas β-lactamasas en turistas. Un estudio en Suecia demostró que el 36% de la personas que había viajado fuera de Europa y presentaban diarrea al volver tenían Escherichia coli productor de nuevas β-lactamasas en sus heces, comparado con el 3% de los que habían viajado dentro de Europa. Otro estudio en Canadá demostró que el 24% de los pacientes que tenían este Escherichia coli productor de nuevas β-lactamasas eran turistas que acababan de volver de viaje. Y lo mismo en un estudio similar en Australia que demuestra que la probabilidad de que Escherichia coli resistente a los antibióticos esté presente en heces aumenta de un 8% a un 49% cuando el paciente vuelve de un viaje por Asia. Estos estudios, realizados en tres continentes distintos, lo que demuestran es que cogerte una de estas bacterias resistentes a los antibióticos durante un viaje al extranjero es un hecho muy frecuente

La resistencia a los carbapenémicos ya se ha extendido por todo el mundo

También hay varios casos descritos de personas que han estado hospitalizadas en otros países y a la vuelta se traen consigo una bacteria resistente a los antibióticos, y no siempre al volver de un país poco desarrollado. Un ejemplo que ya está siendo un problema muy grave es la extensión de cepas Klebsiella pneumoniae productora de una β-lactamasa que la hacen resistente a los carbapenémicos, antibióticos de última generación que en muchos casos son el último recurso que se tiene para combatir esta bacteria. Klebsiella pneumoniae es la causa más frecuente de muerte por infecciones urinarias, pulmonares o sanguíneas en las unidades de cuidados intensivos. Hasta un 50% de los pacientes que contraen la bacteria multirresistente mueren. Además, el gen que codifica esta β-lactamasa está en un plásmido, un trozo de DNA capaz de "moverse" fácilmente de una bacteria a otra.

Movimiento resistencia carbapenem
El movimiento de las Enterobacteriaceae resistentes a los carbapenémicos. Fuente: ref (2).

Los primeros casos de infección por Klebsiella pneumoniae resistente a los carbapenémicos se describieron en Nueva York en el año 2003. Dos años después, la bacteria se aisló en Francia en un paciente de 80 años que previamente había sido hospitalizado en Nueva York, desde donde se trajo la bacteria. En 2006, una cepa similar se aisló en Israel que causó varios brotes hospitalarios con varios casos mortales. Parece ser que esta bacteria fue introducida por un viajero americano unos años antes. Y lo mismo ocurrió en Grecia en 2007, donde hubo varios brotes hospitalarios por esta Klebsiella pneumoniae multirresistente originaria también de Nueva York. Posteriormente se han descrito aislamientos de esta bacteria en Noruega y Suecia en pacientes que antes habían estado ingresados en hospitales en Grecia y en Israel; en Francia, Holanda y Suiza, después de haber estado en Grecia; en Canadá, después de visitar EE.UU.; y en Reino Unido, después de visitar el caribe. La resistencia a los carbapenémicos ya se ha extendido por todo el mundo. Por eso, en algunos países como Israel, Francia y Reino Unido ya se recomienda una especial vigilancia de aquellos pacientes que son transferidos o han estado hospitalizados en el extranjero.
Más del 70% de las cepas de Escherichia coli que se aíslan en India son productoras de nuevas β-lactamasas

La India y Pakistán son otro origen frecuente de bacterias multirresistentes. Se han descrito casos de pacientes en Norteamérica, Europa y Australia con bacterias productoras de nuevas β-lactamasas que previamente habían sido hospitalizados en India o Pakistán. Algunos eran turistas que había sido hospitalizados por una emergencia médica pero otros habían viajado para hacer "turismo sanitario" – operaciones cosméticas, cirugía plástica o diálisis renal - atraídos por el bajo coste del tratamiento o para evitar las largas listas de espera en sus países de origen.

Los viajes y el turismo son un modo muy importante de adquirir y extender entre la población nuevas cepas de bacterias resistentes a los antibióticos. Por eso, los laboratorios de microbiología clínica pueden actuar como auténticos centinelas y sistemas de alarma inmediata para detectar nuevas cepas de bacterias multirresistentes y evitar su extensión en ámbitos hospitalarios.

Cuando viajes al extranjero, es muy recomendable beber siempre agua embotellada (ojo, también los hielos de agua embotellada), no comer en puestos callejeros y lavarte frecuentemnete las manos. Y si has estado hospitalizado en el extranjero, que lo sepa tu médico.

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